El pasado 22 de enero se presentó Claudio Tano Marciello acompañado de su banda CTM en el legendario bar El Amparo de la rockera ciudad de Burzaco. Además de la fiesta a la que nos tiene acostumbrados los conciertos de CTM, esa noche representaba una celebración especial: pasadas las doce era el cumpleaños del Tano. Y obviamente MADHOUSE estuvo ahí, ya que ni la lluvia nos impidió perdernos semejante noche. Así que además de disfrutar del tremendo concierto de CTM tuvimos el agrado de intercambiar algunas palabras con Claudio y su banda que, a pesar de haber llegado desde el oeste con equipos e instrumentos mojados, antes de subir al escenario nos recibieron de la mejor manera…

“Comete un merenguito, no me digas que engordás porque te reviento. Melina, comete un merenguito”. En el camarín de CTM circulan unos merenguitos muy potentes, rellenos de dulce de leche, También hay cañoncitos y El Tano nos convida a todos… ¡y somos varios! Además de la banda lo acompañan algunos amigos e invitados del concierto, y la parte de CTM que no sale en las fotos: asistentes, plomos y un largo etcétera. Es que se nota que, al margen del proyecto que lleva sus iniciales, CTM se trata de un grupo unido de gente que se aprecia. Y es en ese sentido que le comento sobre esa sensación de que, más que un proyecto solista, se nota que CTM a esta altura devino en una banda.

“CTM es un formato de banda desde que empezamos a grabar el disco en el año dos mil…” contesta el Tano mientras mira a sus compañeros, como poniéndolos a prueba para ver quién recuerda.

“Diecisiete”, responde el bajista y cantante Leandro Radaelli. Y le da el pie al Tano para que continúe la charla: En 2017, salió el disco «CTM», y después “Crudamente” con el señor Giuliano Noé en guitarra. Lo de CTM es una historia de una pelea que yo tuve con los productores, todos querían poner en los cartelitos de mierda “Tano Marciello” y yo no quería, porque mi nombre es Claudio Marciello, como Luis Alberto Spinetta, ¿entendés? Yo no quería poner Tano, entonces, como me rompieron mucho las pelotas, dije: “los cago a todos: CTM, Claudio Tano Marciello”. CTM, como “Concha Tu Madre”, “Cómo Toma Frula”, lo que vos quieras (risas).

¡Pero la F de esa última opción no me suena!

¡Cómo toma merca! (se corrige, y nos seguimos riendo)

Pero vos, Tano, ya no tomás merca…

Yo estoy sobrio hace ya 22 años. (dice orgulloso, y se gana el aplauso de los que estamos ahí)

Y podés hacer chistes con eso, que no es poco…

Los chistes los hago porque es una forma irónica de recrear mi vida antigua y verme, digamos, desde una plataforma y observar las cosas. No me arrepiento de nada, pero hay cosas que no tendría que haber hecho. Hubiese sido todo más fácil si estaba de esta manera. Eso no quiere decir que ese tigre que está adentro algún día abra la jaula y salga (risas). Vamos a ver qué pasa a mis 60.

Melina (baterista de la banda e hija del Tano): ¿y si pasa eso qué hacemos?, ¿lo echamos de casa a papá?

MM: ¡Lo interno! Ya le dije, ¡lo interno con la guitarra!

Mirá, tengo pocas escapatorias (retoma el Tano la charla). Mi mujer hace cuarenta años que está conmigo, y Melina es la única hija del matrimonio, no tengo hijos desparramados por ningún lado. Así que ellas están de acuerdo en que si lo encuentran a Papá haciendo alguna… CENARESO no, porque saben que me escapo por el paredón (risas), pero hay otros lugares que son más duros…

ULTIMANDO EL FESTEJO

Se viene una fecha especial, estás por cumplir 59, ¿no?

Sí, 59 años cumplo ahora, después de las 12.

Se viene una fecha de festejo…

¡Por suerte se me para todavía!  (Risas) Está todo bien, estamos haciendo canciones, estoy rodeado de músicos increíbles… Sergio (N: Tizón, presente en la charla) es un músico que tocaba en una banda llamada Curly, con la que compartimos escenario en el estadio Obras, en un festival que se hizo que fue todo un curro… te hablo de la época de los 90’s… y después se acercó un día a casa y ahora se viene a cantar unos temas. Esto es así. Siempre hay invitados en CTM. Somos como Alcatrazz, la banda de Graham Bonnet, que el tipo reclutaba músicos y de ahí salían todos buenos. Ojalá la parte económica de la industria de la música funcione de una manera como para que yo pueda armar la banda que quisiera, pero para eso necesitaría por lo menos tres músicos más.

Vos tenés muchos amigos, desde la época de Almafuerte que sos de invitar gente.

Sí, yo invito guitarristas, así como ella invita bateristas y los chicos bajistas o cantantes. Nosotros tenemos una despedida y comienzo de año donde a veces tocamos hasta tres horas y vienen músicos conocidos y no conocidos que son increíbles. Y yo digamos que tengo un pequeño nombre que arrastra una cierta cantidad de gente. Por suerte no dormí en esa de rascarme las pelotas y de que era el mejor guitarrista de Argentina, porque no me la creo. ¡Yo quiero aprender todos los días, hermano!. Si yo te digo cómo quiero tocar, vos me matás ahora, porque no voy a llegar nunca. Como conozco muchos músicos increíbles, y tengo la oportunidad de poner un equipo y otro equipo y otro equipo, quiero que vengan y toquen; y los que cantan que suban y canten.

NO SOLO DE TANOS VIVE CTM

El Tano nos cuenta que Giuliano y Leandro tienen otra banda, Cisne Negro, y que se están por presentar a comienzos de febrero. Los implicados no agregan mucho más, pero es Melina la que toma la voz cantante sobre sus zapadas y proyectos paralelos.

MM: ¡Yo no puedo con mi vida” (risas). Estoy trabajando en una jam, hago eventos solidarios… trabajo con bandas todo el tiempo, laburo de stage… la verdad ya no puedo agregar más proyectos. Además doy clases, tengo alumnos, laburo en la sala en mi casa, y crío a mi hija chiquitita  que me vuelve loca y me toca todo. Además, CTM lleva su tiempo también.

“Más ahora, que estamos terminando un disco” agrega el Tano

¿En qué parte del proceso están?

El disco está grabado en forma casera. Falta cantarlo si queremos y si no lo hacemos en vivo, lo importante es que sabemos cómo suena dentro de la cabeza de cada uno. Nosotros grabamos así: se arma la batería, se ponen los equipos ahí en un cuartito, nos paramos los cuatro y lo grabamos como los Beatles: en vivo. Eso se lleva a otro estudio donde se ponen los solos, se canta… y sale con fritas. Nada de poner primero la voz, o después poner la batería o pedales… Yo le tengo pánico al estudio, me agarra fobia. ¿Viste el tipo que agarra y se queda cuatro o cinco meses? ¡Al pedo” Yo prefiero ir a hacer el amor con mi mujer, irme a la montaña, a comer un asado, comprarle un regalo a los chicos… algo tengo que hacer, no me voy a quedar escuchando ¿a ver esa nota? No, el disco se graba, se toca y se abandona. Después que se encargue el técnico. Por suerte tengo dos técnicos en Argentina que para mí son los mejores, uno es Álvaro Villagra y el otro es Facundo Rodríguez. Ellos conocen exactamente cómo es el sonido de esta banda y no rompen los huevos. Les conozco las mañas.

Y ellos a vos…

Es que tenés que sacarle complicaciones al técnico, porque si el técnico se pone técnico te caga la vida. El técnico tiene que registrar el audio que vos le mandás. Si el audio es bueno, lo único que tiene que hacer es ecualizar y pilotear la nave. Y después lo demás sale bien. De esa forma nosotros grabamos en seguida, nos vamos del estudio y seguimos tocando los temas y versionándolos. O sea, en cuanto los tocamos en vivo, después que salió el disco, jamás los vas a escuchar igual que el disco, porque ya los estamos versionando.

¿Cómo ves a la industria discográfica hoy en día?

Las cosas cambiaron bastante. Hoy en día yo grabo un corte de difusión y digo «CTM adelanta material de lo que va a ser su próximo disco», entonces vos en marzo vas a escuchar el corte por YouTube, por Spotify, por todos lados. Después me voy a otro estudio y grabo otro corte. O sea, ya no es la onda de meterse a un estudio y grabar todo un disco entero.  En este momento todavía no me aggiorné con los precios, pero creo que no está en mis posibilidades. Porque los discos los produzco yo mismo, y por lo general la que invierto nunca la recupero, ¿pero sabés lo que recupero? 59 años de vida tocando.

¿Te imaginaste cuando empezabas a tocar que a los 59 años ibas a seguir tocando?

Yo creía que iba a ser uno de esos viejos, que cuando venían los pibitos del barrio a tocarme la puerta a decirme: “¡Don Claudio! ¿tocamos la guitarra?”, les iba a contestar:  ¡salí pendejo de mierda!” y que iba a estar tocando algún tema de Sandro, o alguno de Pappo… Pero ahora me gustaría estar sentado tocando la guitarra y que los pibitos vengan. Uno de mis sueños es hacer una loza con cuatro paredes llena de equipos e instrumentos y que los pibes vengan y sepan que hay un lugar para ir y tocar, poder enchufar y llenarse los oídos de volumen y no de pelotudeces. Que escuchen un poco de rock, porque eso sale del barrio.

Eso te pone feliz…

¿Sabés por qué estoy feliz? Porque en cada barrio que vas, al menos yo, que camino, siempre hay una banda de rock tocando, en una sala o en un garaje o en cualquier lado. Eso es bueno, porque el rock siempre fue dolor, siempre fue sufrir, ¿sabés para quién es el placer del rock? ¡Para nosotros que lo hacemos! Porque sabemos que nacimos para perder y vivimos para ganar. Es así.

REUNIDOS CRUDAMENTE PARA EL FESTEJO

Terminada la charla con la banda, la lluvia había parado hacía rato y El Amparo fue llenándose de corazones, aunque de las cuatro bandas soporte anunciadas lamentablemente solo pudo presentarse Proyecto Enemigo, que, por cierto, dieron un show increíble y completo: presentando su EP, adelantando temas de su álbum debut y sorprendiendo con algunos covers de Metallica y Megadeth.

Pasada la medianoche, CTM se subió al escenario y la primera canción de la noche salió del público: “qué los cumplas feliz, qué los cumplas feliz, qué los cumplas, Tano, qué los cumplas feliz”. La banda en seguida respondió con “Reunidos”, uno de los temas más gancheros de “Crudamente” el por ahora último álbum del cuarteto. El mismo Tano, nos había comentado unas horas atrás, que a él siempre le gustaba más lo último que sacaba, y en este set quedó comprobado que no mentía ya que del disco sonaron la rockera “Manos invisibles”,  “Viajeros” (compuesta y cantada por Melina ¡desde la batería!), la poderosa balada “El Grito” (cantada por Leandro) y además de “La Niebla” y “Dejalo Ver”.

Como también el Tano nos anticipaba, no faltaron los invitados: Sergio Tizón subió al escenario a cantar “Voy A Mi Destino” y “Homenaje”, el clásico de Almafuerte. En ese sentido, el guitarrista nos había contado horas atrás, que el artificie de revivir varios temas viejos es Radaelli, que de repente en los ensayos suele tocar algún riff o pedacito de alguna canción y enciende una chispa. En esta ocasión, del proyecto compartido con Iorio sonaron “Almafuerte” (ya con solo oir el riff principal, el público explotó de emoción), “Patria Al Hombro”, “Ser Humano Junto A Los Míos” (con un tremendo solo a dos guitarras), “Caballo Negro” (aquel tango instrumental de “Trillando La Fina”, pero esta vez en versión heavy) y “Niño Jefe”, este último con otra invitada especial, la cantante Melani Hess, quien con una actitud y una voz increíbles supo adueñarse del tema.

Y por supuesto tampoco faltaron los clásicos de la etapa solista del Tano, como “Insoportable”, “Aunque Nos Pese El Infierno”, “Por El Sudaca” o “Tenga Mano Tallador”, este tema de “Puesto En Marcha” que en su versión de estudio tiene de invitado nada menos que a Pappo, y que fue el elegido para cerrar una noche inolvidable. Aunque no sin antes volver a escuchar de parte del público el Feliz Cumpleaños, y el clásico “Olelé, Olalá, el Tano es lo más grande del heavy nacional”

Humilde y ocurrente, además de talentoso, se notaba cierta timidez de parte del Tano Marciello ante las felicitaciones y los agasajos que incluyeron torta y regalos. Pero eso no quita que el músico que nos hizo reir y pensar en la intimidad del camarín, también nos haya hecho rockear, disfrutar y emocionarnos desde el escenario. Y justo él, que nos contó que es feliz porque en los barrios hay pibes que tocan rock, nos hizo feliz a nosotros… tocando rock.

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