GHOST, MOVISTAR ARENA, 24/09/2023
PRIMERAS POSTALES DE LA PROCESIÓN
Tobías entendió todo. Costó, vaya que le costó ver los resultados porque no fue fácil la búsqueda. Fueron años de subirse a numerosos proyectos muy diferentes entre sí, los cuales no prosperaron. Pero como todo alumno aventajado, finalmente terminó aprendiendo a la perfección las lecciones de sus maestros. Porque Ghost, encarna hoy la última expresión del shock rock o rock teatral, género tantas veces vilipendiado, que desde hace décadas se las arregla para penetrar en el gusto de las masas, pese a las infaltables burlas o bajadas de precio. Desde Alice Cooper(algún historiador puntilloso podría nombrar a Arthur Brown como anterior, pero el inglés jamás alcanzó la popularidad de Alicia), pasando por Kiss, Motley Crue, Wasp, Marilyn Manson, hasta Slipknot o Rammstein, siempre hubo bandas que decidieron darle al público un concepto de espectáculo integral, que no fuese sólo música. Mientras degustaba unas cervezas con un grupo de amigos en las veredas de Villa Crespo, uno de ellos instaló una idea que es por demás certera. El show de Ghost del pasado domingo 24 de septiembre tuvo lugar en un contexto pocas veces presente en una fecha de en un show internacional en el país: que la misma se de en el punto más alto de la carrera de un artista hasta el momento.
Desde que Forge decidió sacarle punta al lápiz de su propuesta musical, y combinar la oscuridad del satanismo metalero con sutiles en un principio, y luego evidentes guiños al pop, la banda sueca no hizo otra cosa que crecer en su nivel de popularidad. Lo dicho se vio reflejado en una multitud que colmó el imponente Movistar Arena (la arena que nos debíamos como país), la cual mostraba dos particularidades para celebrar. Una era el predominio de gente muy joven, un dato valiosísimo en tiempos en los que el rock & roll ya no es palabra hegemónica entre las nuevas generaciones. La otra, el grado de fidelidad y mancomunión del fandom con la banda, que se traduce en remeras, banderas o innumerables réplicas del Papa Emeritus y los Nameless Ghouls, algunos con un grado de detalle para el asombro.
EL DIABLO LE ROBÓ EL RITMO AL SEÑOR
Previamente, Poseidótica calentó el ambiente con su ya conocida propuesta instrumental que combina algo de stoner con mucha psicodelia. Quizás la propuesta del grupo sea más afín a un ámbito algo más intimista que el que les tocó en suerte, pero de todas formas lo suyo fue muy digno, desplegando una muy buena labor, que fue recibida con respeto por una audiencia que no era precisamente de ese palo. Muy pocos minutos después de que terminara de sonar la última nota de la banda local, las luces se apagaron para que se dispare la pista introductoria de “Imperium”, para que luego cayera el telón y Ghost finalmente tomara posesión del escenario haciendo sonar “Kaisairon”, canción de apertura también de su último trabajo.
En apenas segundos quedó plasmado en escena que este Ghost 2023 es una banda totalmente diferente a la que pudimos ver en las visitas anteriores a nuestro país. Los suecos ya son nueve, con la inclusión de dos tecladistas y voces femeninas (las Ghoulettes). La puesta en escena mostrada en el show fue acorde a una banda de primera línea en la que se han convertido, con una escenografía compuesta por monumentales vitrales, lenguas de fuego, y algo de pirotecnia .Los Nameless Ghouls ya no son esos laderos que en el pasado se paraban detrás de su líder y mentor, tomando ahora muchísimo protagonismo escénico. Y si hablamos de transformación, qué queda para Tobías Forge en el papel de un Papa Emeritus IV cada vez más alejado de los hábitos papales. Si al comienzo de su carrera su rol era entre enigmático y estático, acentuando su presencia ominosa, ahora estamos ante un frontman con todas las letras, que arenga al público, y entra y sale de escena para adoptar varios cambios de vestuario que van desde el crooner glamoroso del comienzo del show hasta el rockstar de galera, bastón y smoking a lo Alice Cooper.
El repertorio elegido repasó todas las épocas de la banda, sin omitir al debut “Opus Eponymous”, con el oscuro “Con Clavi Con Dio” y “Ritual”, primer clásico del grupo. “Meliora” e “Impera” fueron la columna vertebral del setlist, aportando la mayor cantidad de temas . Dentro del repertorio merece una mención aparte el instrumental “Miasma”, en el cual Papa Nihil, padre e iniciador de la dinastía de los diferentes Papas Emeritus, fue resucitado con para realizar el solo de saxo del tema y luego volver a fallecer. No fue el único paso de comedia de la noche, en una muestra más de que Ghost hoy busca más entretener que asustar. Para los bises se reservaron gemas como “Kiss Go-Goat”, la pegadiza “Dance Macabre” que hizo bailar a todo el estadio y, para el adiós definitivo, un himno como “Square Hammer”. Previamente, Forge hizo un detallado repaso de todas las visitas del grupo al país, y agradeció por el apoyo de siempre. Después no hubo tiempo para más. Era el final de una fiesta perfecta (tal vez opacada por alguna indefinición en el sonido para los que estaban bien cerca del escenario, mientras que en otros sectores el mismo mejoraba notablemente), cuyos asistentes seguramente recordarán por años.
Porteño, cincuentón, melómano, cinéfilo, amante del whisky y la cocina. Licenciado en comunicación, fue agente de prensa en organismos públicos, se desempeñó como productor e investigador periodístico en Arte Canal y participó como redactor de los suplementos “No” y “Turismo 12” de Página/12 y de la versión impresa de Madhouse. Como Do Carmo, baterista frustrado, padre de dos rubias y hombre librepensador.