(Por Frank Blumetti) Un 17 de abril como este pero de 1983, se corría la tercera edición de la maratón de Londres, evento deportivo en el cual participó el legendario Joe Strummer de The Clash. Sí, tal como lo leen. El año anterior, según él mismo, también había corrido la maratón de París después de beber nada menos que 10 pintas de cerveza… ¿Verdad? ¿Mito? ¿Mito y realidad? En el 38º aniversario de aquella carrera, los invitamos a repasar esta curiosa historia (con o sin cerveza a mano: uds. eligen) que pueden leer a la carrera.
Resulta que Joe Strummer, siendo la intransigente figura pionera de la ola original de punk rock británico que era, también fue un maratonista inesperado. ¿Pero cómo llegó a eso? La familia de Strummer, que pasó mucho tiempo mudándose de un lugar a otro en su temprana juventud, tuvo al futuro frontman de The Clash pasando la mayor parte de su primera infancia en El Cairo y México DF antes de ser enviado a un internado… «A los nueve años tuve que despedirme de ellos porque se fueron al extranjero, al África o algo así», contó Strummer. «Fui a un internado y solo los veía una vez al año después de eso. Me dejaron solo en esta escuela donde la gente rica y gorda mandaba a sus hijos ricos y gordos», agregó. Fue durante este tiempo, al parecer, que Strummer desarrolló la habilidad de correr como el viento.
Cuenta la leyenda de The Clash que en 1982 su manager Bernie Rhodes orquestó un plan para hacer que Strummer «desapareciera», en un intento deliberado de levantar la lenta venta de entradas del concierto de la banda en Escocia. Se dice que la idea era enviar a Strummer a esconderse en lo de su amigo Joe Ely (músico y cantante que eventualmente colaboró con The Clash) en Texas, una movida que llamaría la atención de los medios. Sin embargo, el plan no le cayó bien a Strummer, que prefirió desaparecer… legítimamente. Esta decisión suya tomada a modo de broma hacia Rhodes derivó en que se lo considerara realmente desaparecido, con su paradero desconocido para el público, el manager e incluso los miembros de la banda (!). Más tarde, Strummer reveló que había estado «boludeando» en Francia y el resultado causó una tensión significativa en The Clash. Strummer admitió que su acto de desaparición fue un error, pero agregó que «tenés que tener algo de qué arrepentirte» a medida que la banda comenzó a desmoronarse a pesar de su éxito.
Esas seis semanas en la Ciudad Luz con su novia Gaby Salter también derivaron en el plan espontáneo de Strummer para correr la Maratón de París. En el documental «Joe Strummer: The Future is Unwritten» de 2007, dirigido por Julian Temple, Joe habla sobre sus habilidades maratonísticas y su peculiar método de entrenamiento a base de cerveza, que lo llevó a lograr un tiempo de menos de tres horas y media, algo realmente impresionante por ser un amateur… e igual de discutible: Strummer seguiría la misma rutina para completar el maratón de Londres dos veces. Más tarde, en 1999, discutió sus hazañas con la revista estadounidense Steppin’ Out.
– ¿No corriste una vez en la maratón de París?
– Sí. Corrí tres de ellas.
– Corregime si me equivoco, ¿pero es también cierto que nunca te entrenaste para ninguna?
– Realmente no deberías preguntarme sobre mi régimen de entrenamiento, sabés.
– ¿Por qué?
– Porque no es bueno y no quisiera que la gente lo copie.
– No te hagas rogar…
– OK, lo querés, aquí está. Tomate 10 pintas de cerveza la noche antes de la carrera. ¿Anotaste bien? Y no corras un solo paso al menos cuatro semanas antes de la carrera.
– ¿No correr en absoluto?
– No, en absoluto. Y no olvides las 10 pintas de cerveza la noche anterior. Pero asegurate de poner una advertencia en este artículo, «no intenten esto en casa»… Quiero decir, esto funciona para mí y Hunter Thompson, pero podría no funcionar para otros. Solo puedo decirte lo que yo hago.
No hay evidencia cierta, concreta y fehaciente del tiempo de Strummer en la maratón francesa que pueda encontrarse; de hecho, hay serias dudas sobre la veracidad de esta primera parte de la historia. La gente entrena durante meses y años para correr maratones; Strummer al parecer se paseó por el campo con Gaby, y supuestamente, según Wikipedia, terminó la carrera en el impactante tiempo de 3 horas y 20 minutos.
Todo sobre esta historia parece sospechoso, incluido el hecho de que en la supuesta fotografía de Strummer y Salter después de la carrera (arriba), ambos en ropa de correr pero con un aspecto tan fresco como si acabaran de salir de la pâtisserie del hotel… Por otro lado, ninguno usa el número de identificación, algo que todo participante de la carrera debería tener. ¿Dudas? Todas las que quieran, de eso hubo de sobra.
Hay muchas otras razones para pensar que la historia es una invención, pero hay al menos un hecho muy creíble para respaldarla: la maratón de Londres, que Strummer corrió definitivamente (véanlo en la foto del inicio de este artículo, con corte mohawk, ropa de corredor, número, sponsoreo de Gillette y todo), terminando con un tiempo respetable de 4:13 sin ningún entrenamiento previo en absoluto.
Hay más testimonios que apoyan la veracidad de la participación de Strummer en la maratón de la capital inglesa. El libro de Chris Salewicz «Redemption Song: The Ballad of Joe Strummer» cita a Gaby diciendo que Joe «no se había entrenado. Simplemente se compró unos shortcitos y dijo: ‘corramos una maratón'». Salter abandonó por la mitad. Más adelante en el libro, Antony Genn, el colaborador de Strummer en los Mescaleros, relata la versión de Strummer acerca de esta experiencia citándolo textulamente: «No entrené. Ni una sola puta vez. Solo me presenté y lo hice»… Los íconos del punk rock eran famosos por su vida difícil, por lo que el rendimiento maratónico de Strummer es solo otra señal de su genio… y quien sabe si acaso también de su inventiva.
Periodista especializado en artes, espectáculos, gastronomía y cultura pop. Co-fundador de las revistas argentinas Riff Raff (entre 1985-86) y Madhouse desde 1989 hasta 2001. Director del primer fanzine de habla hispana dedicado a Kiss y autor junto a Carlos Parise del libro «Heavy Metal Argentino» (1993).