Hugo tiene no todo el mundo, pero sí el Uritorco en sus manos

Reconocido por haber sido el tecladista de Rata Blanca por casi dos décadas, Hugo Bistolfi decidió dejar atrás su pasado con la banda de Walter Giardino para enfocarse en una carrera solista que abarca varios géneros musicales y una obra conceptual que ya lleva tres episodios con versiones en buena parte del mundo. Vía Zoom nos comunicamos con Hugo en su lugar en el mundo –la cordobesa ciudad de Capilla del Monte- para hablar sobre la nueva entrega de “Viaje Al Cosmos”, las consecuencias de la fama y la conexión cósmica que une al cerro Uritorco con el porteño barrio de Villa Soldati… ¡Así que ajústense los cinturones, que el viaje está por empezar!

¡Hugo no cabe en sí de felicidad al saber que también está en el canal MADHOUSE VIDEOS en Youtube!

Desde hace un tiempo vivís en Capilla Del Monte, ¿cómo fue atravesar todo este periodo de pandemia tan particular en las sierras?

¡Fue difícil!. A mí me agarró en la ciudad de Córdoba dos días antes de volar a Panamá para una gira de cuatro meses que incluía Perú, donde iba a dar un show en Machu Picchu. Así que me dediqué a disfrutar mucho de estar en mi casa. Como estoy acá en la montaña tengo mucha conexión con la tierra, así que empecé a hacerme una huerta, empecé a disfrutar un montón de caminar y también me puse a estudiar piano y componer. Así que compuse “Viaje Al Cosmos IV”, el próximo disco que ya estoy grabando en estos momentos,

Si bien ya tenés la cuarta parte, hace poco sacaste “Viaje al Cosmos III”,  el tercer capítulo de esta saga que es como una especie de Star Wars rockero...

(Risas) ¡Sí, se transformó en un Harry Potter! Es una idea que desarrollo en 2009 donde escribo una novela de ciencia ficción que después se transformó en un formato de disco con relatos y canciones. “Viaje Al Cosmos” narra la historia de que el planeta Tierra está llegando a su fin por todo el daño que hizo la humanidad y una pareja -una chica de una ciudad intraterrena y un chico de esta dimensión- se convierten en los comandantes de una nave que irá a buscar un nuevo planeta en donde continuar la vida. La primera parte trata sobre eso y tiene los relatos de Fabio Zerpa y músicos invitados como JAF, Walter Meza, Javier Barrozo, Adrián Barilari y varios más. Después la gente se volvió muy fanática y me empezó a preguntar qué había pasado con los que se quedaron en la tierra; y ahí compongo “Viaje Al Cosmos II”, que cuenta qué es lo que está pasando en la Tierra mientras viajan; una historia paralela que es muy heavy metal porque en la Tierra se puso todo muy mal.

Y ahí llega este concepto de “Maestros Cósmicos” detrás de esta tercera entrega…

Porque cuando están en la nave, reciben la visita de los “maestros cósmicos”, los maestros espirituales que habían pasado por la Tierra dejando a sus enseñanzas. Yo me había venido a vivir definitivamente a la montaña y estaba en una  onda muy espiritual y tenía ganas de hacer un disco desarrollando esta temática de los maestros espirituales: Hermes Trismegisto, Buda, Jesús, Gandhi… y me dije: “tengo que invitar a los maestros del rock nacional”. Y así fue que invité a Willy Quiroga, a Litto Nebbia, a Raúl Porchetto, a Juan Carlos Baglietto, a Emilio Del Guercio y a Piero;  y las narraciones las hizo Claudio María Domínguez, así que quedó un disco bastante interesante que el 2/11 sale en todas las plataformas digitales.

COSMOGONÍA BISTÓLFICA

¿Cómo se dio tu interés por estos temas? Me imagino que no es casualidad que estés viviendo en Capilla del Monte y que hayas desarrollado una historia como la de “Viaje Al Cosmos”…

Todo es un combo. Mi viejo tenía un telescopio cuando vivíamos en Villa Soldati y miraba mucho el cosmos; yo tenía una mirada del universo bastante científica, pero estar en el Uritorco me despertó toda una parte espiritual y de búsqueda Y de evolución que desarrollé en mi disco (N: “Uritorco”, de 2002)

¿Habías venido antes al cerro?

La primera vez vine a tocar con Rata Blanca en el festival La Falda Rock en el ‘92 y cuando estoy subiendo al micro, siento que me quería quedar… y me quedé. Y al otro día apareció una persona que me invitó a ir al Uritorco y quedé muy impactado, sentí algo realmente distinto. Y ahí fue que empecé a alternar mi vida entre las giras y el rock and roll y estar solo en la montaña. Elegí este camino.

Me estuve metiendo en tu perfil de Spotify y hay varias versiones de “Viaje Al Cosmos” en diversos países con artistas locales…

Lo mismo que hice en Argentina lo fui haciendo en 15 países: Perú, Bolivia, Paraguay, Chile, Colombia, México, Panamá… y voy a todos esos países constantemente de gira, presentando la obra con todos músicos locales. Acaba de salir en España, ya perdí la cuenta pero este año sale en Ecuador, en Uruguay, en El Salvador, Honduras, Guatemala… lo estamos grabando en Puerto Rico. Es increíble, nunca me lo hubiese imaginado y me mantiene muy activo.

PIANO, PIANO, SE VA LONTANO

Recién mencionabas tu infancia en Villa Soldati, y siempre me llamaron la atención los tecladistas de tu generación y el hecho de saber cómo fue que eligieron los teclados dentro del rock, porque me imagino que en esa época todos querían ser guitarristas o bateristas…

(Risas) ¡En Soldati no había ni un piano! El primero vino a la par del rock. Yo empecé como todos con la guitarra, pero me agarró la pasión por el piano en el colegio, y después empecé a tocar el órgano de la iglesia, hasta que mi papá me regaló un órgano italiano con el que armé mi primera banda a los 13, 14 años cuando me había atrapado el rock al escuchar “El Lado Oscuro De La Luna” de Pink Floyd.  Y ahí empecé a sacar de oído Emerson Lake And Palmer, Deep Purple, Yes… bandas que me volaron la cabeza. Entonces crecí con eso, fue muy fuerte

Y llegamos a tu etapa con Rata Blanca. Vos te sumás cuando ellos ya habían sacado el primer disco, para las presentaciones en vivo, y con tu ingreso cambió mucho el sonido del grupo

Claro, Rata Blanca no tenía teclado en el primer disco, salvo un invitado en un par de temas. Yo en esa época tenía mi banda llamada Badulaques, y Federico el cantante se había ido a probar a Rata y de ahí vino el contacto. Con Walter Giardino éramos vecinos porque él vivía en el Bajo Flores y un día me invita a tocar a la casa y me muestra lo que iba a ser “Magos, Espadas Y Rosas”, que ya lo tenía compuesto, y me dije “Esto me gusta”, porque veía que tenía lugar como para meterme: por más que yo venía del rock sinfónico y progresivo, pensaba que podía congeniar muy bien. Y Walter me propuso empezar y a la semana ya estaba tocando en Halley presentando el primer disco.

¿Estaba Saúl Blanch en esa época, no?

Si, toqué dos años con Saúl, del ‘88 al ’90. ¡Fue una época maravillosa!

Y después sale “Magos…” y enseguida tienen un éxito impresionante. ¿Cómo visite esa etapa tan vertiginosa?

¡Fue fuertísimo! Y, medio que no entendíamos nada porque de un día para el otro empezamos a sonar en todos lados, a aparecer en el programa de Tinelli, de Susana Giménez, fue una locura. Teníamos 24 años, ¡éramos inmortales! (Risas) Pero a la vez yo seguía teniendo mis amigos de Soldati, por eso la fama no me cambió mucho; porque aparte ahí conocí el Uritorco y eso me hizo muy bien, porque vivía esa película de la fama y el rock and roll; pero a la vez estaba solo en la montaña y tenía que encontrarme a mí mismo. Y ese equilibrio me sirvió para toda mi vida

También viajaban mucho…

Recorrimos Europa y toda Latinoamérica ¡Lo que sonaba Rata Blanca en esa época era maravilloso! Creo que no había bandas que tocaran tan bien como nosotros. Fuimos medio los pioneros en la movida con el tema de buscar sonar bien, de tener una buena puesta en escena, de comprar los mejores equipos…

ES LA ALIANZA QUE ME ALCANZA

Luego de esa etapa viene tu primera salida de Rata en 1993 para formar al poco tiempo Alianza junto a Adrián Barilari. ¿Cómo fue esa sensación de arrancar de cero?

SÍ, por más que tuviésemos toda esa historia atrás, fue como empezar de nuevo. La relación en Rata se había desgastado mucho, era una olla a presión; así que después de una gira por España donde grabamos “El Libro Oculto”, yo ya tenía la cabeza en otra cosa. Ahí compuse “Pasión Prohibida” y “La Trampa Del León” (N: dos temas del disco debut de Alianza) y se los mostré a Adrián. Así que cuando volvimos, ya teníamos algunos temas para arrancar un proyecto nuevo. Alianza fue muy lindo porque para mí era hacerme cargo de toda la parte musical y poder hacer lo que me gustaba: un hard rock con toques sinfónicos.

Alianza tenía una cuestión melódica muy fuerte y justo después de que ustedes se van, Rata va para un lado más pesado, entonces era como que los fans del grupo tenían dos vertientes: una más melódica y otra más pesada…

Y la dupla con Adrián resultó genial. Incluso cuando salgo de gira por Latinoamérica me piden temas de Alianza  porque hay gente que piensa que “Pasión Prohibida” es un tema de Rata Blanca.  El debut “Sueños Del Mundo” fue maravilloso: tocan Jota Morelli, Guillermo Vadalá y Daniel Telis, es un disco lleno de energía, nos divertimos muchísimo. Con Alianza hicimos tres discos en total.

A LA LARGA, LA RATA ATRAPA

Ya para 2000 volviste al ruedo con Rata Blanca, ¿cómo fue esa nueva etapa comparada con la anterior?

La diferencia fue que en esta segunda etapa recorrimos el mundo y lo disfruté mejor porque era más grande, estaba más maduro, sobre todo en las giras donde compartía la habitación con el Negro (N: por el bajista Guillermo Sánchez, fallecido en 2017). Fueron diez años con buenos discos y momentos hermosos

¿Fue más difícil dejar el grupo en esta segunda etapa?

(Piensa) Es que casi fue por el mismo motivo, porque no había cambiado nada… ¡Habían pasado 25 años y la película seguía siendo la misma! (Risas) Yo había empezado a hacer mis discos solistas, había hecho un disco de folklore con el que toque en Cosquín…  entonces ya recorría otros caminos que no me los quería perder. Así que fue una etapa terminada, porque a partir de ahí no hubiese estado tan buena.

Fuiste el único miembro que no volvió a la banda en los shows aniversario. ¿Siguen todavía las cosas un poco distantes? ¿Tenés alguna charla pendiente con algún miembro?

Charlas se deben y con eso no tengo problema. El tema es que no estamos todos, no está el Negro, así que para mí ya no tiene sentido. Yo no vuelvo por dinero, tengo otros valores que para mí son más importantes. Así que si no lo siento, no lo hago. Los caminos están muy distanciados entre nosotros.

FINAL, PRESENTE Y FUTURO

Lo del Negro fue muy fuerte para todos. Vos le dedicaste un tema muy emotivo…

Es que yo conviví con el Negro toda la vida, porque fuimos compañeros de habitación. Y cada habitación es un mundo, porque en las giras de rock and roll sucede de todo y mi mundo era con el Negro. Y aunque ya no tocábamos juntos, seguíamos siendo amigos, nos seguíamos viendo. Y cuando partió fue muy doloroso, la verdad que para mí fue una tristeza muy grande… estuve una semana muy triste y después me acordaba de todas las cosas lindas que vivimos. Por eso hice la canción de todas esas cosas que quedaban en mí y de haber compartido la vida con el Negro.

Para ir cerrando: volviste a tocar en vivo con tu banda solista, ¿cómo fue esa experiencia y que se viene para el futuro?

Tengo muchos shows en Córdoba, donde tengo una banda fija con mis amigos de acá; pero también volvimos a armar en Buenos Aires la banda con Pato Canevari, Dama Bacon, Javi Barilari y Diego Piraino; ¡y me siento bárbaro!, porque son mis amigos.  Y volver a tocar con los amigos es lo más lindo que hay, de eso se trata de ser feliz. Tenemos una fecha confirmada en Lucille y después a estar atentos a lo que vaya surgiendo. Y paralelamente estamos grabando “Viaje Al Cosmos IV” con varios invitados del cual solo te puedo adelantar al Tano Marciello que ya grabó, así que estamos con varias cosas. Dejo que me sorprenda la vida

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HUGO BISTOLFI despide el año el próximo 19/12 en Lucille (Gorriti 5520 CABA). Entradas a través de Whatsapp: 11-6780-6123

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