PACIENTE: THE LEMON TWIGS “Songs For The General Public” (4AD, 2020)

HISTORIA CLÍNICA: En su último lanzamiento discográfico de 2018, The Lemon Twigs estrenó un disco conceptual en plan ópera-rock acerca de un chimpancé (?) llamado Shane y su odisea rumbo al espacio exterior en busca del auto-descubrimiento (??). Si bien no es de extrañar la bizarría de este dúo de hermanos neoyorquinos, su apuesta musical continúa apuntalada en la maravillosa década de los 70, combinando con clase la teatralidad y el sonido de artistas como Marc Bolan y David Bowie tanto como la grandilocuencia cancionera de iconos pop de la talla de Paul McCartney en su era Wings y los británicos Supertramp. No obstante, los hermanitos se animan a imprimirle su toque personal no exento de pretensión, desparpajo y una postura de “tómalo o déjalo” que al menos resuenan en aquel que escucha (y observa) su propuesta. Tras dos discos interesantes –“Go To School” y el genial “Do The Hollywood” de 2016- la cosa se redobla casi de manera exagerada en “Songs For The General Public”, agregando (si se puede) aún mas pomposidad.

A través de sus varias mutaciones y ya desde la estética que manejan actualmente -una suerte de Rod Stewart y Ron Wood circa The Faces-, el maniqueísmo del dúo marca una doble vara que dificulta establecer parámetros claros al momento de analizar la obra. Si bien desde el titulo nos dejan en claro que su tercer trabajo debería ser su lanzamiento más accesible, hay una amalgama de contradicciones a la par que trascurren los tracks. No cabe duda que “Hell On Wheels” representa un arranque a tope con un Michael D’Addario volanteando la magia coral y un aroma cercano al mejor Meat Loaf que alcanza y sobra para apreciar la capacidad compositiva presente.

En lugar de ocultar su formación teatral, la incorporan a su trabajo, obligando a los oyentes a ver con los oídos. El ritmo desciende un poco en “Live In Favor Of Tomorrow”, con influencias de los geniales The Zombies, pero se las ingenia aún para encasillarse como una balada de rock épica. Su bagaje retro también abunda en la mezcla, plagado de referencias en el estilo Wall of Sound de Phil Spector y  a todo el rock sobreproducido de los primeros años setenta. “Somebody Loving You” muestra la versatilidad de sus voces en un tono totalmente diferente a lo que ha venido antes, dando rienda suelta al más puro glam-rock. Otro punto alto es la dupla “Moon” y “The One”, ambos temas con un estilo alla Elton John/Wings, quedando el último como primer corte de difusión por su gancho irresistible y su simpático video. “Hog” definitivamente golpea más fuerte que el resto, con voces profundas, aullidos y guitarras pesadas y una melodía exquisita, antes de que vuelva a su sonido original. La experimentación es buena, de hecho se destaca por unos momentos, sin embargo, no muchas de las canciones realmente dejan una impresión en los no fanáticos. No obstante, a lo largo de la placa hay pocos estribillos pegadizos que generen adhesión instantánea en las oyentes durante días, ni tampoco golpeteos con los pies al son de ritmos simples o algún tarareo facilón. Al menos no es lo esperable a partir del título del álbum, pero conociendo la irreverencia de los D’Addario no sería raro que lo hayan elegido como una pícara ironía.

DIAGNÓSTICO: No cabe duda que los Lemon Twigs poseen la sensibilidad para entender la economía e imaginería pop y plasmarla en cortes de 3 minutos de duración. También manejan la creatividad para permitirse experimentos deformes con buenos resultados. «Songs For The General Public» es un homenaje simple y eficaz al pasado, aunque ahora, en el presente, puede que no sea reconocido como tal. Suena como un álbum tributo repleto de influencias, pero que nos deja pensando dónde está la originalidad. Se observa a la legua que ambos hermanos han crecido con las influencias de la música que predican, y a pesar de este detalle la irreverencia creativa necesita todavía de la madurez para maximizar su potencial y resumir en una placa lo que mejor saben hacer: unir lo simple con lo complejo, formando una unidad superadora y no una competencia desigual. Ellos deben estar tranquilos porque tienen con qué.

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