Gojira y Mastodon, Movistar Arena, 17/11/2023

Para un desentendido en la materia y con menos metal que la revista Para Ti, la fecha del pasado viernes 17 de noviembre en el Movistar Arena, se parecía más a una película de ese género japonés de monstruos fajándose entre sí, llamado kaiju-eiga. Ya desde el afiche promocional del evento mostrando a dos gigantes bajo el título “The Mega-Monsters Tour”, se jugaba con esa idea. Los monstruos en cuestión son sin dudas en este presente de la escena metalera dos de sus máximos exponentes a nivel internacional. Bandas y solistas vienen de a mares a estas tierras (al menos por ahora), pero no siempre los artistas lo hacen en un momento de esplendor, previo a la inevitable decadencia de la que nadie escapa. Mastodon es una banda con una larga trayectoria, y si bien sus discos más celebrados ya tienen unos años (“Leviathan”, “Blood Mountain”, tal vez “Crack The Skye”), vienen de sacar un excelente trabajo como “Hushed And Grim”, en el cual demuestran una evolución como banda, una sana madurez. Gojira, en cambio, sí está en el pináculo de su historia como banda. Su ascenso en niveles de popularidad se vió reflejado  en el orden del cartel del show. Recordemos que ambas bandas ya tocaron juntas en Buenos Aires allá por el 2015 en El Teatro de Flores, pero en aquella ocasión los franceses fueron el número de apertura. y no la banda que cerró la jornada.

En una noche de extrema puntualidad, a las 19:30 comenzó a sonar Against, con su propuesta que combina un thrash prolijo con toques de groove a lo Pantera y una pizca de metal extremo. La dupla guitarrera compuesta por Sebastián Radrizzani e Iván Monastirsky son los pilares del sonido grupo, el cual no desprecia el formato canción ni las buenas melodías. Un cartel de tanto peso necesitaba de un exponente del metal argentino con cierto roce y fogueo y Against no es ajena a esas lides: son una de las pocas bandas latinas que cuentan con el galardón de haber tocado en un festival con tanta reputación como el Wacken.

MASTODON: LA FURIA Y LA ELEGANCIA

Los muchachos de Atlanta (Georgia, no confundir con el cuadro bohemio y su sede a metros del Movistar Arena), se hicieron conocidos a mediados de la década del 2000, gracias a títulos que ya fueron mencionados más arriba. ¿Qué los hizo destacar dentro de un ambiente superpoblado de bandas? Sin dudas, el haber sabido reunir influencias tan dispares como Neurosis, King Crimson, Thin Lizzy, Maiden, Metallica, más cierto toque sureño en algún que otro tema, para procesarlas y lograr como resultado final un sonido novedoso y sumamente personal.

La bestia prehistórica suena por momentos cercana al prog, pero agregándole pasajes de una aspereza muy sludge metal, combinando en su propuesta elementos que parecen tan imposibles de mezclar como el agua y el aceite. El enfoque que le dieron a sus riffs de guitarra y a largos duelos instrumentales muy trabajados que conviven en una misma canción con pasajes aplastantes y pesados como el nombre de la banda, le dieron al grupo una identidad poderosa. No había tenido oportunidad de ver a Mastodon en vivo, pero estaba al tanto de cierta leyenda urbana que sostenía que el cuarteto sonaba mal en vivo. Lejísimos estuvo de ser esta afirmación cierta en la noche del viernes pasado. Un sonido claro, potente, dentro del cual se podía apreciar claramente la performance de cada uno de los músicos, aunque hay que decir que la viola de Brent Hinds a la hora de solear sonó mucho más nítida y limpia que la de su compañero Bill Kelliher.

Ambos deleitaron al público con esos entreveros de las seis cuerdas que ya son marca registrada de Mastodon, los cuales por momentos tomaban forma de duelos y por otros de marcha conjunta. ¿Qué decir de Brant Dailor? Confirmó que es uno de los mejores bateros de la actualidad, y su estilo trabado tras los parches incluso supera a lo que muestra en estudio. Sorprende además que semejante despliegue no afecte en absoluto su labor en los temas que le toca ser voz líder. Por último, Troy Sanders cumple en su rol de bajista sin descollar (probablemente sea el más limitado musicalmente dentro del grupo), pero aporta su voz rasposa y su presencia escénica. Tal como viene ocurriendo en la última etapa de la banda, en las giras los viene acompañando el brasileño Joao Nogueira. Está claro que su rol pasa más por reforzar el trabajo de las violas aportando colchones de teclados, antes que aportar algo propio. En cuanto al setlist, Mastodon repasó con equilibrio su repertorio, tocando un par de temas de cada uno de sus discos con excepción de “Remission” y “The Hunter”, con una canción cada uno. Si lo que vimos en escena fue impecable, debajo del escenario el “mejor público del mundo” estuvo a la altura. La gente respondió con agite desde el primer acorde hasta el último (un glorioso cierre con ese mazazo que es “Blood & Thunder”), poniendo el marco ideal para una presentación que quedará para el recuerdo. 

GOJIRA: ES UN MONSTRUO GRANDE Y PISA FUERTE…

…aunque a veces debiera cambiar un poco el paso. ¿Por qué lo digo?. Los compatriotas de Mbappe, como éste, van para adelante con una potencia arrolladora y cuando los tenés de frente te pasan por arriba.Suenan increíble, e incluso lo hicieron aún mejor que Mastodon (tal vez por ser acto principal), y con una precisión quirúrgica en la ejecución. El problema, al menos para mí, es que Gojira es puro músculo. Mucha contundencia, mucho machaque, pero, si bien entiendo que tienen un estilo definido (death metal técnico y climático, mucha referencia a Sepultura, más el abuso del whammy a lo Dimebag Darrell), apelan a  un puñado de yeites que repiten hasta el cansancio.

Con las estructuras de los riffs pasa algo parecido. Les falta el alma y el vuelo que sí tiene Mastodon, en un punto importantísimo como es el compositivo. En su más reciente trabajo, “Fortress”, muestra una considerable mejoría en ese aspecto. Empezaron a poder plasmar mejores canciones, sin poner todo el énfasis en sonar aplastantes.. Con “Ocean Planet” y “Backbone”, arrancaron con todo, pero después se empezó a notar la falta de matices. Por momentos tuve la sensación de que el show de los galos era un único y extenso tema. Ya promediando el show, a partir de “Grind”, justamente aparecieron los tracks de “Fortress” y la cosa levantó considerablemente. En directo queda en evidencia lo que ya todos sabemos: los hermanos Duplantier son todo en Gojira. Si mencionamos la estatura como batero de Dailor, Mario está dentro de ese mismo Olimpo. Descomunal lo que toca, en especial con esos piés que son dos martillos neumáticos. Claramente es el genio y figura de la banda. Joe, el hermano mayor, conduce sin problemas el show y pese a ser un cantante extremo puede darle cierta emotividad a sus interpretaciones vocales, justamente lo que la banda a veces le cuesta lograr en lo musical. Christian Andreu y Jean- Michel Labadie, parados a ambos lados de Joe, son justamente eso: laderos. Hacen lo suyo con corrección y no mucho más. Podrían estar o poner a otros en su lugar.Al igual que Mastodon, se pasearon con equilibrio por todo su repertorio como banda. En la segunda mitad del recital la cosa levantó el nivel no sólo por la elección de los temas, sino también porque los galos tiraron toda la carne al asador en cuestión de efectos escénicos.

Confetti, visuales muy bien pensados desde las pantallas, muy buenas luces, llamas y humo, dieron un marco especial a la contundencia que bajaba de las tablas y a la locura que desató el público desde abajo. Para los bises tiraron toda la carne al asador con “Amazonia” (muy Sepultura de la era “Roots”.) y “The Heaviest Matter of The Universe”, dándole un cierre digno de la gran jornada metalera que vivimos gracias a dos de las bandas más importantes de la escena pesada de este incipiente siglo XXI

Txt: Hernán Mariotti

Ph: Florencia Giuliana

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