PACIENTE: INVISIBLE – “En Vivo Teatro Coliseo 1975” (Sony Music 2022)

HISTORIA CLÍNICA: Pescado Rabioso, Almendra, Jade, Socios del Desierto… a las bandas de Luis Alberto Spinetta no le faltan méritos para pasar a la historia; pero hay algo que hace que Invisible se destaque del resto: su musicalidad. Es que el tándem que el Flaco formó junto a Pomo Lorenzo y Machi Rufino (AKA “El Muro Macizo”) logró combinar como nadie rock pesado, jazz y prog en tres discos indispensables: “Invisible” (1974), “Durazno Sangrando” (1975) y “El Jardín De Los Presentes” (1976), tan deslumbrantes como no suficientemente reconocidos.

“En Vivo Teatro Coliseo 1975”, era un secreto a voces que se venía cocinando desde hace un par de años y que hacia desesperar de ansiedad a los fanáticos de Spinetta: el hallazgo de siete temas extraídos de los shows del viernes 21 y el sábado 22 de noviembre de 1975, en el mencionado teatro porteño,  con un sonido de consola que demostraba el poderío en escena del grupo. Las cintas fueron donadas al Instituto Nacional de la Música (INAMU) por Carlos Melero -legendario técnico de sonido que había grabado los conciertos-, quien a su vez  las cedió a la familia Spinetta, quienes de común acuerdo con Machi y Pomo decidieron editarlas en formato CD, vinilo y streaming.

L as cosas en “En Vivo…” arrancan con calma, con sendas versiones acústicas de “Durazno Sangrando” y (el en ese momento estreno) “Que Ves El Cielo”; pero es con “Perdonado (Niño Condenado)” -presentado como otro estreno por el mismo Flaco-  donde el trío logra demostrar todo ese power del que se hablaba en las reuniones melómanas del Parque Centenario, en un set in crescendo, que se completa con  cuatro clásicos del mítico debut: “El Diluvio Y La Pasajera”, la funky “Oso Del Sueño”, “Viejos Ratones Del Tiempo” y una versión de “Azafata Del Tren Fantasma” en plan tour de force de 17 minutos.

Y si bien no perfecto, el sonido es lo suficiente limpio y nítido (sobre todo en los jazzeros arreglos de platillos de Pomo) para que podamos apreciar la legendaria química del trío: la dupla de voces de Luis y el nunca del todo reconocido Machi en “Viejos Ratones…”, las armonías de guitarra sobre la base zigzagueante de “Azafata…” y el groove hiperquinético que se desarrolla a partir del riff nervioso de “Oso Del Sueño”

DIAGNÓSTICO: En tiempos donde los álbumes se resignifican y la pasión por lo instantáneo parece coparlo todo, una cinta recuperada casi medio siglo después logra hacerle justicia a un proyecto que, a pesar de su nombre, visibilizó una época única en el rock argentino. Y a pesar de que ya sabemos que “Mañana es mejor”, no viene mal de vez en cuando  dejar que la arqueología rockera cumpla nuestros sueños, para hacernos ver el cielo con tan solo un pedazo de cinta.

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here