ASSPERA – El Ritual Más Grande De La Historia – Luna Park, Buenos Aires, 9/10/2021
La previa al show de Asspera del pasado 9 de octubre venía cargada con sentimientos encontrados. La propia banda le contó a MADHOUSE en una entrevista realizada un mes antes del concierto cómo los atravesaba un sentimiento que era mitad festivo, mitad de revancha. Llegar a un escenario tan importante era visto por ellos mismos como un momento clave después de una larga carrera hecha a pulmón y de manera independiente. Con la cita postergada largamente por la pandemia, tiempo que la banda aprovechó para grabar su nuevo disco, “Garcha2 x To2 Lados”, finalmente había llegado la hora de resarcirse. A manera de presentación del álbum pero también de desquite, el Luna Park se vistió de gala para recibirlos y hasta allí fuimos para contarle a los oriundos de Villa La Verga y a nuestros lectores en general, los pormenores de una noche tan metalera como bizarra.
LA PREVIA MÁS GRANDE DE LA HISTORIA. Las expectativas y las incógnitas previas al llegar a las inmediaciones de Corrientes y Bouchard no eran pocas. Después de tanta distancia con la experiencia de ver a una banda sobre un escenario, volver al ruedo en un marco imponente como el Luna Park no era poca cosa. Varias cuadras antes de llegar a la ex casa de Tito Lectoure, la presencia de los fieles “assperianos” era más que ostensible (incluso en el transporte público que me acercó al lugar). De esa manera una de las preguntas se asomaba a su esperada resolución: ¿podría una banda independiente como Asspera, sin mayor difusión mediática y después de una pandemia que se encargó de azotar nuestros bolsillos, tener un nivel de convocatoria a tono con las circunstancias? La respuesta fue positiva y con creces. Largas colas en los accesos del estadio dejaban en claro que la fiesta no iba a quedarle grande a los heraldos del metal bizarro. Las caras sonrientes (incluso algunas enmascaradas como los anfitriones), mucha birra servida por vendedores ambulantes, merchandising apócrifo y oficial, jeans y remeras negras como uniforme reglamentario… en fin, el querido ritual metalero por excelencia otra vez ganaba la calle en su máxima expresión y daba cuenta de que la aventurada empresa parecía marchar bien.
LA BROMA ASESINA. La fiesta que se insinuaba afuera, puertas adentro quedaba plenamente confirmada: Asspera ya tenía a la gente en el bolsillo sin haber tocado siquiera una nota. Como en la cancha, guerra de cánticos entre el campo y la platea, mucha alegría y excitación, sumadas a la grata sorpresa de enterarnos de que ahora se vende alcohol dentro del Luna (!) Cuando muchos aún no habían terminado de beber el precioso líquido, las luces se apagaron, mientras se encendía la enorme pantalla con el logo de la banda al fondo del escenario para avisarnos que la cosa iba a arrancar puntual. Los primeros acordes de «Hijo De Puta» alcanzaron para entender que esa noche los enmascarados iban a sonar claro y fuerte. Ver a Asspera en vivo es una confirmación de algo que ya es sabido: son un chiste, pero un chiste hecho con mucha seriedad y profesionalismo. En el plano musical, suenan ajustados, prolijos, comandados por un impecable Rockardo Asspero en guitarra y sostenidos por la solidez tras los parches de Nicogollo Muñón (su solo de batería fue digno de destacar). En cuanto a lo visual, no es ninguna novedad que en presencia escénica no hay bandas que se les acerquen dentro del ambiente local. Richar Asspero volvió a demostrar que pertenece a una especie que en Argentina escasea: la de los frontmen. Lo suyo fue impecable en cuanto al manejo de la audiencia y de los tiempos del show, amén de estar atento a ciertos desbordes del público, pidiéndoles que se respetaran los protocolos por el COVID toda vez que fue necesario. En cuanto al rubro técnico, hubo una muy buena producción de imágenes para acompañar a cada tema, iluminación acorde y un sonido potente pero claro, nítido, meritorio en un ambiente comoe el del Luna que tiene una acústica… no siempre fácil.
LOS MOMENTOS DESTACADOS. Hubo varios y para todos los gustos. Cuando sonó “Cagón”, primer corte del último disco del grupo, “Garcha2 x Todos La2”, los actores que participaron del videoclip que ilustra el tema, se unieron a la banda para reproducir las escatológicas situaciones protagonizadas por ambos en el mismo. También hubo tiempo para covers (“El Hijo De Cuca” de Pocho La Pantera y “La Rubia Tarada” de Sumo), e invitados (Maikel de Kapanga subió para tocar la punkie “Reverendo HDP”). Más tarde, la emoción se apoderó de las tablas del Luna para sendos homenajes: el primero de ellos fue para el querido Pato Larralde, con la banda interpretando “En La Inmensidad”, canción escrita especialmente en su honor. Richard se quebró en varias oportunidades, con una sentida interpretación que hizo carne en la gente, que coreó buena parte de la letra. Para el final del show, fue el turno de recordar a Mario Lauro Santillán (Gerónimo Pastore), baterista original de Asspera ya fallecido, con el tema “Pogo Al Corazón». Otra vez el público se sumó al recuerdo, mientras imágenes de archivo del ex integrante del grupo poblaban la pantalla de video. El cierre de la canción se extendió por varios minutos, con los Asspera compartiendo abrazos y un enorme “¡Gracias assperianos!” como telón de fondo saludando a su público, que dio una nueva muestra de fidelidad hacia una banda que estuvo a la altura de las circunstancias, con un show que justificó ampliamente ese nivel de adhesión y convocatoria.
Porteño, cincuentón, melómano, cinéfilo, amante del whisky y la cocina. Licenciado en comunicación, fue agente de prensa en organismos públicos, se desempeñó como productor e investigador periodístico en Arte Canal y participó como redactor de los suplementos “No” y “Turismo 12” de Página/12 y de la versión impresa de Madhouse. Como Do Carmo, baterista frustrado, padre de dos rubias y hombre librepensador.