«Estos anteojos son lo más cool que hay, pero no veo si estoy subiendo los agudos o qué»

Mañana de domingo, mucho frío y lluvia total que cae sobre Blackpool, ciudad costera del oeste inglés, ciudad de clase trabajadora y el primer balneario británico antes que Brighton se ganara la mirada de todos. La producción de la banda me citó en el Waterloo Music Bar, que por fuera da la impresión de ser un pub común y corriente, pero una vez adentro, deslumbra con el encanto de un venue bien brit rock: allí, la crew de Buzzcocks se encuentra probando sonido. Me acompañaron dos amigos, Colin y Mark, con quienes venimos de dos días a puro punk en los Winter Gardens: allí acababan de celebrarse los 25 años del mitico festival Holidays in The Sun, pero volviendo al presente, hoy ocurre que Buzzcocks toca en este bar un tanto alejado y la gente indefectiblemente quiere coronar el fin de semana con un clásico del punk británico… ¡ja! ¿Quién no?

Los Buzzcocks modelo 2021, punkrockéandola en Blackpool

La espera es corta: luego de unos minutos, acompañado de su tour manager, llega el señor de traje, elegante como siempre, dueño de un estilo incomparable cuando toca su guitarra: es el señor Steve Diggle, guitarrista, compositor, cantante y alma mater de los Buzzcocks, quien nos ha concedido un rato para charlar con él mano a mano. La pandemia, las restricciones, el recuerdo de su amigo/colega/casi hermano Pete Shelley, los comienzos, las andanzas, la actualidad -¿y el futuro quizá?- de Buzzcocks, todo esto y mucho más se preguntó y se respondió en un ida y vuelta enriquecedor. Y esto son los resultados…

Ya van casi dos años de pandemia, ¿como te sentís con eso? ¿Usaste ese tiempo de manera proactiva en cuanto a lo musical?

Durante el lockdown en Inglaterra, me dediqué a escribir canciones y a grabarlas; luego en el estudio hicimos el “mixing” de las mismas y para 2022 tal vez se pueda hacer algún lanzamiento más en concreto… Son cosas que aún estamos definiendo, pero estoy muy entusiasmado porque creo que tenemos muy buen material entre manos y espero que tenga una buena recepción entre nuestro público que siempre nos acompañó cada vez que hemos lanzado algún material nuevo.

El año pasado lanzaste dos simples, “Gotta Get Better” y “Destination Zero”, ¿estás planeando lanzar un nuevo álbum?

Son temas que tenemos pre-cuarentena, que bien coincidieron con la cuarentena; de igual manera hemos decidido lanzarlos y pensamos, más adelante, sacar un álbum tal vez.

VOLVER A LAS TABLAS

Has vuelto, de a poco, a tocar en vivo donde las restricciones así lo permiten…

Siempre está bueno volver a tocar en vivo, ver a la gente, oírla corear los temas y demostrarnos el afecto que nos tienen; es la primera vez en más de 40 años que tengo en la música que no he tocado por un año entero, aún no lo puedo creer y me siento muy bien y revitalizado de estar nuevamente de vuelta… Pensá que nuestra vuelta a los escenarios post pandemia fue en un festival, ¡estuvo genial! Entendemos realmente el esfuerzo que hace nuestro público por asistir a los conciertos en estos tiempos de restricciones; no es para nada fácil, pero ellos siempre están y al menos con distancia social podemos volver a reencontrarnos.

Después de tantos años de trayectoria, ¿qué pensás que hace a Buzzcocks tan especial? ¿Cual fue la fórmula?

Primeramente… ¡buenas canciones! (Risas) Pero sobre todo canciones pegadizas, accesibles, directas y algunas un tanto complejas; Buzzcocks tiene un estilo único, definitivamente es ALGO, ¿sabés? O nos amás o nos odiás, no hay grises. Creo también que el dúo compositivo fue vital para que la banda fuese lo que es hoy en día.

Steve y su mejor amiga, la guitarra (aunque no sea eléctrica)

ESPÍRITUS QUE HAN PARTIDO

Pete Shelley, aparte de ser tu amigo, fue de alguna manera tu socio musical en todos estos años… ¿su final fue inesperado para vos?

¡Oh sí, claro! Fue definitivamente inesperado para mí y para todos, fue mi compañero de ruta durante 43 años, éramos como hermanos, fue una pérdida terrible, un vacío difícil de llenar… Como esas noticias que nunca esperás recibir, algo así fue para mí. La banda ha cambiado muchas veces de integrantes, pero siempre hemos sido él y yo en esto; fue un gran y largo viaje juntos, no pude hacer nada más que sufrir la perdida de quien fuera un hermano para mí. Parte de seguir tocando con Buzzcocks es mantener viva nuestra historia juntos y el legado de la banda sonando siempre.

¿Qué te ha motivado a continuar con la banda luego de la partida de Pete?

Bueno…. un poco parte del duelo fue lo que me empujó a querer seguir con la banda, otra parte fueron los fans que pedían que no termine Buzzcocks; algunos dirán que no es lo mismo, pero después cuando nos ven en vivo muchos de aquellos que no están de acuerdo cambian de parecer, porque se dan cuenta que aún se mantiene el espíritu.

¿Cómo verías la posibilidad de hacer nuevamente Buzzcocks F.O.C., aquel proyecto que armaste en 1982 con el batero John Maher, el bajista Dave Farrow y el tecladista D.P. ?

No lo sé, tal vez… ¡qué buena idea que me acabás de dar! (Risas) Hablando fuera de broma, alguna gente me lo ha comentado y considero que hay muy buen material ahí que podríamos volver a hacer. Realmente Flag of Confidence ha sido un gran proyecto paralelo que estaría bueno mostrar a las nuevas generaciones.

ATTAQUE 77

¿Extrañas algo de la famosa época del ’77?

Fue una época maravillosa, había otros códigos en la calle, en el pub, todo estaba comenzando… Soy de la “primera generación punk”: empezamos al mismo tiempo que Sex Pistols, The Clash, The Jam y The Damned. Nosotros empezamos con todo esto, fuimos los primeros que abrimos, por así decirlo, el camino que luego continuó a lo grande. Nadie puede decirnos nada, nosotros estuvimos ahí, podríamos decir que nosotros lo inventamos. Nosotros rompimos con el establishment de ese momento, nosotros le hicimos “fuck off” a las grandes discográficas.

Cuando empezaste con Buzzcocks y veías que algo nuevo se estaba gestando, ¿qué se sentía formar parte de algo nuevo y grande como eso? ¿Dimensionaban el legado que dejarían o fue tanta la vorágine que no llegaron ni a pensarlo?

¿Sabes lo que pasó? Comenzamos a editar nuestros primeros discos, y ahí empezó a crearse el estilo Buzzcocks que rápidamente se diferenció de The Clash, de The Jam y de The Damned y eso fue lo mejor: que cada uno era bueno en lo que había creado, y esa creación fue una identidad propia… El mundo cambió muy rápido, y la gente también cambió, tal vez nosotros también hemos cambiado, pero esas identidades sobrevivieron hasta el día de hoy.

Existe una especie de estereotipo acerca del punk rock, que apareció en los 70 cuando en el famoso fanzine “Sniffin Glue” salió una caricatura que de manera sarcástica se refería al punk rock resumiéndolo como “Aprendé estas tres notas y unite a una banda”… ¿Qué fue lo que a vos te motivó para armar una banda?

Mirá, en esa época estaban de moda muchas bandas de heavy metal y de rock yrogresivo, eran buenas pero no eran mi estilo. Por tres años nada bueno ocurrió y qué sé yo, tenía 20 años y escribí una canción llamada “Fast Cars” y ese podríamos decir que fue un poco el comienzo de todo para mí. Aprender a tocar la guitarra fue para mi una liberación en todo sentido mental y musicalmente hablando.

Por ultimo… ¿qué es para vos “Harmony In My Head”? (N. así se llama también su autobiografía, coescrita con Terry Rawlings y publicada en 2003)

“Harmony In My Head” es para mí el bullicio de la gente en las calles, en una High Street, en una cola esperando por algo; ese ruido es vida, eso da armonía en mi cabeza, el saber que la gente esta ahí, dando vueltas, en comunidad, junta, paseando, caminando con su familia, su pareja o bien con un amigo, pero está… quizás es para muchos un concepto un tanto extraño, pero para mí tiene mucho sentido.

Whenever I’m in doubt about things I do
I listen to the high street wailing sounds in a queue
Go out for my walking sailing social news
Don’t let it get me down I’m long in the tooth

When I’m out in the open clattering shoppers around
Neon signs that take your eyes to town
Your thoughts are chosen your world is advertising now
And extravagance matters to worshipers of the pound

But it’s a harmony in my head
It’s a harmony in my head

The tortured faces expression out aloud
And life’s little ironies seem so obvious now
Your cashed in cheques have placed the payments down
And there’s a line of buses all wait to take you out

But it’s a harmony in my head
It’s a harmony in my head
It’s a harmony in my head
It’s a harmony in my head
It’s a harmony in my head
It’s a harmony in my head

Whenever I’m in doubt about things I do
I listen to the high street wailing sounds in a queue
I go out for my walking sailing social news
Don’t let it get me down I’m long in the tooth

‘Cause it’s a harmony in my head
It’s a harmony in my head
It’s a harmony in my head
It’s a harmony in my head

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