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Todo el mundo conoce a Banksy. Y muchos lo aman. El «efecto Banksy» ha crecido en los últimos años y continúa expandiéndose. El artista callejero inglés es, de hecho, un legado de la cultura y del imaginario popular colectivo como si fuera una estrella del pop o un político. «Banksy And The Rise Of Outlaw Art», la película dirigida por Elio España, es la prueba de que siempre hay algo que contar sobre esta figura, que a esta altura seguramente ya no es tan misteriosa.

Girl with Balloon - Wikipedia
La nena con el globo: «There is always hope» (siempre hay esperanza), dice una frase en la pared

A diferencia de otras películas como «Exit Through The Gift Shop», dirigida por el propio artista pero que sigue siendo una estratagema para narrar la historia de otro otro provocador que es Mr. Brainwash con sus dudosas obras, o la italiana «L’uomo Che Rubò Banksy» de Marco Proserpio, centrada en la obra «robada» de una pared – ahora muy famosa – en Palestina, «Banksy And The Rise…» intenta ahondar en la figura del grafitero con más profundidad. De hecho, el documental utiliza al artista de Bristol para desarrollar una síntesis sobre la historia de Inglaterra a través de algunos pilares sociopolíticos y culturales. Desde los intensos movimientos callejeros de 1979, donde los jóvenes llevaron a cabo una revolución contra el fanatismo conservador de Margaret Thatcher, pasando por el nacimiento de las diversas subculturas clandestinas que asomaban por los pubs, discos y clubes ingleses donde se comenzaba a escuchar punk rock, y luego el techno junto con los diversos experimentos químicos ligados a los ácidos y al LSD hasta llegar al boom de las modas acreditadas al público y la masa. Y Banksy estaba allí, agudo observador e irónico papel tornasolado de la realidad y el presente.

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Banksy en México, 2001

Nacido a finales de los setenta, criado en los ochenta y, a través de sus primeras acciones con los grafiteros más famosos de los suburbios ingleses -su ciudad de Bristol, seguirá siendo siempre la matriz principal-, activo desde finales de los noventa, Banksy se ha dado a conocer poco a poco con un simple gesto: combinar al imaginario colectivo con un mensaje claro y sencillo que todos puedan entender. Todo esto con una habilidad estilística peculiar y reconocible: era el más talentoso en pintar free hand (a mano alzada, a pulso, como prefieran) a gran velocidad. El arte callejero ya no se esconde entre los trenes donde los artistas arriesgan su vida para pintar o en las paredes más secretas de las calles de piedra oscura del Londres postindustrial, sino que se trasladó al centro, a merced de todos. Banksy, como cuentan en este documental testigos activos del mundo del graffiti inglés, tuvo una rápida evolución tanto en la street art, cuyas reglas subvierte un poco, como en el mercado del arte.

La imagen puede contener: bicicleta y exterior, texto que dice ""DARLING LOOK, IT'S A BANKSY!" "DON'T BE SILLY MY DEAR, THAT'S JUST SOME VANDALISM. HOHE "oH RIGHT YES, OF COURSE.""

Sus temas recurrentes -los ratones sacados del artista francés Le Rat, las nenas con los globos en forma de corazón, los policías ingleses, los soldados que en lugar de armas traen flores, los emoticones, el Mickey Mouse, entre otros- viajan desde las calles de su país a las de Europa, Palestina y Nueva York, llegando a exponer en galerías privadas y luego en museos. Desde el punto de vista mediático, resulta interesante la sustitución de obras históricas en museos por pinturas de Banksy con la idea de sorprender al público retro y rancio que visita estos lugares, para luego llegar a un escenario más top como el de la renombrada casa de subastas Sotheby’s, donde la famosa, pequeña -y simple en su técnica y mensaje- pintura de la «Girl With A Balloon», se remata por £ 1 millón 42 mil, solo para autodestruirse momentos después de la venta (!), mediante un mecanismo insertado en la parte posterior de la lona. Otro acierto, otra broma.

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«Banksy And The Rise…» no tiene nuevas entrevistas con el artista, pero la película entrevista a varias personas que lo conocen muy bien. Entre ellos se encuentran el promotor de arte / fotógrafo / curador Steve Lazarides (que ha trabajado con Banksy desde 1997) y el artista Ben Eine, que colaboró con Banksy en muchos proyectos, incluida la fiesta anual Santa’s Ghetto Party (lanzada en 2002) y uno de los proyectos más famosos del artista callejero: pintando murales en la pared de Cisjordania en Palestina en 2005. También aparecen otros artistas como Scape Martinez, Risk y Felix “Flx” Braun. Y se menciona como el muy poco ortodoxo camino de Banksy hacia el estrellato artístico pavimentó el camino para otros artistas del underground callejero que también hoy forman parte del mainstream como Shepard Fairey, OSGEMEOS, Swoon, RETNA e Invader.

Banksy: les sept œuvres qu'il faut connaître

Desde los trenes hasta las calles del centro. De la imagen a la palabra. Este es el camino definido, claro y documentado, acción tras acción, entre Londres, París, Nueva York, hasta Venecia, en el que las diversas operaciones de Banksy han evolucionado enfocándose en problemas mucho más serios que su estética. Actos críticos que, habiéndose popularizado, han asumido un papel waltdisneyano de entretenimiento, por citar a Dismaland, la gigantesca instalación temporal que Banksy creó en 2015 en la ciudad costera de Weston-super-Mare en Somerset, Inglaterra, para mostrar sus obras y las de amigos. Una incubadora que tuvo 150.000 visitantes y 20 millones de libras en un mes de apertura. También fue un comentario social sobre cómo se vería Disneylandia si fuera tomado por cínicos con una visión oscura de la vida.

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Dismaland, la incubadora del arte pop más cínico del siglo XXI

El manager, agente y promotor de Banksy, Lazarides, admite abiertamente que valúa gran parte del arte de su representado en función de lo desesperadamente que la gente parece quererlo; afirma además que la gente ofrece comprar sus boras por sumas mucho mayores que el precio que él mismo pondría, por lo que a menudo deja que los compradores sean los primeros en tirar un precio (Es un secreto a voces que los marchands de arte siempre usan esta técnica). Y cuanto más se perciba que el arte es deseado por los ricos y famosos de la sociedad, más dinero se puede cobrar por comprarlo. Cuando celebridades como Brad Pitt, Angelina Jolie, Jude Law y Christina Aguilera comenzaron a asistir a las muestras de Banksy y a comprar sus obras, naturalmente los precios de las mismas aumentaron dramáticamente. Sin embargo, el documental menciona que durante una exhibición de alto perfil que hizo Banksy en Los Ángeles, vendió gran parte de su arte original en un puesto callejero anónimo cercano, a precios muy baratos y claro, no se vendió muy bien. Si el mismo arte del puesto callejero se hubiera exhibido en la exhibición de Banksy de alto perfil, se habría vendido por miles de dólares… Es un ejemplo de cómo la presentación, el marketing y la percepción son las fuerzas impulsoras de cómo se cotiza y vende el arte.

En 2003 Blur lanza su álbum «Think Tank» cuya tapa fue creada por Banksy (el original se vendió cuatro años después en una subasta por €90.000)

En suma y volviendo al motivo de toda esta larga reflexión, «Banksy And The Rise…» constituye un trabajo muy bueno y completo al sumergir a los espectadores en la cultura del street art y en cómo los artistas pueden tener una relación de amor / odio con el mainstream. Este documental («no autorizado», aclara el afiche) es esencial no solo para quienes aman y disfrutan el arte callejero, sino también para cualquier persona intrigada -y por qué no, fascinada- por saber cómo esta parte de la cultura está lidiando con el milenario debate de arte versus comercio.

FICHA TÉCNICA

Título original: “Banksy And The Rise Of Outlaw Art»

Género: Documental

Origen: EE.UU.

Estreno: 18/2/2020 (lanzamiento digital y en DVD)

Director y guionista: Elio España

Invitados: Steve Lazarides, Simon Reynolds, Ben Eine, Felix Braun, Claire de Dobay Rijelf, Will Ellsworth-Jones, Alan Ket, Mark Holgate, Banksy (imagenes de archivo)

Música: Pete Weitz

Duración: 112 minutos

Frank

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