Juana La Loca, Lucho al Attaque, Los Brujos, Loquero, Todos Tus Muertos y Dos Minutos: parece la última página del Sí de Clarín de un viernes cualquiera de 25 años atrás, pero es la grilla del festival Tocadak, que se llevó a cabo el 17 de diciembre en el Complejo Art Media del barrio porteño de Villa Crespo. 

En una tarde gris que se fue despejando lentamente, todas estas bandas que tuvieron su esplendor durante las décadas del 90 y el 2000 mostraron su vigencia en un festival que fue una verdadera fiesta. Muchas madres y padres e hijos disfrutaron de sus bandas favoritas en lo que fue, como dirían los Loquero, un día perfecto.

JUANA, UNA BANDA MODELO

«Todo esto es para ustedes, que son los verdaderos dueños de las canciones”, dijo con mucha emoción y lucidez Rodrigo Martín, el cantante de Juana La Loca, después de una contundente presentación en la que su banda repasó clásicos como “Autoejecución”, “Vida Modelo”, “Perdí La Fe” y “A La Puerta Del Sol”, ésta última de “Electronauta”, el álbum debut de la banda que aprovechó la ocasión del festival para celebrar sus 30 años.

Luego de una madrugada muy difícil, en la que una tormenta causó destrozos -e incluso víctimas fatales- en distintas zonas de Buenos Aires y generó graves complicaciones en el transporte público, el festival pudo llevarse adelante sin mayores contratiempos. Sin embargo, gran parte del público tuvo dificultades para trasladarse que les impidieron llegar u ocasionaron demoras, como es el caso de quien escribe, que no pudo hacer tiempo a presenciar el show del potente dúo Malditos Diablos que dio inicio a la jornada.

LUCHO Y EL ATTAQUE PUNK

Con una puntualidad que sería una constante en la tarde dominical, a las 16:40, tal como estaba organizado, llegaba el turno de Lucho al Attaque, el proyecto del bajista Luciano Scaglione en el que toca canciones de su vieja banda y también temas propios. El set comenzó con “El Cielo Puede Esperar” y cerró con “Donde Las Águilas Se Atreven”, y tuvo un repertorio lleno de clásicos como estos, no faltaron “Flores Robadas”, “B.A.D”, “Gil”,  “San Fermín”, “Por Qué Te Vas”, y también hubo lugar para las flamantes “Una Vez Más” y “Pescado Podrido”, de “Hágalo Usted Mismo”, el álbum debut del grupo del ¿ex? Attaque 77.

La extensión del Espacio Art Media resultó ideal para un festival como este. Entre cada presentación el público podía dispersarse, tomar o comer algo en los distintos espacios con los que cuenta el recinto, ya sea en un bar ubicado en el patio u otro que está en un primer piso, y además había actividades para los niños, que se entretenían con videojuegos, sesiones de tatuajes temporales o maquillaje artístico, o sino en la kermesse.

ENTRE YETIS Y AGUAVIVAS

Cerca de las seis, Los Brujos subieron al escenario para dar un show tan enérgico como emocional. Con motivo de los 30 años del álbum «San Cipriano‘, la banda de Turdera tocó varios temas de ésta placa, empezando desde el principio con “El Pececito” y “No Matarás / La Salamanca”. Entre riffs enérgicos, saltos, gritos, voces distorsionadas y canciones como “La Bomba”, “Psicosis Total”, “Sasquatch” o “Aguaviva”, Los Brujos, tal como su tema “Atlánticos” dice, contagiaron adrenalina. También hubo un momento especialmente emotivo, cuando Fermín Rúa (hijo del recientemente fallecido Ricky Rúa) fue invitado a cantar “El Vengador” y “Piso Liso”. El chico de quince años dio cuenta de que lo que se hereda no se roba: cantó, bailó y se revoleó por todo el escenario tal cual lo hacía su padre e hizo emocionar a gran parte del público. Los Brujos se guardaron para el final la infaltable “Kanishka”, aquella canción que según cuenta la leyenda, habría inspirado el riff de un tema de una famosa banda de Seattle.

Otro aspecto no menor a destacar del festival es el sonido, que no defraudó: tanto Los Brujos, como Lucho Al Attaque, Juana La Loca y las bandas que siguieron sonaron muy bien. 

BIENVENIDOS AL MANICOMIO

Al empezar la segunda mitad de la jornada, cuando se hicieron las siete y diez subió Loquero al escenario, Chary contó 1 2 3 y los marplatenses abrieron su set con “Atlántida”, aquella canción que inicia el disco “Fantasy”. La banda dio un show poderoso como de costumbre, centrado en sus cuatro primeros álbumes, con canciones salvajes como “Barrio Niebla”, “Showbizz”,  “Ansiedad”, “Muchachos” o “Épico”, otras más melancólicas pero no mucho menos rápidas como “Check To Me”, “Era Un Día Perfecto” o “Corazón Mojado” y tantos otros clásicos como “Esculturas”, “Golpe Bajo”, “Ghost In The Fora” o “La Belleza”, verdaderos himnos que reflejan el sonido de una banda tan singular como versátil.

Tampoco faltó “Spiritual Blonde”, lo más parecido a una “balada” en el repertorio del grupo, que sonó cerca del final del set, el cual terminaría con la canción “Desde aquí” y finalmente con el cover de Flema “A Nadie”, que el grupo suele interpretar a guitarra y voz.

EL RITMO VIVO DE LOS MUERTOS

Como para darle un toque más noventero a todo el asunto, después del recital de la banda de Chary, noté que mi celular había desaparecido (puede pasar). Así las cosas, esperé incomunicado por Todos Tus Muertos, que después de que un público expectante los esperase coreando aquel “eeeh oooh” de su hit “Andate”, aparecieron en escena a las 20:50 más afilados y vivos que nunca.

Que Fidel Nadal es un showman no es novedad para nadie, a lo largo de todo el set, que estuvo centrado en los tres primeros trabajos del grupo, el líder de TTM bailó, cantó, se movió por todo el escenario e hizo bromas hacia el público por la extensión del festival: “¿Ya están cansados de tantas bandas no?, ¿hacemos una más y nos vamos?” El repertorio de los Muertos fue variado y completo: de los dos primeros discos, la banda tocó “El Féretro”, “Gente Que No”, “No Más Apartheid”, “Incomunicado”, “Sé Que No” y “El Espejo”. El resto de las canciones fueron “Mate”, “Dale Aborigen”, “Alerta Guerrillas”, “Trece”, “Andate”, “Hijo Nuestro” y “Tu Alma Mía / Adelita”, que cerró la presentación.

UN CIERRE A PURA BARRICADA PUNK

Se acercaba el final de la jornada, y sólo quedaba el cierre a cargo de Dos Minutos, pero el balance del festival ya era más que positivo: se sentía en la respuesta de la gente, quienes no iban a poguear se quedaban cantando desde un poco más lejos. ¡Qué manera de escuchar clásicos! Prácticamente cada set estuvo compuesto íntegramente de canciones clásicas, pequeños himnos del rock que calaron hondo en una generación que dijo presente ese domingo después de la tormenta.

Cuando llegó la hora del grupo de Alsina, Mosca en pocas palabras dijo: “Este es el mejor festival”, y creería que varias personas entre el público coincidían. El show de los punks del sur de la ciudad, que horas antes el Chary había considerado “La mejor banda de Sudamérica”, cerró el festival bien arriba. El Mosca subió al escenario con una mochila que pesaba sólo de verla: estaba llena de birras con las que el cantante y el guitarrista Pablo Coll fueron convidando a su público a través del show. La banda repasó temas de sus 35 años de carrera y contó con el guitarrista Maikel de Kapanga como invitado especial en algunos temas y el polémico trapero/tatuador Kaktov subió a cantar el hardcore “Barricada”.

Después de un show en el que la banda repasó temas infaltables como “Ya No Sos Igual”, “Canción de Amor”, “Tema de Adrián”, “Lejos Estoy” y todo el etcétera correspondiente, cerraron la noche con su canción homónima, esa que dice: «2 minutos punkeando para vos / esta noche, con huevo y corazón. / Sólo te pido un puto favor / Respeto al de al lado y diversión». En un domingo algo incierto por los tiempos que atraviesa el país, en Villa Crespo hubo una jornada de diversión y respeto, en la que mucha gente se emocionó con canciones de ayer que siguen resonando. 

Ni bien terminó Dos Minutos, en los parlantes sonó la canción “Nihilismo” de Flemita y fue inevitable pensar en otro de los grandes ausentes, uno que tocó de acá hace ya más de 20 años, pero que sigue estando en el recuerdo y en las canciones. Mientras por los parlantes se escuchaba “Un grano en la arena, sólo uno en un millón / solo estoy”, el público salía del Complejo Art Media y el domingo se esfumaba.

Fotos: gentileza de Gusi Ramone

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