A Flotsam And Jetsam la pandemia los agarró trabajando. Como les pasó a miles de artistas y bandas en el mundo, estos veteranos pertenecientes a la primera camada de bandas que desencadenó la revolución thrash, aquella que aceleró el metal a principios de los 80 (de sus filas salió Jason Newsted, futuro bajista de Metallica), vio postergada la actividad en directo y las giras. Mientras algunos enfrentaron la situación haciendo streamings o juntandose con colegas para subir covers a Youtube, la banda de Arizona decidió no perder el tiempo y volver al estudio. El resultado es el flamante “Blood In The Water”, álbum número 14 en sus 35 años de carrera. MADHOUSE charló via Zoom con su baterista, el experimentado Ken Mary (con pasado en bandas como Accept, Fifth Angel, Chastain, TKO, Impellitteri, House of Lords, Bonfire y Alice Cooper) sobre el flamante disco de la banda y sus planes futuros.

Ken, finalmente “Blood In The Water” vio la luz. ¿Qué podés contarnos del álbum?

Todos en la banda quedamos muy conformes con “The End Of Chaos” (2019), nuestro disco anterior, creemos que es un trabajo que dejó la vara muy alta. Tuvimos muy buena recepción de la crítica y estábamos presentando el disco con fechas en EE.UU. y México, hasta que llegó el COVID-19 y el mundo se paró. Entre nosotros éramos conscientes de que esta formación estaba pasando por un gran momento, sonando increíble y con muchas ideas nuevas. Era parar totalmente sin saber hasta cuándo. Sin la posibilidad de girar, la única manera de mantenernos activos era seguir componiendo y grabando, así que dijimos “no es momento de parar, volvamos al estudio, no lo dejemos pasar”…

Escuchando el álbum se nota un hilo conductor entre éste y «The End…», ¿coincidís?

Sí, totalmente es así. Pero más que como una segunda parte de “The End…”, prefiero verlo como una continuación, porque si bien sigue la onda del anterior, que es thrash metal con riffs abrasivos, muy técnico, con mucha melodía, “Blood…” es algo más complejo, con arreglos y secciones más trabajados. En ese sentido, redoblamos la apuesta porque creemos que esta formación expandió sus posibilidades sonoras. Es un paso más allá de dónde lo dejamos.

Me llamó la atención el hecho de que cada miembro parece tener su momento en el disco.

¡Yo diría que cada uno tiene su momento, pero no por separado, sino todos juntos a la vez! (Risas). Dejando de lado la broma, conozco a Flotsam And Jetsam desde que empezaron, porque grababan en mi estudio acá en Phoenix (N: Ken es, además de baterista, productor, cantante, compositor y propietario del estudio Sonicphish), y creo que actualmente la banda alcanzó un grado de madurez importante, sonando virtuosos como nunca. Flotsam es un caso parecido al de Motörhead, que pese a ser una banda muy influyente, tuvo que esperar para ser reconocida. Nunca alcanzó la popularidad de bandas contemporáneas como Anthrax, Venom, o Slayer. Recién con los años vino la consideración y el respeto para la banda.

¿Qué pensás de cierta crítica que ve influencias del power metal en “Blood In The Water”?

Absolutamente. Creo que haber girado tanto por Europa y compartir cartel con grupos como Hammerfall es algo que nos influyó, porque a veces las influencias que llegan a vos son inconscientes, sin querer: lo que suena a tu alrededor te afecta de alguna manera. Además, tenemos a Eric AK, que es un cantante increíble, y si lo escuchás con detenimiento vas a ver que a veces no suena como un cantante americano, sino como uno de la escuela de metal europeo, alcanzando notas altas y con mucha melodía en los estribillos.

El Flotsam actual, con los nombres y todo. Sí, este epígrafe es menos necesario que nunca

ADOPT, ADAPT & IMPROVE

¿Cómo fue el proceso de grabación en plena pandemia? ¿Pudieron entrar al estudio o lo hicieron remotamente, mandando cada uno su parte por separado?

Digamos que fue un mix de ambas cosas… Sobre todo al principio, arrancamos trabajando en el estudio, pero debo decirte que Arizona fue uno de los estados más afectados y con más casos de COVID-19, así que vino un cierre de actividades muy fuerte dispuesto por las autoridades. Ahí tuvimos que cambiar, hacer cosas en diferido o reducir la presencia en el estudio a una cosa puntual. Recuerdo estar con AK grabando las voces, y vernos y hablarnos a través del vidrio de la cabina y nunca cara a cara. Eso podría haber sido negativo, hacer más frío todo el proceso, pero estábamos con ira por lo que estaba pasando en el mundo, así que lo usamos a nuestro favor para balancear las cosas. En nuestro entorno, el virus pegó fuerte, hemos tenido familiares directos y amigos internados. Y para un músico que parte de su trabajo consiste en estar en contacto con la gente, el encierro es una situación complicada, porque por nuestra naturaleza, tendemos a lo gregario, a juntarnos con los otros.

Ken, de traje y corbata, hace magia literalmente con sus tambores

¿Está reiniciándose la actividad de shows y festivales en EE.UU. con el avance del plan de vacunación?

Sí, en parte está empezando a abrirse. Europa por ahora continúa cerrada en general. Nosotros reprogramamos algunas fechas de las que se cancelaron acá. En cuanto a los festivales, lamentablemente EE.UU. no es como Europa, donde tenés muchos y grandes, acá no hay esa cultura festivalera, no hay un Wacken o un Download, básicamente porque yo veo al metal en este país como a un género infravalorado. No tiene el apoyo necesario. La corporación va más por el lado del pop o del rap. Por poner un ejemplo, una banda como Arch Enemy en Europa es enorme, y cuando giran por América no juntan más de mil personas. Con las radios lo mismo. Quizás pasen a Slipknot o a Five Finger Death Punch y no mucho más… Lo cierto es que después del grunge, el heavy metal nunca recuperó el sitial que supo tener, lo cual es triste, porque si bien Nirvana, Alice In Chains o Soundgarden son grandes bandas, el grunge se limitó a eso: tres bandas, cuatro con Pearl Jam, ponele. Es un legado muy pequeño. El resto era una bolsa llena de aire. En cambio, la escena metalera era más amplia, tenías para más bandas para elegir.

AQUÍ, ALLÁ Y EN TODOS LADOS

Como baterista demostraste ser muy versátil, tocando con artistas de estilos diferentes como House of Lords, Chastain, Accept, Impelliteri, Alice Cooper, etc. ¿Fue un desafío entrar en una banda realmente heavy como Flotsam and Jetsam?

Sin dudas. Un completo desafío por el lado del volumen, la agresión. Tenés que ser un atleta para tocar este estilo de música porque es altamente demandante en la parte física. Pero, por otro lado, creo que tocando en una banda como esta es donde realmente puedo hacer, en vivo y en estudio, todo lo que muestro en una clínica de batería. ¡Es el sueño de todo batero hecho realidad! (risas).

¿Seguís haciendo clínicas?

Como todo, se cortaron por el coronavirus, pero si, próximamente las retomaré, ya sea de manera presencial o por streaming. Y siempre fiel a mis queridas baterías Pearl y platos Paiste. Si los parches son lo tuyo, no hay nada mejor en este mundo (N.: nos pasó el chivo gratis, pero se lo perdonamos porque el tipo tiene onda)

¿Cuáles son tus principales influencias como músico?

-Cuando era apenas un adolescente vi a Kiss en vivo y ya nada fue lo mismo para mí. Después fui creciendo y me interioricé por todo tipo de estilos musicales, como el jazz o el rock progresivo. Así que, si tuviera que nombrarte a algunos de mis referentes en el instrumento, sin dudas elijo a Neil Peart, John Bonham y a Buddy Rich. Seguramente viste “Whiplash”, la película. Buddy Rich era metal antes del metal, un adelantado a su tiempo, que expandió tempranamente los límites de la batería.

1987: Ken asoma ahí a la izquierda, detrás de la siniestra majestuosidad de Alice Cooper y los músculos de Kane Roberts. ¡El tipo estuvo ahí y vivió para contarlo!

Por último, Ken, y como fan suyo no puedo dejar de preguntártelo: ¿cómo es formar parte de la banda de una leyenda como Alice Cooper?

¡Oh, un gran recuerdo! Formé parte de su banda en “Raise Your Fist And Yell” (1987) y el tour de presentación de ese disco. Más allá de que Alice es una verdadera leyenda, es realmente una gran persona. Para los que tocamos con él, es como una figura paterna, el tipo es super abierto y te aconseja sobre como manejarte en este duro negocio. Es realmente, un formador de músicos.

Gracias por tu tiempo, Ken. Esperamos que esta pesadilla termine pronto y verlos con la banda por Sudamérica.

¡Ojalá sea pronto! Creo que estamos más cerca del objetivo. Sabemos que en Sudamérica hay un público ávido de buen metal, así que esperamos ir a verlos pronto.

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here