Este mediodía la triste noticia sacudió a un país entero: a los 88 años había fallecido el humorista gráfico más internacional y más traducido del idioma español y quizás también el más entrañable: Joaquín Salvador Lavado, mundialmente conocido como Quino. Nacido el 17 de julio de 1932 en Mendoza, la misma ciudad donde residia actualmente, atendido por sus sobrinos desde que se trasladó allí en noviembre de 2017 tras morir su esposa, Alicia Colombo. El nombre de Quino estará ligado para siempre al más famoso de sus personajes: Mafalda; la niña sabia y respondona. Según informó Clarín, la causa de la muerte fue un accidente cerebrovascular.
«Murió Quino. Es decir: se murió una parte importante de la cultura argentina. El tipo que reinventó el humor gráfico y que sintetizó las ideas de una generación. El que educó políticamente desde sus viñetas a capas enormes del país. El que, preocupado porque su trazo no desviara su camino, calcaba sus propios dibujos para mantener a su Mafalda idéntica a sí misma. El que, ya con problemas en la vista y sintiendo que no tenía tanto más para decir, dejó los lápices a un costado, en un ejercicio de dignidad. El que volvió cuando lo sintió necesario. El que cuando usaban su nombre o su personaje para sostener ideas con las que no coincidía, protestaba y plantaba posición. El que prestaba su figura para sostener cualquier iniciativa que aportara al universo de la historieta o el humor gráfico. Tenía 88 años y una obra realizada», resumió hoy Andrés Valenzuela en Página/12. Debería bastar con estas acertadas palabras para explicar por qué lo homenajeamos hoy en MADHOUSE, pero sin duda hay otra que lo describe mejor: Mafalda.
El personaje creado por Quino vino al mundo el 29 de septiembre de 1964 (ayer fue su 56º cumpleaños, casualmente) en las páginas de la revista política Primera Plana; originalmente creado como una tira para la publicidad de Mansfield, una nueva firma de electrodomésticos, su brillante humor como asimismo su lúcida ironía y su ácida visión del mundo fueron ganando el corazón del público, hasta convertirse en una figura indispensable para comprender la idiosincrasia argentina en particular y del mundo en general. Ahora bien, además de su preocupación por la humanidad y el destino del mundo, Mafalda tenía otra gran pasión que amaba con la misma locura que detestaba la sopa: los Beatles.
En una época de grandes cambios como fueron los 60, década en la que la música del cuarteto de Liverpool fue la indiscutida banda de sonido, Quino supo estar a la altura de los tiempos y darle a los Beatles su protagonismo en la tira, ligado para siempre al legado de Mafalda y sus amigos con el premio “Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2014”. Claro que la pasión por la música de los Fab Four no solo la tenía su creación: en el prólogo del libro «Diez Años Con Mafalda», Quino explicó que “Los Beatles arruinaron mi gusto por la música. Desde que salieron no escuché otra cosa”. Lo que los de Liverpool aportaron al personaje de Quino fue el idealismo que la caracteriza, su forma de ver al mundo con un optimismo ciego y una crítica punzante, el inoxidable sentido del humor y por supuesto, el enorme amor por la música.
Tengamos en cuenta que aunque hoy no nos parezca nada del otro mundo, la Beatlemanía de Mafalda y Quino fue una aventurada e incluso hasta riesgosa opinión pública, porque en la Argentina ultraconservadora de los años 60 y 70, la banda fue considerada la representación viviente de todo lo malo, subversivo y decadente en el mundo. Ahí es donde entra Manolito (que simplemente detesta a esos «tarados peludos») y algunos adultos con quien la niña convivirá y chocará en opiniones, creando así una gran dinámica literaria y arco narrativo, dejando en claro que Quino fue un vanguardista que a través de su personaje supo cómo ser civilizado y sutil en su pensamiento, definitivamente adelantado al tiempo en el que vivió. El mismo personaje que desde su nacimiento hace más de medio siglo continúa rompiendo moldes y despertando conciencias… A modo de homenaje a su talentoso autor, entonces, recopilamos aquí las tiras que demuestran el loco amor de Mafalda -y todos sus amigos, salvo Manolito- por John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr. Todo pintado con su habitual genialidad, pues para ella los Beatles eran también una de las grandes preocupaciones mundiales. O así debería ser.
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