(Nota: Este reportaje fue publicado en la versión anterior de MADHOUSE.com.ar, en febrero de 2017. Lo rescatamos por su importancia y para solaz de los fans del rock todo)

Son casi las 6 PM y el cielo de esta tarde londinense de noviembre luce estrellado desde hace un buen rato. Pero yo me encuentro bajo tierra en una estación de subte de algún punto de la ciudad intentando ubicar un destino en el mapa de las líneas del tube que, a pesar de los 15 minutos de infructuoso esfuerzo que llevo, no se digna a aparecer. “Vaya hasta Tower Bridge y tome la línea Jubilee, la gris; ese tren lo va a llevar directamente hasta Bermondsey, es la primera estación”, me indica con toda la parsimonia posible uno de los policías que patrulla el recinto. Allí, en una sala de ensayo de ese suburbio del sur de la ciudad, me está esperando Danny Peyronel, músico argentino de importancia histórica y el objeto de una nueva entrevista.

Danny -cuyo nombre real y completo es Daniel Augusto Peyronel, nacido en 1953 en Buenos Aires- vive ahora en Francia, pero está de visita en Londres (al fin y al cabo, donde antes de mudarse pasó prácticamente toda su vida) para continuar aceitando los tornillos de Fullhouse, su nueva aventura, una banda tributo al legendario cantante inglés Frankie Miller, con quienes piensa salir de gira a la brevedad a caballo del proyecto. La idea original de Danny era que me yo me acercara hasta la sala en cuestión para verlos ensayar, pero el plan original terminó frustrándose una vez que llegué y descubrí que el resto de sus compañeros había decidido dar por finalizada la jornada de trabajo.

La entrevista entonces cambió de lugar cuando Danny sugirió trasladarnos hasta su departamento en Chelsea (“llamemos un Uber, vienen rápido y son más baratos”), donde además nos esperaba su esposa Alexandra, y entonces sí poder zambullirnos en su vasta trayectoria, la cual se dedicará a describir derrochando simpatía, un camino suficientemente largo y azaroso en el que logró ser parte de grupos emblemáticos en la historia del rock inglés como los Heavy Metal Kids y UFO, antes de su recordado paso por Riff y Tarzen, y que ahora, entre otras andanzas, continúa conformando la biografía del que quizás sea el segundo Peyronel más conocido del país, pero la del primer músico de rock local de la historia que se animó a saltar la frontera para forjarse a puro sacrificio y talento una atrayente carrera en la escena del primer mundo…

Poco y nada se sabe sobre tus primeros años, tu familia o el entorno general de la Buenos Aires de tu infancia, hasta que terminaste metiéndote en el mundo profesional de la música

Nosotros vivíamos en la Av. Santa Fe y en el departamento de al lado, justo al lado, vivía un profesor ruso de piano muy pintoresco. Y mi padre, que era marino, siempre recordaba que en su viaje de graduación había tenido un compañero que tocaba el piano. En esos días en altamar que no terminan nunca, el amigo de papá se divertía tocando el piano. Entonces él siempre se había dicho “cuando tenga hijos quiero que aprendan a tocar algún instrumento”. Y nos mandó a tomar lecciones con este profesor. Yo tenía 5 años, y Michel 2 años más. Así es como empezó la cosa.

Unos muy jóvenes hermanitos Peyronel, en épocas en que sus instrumentos de preferencia eran las cañas de pescar.

Por lo que no se dio de manera natural y terminó siendo tu padre quien les inculcó la música.

No sólo que no se dio de manera natural sino que además a mí no me gustaba nada tener que ir a estudiar. Durante años el asunto del piano no me divirtió para nada, y mucho menos tener que ponerme a hacer los ejercicios en casa, los que nuestra abuela nos obligaba a hacer todo el tiempo. Era todo muy embolante.

¿Y cuándo fue que se dio el cambio?

Se dio el día que mi viejo me dijo “sabés qué, ¿por qué no tratás de tocar en el piano la música de Bat Masterson? (N.: legendario western de TV de fines de los 50). Pero tratá de tocarla tipo jazz”

¿El piano ya estaba en la casa o lo compraron especialmente para que Uds. puedan estudiar?

No, fue comprado para la ocasión. Era una familia relativamente musical. Mi vieja tocaba algo de guitarra, pero nada más.

¿Los Peyronel siempre fueron dos hermanos?

Y una hermana, que llegó mucho más tarde, cuando yo tenía 6 años. Entonces, mi papá insistía con que toque eso en el piano. Y a mí nunca se me había ocurrido tocar algo que no fueran los ejercicios, y ahí empecé a probar otras canciones, y a tocar de oído, como se decía en esa época.

Vale decir que hasta es momento el piano resultaba algo totalmente amateur para vos

Claro, y que tenía que hacerlo casi por obligación. Pero en cuanto vi que podía tocar cosas que me gustaban, cambió todo. Y justo eso coincidió con el momento en que salían los Beatles, y todo eso.

DANNY EN EE.UU.

¿Recordás cuáles fueron tus principales influencias por aquellos días?

Como las de casi todo el mundo, Beatles, Stones y demás. Y a eso agreguemos que estuvimos viviendo en los EE.UU. en el ’62 y el ’63, lo que nos permitió absorber más música. Pero en realidad, más que nada fue al volver.

Una de dos: o Danny era tan bueno con la pelota que la descosía y deformaba, o jugaba al rugby, nomás.

¿Por qué motivo se fueron a vivir allí?

Habían enviado a mi viejo a hacer un curso. Yo tenía un amigo que era anglo-argentino, George Bray; era como un hermano para mí y el último verdadero amigo de la infancia que me quedaba, hasta que, tristemente, murió en Barcelona hace unos diez años… Había vivido toda la vida, desde la secundaria, en Inglaterra, y había vuelto cuando estábamos haciendo Tarzen en Argenta. Se hizo de muchos amigos en el rock argento de la época, porque era un tipo buenísimo. El punto es que en aquel momento George venía al menos una vez por año a Inglaterra, y cuando volvía a Argentina se traía un montón de discos. Y entonces yo ya escuchaba todo lo que venía de allí. Manfred Mann, The Tremeloes… a tal punto que yo siento que de algún modo viví ese momento de Inglaterra, aún no estando ahí.

Bueno, era la única forma, que alguien te traiga los discos…

No había otra manera. ¡Pero qué fantástico que era!

¿Entonces a Michel también le habían inculcado el piano?

A él también, lo de la batería vino mucho más tarde. Es más, cuando le tocó ingresar al Liceo Naval, cosa que él no quería hacer en lo más mínimo, como premio le regalaron una guitarra eléctrica, pero como no tenía ningún talento para la guitarra, se pasó a la batería (Risas)

Casi entonces que tu viejo fue el impulsor de todo esto…

Sí, fue el catalista. Increíble.

En 1972 ingresaste en el conservatorio de la escuela Juilliard de New York. ¿Realmente querías convertirte en músico profesional?

Ocurrieron un par de cosas que pueden llegar a sonar bastante esotéricas, pero en verdad no fueron así. Y una de ellas se dio cuando volvimos de EE. UU., y no cuento a Michel en esto. Digo, es que mentalmente yo nunca había vuelto. A tal punto de que empecé a relacionarme con chicos del colegio Lincoln, porque de repente tenía más cosas en común con ellos. Nosotros íbamos a colegios ingleses en Buenos Aires. Y cuando volví al colegio después de aquel viaje, yo pensé que los maestros no tenían idea de nada, porque para mí sonaban completamente extranjeros. Yo ya era todo un chico yankee. Porque cuando vivimos en Oklahoma, en el Midwest, los yankees nos habían puesto…

¿Vivieron en… Oklahoma?

¡Eso es algo muy raro para un grupo de argentinos en los 60! ¡MUY raro! Vivimos en Oklahoma, en El Paso (Texas), y también en Los Angeles y San Diego, en California. Y el sistema público, porque íbamos a un colegio público, nos puso una maestra a Michel, a mí y a un chico americano que tenía problemas de dicción para ayudarnos a pronunciar mejor; entonces nuestra pronunciación cambió, de ser argentinos que aprenden inglés en la escuela, a la de chicos nativos. Cuando volvimos, ¡yo pensé que todos los profesores de inglés eran unos idiotas! (Risas) Y me la pasaba soñando con estar de vuelta en el aeropuerto para irnos. Y esto no es hablar mal de Argentina, sino de otra mentalidad. Yo sentía que no pertenecía. Que no es lo mismo que le ocurrió a Michel.

¿Michel se quedó en Argentina? ¿Por qué no te siguió los pasos?

Sí, al menos hasta que se fue a estudiar a Francia. Éramos un poco diferentes. Por ejemplo, cuando a mi viejo los de la Marina lo enviaban a diferentes destinos dentro de Argentina, Michel se quedaba en casa con mis abuelos, así no lo sacaban de la escuela y no interrumpía su educación. Lo que era ridículo, ¿no? Entonces crecimos en forma diferente. Yo crecí como un chico de las Fuerzas Armadas, o sea, como un hijo de integrantes de las Fuerzas. Que es algo muy curioso, porque esa clase de chicos en todo el mundo, de todos los países, tienen algo muy en común.

Los hijos de miembros de las Fuerzas Armadas…

Exacto. Y todos esos chicos tienen algo muy similar. Esa es una vida muy distinta a las de todos los demás chicos, porque no tienen una “hometown”, porque no vivís en un lugar fijo.

Es una vida itinerante, digamos.

Absolutamente itinerante. Si te gusta, es fantástico. Pero si no, puede llegar a ser muy triste.

Blimey! Danny hoy, en su casa de Chelsea (Foto: M. Sonaglioni)

Pero a vos te habrá venido muy bien como experiencia, ya que de algún modo ibas a llevar el mismo tipo de vida como músico profesional más adelante.

A mí me encantaba, e hice toda mi vida así. Entonces yo era lo que aquí se le dice un forces brat, y Michel no, él tenía todo su grupo de amigos del mismo colegio, y yo no, los míos eran de diferentes lugares. Así que para mí, el hecho de irme, fue siempre algo muy natural. Entonces a los 17 años, cuando terminé el bachillerato, me fui directamente a New York y ahí fue cuando ingresé a la escuela Juilliard, donde estuve un año. Y fue muy interesante. Estando ahí pude ver por primera vez a muchos grupos. Recuerdo que fui a ver a los Grateful Dead. A Yes con Rick Wakeman, en el Nassau Coliseum. Y ahí me ayudó mucho el ser argentino. ¡Si hubiera sido un chico inglés nunca hubiera ido a lugares que quedaban tan lejos!

Eso es algo muy sudamericano, lo de acostumbrarse a las grandes distancias…

Claro, para nosotros irse de una punta a otra de Buenos Aires no es nada.

Y aquí en Inglaterra a veces tienen que caminar 2 km y es como si fueran 20, se niegan…

Claro, aquí en Inglaterra es todo es muy localista. Cuando nos casamos con mi mujer Alexandra, al principio vivíamos en Chelsea, pero después nos mudamos a Barnes, que queda aquí nomás…

Justo aquí enfrente, del otro lado del puente que cruza el río…

Así es. ¡Y el 50 por ciento de nuestros amigos dejó de venir a visitarnos! Se lamentaban y nos decían, “Oh, qué lástima, ahora viven en Barnes!” (Risas)

DANNY EN INGLATERRA

Nunca se habló mucho de la relación entre Michel y vos, más allá de cuando los vimos juntos en la época que pasaste por Riff, y de ahí en más, salvo alguna que otra ocasión, fue siempre verlos en forma separada.

Generalmente hablando, la relación siempre fue buena. Pero tenemos vidas muy diferentes. Después de estar en la escuela Juilliard, en 1972, si bien había quedado fascinado de ver a todas esas bandas, me di cuenta de que New York no era el lugar para mí. Tuve la suerte de tener algunos amigos que me decían “mirá, si vos querés estar realmente en el rock, tenés que ir a Londres”. Entonces volví brevemente a Bs. As. y después me vine para Londres con 40 libras en el bolsillo y con un solo contacto, alguien que había sido compañero de escuela primaria en Argentina… Era la única persona que conocía en Londres y estaba en Chelsea. Así que me fui directamente a su casa, y me dejó estar la primera noche allí -era aquí cerca, en Cadogan Gardens- con la condición que después me fuera a un bed & breakfast, que encontré al otro día. Recuerdo que era un lunes. Y este amigo me dice “venite después el miércoles o el jueves, que te quiero presentar una chica cuyo novio es músico”. Entonces ese día nos fuimos al departamento de esta chica, que era una condesa italiana, pero una condesa italiana de verdad, no de esas del sur, que hay como ochenta mil. Ésta era del norte, de Florencia. Entonces nos fuimos hasta su casa, que quedaba en Knightsbridge. Y la chica me dice “Sí, mi novio es bajista, esperá que lo llamo, a lo mejor te puede dar una mano”. Entonces lo llamó. El tipo estaba ensayando. Y yo me decía a mí mismo, ¿qué va a pensar este tipo?.

¿Ese fue tu desembarco original en Inglaterra?

Sí, en mayo del ’73. Entonces el tipo me dice “Hola Danny, yo soy Ben (N. Ben Brierly, luego casado con Marianne Faithful y co/compositor del álbum “Broken English”). En realidad estamos audicionando guitarristas, pero aquí en el estudio hay un teclado. ¿Por qué no pasás el viernes y nos das una mano?”.

¿Hasta ese momento no habías formado parte de ninguna otra banda?

Sí, pero nada importante, habíamos hecho algo con mi vieja, fue a nivel colegio (Risas). En realidad con Michel. En la escuela tuvimos un grupo juntos y era allí que la vieja nos llevaba en el Falcon a estos showcitos – ¡éramos una típica cover band de la escuela, totalmente amateur! Tocamos en algunos clubes, o en fiestas privadas. Nunca llegamos a tocar profesionalmente. El punto es que nunca hice nada pro en Argenta o en ninguna parte que no fuera Inglaterra, que es donde “I went ‘pro’” (N.: profesional), como se decía en esa época.

¿Pero cómo, no tenían un nombre?

(Piensa) Y sí… nos llamábamos primero “The Males” (Risas) y después, mucho más seriamente -y sobre todo después de descubrir a Steppenwolf- “Siddartha”.

Como el libro de Herman Hesse.

Exacto. Ya me había olvidado el nombre… ¡Es cierto que había habido un pasado, me había olvidado completamente! Después tuve un pequeño grupo con el que nunca hicimos nada, con un chico que se llama Eddy Grinstein, y diría que esa fue la primera vez en que estuve en un grupo, si bien era un dúo, pero hacíamos temas propios. Él era el compositor y era muy bueno. Aprendí mucho de él. Teníamos letras y melodías muy originales. Y ahí empecé a escribir. Eddy era muy artístico, su tía había sido una de las grandes pianistas del siglo veinte.

Heavy Metal Kids en los 70, todos jóvenes y gloriosos. Danny combina pelo largo con chaleco gris y camisa blanca.

Volvamos a la condesa y su amigo Ben.

OK! Entonces Ben me dice “venite el viernes, así nos ayudás a audicionar guitarristas con el piano”. Y yo no tenía nada mejor que hacer. Así que, con mis finanzas tan bajas, me vestí lo más rockstar que pude, y el viernes fui para allá, un lugar legendario que se llamaba The Tunnel. No quedaba lejos de donde estuvimos hace un rato, en Bermondsey. Entonces nos pusimos a tocar, con Ben en el bajo y Paul en batería. Ambos antes habían estado en un grupo que llegó a grabar para la Decca, con el que tuvieron un solo hit, como ocurrió tantas veces. Y la banda en las que estaban ahora se llamaban The Rats. Y antes que llegara el guitarrista me dicen “¿Querés el puesto?”. Y ahí en The Tunnel es también donde solían ensayar los Heavy Metal Kids, además de Free, Bad Company, etc. Por lo que en un tiempo muy corto llegué a conocer un montón de gente después de haber estado con The Rats, con los cuales nunca grabamos pero sí hicimos varios shows, incluyendo uno que abrimos para los Heavy Metal Kids.

Siempre pensé que vos habías sido miembro fundador de los Heavy Metal Kids.

No, no es así. La gente ahora dice eso, pero nunca fue así. Yo fui el primer tecladista. La banda se completaba con Ronnie Thomas, Mickey Waller, Gary Holton y Keith Boyce. (N.: Bajo/voz, guitarra, voz principal y baterista respectivamente)

Que no era el mismo Mickey Waller que fue baterista de John Mayall y el Jeff Beck Group, entre otros.

Claro, por eso muchas veces la gente se refería a Mickey como Mickey Finn. ¡Pero el problema era que también había otro Mickey Finn!

¡Cierto, el de T.Rex!

Tal cual. Pobre Mickey, no tenía suerte con el nombre… (Risas) Pero era un gran tipo, y muy rock’n’roll.

No puedo evitar destacar un hecho histórico y es que, habiendo sido integrante de los Heavy Metal Kids, debés ser el primer músico argentino de rock que formó parte de una banda extranjera, europea y además de culto. ¿Grabaron dos álbumes para Atlantic, verdad?

Dos álbumes para Atlantic y una primera gira americana, que fue la primera mía, e innumerables giras europeas. Ahí ya estaba metido definitivamente en el business. Tenía salario, tenía departamento…

Siempre viviendo aquí en Londres.

En Londres, y además siempre aquí en Chelsea. Heavy Metal Kids era un “Chelsea Group”, aunque teníamos todo el estilo del East End. Los chicos eran de South London, pero vivíamos todos aquí en Chelsea.

HEAVY METAL KISS

Hace poco leí un artículo sobre los HM Kids donde se referían al grupo como “una banda de Glam Rock Punk Cult TV” que estaba relacionada al escritor William Burroughs. Por lo que entiendo el nombre del grupo provino de los personajes de la novela “Expreso Nova”…

Claro, era el nombre de la barra de la novela, los urchins. El nombre viene de ahí y es una pena, porque siempre fue un problema: la gente no podía entender que no hacíamos heavy metal. De hecho todavía no existía la música “heavy metal”. Y todo venía del libro de Burroughs, andá a explicárselo a la gente… Es más, cuando editamos el segundo disco, como íbamos a trabajar a los EE.UU., a los de Atlantic el nombre de la banda les dio miedo y nos convencieron, o mejor dicho, nos convenció nuestro manager, de sacarle las palabras “heavy metal” al nombre del grupo. Entonces aparecimos en el disco bajo el nombre de The Kids, que fue la idea más estúpida jamás vista, realmente estúpida. Porque por entonces decían que muchas de las cadenas americanas tipo Walmart no iban a stockear discos con las palabras “heavy metal”.

Los HM Kids editaron un total de tres discos en los 70, el último producido por Mickie Most.

Sí. El primero fue producido por Dave Dee, que fue como un segundo padre para mí. Dave es un personaje que apareció a lo largo de toda mi vida, y en diferentes momentos. No sé si sabés algo de Dave Dee, él era una estrella pop en los años 60…

Por supuesto, el del grupo Dave Dee, Dozy…

Dave Dee, Dozy, Beaky, Mick & Tich.

Estaba difícil de recordar….

Era una persona fantástica. Él es quien nos contrató para Atlantic, porque era el jefe de A&R en la compañía, y nos produjo el primer disco, que para mí fue el mejor de todos. Luego, mucho más adelante, Dave Dee sería el manager que tuvimos en Tarzen. Murió hace unos 10 años.

Pero luego hubo una reunión de los HM Kids. ¿También formaste parte de eso?

¡Yo realicé esa reunión! (Risas) Fue cuando estábamos viviendo en Milán, en el 2003. Y ahí me encargué de cantar yo las partes de Gary Holton (N. : Holton había fallecido en 1985, víctima de una sobredosis) Y ese disco fue todo lo que hubiéramos querido hacer en los años 70 y que nunca pudimos lograr. Porque los HM Kids eran un grupo “live”, y no de estudio. El segundo disco lo produjo Andy Johns, que venía de producir a Humble Pie y Free, entre tantos. Todo muy bien, pero no lograban obtener en estudio la magia que lográbamos en vivo. Pero mucho después, en el disco reunión que hicimos, el productor italiano que tuvimos, Marco Baruso, sí logró el sonido exacto que deseábamos en los 70.

Por lo tanto vos estuviste en los dos primeros álbumes del grupo de los 70, “Heavy Metal Kids” y “Anvil Chorus”, pero no en el que fue el tercero, “Kitsch”.

Yo me fui después del segundo. El tercero fue con un tecladista que se llama John Sinclair, que después estuvo en Uriah Heep.

Que no es el mismo John Sinclair que fue manager de los MC5…

No, éste es el que había estado en Uriah Heep, entre otros. Lo que es un poco raro, porque no se quién podría haber superado a Ken Hensley. Con los HM Kids tocamos mucho con ellos, y también con Humble Pie. Y después estuvo aquella gira americana con Alice Cooper. Y con Kiss. Los de Kiss nos echaron de la gira.

La gira con Alice Cooper a la que hace referencia Danny fue a principios de 1975 y en EE.UU.; meses más tarde Gary Holton logró que la banda también lo acompañara en su gira por Europa.

¡¿Kiss los echó de la gira?!

Y lo hicieron con mucho orgullo. Fue justo cuando empezaban a tener gran éxito. Aún no estaban haciendo estadios. La gira empezó con Alice Cooper, en la época de “Welcome To My Nightmare” (N. el primer álbum como solista de Alice en 1975, sin los miembros de la banda de la cual formó parte desde los inicios de su carrera)

¡Qué momento! ¡Qué época!

¡Qué época! ¡Y qué gloria todo! Porque podría haber empezado con Kiss, pero empezó con Alice Cooper. Por empezar Alice era una estrella de verdad, no tenía nada que probar a nadie. Humilde y buen tipo. Y el primer show de la gira, si bien yo ya había vivido en los EE.UU. y que fue en el Midwest, en Michigan o algo así, fue un shock cultural para todos. Por empezar veíamos el lugar y nos decíamos “aquí no va a venir nadie, estamos en el medio de la nada”. Y entonces llegó la noche. Y era uno de esos típicos estadios de básquet, para unas 15.000 personas aproximadamente, y estaba completamente lleno, con el estacionamiento repleto de autos.

¿En qué año fue todo esto?

En 1975, en enero. Insisto, fue un shock cultural, completamente diferente a Europa. Cuando apagaron las luces, la ovación que hubo nos puso la piel de gallina. Y eso que no nos conocía nadie. Porque nosotros éramos la “opening band”.

Fueron muy bien recibidos por el público americano.

¡Fantástico! Si hubiera sido en Inglaterra, la mitad del público hubiera estado en el bar. Pero los americanos querían divertirse. Y cuando terminó el show, Alice sale de su camarín, todo vestido y maquillado, y viene y me dice “Hola, soy Alice. No pude ver su show pero me dicen que fue fantástico, y qué bueno que es tenerlos en la gira, gracias por estar aquí”. Un gran momento.

Y encima Alice estaba promocionando ese discazo.

¡El disco era genial! Tenía a Dick Wagner y Steve Hunter en guitarras, y los músicos de Lou Reed. Yo me quedaba viendo su show todas las noches.

Una credencial de invitado para el concierto de Kiss con los Heavy Metal Kids de acto de apertura, en un show del 11 de abril de 1975. Hoy se vende en eBay por unos buenos mangos.

¿Pero qué fue exactamente lo que sucedió con Kiss?

Más o menos después de una semana o diez días con Alice, llegó el momento de que abramos para Kiss. Y ellos todavía no eran muy famosos. De hecho pasamos de hacer estadios de 10.000 o 15.000 personas a teatros de 3000, que es como el primer nivel después de los clubs. Nos habían dicho que escupían fuego y demás… Nosotros no los conocíamos para nada, recién comenzaban. Por empezar se paseaban por el hotel con las caras completamente tapadas. Y ésta es la curiosa diferencia entre el mundo del rock americano y el inglés. Para el mundo británico del rock, tomarte así de en serio, es una cosa muy mal vista. Tenés que tener mucho sentido del humor, no podés tomarte en serio. Y estos tipos obviamente se lo tomaban muy en serio, andando así, todos tapados. Y nosotros no podíamos evitar reírnos. Digo, ¿a quién le puede importar cómo es tu cara? Entonces hicimos un show con ellos, creo que fue el segundo, y Gary y yo estábamos al costado del escenario. Y Gene hace su acto de escupir fuego, y se le prende fuego el pelo. ¿Cómo podés no reírte? ¡Y se tiró al suelo, y se golpeaba la cabeza contra el escenario para apagarlo! (Risas) Gary y yo también estábamos en el suelo, ¡pero muertos de risa! Y al otro día viene el representante y nos dice que gente de la agencia llamó diciendo que “los de Kiss quieren que se vayan de la gira”… Se ve que alguien nos vio mientras nos reíamos (Risas)

¿Y cómo ibas a evitarlo? ¡A menos que vayas con la cara tapada como ellos!

Exacto (Risas). ¡Mismo ahora, contándote todo esto, me estoy matando de risa! Y esa es la anécdota con Kiss. Es muy conocida.

Yo no la conocía, no sé si ya se la habías contado a otros medios

No, pero aquí en Inglaterra es muy conocida.

DANNY & GARY

Gary Holton, el cantante de los HM Kids, fue todo un personaje, además de tener una gran voz.

Una gran voz, y aparte era uno de los mejores frontmen que existieron.

Pero tal vez nunca logró el reconocimiento que se merecía.

No, y ese es el tema con esto de la música, hay tantos factores… No se trata solamente de que sea buena música. Tantos grupos que deberían haber sido grandes y nunca lo fueron…

Leí por ahí que Keith Richards una vez declaró que los HM Kids eran la única banda de los 70 que él escuchaba.

Dicen que dijo eso, pero no sé si es verdad. Éramos muy conocidos, y aparte teníamos muchos amigos en la música. Steve Marriott (N.: guitarrista y cara principal de Small Faces y Humble Pie) era muy amigo de Mickey, por eso hacíamos muchas giras con ellos. ¡Qué experiencia la de haber podido compartir escenario con Humble Pie!

Ahí no los echaron ni nada de eso…

No, porque ellos tenían sentido del humor. Jamás tuvimos problemas con los grupos ingleses.

¿Creés que los HM Kids deberían haber sido más grandes de lo que fueron?

Sí, pero uno de los tantos problemas es la cuestión del sonido y las canciones. Creo que teníamos muy buenos temas. Ronnie (N. Thomas, el bajista) y yo éramos los compositores principales. Pero no teníamos “un sonido”, sobre todo para los EE.UU. Eso es lo que te decía sobre UFO. Para mí HM Kids era mucho más lo que a mí me gustaba. Creativamente hablando, era más interesante. Pero UFO tenía “un sonido”. Ibas en auto por la carretera en EE.UU., ponías la radio e inmediatamente sabías que era UFO lo que sonaba. Con HM Kids tuvimos problemas de producción. Si escuchás el segundo disco, aún cuando fue producido por Andy Johns, cada tema parecía un grupo diferente. Y eso no funciona, nunca funcionó. Pero nosotros teníamos esta idea de querer ser como los Beatles, o como Bowie, en el sentido de querer hacer todo interesante y diferente. Pero no era fácil.

Rest in Peace

¿Con Holton particularmente tenías buena relación?

Muy buena relación. Gracias a Holton es que tengo a mi esposa Alexandra. Nos conocimos a través de él.

Tenía esa cosa teatral, y de hecho después de la banda se dedicó a la actuación.

Y antes también. Había actuado en un par de musicales como “Hair”, entre otros. Ese tipo de cosas.

Holton muere por una sobredosis en 1985. ¿Había tenido problemas con las drogas a lo largo de su carrera en los días de HM Kids?

Estábamos viviendo en Madrid cuando murió… No, para nada, nunca fue muy exagerado con eso. Fue un accidente. Fue mala suerte.

¿Seguiste relacionándote con él hasta sus últimos días?

Justo antes del fin estuvimos reencontrándonos mucho. Él estaba aquí en Londres actuando en un musical que se llamaba “Pump Boys And Dinettes” y también en TV en una serie que fue muy grande que se llamó “Auf Wiedersehen, Pet”, que era muy divertida. Es la historia de un grupo de chicos de Newcastle que, como no había suficiente trabajo en Inglaterra, se iban a trabajar a Alemania, de ahí el título. Y lo de “pet” (mascota), es un término cariñoso que se usa mucho en Newcastle. Es como cuando acá dicen “hello, luv”, bueno, allá dicen “hello, pet”. Fue una serie de mucho éxito, donde Gary hacía de… Gary. ¡El personaje era él mismo! (Risas) Tenía el pelo de dos colores, etc. Vivíamos en Madrid pero veníamos muy seguido a Londres porque estábamos grabando el disco con Tarzen aquí, y en una de esas ocasiones invitamos a Gary a ver el show, y después nos fuimos a cenar. Y esa fue la última vez que lo vi.

Un UFO cuya existencia es comprobable: Danny Peyronel, Andy Parker, Phil Mogg, Pete Way y Michael Schenker posan en luminoso blanco y negro, allá por 1976.

DANNY SE SUBE A UN OVNI

Ingresaste a UFO en el ’75 para el disco “No Heavy Petting”, convirtiéndote así en el primer tecladista en la historia de la banda. Y además escribiste dos canciones para ese álbum, “Highway Lady” y “Martian Landscape”, aparte de co-escribir dos más. Pero UFO ya era una banda grande en aquel momento. ¿Cómo fue vivirlo a nivel personal?

“Martian Landscape” (“Paisaje marciano”) es una canción irónica sobre Argentina, ¡de ahí su título! (Risas) Desde ya, en ese momento era una banda muy grande. Ya habían tenido en Japón un par de números uno, en Alemania eran muy grandes y en los EE.UU. estaban empezando a romper el mercado. Es que está todo relacionado. Hace un rato hablábamos de mi amigo Paul, el baterista del primer grupo en el que estuve. Bueno, Paul era amigo de Pete Way de UFO, y cuando fuimos de gira a EE.UU. con los HM Kids, en uno de esos momentos intolerables de aburrimiento en un Holiday Inn, estábamos viendo en la tele el Don Kirshner’s Rock Concert (N.: recordado show musical y de variedades de los 70), y estaba tocando UFO. Y me acuerdo de decirle a los chicos del grupo “Ah, miren, estos son amigos de Paul”.

Cuando volvimos de la gira, una vez que me fui a vivir con Alexandra, un día toca el timbre Paul, que venía a visitarnos y estaba con Pete, y nos presenta. Y Pete me dice: “Tenés que venir a uno de nuestros shows”. Y yo al mismo tiempo le dije: “también tenés que venir a vernos, tocamos en el Roundhouse la semana que viene”. Pete vino a vernos, y le encantó, y después del show me dijo “en nuestro próximo disco tenés que tocar teclados”. Ellos ya habían tenido teclados en el que era hasta el momento su último disco “Force It”, donde había tocado Chick Churchill, que era el tecladista de Ten Years After. “Pero en el próximo tenés que tocar vos”, insistió.

OK, pero Churchill no era miembro estable, solamente participó en el álbum…

Sí, solo fue invitado. Es más, tenía un trabajo de oficina en la compañía, en la parte de ediciones. Y no quería salir de gira. Entonces le dije que sí a Pete. Y de repente estoy de gira en Francia con los HM Kids, y teníamos que hacer un show en Alemania, y todo llegó a un punto tal de ebullición tras haber cambiado a Mickey Waller por otro guitarrista, que terminó siendo una muy mala decisión. Ese es otro de esos factores a los que me refería antes, y que salió mal con los HM Kids. Despedirnos de Mickey fue el primer error, porque había una magia, y la rompimos.

Y sí, otra vez UFO, con otras ropas y en otro orden, pero aquí a Danny se lo ve más de cerca.

¿Y por qué razón lo despidieron?

Porque Mickey era un personaje, y en vez de ajustarnos a él empezamos a tener ilusiones de que el grupo podía ser mejor… y no iba a ser mejor. Él tenía mucha magia. No era el mejor guitarrista del mundo pero era el guitarrista perfecto para HM Kids. Se tomaba media hora para afinar, y a veces bebía un poco, pero tenía mucho carisma. Era perfecto, y cometimos ese otro error. Audicionamos millones de guitarristas, algunos de ellos muy conocidos, pero no estábamos completamente conformes con ninguno y finalmente le dimos el puesto a este tipo, Cosmo, porque era amigo de un amigo y creo que había tocado en HM Kids antes que yo, pero solo tres mese, o algo así. Como de pasada. Y él tenía una idea muy diferente de lo que quería que fuera el grupo, quería que fuera una banda de heavy metal, y Ronnie y yo no queríamos eso. Entonces me harté y preferí no seguir con esa discusión. Aparte, si insistía se iba a terminar disolviendo el grupo, porque Ronnie me iba a seguir a mí, y así. Y estando en ese momento en Alemania, llamé a mi mujer desde allí, y le dije “¿Por qué no llamás a Chrysalis, la compañía de UFO? Preguntales si están de gira por Alemania, a ver si puedo charlar con ellos, porque ya no estoy más en el grupo”. Pero antes les prometí a los chicos que iba a terminar la gira con ellos, porque teníamos unas fechas con Uriah Heep en Escocia. Hasta les recomendé un nuevo tecladista, John Sinclair, de quien hablamos antes. Entonces me dejaron en una ciudad alemana donde justo estaba UFO. Bueno, ellos se la pasaban de gira por Alemania… Y Pete había dicho “dale, que venga, porque tenemos un piano en el camión”. Porque tenían un par de temas que no podían hacer en vivo sin el piano; tenían un piano pero no tenían pianista. Entonces nos encontramos esa noche y al otro día fuimos al lugar donde tocaban, que para mí era como otro mundo, porque con los HM Kids en Europa tocábamos en clubs, siempre en lugares chicos. Y esta vez era un estadio para 2000 personas, y estaba lleno

¿Tenías buena relación con los otros miembros del grupo, con Moog, con Way, con Michael Schenker…?

Sobre todo con Schenker, porque como él todavía no hablaba inglés muy bien y yo no era inglés, yo le tenía más paciencia. Entonces imagino que él se sentía más cercano a mí. Y volviendo a la noche de ese primer show en Alemania, salí para hacer este tema y después me pidieron que salga para el encore, el bis. Aparecí como invitado especial. Y después del concierto, mientras festejábamos, Pete me dice “Danny, cuando volvamos a Inglaterra, si querés podés estar en el grupo, el grupo es tuyo”. Y recuerdo habérmelo tomado muy tranquilamente, tipo “primero volvamos a casa y después hablamos”. Entonces ellos siguieron con la gira, y yo me volví a Londres. Fui a Chrysalis y le pedí todos los discos de UFO, y para cuando volví a encontrarme con los de la banda, ya me había aprendido todas las canciones.

¿Cuál fue entonces el motivo por el que abandonarías UFO años después?

No me fui de UFO, ¡me echaron! (Risas) Fui el chivo expiatorio de un momento y por suerte, con el paso del tiempo, todo se aclaró. Creo que hay tres libros de la historia de UFO, y en el primero, el que escribió Martin Popoff, le preguntan a Pete por qué yo estuve poco más de un año y sólo en un disco, y Pete contestó diciendo “Éste es un buen momento para aclararlo. No sé de qué habla la gente, pero voy a ser bien claro. Danny era un súper tecladista, un súper músico y un buen amigo. No hubo nada de malo con Danny, todo lo contrario. Lo que ocurrió es muy simple. Nuestra compañía decidió cambiar de distribuidora en los EE.UU., justo cuando salió el disco que grabamos con Danny. ¿Y cuál fue el resultado de eso? Es muy simple”.

La contratapa del álbum “No Heavy Petting”, uno de los grandes trabajos discográficos de UFO. Y con Danny, huelga aclararlo.

“No Heavy Petting” había sido suficientemente promocionado. ¿Entonces qué sucedió?

Hicimos tres giras para promover el disco. ¡Tres! Íbamos dos meses, volvíamos, nos quedábamos una semana o diez días, otros dos o tres meses de gira… Laburamos como locos. Y el problema que sucedió con la distribuidora es que el público venía a vernos, se quedaban locos con el disco, iban a disquerías a comprarlo, y no estaba. Lo iban a buscar, y al no encontrarlo, después muchos no volvían a los shows. Y “No Heavy Petting” era la gran esperanza de UFO en ese momento porque el anterior “Force It”, que yo también había ayudado a promover de gira, había entrado en el Top 50 de los EE.UU., y ellos pensaban que éste iba a ser Top 10; sin embargo apenas tocó el Top 50 y después bajó. ¡Y claro, porque no había discos en las disquerías! “No Heavy Petting” había sido suficientemente promocionado. ¿Entonces qué sucedió?

¿Y te echaron del grupo por eso?

Ese fue el motivo por el que, como bien dice Pete en el libro, la compañía necesitó de alguien que tuviera la culpa. Ellos no iban a admitir su propia culpa.

Pero así y todo algo habrá generado que te salgas de ese lugar

No, yo recuerdo que tenía muchas ideas y buenas esperanzas para el próximo disco. Pensaba que se podía construir mucho más. Porque además lo dicen las mismísimas liner notes (N. notas internas) en las reediciones de EMI, y es que yo empecé un tipo de composición que la banda adoptó, y después desarrolló más.

Por lo que tu ingreso y tu paso por el grupo tuvo un peso importante.

Aparentemente. Entonces no tuvo que ver con que yo quisiera alejarme de la banda, simplemente ellos necesitaban alguien a quien culpar para justificar lo que pasó. Pero no tengo ningún problema con lo que sucedió, porque yo también quería hacer algo un poco distinto.

Danny en versión Blue Max. Nótese como el animal print no es un invento de este siglo.

DANNY DA EN LA TECLA

Por entonces fue cuando formaste The Blue Max, que casualmente también tiene un nombre extraído de una película.

The Blue Max fue mucho más pop rock, fue una versión mucho más pop de lo que había hecho, pero tampoco muy lejano de los de siempre. Pero no fue mi mejor momento. Teníamos muy buenos músicos. El guitarrista, Robin, fue luego quien descubrió a la cantante Sade, y el productor de sus primeros dos discos. Era un muy lindo grupo. El problema fue que justo nos tocó el momento del punk y nosotros hacíamos power pop, y no encontrábamos lugar para ir a tocar en vivo. Ensayamos como durante un año, y conseguimos el contrato y grabamos el disco, pero para el momento que llegamos a grabarlo, ya no tenía el mismo impulso. Y después vino lo de Meat Loaf.

Eso fue en 1983, cuando escribiste la canción “Midnight At The Lost And Found”, que está en el álbum del mismo nombre.

Exacto. Pero antes de eso, inmediatamente después de The Blue Max, conocí a Joe Stefko, que era el baterista de Meat Loaf, y comenzamos a trabajar en un proyecto juntos, con el que grabamos cosas muy lindas, pero no llegamos a nada, comercialmente hablando. Pero de ahí vino la conexión con Meat Loaf. Inicialmente él iba a grabar un disco con todos temas míos, y yo estaba muy entusiasmado. Imaginate, ¡su disco anterior había vendido como 4 millones de copias!

¿”Bat Out of Hell”?

No. “Bat Out Of Hell” fue el primero, y también fue el cuarto disco más vendido de la historia de la música.

Bueno, pero trabajar con Meat Loaf te habrá reportado económicamente…

Me reportó, pero al final no fue lo mismo porque por desgracia el productor que le habían asignado, Tom Dowd

¡Tom Dowd, claro!

El mismo que había producido “Layla”, pero en ese momento ya era un viejo. Y aparte era un tipo muy particular. Por empezar andaba todo el tiempo con su cronómetro, para chequear al baterista. Y el baterista era Max Weinberg, el de la E Street Band, que además de ser un súper baterista es un muy buen tipo. Y entonces va Tom y le dice a Meat Loaf “Sí, muy lindos los temas de Danny, pero suenan demasiado como Meat Loaf. Yo quiero que vos suenes como Bob Seger”. Entonces lo único que quedó fue el tema que terminó siendo el titulo del disco, y por eso no lo pudo quitar… (Risas)

En 1985, cuando grabaste el primer disco de Tarzen en Sol Studios también trabajaste junto a Sade, que mencionamos hace un rato, pero también en el proyecto Mason + Fenn, con Nick Mason de Pink Floyd y Rick Fenn de 10cc

Lo de Mason + Fenn es curioso, porque cuando te pasaste toda tu vida en esto, un poco te acostumbrás. Me acuerdo de este amigo de Argentina que una vez me preguntó si yo sufría mucho lo del stage fright antes de tocar, y también te lo digo a vos, nunca lo sentí. Nunca me sentí nervioso antes de salir a escena, y él estaba desilusionado con esa respuesta (Risas) Conocí a todo el mundo y nunca fue “guau”, pero en el momento que escuché a David Gilmour cantar mis letras, ahí sí lo fue. ¡Porque era la voz de “Dark Side Of The Moon”!

Danny puso la voz al tema «Israel», de Mason + Fenn

Que aparte es una de las voces más características que existen.

¡De las más características! Viste esa forma de cantar que tiene…Y cuando oí eso me dije, “OK, this is it”. Rick y yo nos conocimos porque su hija y mi hijo iban a la misma escuela primaria, en Barnes. Primero tuvimos un proyecto en común que se llamaba The Pope. Escribimos muchos temas juntos. Él tenía un estudio en su altillo y era muy avanzado. Tenía esos sintetizadores polifónicos, de los primeros que hubo.

¿Cómo los que usaba Keith Emerson?

Sí, pero antes de eso. Era como el inicio del uso de los programadores, y él los programaba, pero muy primitivamente. Y dos de los temas que grabamos terminaron en el disco de Mason + Fenn. Y si bien el disco es instrumental, porque a Nick le encantaban los autos y el disco era para un programa de TV de ese estilo, yo canté uno llamado “Israel”, y Gilmour cantó otro, “Lie For A Lie”. Y justo en esos días estábamos grabando el disco de Tarzen acá en Inglaterra, pero a último momento me llama Rick y me dice “Danny, estoy desesperado, ¡Gilmour vino a cantar el tema, y odia la letra! ¡Tenés que escribirnos algo rápido!” Y yo justo me estaba yendo para el aeropuerto rumbo a Madrid, así que le pedí que me llame a Madrid esa noche, que le iba a tener algo preparado. ¡Y me puse a escribir la letra en el avión!

DANNY Y LA PANTALLA DEL GRUPO NUEVO

Después de todas esas experiencias y anécdotas vividas con bandas en Inglaterra, nada me seduce más que preguntarte qué es lo que hace que en 1983 vuelvas a Argentina para sumarte a Riff. ¿Cómo, por qué y en calidad de qué entraste en Riff?

¡De invitado!

Riff, las vías y una formación que en su momento muchos supusieron permanente y duró menos que un viaje del tren bala.

A ver, esto es como el misterio de la Atlántida, es lo que siempre se preguntó todo el mundo. ¡Y hay que resolverlo!

Esto es algo que traté de aclararlo varias veces. Mirándolo en perspectiva, Pappo y yo ya teníamos una historia en común. Y es algo rarísimo, porque yo todavía estaba en la escuela y me acuerdo de haber ido al Liceo Naval, donde había estado mi hermano, y Pappo estaba tocando con Conexión Nº 5, con un traje de terciopelo negro. Y a mí me gustaban. Yo tenía 14 años y fui a hablarle a Pappo, y recuerdo que me había contado que había estado en Londres. Entonces pasó el tiempo y cuando llega el momento de esa gira americana de Heavy Metal Kids, justo antes de que empiece, yo tenía un departamento aquí en Chelsea, Y suena el timbre de casa, atiendo, y me dicen “Soy Pappo”.

¿Año?

(Piensa) 1975. Probablemente fines del ’74.

¿Y cómo es que tenía tu dirección?

Seguramente había alguien en común a quien él conocía y le había pasado mi dirección. Entonces llega Pappo y me dice “Mirá, estoy durmiendo afuera en la nieve, en un Volkswagen, no tengo donde parar” (Risas). Mi departamento era un estudio grande, tenía una sola habitación, pero a la entrada había un armario gigante que estaba debajo de una escalera, y Pappo me pregunta por él, y me dice “¿Y esto qué es?” – “Es un armario”, le digo. Y me dice “No hay problema, yo duermo ahí”.

LA PLAZA DE PAPPO: Conexión Nº 5
Pappo en Conexión Nº5, allá lejos, hace tiempo y de riguroso terciopelo negro

¿Pero cómo, dormía de parado?

No, era un armario muy grande, así que le pusimos mantas y otras cosas, y él dormía ahí. Estaba comodísimo. ¡Solamente Pappo! (Risas) Se quedó un par de semanas, o algo así, y hasta le presenté a todos los chicos de Heavy Metal Kids… ¿Vos lo conociste a Pappo, hablaste con él alguna vez?

Sí, lo entrevisté dos o tres veces, de esto hace ya muchos años.

Aaah, bueno. Pappo, al menos en esa época, era muy simpático, muy fácil de querer. Amoral, completamente amoral, pero muy fácil de querer. Entonces los chicos de HM Kids enseguida se enamoraron de él, lo consideraban un personaje muy gracioso. A nivel musical no hubo ninguna relación, pero él vino al estudio cuando estábamos grabando el segundo disco. Justo antes de irnos de gira vino mi hermano Michel a visitarme, que por entonces vivía en París. Michel, que se había ido a París a estudiar Economía, había tocado con un grupo muy pop allí con quienes hizo un disquito. Y la música pop francesa no existía en aquel momento, no era algo serio, era una cosa solamente local. Pero yo en ese momento consideraba a Michel un baterista serio. Habíamos tocado juntos cuando fuimos chicos y yo ya era profesional, estaba en un grupo “pro”, y con sueldo. Pero bueno, llega Michel y se hacen amigos con Pappo. No recuerdo si ya se conocían de antes. Y antes de irnos les prestamos el lugar y nuestros equipos para que ensayaran a Michel, Pappo y un amigo tecladista que teníamos, allí en The Tunnel. Y cuando llegó el día de irme para la gira cometí el grave error de decirles a Pappo y Michel “Quédense Uds. en el departamento”… (Risas)

Bueno, al fin y al cabo era tu hermano…

Era mi hermano, pero cuando volví habían hecho un desastre, habían destruido todo, y ahí fue cuando llamé a Alexandra y le dije “tenés que venir a buscarme, esto es un desastre”. Me vino a buscar en su Renault 5 y nunca nos separamos desde entonces. Y ese es el inicio de la cuestión con Riff, que llegaría después.

La Nave Del Rock Argento: Riff - En Accion (1983)
“Riff En Acción”: heavy metal, alambrados, rayas y ciencia ficción en la tapa de un álbum que marcó el pináculo de la fama del grupo allá en los ’80.

Tal vez esa sea la primera vez que Pappo y Michel hablaron de tener una banda juntos, quizás la idea inicial se dio aquí en Londres…

¡Sin dudas! En esa época, los grupos como nosotros que teníamos contratos discográficos y management, teníamos todos los instrumentos que queríamos. En Argentina si tenías un Marshall eras considerado un dios, pero aquí, si uno necesitaba… no sé, un Hammond, todo lo que tenías que hacer era decírselo a uno de tus roadies y la semana que viene compraban un Hammond nuevo y te lo traían. Lo más gracioso en ese momento era que no nos dábamos cuenta de que nosotros mismos lo estábamos pagando.

OK, pero todo esto sucedió en el ’75. ¿Qué pasó ocho años después?

Bueno, yo había hecho lo de Meat Loaf, pero mi proyecto solista no iba para adelante. Y tenía que seguir tocando. En ese momento me llama Michel y me dice “tenés que venirte a Argentina, porque vamos a hacer un disco en vivo con Riff en Obras, y no te imaginás lo grandes que somos aquí, hacemos estadios y es divertidísimo”. Y Pappo también quería que fuera. Los dos querían que vaya para ayudarlos a grabar el disco en vivo. Producir, mezclar y todo eso.

¿No para tocar en vivo?

Sí, querían que salga en un par de temas, como invitado.

Lo mismo que te había pasado en UFO.

Sí, pero esta vez no evolucionó. Nunca fui miembro de Riff. Yo no tenía interés, y no creo que tampoco lo tuviera el grupo. No era una cuestión así, fue algo mucho más casual.

Fuiste un miembro exclusivamente temporal.

¡Temporal! Exacto. Y a mí me había encantado la idea, porque ya estaba un poco con las bolas llenas de todo. Yo tenía un hijo de 3 o 4 años, creciendo, y estaba yendo y viniendo de New York todo el tiempo, y a veces me quedaba 2 o 3 meses haciendo cosas, me estaba perdiendo ver crecer a mi niño y tampoco estaba obteniendo resultados. Entonces vino Michel con esta idea y se me prendió la lamparita. Era una buena oportunidad de mostrar a mi chica y a mi hijo el lugar en el que había nacido y cómo era la cultura argentina.

¿Ninguno de ellos había estado en Argentina antes?

Nunca. Mi hijo había nacido aquí, y yo no podía enseñarle español. Entonces dijimos “OK, vamos a Buenos Aires por 9 meses”, o algo así. Y salió bien en muchísimos sentidos, porque a mi hijo Jesse lo pusimos en un colegio de ahí y en menos de un mes hablaba perfecto español. Y a Alexandra le encantó Argentina.

MÁS PAPPISTAS QUE EL PAPPO

¿Qué recordás de los shows con Riff? Se dieron justamente durante el período post-electoral del ‘83, las elecciones habían tenido lugar poco antes. Y sobre todo aquel show en Ferro, donde el público rompió el alambrado para entrar en la cancha…

¡El problema es que esto es parte del libro que escribí  (N.: “The Back Of The Tortoise”, cuya tapa pueden ver aquí reproducida) y que va a salir pronto! (Risas) Fue una cosa terrible… ¡pero es todo bueno!

Fue como el Altamont de Riff.

¡Altamont! Fue realmente una cosa surrealista, como un film de Fellini.

Bueno, eso es muy argentino…

Sí, pero que al final fue todo bueno. Claro, ahora es todo bueno. En ese momento fue algo muy pesado. El Ruso Verea, que ahora es muy conocido, en aquel momento estaba trabajando de plomo con nosotros y se puso adelante mío en el escenario para protegerme. ¿Sabés que afilaban palos de madera, los prendían fuego y los tiraban al escenario? Fue una cosa de locos. Estoy seguro que el Ruso me salvó la vida, o al menos evitó que me lastimaran. ¡Se puso delante de mí tipo “secret service” del presidente!

OK, pero supongo que el grupo no habrá estado nada tranquilo con la situación reinante. ¡Y aparte vos eras “el tecladista” en un grupo como Riff! ¡Sacrilegio!

¡Y rubio! (Risas) Pero esto ya había ocurrido en Obras. Dentro del público de Riff había una sección a la que llamábamos “los pappistas”. Y yo siempre tuve una teoría, y vas a tener que explicar esto con mucho tacto. Yo siempre pensé que Pappo estaba completamente de acuerdo en que los pappistas tenían una relación prácticamente homosexual con Pappo, de un amor muy profundo. Y cuando veían a alguien que se ponía al lado de él, sobre todo un rubio cantando, y que encima venía de afuera… ¡las cosas que me gritaban! La mayor parte del público era fantástico, pero esos pappistas eran todos locos. Me gritaban “¡Putooooo!” (Risas) ¡Una cosa increíble!

Abril en Obras: se venía el disco en vivo y las huestes eran convocadas

Eran todos fundamentalistas de Pappo.

Fundamentalistas totales, talibanes de Pappo. Decí que cuando después salimos de gira por el interior fue genial. ¡Porque era como si fuésemos los Beatles! Y en el interior no estaban esos pappistas. ¡Pero eran como locos! Pappo estaba convencido que eran todos homosexuales, él mismo lo decía. Y el problema que hubo en ese show en Ferro, es que nosotros le decíamos a Pappo, “¡tenés que decirles que la corten, porque a vos te van a dar bola!”. Y él no se animaba. No es que tuviera miedo físico, porque miedo físico no le tenía a nada, pero era como que no quería desilusionarlos. Recuerdo una vez que les dijo (N. imita la voz cavernosa del Carpo) “Cortenlá, si no agarro la manguera de mierda y los lleno de mierda a todos” (Risas) Y le obedecían. Pero en ese momento vio que la cosa venía muy violenta, y no se puso muy duro.

Y estuviste en el disco en vivo en Obras.

¡Claro que estuve! Suena horrible (Risas) La introducción esa fue idea mía, viste, la de Carmina Burana. Y cuando se escucha la ovación del público, parecía una lucha de gladiadores.

Pero en definitiva tu paso por Riff fue muy divertido, terminaste pasándola bien.

¡Muy bien! ¡Mejor que bien!

Y además con Pappo siempre tuviste buena relación.

Siempre. Después tuvimos menos relación, pero nunca tuvimos mala relación, y él quería mucho a mi hijo Jesse, porque él era fantástico con los chicos. ¡Era muy simpático!

Por lo cual no podemos decir que te alejaste de Riff…

Nunca fue el plan. La idea era la de quedarnos seis meses, o un año máximo, como si fuera una larga vacación, para que mi familia conociera Argentina, o al menos Buenos Aires. Y divertirme con los chicos, porque éramos amigos.

ME TARZEN, YOU DANNY

Luego retornaste a Europa.

Sí. La idea era volver a Londres, pero regresamos aquí y justo en ese momento me contactó esta gente de España, el Mariscal Romero (N. histórico periodista, locutor y productor español) quien ya había contactado a Mundy Epifanio (N. histórico manager de Riff, entre otras bandas y artistas). El plan que tenía este tipo era en base al grupo Banzai, que ya habían firmado con WEA, y tuvo la idea de meter en la banda a este chico que había estado en UFO. Pensaba que le iba a dar más caché internacional, los quería lanzar internacionalmente. De hecho había logrado que Barón Rojo toque aquí en el Marquee. Entonces fui con mi esposa a Madrid, y ahí conocí a Salvador, el guitarrista de Banzai, e inmediatamente fue como si nos hubiéramos conocido desde hacía 10 años. Él había vivido en Londres, conocíamos gente en común, etc. Entonces me vendieron la historia: “este grupo, mínimo 200 conciertos en el verano”, que eventualmente fueron… doce (Risas)

Danny en Tarzen, un prometedor proyecto que se vio atrapado en una jungla de inconvenientes.

Poco después se les unió Michel.

No, Michel primero vino de visita, porque habíamos hecho su disco solista “A Toda Mákina”, y llegaron él y Mundy a tratar de lanzar el disco en España, y ahí les presenté a Salvador. Y como todos los equipos de la banda estaban en mi casa, nos pusimos a tocar y sonaba fantástico de entrada. Y entonces vino Iron Maiden a tocar a Madrid, con Nicko, el baterista, que es uno de mis amigos más viejos… Poco después se les unió Michel

¿Nicko McBrain es amigo tuyo?

De hace muchísimo tiempo, incluso de antes que tocara junto a Pat Travers, cuando estaba en los Street Walkers. Incluso una vez habíamos tratado de formar un grupo juntos. Él, Brian Robertson (N.: guitarrista de Thin Lizzy y Wild Horses, de fugaz estadía en Motörhead donde grabó el controvertido álbum “Another Perfect Day”) y yo.

Tarzen inlusó llegar a hacer una gira con Twisted Sister en EE.UU., en la que les fue muy bien. ¿Por qué se separaron?

No nos separamos. Tuvimos tanta buena suerte, como me había pasado durante la mayor parte de mi carrera, que en algún momento tenía que llegar la mala suerte… Porque nada puede ser para siempre, si no no sería buena suerte. ¿No? Siempre tuvimos mucha suerte con Tarzen, todo nos estaba saliendo bien. Teníamos a Ralph Hood como bajista, lo habíamos hecho venir de Londres a Madrid, ensayábamos y nos llevábamos fantástico, todo bien, y grabamos un demo con cuatro temas.Volé con el demo a Londres y desde el aeropuerto llamé a Phil Carson, el jefe de la Atlantic a quien conocía desde los tiempos de HM Kids, que entre otras cosas era el que había contratado a AC/DC. Entonces lo llamo desde el aeropuerto y le digo “Mirá Phil, tengo algo que me gustaría que escuchases”. Y Carson me contesta, “Bueno, venite a la oficina ahora”. Entonces me fui en taxi directo del aeropuerto a la oficina de Atlantic, le puse la cinta y al primer tema me dice “Pero el cantante suena como Bon Scott. ¿Quién es el cantante?”. Y le digo, “¡Yo soy el cantante!”. Claro, él me conocía como tecladista. Escuchó dos canciones, ni siquiera llegó a la tercera, y me dijo “Quiero a este grupo. Tengo un nuevo sello que está ligado a Atlantic, pero es mi compañía, y quiero que el grupo forme parte de él”. Y eso es algo que no ocurría nunca, vos podías llegar a pasar meses tratando de conseguir un contrato de grabación. Aparte, generalmente tenías que tener un manager o alguien que te lo buscara. Entonces regresé a Madrid, ensayamos los temas, grabamos en el estudio de Jimmy Page con Stuart Epps como productor. Todo bien, sonaba bárbaro. Y ahí llegó el primer problema. El lanzamiento del disco se atrasaba y se atrasaba, aún cuando a la gente de Atlantic en New York le gustaba mucho, pero se demoró tanto que llegó el asunto de las mujeres de los senadores, no sé si te acordás de ese gran escándalo…

¿Lo del PMRC con Tipper Gore?

¡Claro! Encima ella había estado en un grupo de rock cuando era joven, se ve que quedó frustrada y se vengó. Y empezó todo eso. Si el disco hubiera salido a tiempo cuando terminamos de grabarlo, hubiera sido otra situación. Volvemos al tema de los factores. Y sin embargo, como se atrasó tanto, cuando llegó el momento de salir a presentarlo de gira por EE.UU., el cantante de Twisted Sister, Dee Snider, ya estaba dando testimonio ante el grupo de las mujeres de los senadores.

Tiempos de Tarzen: Danny Peyronel, Dee Snider de Twisted Sister y el periodista español Martín J. Louis. El molesto PMRC ya proyectaba su sombra…

Me acuerdo perfectamente.

O sea, ¡todo mal!

Todo muy Spinal Tap.

Muy Spinal Tap, porque el tipo que les decía a los chicos “we’re not gonna take it” estaba de traje diciéndoles a los senadores y a sus mujeres que él era un padre de familia y una persona seria, y los chicos estaban en sus casas preguntándose “¿Cuál de las dos cosas es cierta?” (Risas)

Bueno, pero el disco debut finalmente fue editado.

El disco (N.: “Tarzen”, 1985) salió, pero la gira con Twisted Sister, en la que teníamos tantas esperanzas… si bien la gente nos recibió muy bien los shows iban cancelándose semanalmente por ese problema. Entonces era como Spinal Tap. ¡Mientras estábamos de gira, se iban cancelando shows! La gira iba a llegar a California y terminó en Texas. Hicimos todo el Midwest, que en cuanto a rock siempre fue la parte más importante, y el resto se canceló.

Pero sí después pudieron grabar un segundo disco…

Pero ese segundo disco (N.: “Madrid”, editado en Argentina como “Es Una Selva Ahí Afuera”, 1989 ) se grabó en Argentina. Porque cuando volvimos a España la compañía había fracasado, había salido todo mal. Y de vuelta al tema de los factores. Porque Phil Carson, que era el “golden boy” de Atlantic en Inglaterra, que todo lo que había tocado se había convertido en oro para la compañía, para cuando empezó con su propio sello -aunque quedó dentro del mundo de Atlantic como distribuidor y eso- ya no era más “uno de ellos”. Entonces si Atlantic editaba, supongamos, 20 o 30 discos en un mes, los dos o tres discos de Phil eran los últimos de la cola para promocionar.

¿Eso fue lo que terminó haciéndolos separarse?

Lo que nunca me gustó mucho, y podés decirlo tranquilamente porque esto no voy a mencionarlo en mi libro, fue la actitud. No tanto del público de España, porque el público español era fantástico, pero sí de los medios periodísticos y el ambiente de la música en España. Si hubiera sido Alemania, o Suecia, o cualquier otro país que tuviera un grupo exclusivamente de ahí como era Tarzen -porque si bien había integrantes de otros países era una banda basada en España- se hubieran enorgullecido de ser el primer grupo que salió de gira por los EE.UU., con un disco que se editó en 28 territorios. Como por ejemplo los alemanes con Scorpions. Pero en España se dio una envidia y una crítica repugnante. Otro ejemplo, y hasta salgo avergonzado de esto, es que en esa época había habido un director de cine español que había ganado el Oscar a la mejor película extranjera (N.: Danny se refiere a José Luis Garci y su filme “Volver A Empezar”, que ganó el premio en 1982). ¡El Oscar! ¿Sabés lo único que mencionaba la gente sobre él? Decían que era una vergüenza que no haya sabido hablar inglés cuando subió a recibir el premio. Pero era una película extranjera. ¡No tenía que hablar inglés! Lo criticaban todo el tiempo, y por dos o tres años no lo dejaron trabajar en España. Una actitud muy mezquina.

El productor Sturat Epps y 3/4 de los Tarzen en The Mill Studio, en Maidenhead, cerca de Londres.

¿Y fue por ese tipo de actitudes que finalizó Tarzen?

No, el motivo fue que Michel se cansó de vivir en Europa. Fue como volver a la infancia. A Michel le gusta Argentina y se ve que extrañaba estar cómodo, y en Argentina era famoso. Me imagino que le gustaba ser famoso, y no lo critico por nada. Si eso es lo que te hace sentir bien, fantástico. A mí nunca me importó nada de eso. Lo normal hubiera sido que cuando se terminó la compañía yo hubiera salido a buscar otro contrato, de hecho ya tenía algo casi confirmado con Pasha, la de Quiet Riot, a quienes le encantaba nuestra música. Habíamos grabado en Inglaterra un nuevo demo que terminó siendo parte del segundo disco. Lo normal hubiera sido salir a hacer shows como sea, insistir e insistir, y tarde o temprano la cosa habría funcionado. Entonces cuando Michel decidió irse a Argentina, yo también me fui para allí con mi familia, para probar una segunda etapa latinoamericana de Tarzen y hacer el segundo disco ahí. Como Sudamérica estaba empezando a funcionar, con Soda Stereo y todo eso, nos hicimos un poco el coco. Y ya que estamos, te cuento que Michel y yo fuimos de los primeros en descubrir a Soda Stereo. El manager Rodríguez Ares nos pidió ir a chequear a estos chicos que le parecía que eran buenos, y fuimos a verlos y nos quedamos encantados con su look.

Y volviendo a Tarzen…

Bueno, pensamos que podíamos volver a crecer estando en Argentina para después volver a EE.UU. Grabamos el disco, y después tocamos en Argentina y en Chile, pero nunca llegó a editarse en USA. Hicimos un show con Bon Jovi en Vélez., y después de ese show ya no era más lo mismo, yo no me sentía igual. Entonces seguí el consejo de un amigo manager de New York, que en ese momento se había convertido en manager de Desmond Child, quien venía de vender 30 millones de discos con Bon Jovi. Y también había escrito para Kiss. Entonces mi amigo me dice “tenés que mudarte a Los Angeles, porque Desmond está ahí, y vos sos mi otro compositor favorito fuera de Desmond”. Y así fue que nos mudamos a L.A., donde estuve un año e hice solo una canción con Desmond. Lo de escribir a pedido, así, como si fuera vender salchichas, no es lo mío. Tuve suerte con lo que escribí, pero es algo que hice espontáneamente.

DANNY EN LA CASA DE X

Después reformaste HM Kids, e incluso volvieron a sacar un disco, “Hit The Right Button”

Eso fue poco tiempo después de mi álbum solista “Make The Monkey Dance”, que hice con un excelente grupo de músicos italianos, súper musicales, que salió por una compañía alemana, y ahora también está editado por una compañía inglesa, Angel Air. Y de ahí vino la idea de lo de HM Kids, porque el productor Marco Barusso era una de esas enciclopedias caminantes…

En 2011 hiciste lo de X-UFO, con ex integrantes de UFO y del Michael Schenker Group, con el que hicieron un disco en vivo, “Vol. 1: The Live Files!”…

¡Un gran disco en vivo!

Pero después la banda pasó a ser House Of X, con la que graban un CD con material inédito y, ya que estamos, donde también estaba incluida “Martian Landscape”, que ya había aparecido en “No Heavy Petting”

¿Vos sabés que esa canción terminó convirtiéndose en uno de los más grandes éxitos de UFO? Es muy gracioso, porque en uno de los tantos comentarios de usuarios que uno puede leer en YouTube, alguien se refirió a ella diciendo “esta es la mejor canción que alguna vez se escribió. Y punto”. Creo que estuvo un poco exagerado. (Risas) Nos convertimos en House of X porque lo de X-UFO había comenzado un poco como una joda. Lo único que queríamos era subirse de vuelta a los escenarios y divertirnos, pero la reacción fue tan buena, e hicimos tantos shows y festivales (de hecho el disco en vivo se grabó en un festival en Alemania), y nos fue tan bien, que de repente nos pusimos a escribir nuevas canciones. Y entonces ya no tenía ningún sentido seguir llamándose X-UFO, y entonces el grupo se convirtió en House Of X.

Una banda completamente nueva.

Completamente nueva. Y que sigue. Este año no hicimos muchos shows, pero el año que viene tenemos varios, además de festivales.

Contame sobre lo que estás haciendo actualmente con Fullhouse.

Es un proyecto tributo al gran Frankie Miller. O mejor dicho, no diría que estamos haciendo un tributo sino más bien continuando su herencia, saliendo a interpretarla y si es posible superarla en algunos sentidos -no de la performance vocal, por cierto- como si fuera la Glenn Miller Orchestra, que por mucho tiempo continuaba interpretando el material de Glenn luego de su muerte. Frankie y yo tenemos historia de cuando yo estaba en UFO, porque él estaba en Chrysalis y como sabés, Frankie es una leyenda, sobre todo entre los cantantes. Es “el cantante de los cantantes” De ese mundo de Paul Rodgers y de Rod Stewart mismo. De hecho en el especial sobre Miller, Rod dice “Frankie es el segundo cantante blanco más grande en Gran Bretaña…Bueno, no: OK, es el primero” (Risas) Y Frankie tuvo este terrible accidente hace 20 años. Entonces me llamaron para que fuera parte de Fullhouse, con quienes vamos a hacer un show de material de Frankie que acaba de ser editado ahora con material viejo que permanecía inédito, y 2 o 3 temas que sí se habían lanzado, que también salió en CD y DVD. Y el show seguramente lo haremos el año próximo. Frankie sabe que lo estamos haciendo, y tenemos su bendición. Y está muy contento con esto.

Para terminar, en general, ¿cómo ves la escena actual y cómo te llevás con las nuevas tecnologías, siendo un músico que está en esto desde hace tantos años?

No estoy muy seguro sobre cuál es la escena actual de la música, porque cuando salgo a cantar o a tocar, generalmente es en festivales o en shows donde hay variedad. Hay grupos nuevos pero también grupos viejos. Entonces no sé lo que está ocurriendo, si es que algo está ocurriendo. Lo único que sé es que está todo completamente cambiado, y que me da tristeza por los chicos de ahora, porque hay mucho talento pero no tienen muchas oportunidades. Tengo muchos amigos músicos jóvenes, pero no sé qué decirles. Porque es otro planeta: cuando en esa época salíamos de gira, en los años 70 y 80, lo hacíamos sabiendo que íbamos a perder dinero, aunque lo que estábamos haciendo era promocionar el disco. Y ahora es completamente al revés. ¿Cómo piensan que va a haber música nueva, si un chico que recién empieza no tiene ningún incentivo?

El autor de la entrevista junto a Danny Peyronel.

OK, creo que no nos quedó nada afuera…

¡Buenísimo! Sólo lamento que no hayas podido ver los ensayos del proyecto de Frankie Miller. Seguramente vamos a hacer muchos shows, porque es una banda muy fuerte. Sólo volví a tocar teclados porque se trata de Frankie Miller. Había tres opciones: o los Stones, o Dave Edmunds, o Frankie Miller. Solamente iba a volver a tocar teclados si me llamaba uno de esos tres (Risas). Uno de tres no estaba mal…

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