Se dice que el final de la pandemia empieza a asomar en el horizonte. Sin embargo, el problema de las vacunas anti Covid-19 continúa destrozando el mundo de la música. En los primeros días de agosto, el baterista de The Offspring desde hace 14 años, Pete Parada, dijo que había sido expulsado del grupo de pop-punk estadounidense en vísperas de una gran gira mundial porque se había negado a vacunarse. El mismo Eric Clapton ha dicho que no actuará en ningún lugar que requiera prueba de vacunación como requisito de entrada. Y el reciente concierto de regreso de Foo Fighters en EE.UU. fue interrumpido por manifestantes anti-vax (anti vacunas) después de que los asistentes se vieran obligados a mostrar los certificados de vacunación en la puerta. Quizás lo más lógico era esperar que la industria de la música se uniera después de 18 meses de inactividad forzosa, pero parece que las cosas van en la dirección opuesta: está surgiendo un cisma creciente entre los músicos, fans y productores que creen que las vacunas son la mejor manera de combatir la mortal pandemia y aquellos que consideran todo lo contrario… Y no hay posturas intermedias. Mientras deciden si quieren saber más o no de esta noticia, ya mismo les inyectamos los detalles.

«Dado mi historial médico personal y los posibles efectos secundarios de estas inyecciones, mi médico me ha aconsejado que no me vacune en este momento», publicó el lunes 2/8 en Instagram el baterista de 48 años. “Me contagié el virus hace más de un año, fue leve para mí, así que estoy seguro de que podría manejarlo de nuevo, pero no estoy tan seguro de que sobreviviría a otro ataque posterior a la vacunación del sindrome de Guillain-Barré, que se remonta a mi infancia y ha evolucionado volviéndose progresivamente peor a lo largo de mi vida. Desafortunadamente para mí (y para mi familia, que espera tenerme un poco más de tiempo), los riesgos superan con creces los beneficios”, continuó, añadiendo que quiere compartir su historia “para que cualquier otra persona que esté experimentando la agonía y el aislamiento de quedarse atrás en este momento, sepa que no está completamente sola».

Aclaremos que la afección que padece el músico, conocida como SGB, es un trastorno del sistema inmunológico que puede causar debilidad muscular y ocasionalmente parálisis. Esta condición ha sido mencionada como un efecto colateral -de muy rara aparición- que causaría la vacuna Janssen; también ha habido una advertencia sobre una conexión de esta afección con la vacuna AstraZeneca, aunque eso no ha sido confirmado. La organización benéfica británica GAIN (Guillain-Barré & Associated Inflammination Neuropathies) declaró que «los beneficios de la vacuna superan con creces cualquier riesgo» y recomienda que las personas con antecedentes del síndrome se vacunen por completo.

The Offspring allá por 2014, con Parada tocando sentado

SIN RESENTIMIENTOS. Si bien Parada no es un miembro original de The Offspring, banda que se formó en 1984 en la californiana Garden Grove, ha sido su baterista desde 2007. El ahora ex miembro aclaró que «no tengo malos sentimientos hacia el resto de The Offspring. Están haciendo lo que creen que es mejor para ellos, mientras que yo estoy haciendo exactamente lo mismo». Todavía la banda no respondió a las abundantes solicitudes de comentarios. Volviendo al baterista, hay más declaraciones: «Dado que no puedo cumplir con lo que se está convirtiendo cada vez más en un mandato de la industria», escribió, «recientemente se decidió que no soy seguro para estar cerca, en el estudio y de gira»... Momento de acotar que The Offspring tenía un espectáculo con entradas agotadas para el domingo 8/8 en el SoFi Stadium como parte del Los Angeles Chargers FanFest, seguido de una gira por EE.UU. y Europa: el tema es que los fans que asistan deben dar fe (obligatoriamente) de estar completamente vacunados.

Este y no otro es el certificado de vacunación en Nueva York: créase o no, en el concierto de los FF se detectaron numerosas falsificaciones

No obstante, si bien la razón del baterista para no recibir un pinchazo es médica, agregó, de manera crucial, que apoya a cualquiera que se niegue a vacunarse por diversas razones, desde el miedo a los efectos secundarios hasta la desconfianza en el establishment: “No me parece ético ni prudente permitir que quienes tienen más poder (gobierno, corporaciones, organizaciones, empleadores) dicten procedimientos médicos a quienes tienen menos poder”, escribió. Sus publicaciones en Instagram y Twitter recibieron miles de comentarios de apoyo, y muchas personas consideraron su expulsión del gurpo como «una vergüenza» y «devastadora», mientras que otras respaldaron su postura «pro elección».

Manifestantes anti vacuna marchan en torno al Madison Square Garden, donde tocó Foo Fighters en junio pasado: para el público, además de la entrada, era obligatorio mostrar el certificado de vacunación.

En sus propias e irónicas palabras: “Parece que la mitad de la población está teniendo una reacción a estas vacunas sorprendentemente diferente de lo esperado; probablemente se deba a que sus experiencias de vida han sido sorprendentemente diferentes, y sus razones van desde un análisis concienzudo de riesgo / beneficio, pasando por la incapacidad financiera para tomarse el tiempo de (o fuera del) trabajo / falta de atención médica incluso ante (o en el evento de) posibles efectos secundarios, hasta una comprensible desconfianza en un sistema que nunca ha priorizado la salud o el bienestar de sus comunidades”, escribió Parada. El mes pasado, sobre la base de lo que dijo que era la evidencia disponible, la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU.) publicóuna nueva advertencia sobre la vacuna Johnson & Johnson (Janssen), señalando la existencia de «una asociación entre la vacuna Janssen y un mayor riesgo» del síndrome Guillain-Barré, aunque “insuficiente para establecer una relación causal”. Hasta la fecha, no se ha identificado una asociación similar con las vacunas Moderna y Pfizer-BioNTech COVID-19, dijo un vocero de la FDA, añadiendo que se recibieron informes de 100 personas que desarrollaron SGB después de la vacunación entre los 13 millones que habían recibido la vacuna J&J en ese momento.

The Offspring con Parada, el único que no usa anteojos en la foto

LA VOZ DEL DESCONTENTO. La mayoría de los casos se notificaron en hombres, muchos de ellos mayores de 50 años. Cada año en los EE. UU. entre 3.000 y 6.000 personas desarrollan el trastorno; la mayoría se recupera por completo, aunque algunos pueden sufrir daño nervioso permanente, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. «Espero que podamos aprender a hacer espacio para todas las perspectivas y temores que están sucediendo actualmente», escribió Parada. “Evitemos la desafortunada tendencia a dominarnos, deshumanizarnos y gritarnos unos a otros. La población que duda no es un grupo monolítico. Todas las voces merecen ser escuchadas”. Y se despide: «¡Le deseo lo mejor a toda la familia de The Offspring! Estoy desconsolado por no ver a mi comunidad en la gira, y extrañaré conectarme con los fans más de lo que puedo expresar con palabras». Parada dijo además que tiene la intención de lanzar un nuevo proyecto, aunque no brindó otros detalles, y asimismo hacer algo de música junto a su hija: «Aprecio profundamente su comprensión y apoyo mientras mi familia y yo encontramos un nuevo camino a seguir. Envío amor a todos los que se han visto afectados por esta pandemia, en todas las formas en que se han perdido y alterado vidas», concluyó.

Más gente que le echa a Foo Fighters la culpa de todo

DEFENSORES VS OPOSITORES. La vacuna para el Covid-19 ha demostrado ser particularmente divisiva en el mundo del rock. Muy pocos artistas y grupos primermundistas (también sucede en Argentina, pero lo dejamos para otra nota) se han pronunciado en contra, mientras que verdaderas leyendas han animado a sus fans a aplicársela. A continuación, algunos botones de muestra:

EN CONTRA:

El cantante de Stone Roses, Ian Brown, ha sido un crítico muy activo, promoviendo a través de las redes sociales toda una serie de teorías conspirativas en general sin fundamento, pero explicando que tiene «un miembro de la familia cuya salud fue destruida por vacunas [anteriores]».

La leyenda de la guitarra Eric Clapton se negó terminantemente a tocar en conciertos en lugares que requieren los llamados «pasaportes de vacuna» para ingresar, contando en una pormenorizada carta que hizo pública su amigo Robert Monotti Graziadei, arquitecto y abogado que milita en contra de las vacunas, que había experimentado una reacción «muy severa» a la vacuna AstraZeneca.

Richard Ashcroft, el frontman de The Verve, se retiró del festival Tramlines este verano después de que se convirtiera en parte del programa de eventos piloto del gobierno, usando los hashtags «#naturalrebel» y «#theydontownme» («rebelde natural» y «ellos no son mis dueños»)

A FAVOR:

El lunes 2 de agosto, Sir Paul McCartney tuiteó una vieja foto de él mismo recibiendo una dosis junto a las palabras «BE COOL. GET VAX’D» (Sé cool. Vacunate). La foto que ven aquí arriba nos exime de mayores comentarios.

En abril de este año, la voz de los Rolling Stones, Mick Jagger, se unió a Dave Grohl de Foo Fighters para lanzar la canción «Eazy Sleazy», que básicamente se burla de la desinformación sobre las vacunas.

Por su parte, el veterano Rob Halford de Judas Priest publicó un video en su Instagram pidiendo a los fans del metal que se pusieran la vacuna COVID-19 para ayudar a que los conciertos regresen lo antes posible: «Hola a todos. Este es su Dios del Metal, Rob Halford de Judas Priest, enviándole un agradecimiento masivo a nuestra comunidad del metal por hacer lo correcto al darse la vacuna que salva vidas y que eventualmente erradicará el COVID-19 en todo el mundo”, dice al comienzo del video. “Saben, el sentido común dice que al darnos la vacuna estamos abriendo una de las áreas más importantes que nos hemos perdido tan desesperadamente, que es estar uno al lado del otro, haciendo cuernitos en los clubes, teatros, estadios y festivales donde aquello que somos y para qué vivimos se hace tangible y real con las bandas que amamos», continuó. «Así que recuperemos esas vibraciones y sentimientos increíbles lo más rápido posible. Insto a aquellos de nosotros que aún no han sido vacunados a que por favor den un paso al frente. Judas Priest y todas las bandas de todo el mundo se completan tocando en vivo para nuestros fans».

Volviendo a los Foo Fighters, también tocaron para una multitud completamente vacunada en el Madison Square Garden de Nueva York en junio e hicieron lo propio en la californiana zona de Agoura Hills, donde numerosos manifestantes anti-vacuna protestaron por el requerimiento de estar vacunados para poder ver el concierto, mientras que Gene Simmons de Kiss no solo postea en su cuenta de Twitter numerosas noticias vinculadas al tema y a la necesidad de vacunarse, sino que además señaló que quienes asistan a los conciertos de su banda también deben venir vacunados, diciéndoles: «No me importa si piensan que la Tierra es plana» (!)

Finalmente (porque si no esta nota continúa quién sabe hasta cuándo), Sebastian Bach, el ex cantante de Skid Row que a principios de este mes hizo pública su batalla con el Covid-19, también se manifestó a favor de la vacuna en el programa «New Day» de la cadena CNN. Cuando se le preguntó qué mensaje tenía para sus fans que dudan en recibir la vacuna, Bach dijo: «Escuchen a la ciencia. Estoy tan cansado de ir a Twitter y discutir que dos más dos son cuatro, o que el cielo es azul… La ciencia es real. (…) No entiendo la politización de la medicina; no tiene sentido para mí. Así que mi consejo para los fans sería vacunarse. No querés tener polio, así que te vacunás para eso. No querés tener Covid tampoco. Si no tuviera la vacuna, estaría aterrorizado de que algo estuviera sucediendo con mi voz o mis pulmones», concluyó.

ÚLTIMA DOSIS. Surge entonces una pregunta: ¿por qué las vacunas son poco populares entre muchos artistas? En gran parte, porque a la gente no le gusta que le digan qué hacer: muchos artistas son libertarios y apoyan los derechos y libertades personales, al igual que sus fans. Como sugiere Parada, existe una desconfianza inherente hacia el poder y las grandes corporaciones; sumemos a esto la teoría conspirativa de las «grandes farmacéuticas» y es fácil ver por qué el movimiento anti-vax tiene raíces firmes en el ecosistema de la música. El tema de los conciertos y la admisión a los mismos es otro punto clave en esta polémica: la web NME escribió recientemente sobre un promotor estadounidense que estaba cobrando U$18 las entradas a un concierto punk a quienes tuvieran las dos dosis, mientras que a la gente no vacunada se les cobraba U$ 999,99 (!). Es inteligente, seguro. Pero también es discriminatorio y posiblemente ilegal.

La advertencia para el público que va a los conciertos en EE.UU.: llevar el certificado de vacunación. ¿Sucederá también en Argentina?

Mientras el mundo intenta volver a la normalidad, parece que las trincheras permanecerán trazadas en todo el globo. Para muchos, un par de inyecciones es un pequeño precio a pagar por ver a su banda favorita (suponiendo que puedan recibirlas desde el punto de vista médico), por no enfermarse y por ayudar a detener la propagación del Covid. Para otros, las vacunas están en contra de todo aquello en lo que creen y defienden. Más allá de la polémica, existe un peligro real que no se puede ignorar: un aumento en los casos surgidos de multitudes sin control podría llevar a más cuarentenas, lo que podría a su vez llevar a otro período prolongado de espacios musicales que se vean obligados a cerrar. Por ende, los militantes anti-vacunas deben tener cuidado con lo que desean: las inyecciones anti-Covid pueden ser poco rockeras… pero la muy posible alternativa es no tener rock ‘n’ roll en absoluto.

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here