Una cámara, algunas colaboraciones y una infinidad de recuerdos atesorados fueron los elementos de los que Sissi Hansen se sirvió para realizar «Charlas De Café», un documental que revisita al Café Einstein, aquel lugar creado por Omar Chabán, Sergio Aisenstein y Helmut Zieger que durante sus breve existencia, entre 1982 y 1984, fue escenario clave del under porteño: baste decir que grupos como Sumo, Los Violadores, Los Twist y las performances de Geniol con Coca o el propio Omar Chabán le dieron vida a un local que hoy es mítico. «El Café Einstein fue como el precursor de Cemento», cuenta Sissi, acompañada por Leandro Di Marco, co-director de la película. El film de 80 minutos de duración se publicó en 2022 y fue proyectado en varios lugares, pero a partir de mayo podrá verse completo por YouTube, lo que resulta una inmejorable excusa para nuestro encuentro -y charla, claro- con ellos.

Si bien el documental se centra en el Café Einstein, más allá de ese lugar es como un cuadro de la época, quizás no con tantos datos rigurosos, pero sí más de sensaciones, de sentimientos, de testimonios de lo que pasaba por ahí…

Sissi: Claro, lo que pasa es que íbamos a hacer un libro, pero pasaron tres o cuatro personas y no querían hacerlo. Yo había ido con mi cámara Nikon a filmar a todos los artistas que están dentro del documental. Algunos vinieron acá, también fui a la casa de (Diego) Capusotto, a la casa de (Miguel) Zavaleta. Lo filmé como pude porque yo no soy camarógrafa y le dije a José Francisco Caballero que me acompañara para hacer las notas,  yo filmaba, él hacía las preguntas y así quedó registrado un documental casero. No se hizo como el documental «Cemento» o como el de (Gustavo) Santaolalla (N. Rompan Todo, 2020), por ejemplo.

«Charlas De Café» es mucho más underground. 

Sissi: Es muy underground y quedó guardado un tiempo hasta que conocí a Leandro y él me dijo que lo quería hacer.

Leandro: Al principio iba a ser un corto o un mediometraje, pero cuando empezamos vimos que con todo el material que había daba para hacer una película.

Ahí vieron el potencial que tenía. 

Leandro: Sí, en ese momento también se estaba haciendo el documental «Rompan Todo», de Santaolalla, pero hablaba más de bandas mainstream que después fueron más famosas. Y la idea nuestra era retratar también lo que fue el underground de esa época, la contracultura. Y como decías recién, contar también la sensación que había: no una historia lineal de qué fue el Café Einstein, sino tratar de sumergirnos en esos personajes y en cómo se vivía en esa época. 

Sissi: Claro, anécdotas que ellos nos contaron, que yo ya las sabía, porque las viví con ellos. Además de Zavaleta y Capusotto están Alejandro Taranto, Michel Peyronel, Daniel Melero, Mónica Delfino, que es una gran periodista, Sergio Rotman, Patricia Pietrafesa… Está Peluca (Carlos Goldsack), que falleció, está la voz de Pil, porque yo no pude ir al salón a filmarlo, y está Celsa Mel Gowland. Bueno, muchos contando historias del café, de lo que se vivió ahí. El café Einstein fue como el precursor de lo que es Cemento, cuando estábamos en la dictadura militar.

Sissi y Pil, en alguna noche de Café

CHABÁN Y LOS AÑOS DE PLOMO

¿Cómo era ser parte de un espacio así durante la dictadura?

Sissi: Todos los días venía la policía, venía SWAT más o menos, y nos llevaban presos a todos… Éramos entre 150 y 200 personas que íbamos a la comisaría en el estado que estábamos, porque estábamos haciendo performances. Chabán llegaba, por ejemplo, con un tapado de Katja Alemann, sus tacos y una zanahoria en la mano, porque estaba haciendo una performance. Estas performances de Chabán eran muy especiales, entonces ya subían los caballeros y nos llevaban a todos. Hasta que tuvimos a Alfonsín y gracias a Dios tuvimos la democracia. Pero ahí se terminó y ya abrió Cemento.

En el film mismo contás que Chabán te pidió a vos que hagas el documental. ¿Te acordás de cómo fue esa conversación, ese momento?

Sissi: Sí, él ya estaba muy mal, lo habían trasladado a prisión domiciliaria porque estaba enfermo, y me dijo: «Hacé un libro o un documental, pero hacelo», y fuimos con Caballero en sus últimos días a la casa a hacerle el reportaje. 

Omar Chabán y Sissi Hansen

Ese es el reportaje que sale en la película.

Sissi: Sí, en realidad si no hubiese sido por él, no lo hubiera hecho. También se centra mucho en quién fue Chabán para el rock nacional, él fue el gran precursor de lo que fue la movida acá y sin él no hubiera pasado mucho de lo que pasó. Así que bueno, también eso, porque -sobre todo para las nuevas generaciones- quedó muy marcado lo que fue Cromañón y Callejeros. Acá se retrata al Chabán anterior de esa época.

Se nota que, en gran parte, el documental busca reivindicar la figura de Chabán.

Claro, porque yo hablo de Omar desde el lado del Café Einstein, que quedaba en Córdoba y Pueyrredón. Después me fui a vivir a Miami unos cinco años y fue la catástrofe acá, yo no estaba cuando pasó lo de Cromañón, estaba afuera y no lo podía creer, porque tampoco sabía qué pasaba con la música, cómo había cambiado también la música en ese sentido. No voy a hablar de culpables: los accidentes pasan, podés estar caminando por la calle y se te viene el techo encima… Que hubo negligencia, quizás hubo, pero no de uno solo, de todos. Entonces, como era un personaje excéntrico, eso a veces te juega en contra, porque no conocen al Omar de antes, el que le dio lugar a todas las bandas para que se hicieran famosas. Cemento fue un lugar donde todas las bandas llegaban con un cassette y no tenían público. Y Omar se encargaba de revisar los cassettes y decirles, «bueno, vení, vení a tocar, no importa«. Tocaban Los Redonditos, Divididos, Fun People, Los Brujos, Massacre… Y después por ahí le pedía a Pergolini que le pasara un poco de difusión. Pero la gente no tenía público en esa época.

En ese sentido, Chabán era una especie de mecenas artístico. 

Sissi: Claro. Incluso nos hizo tocar a Trixie, Diana Nylon y a mí una vez. Yo le decía, “Omar, pero no va a venir nadie”, “Bueno, ustedes toquen, toquen”, él respondía. Y fue un lindo show porque él también hizo una performance. Él le daba oportunidades a las bandas, después la gente tenía una entrada de dinero porque empezaban a llevar público y ya se convertía en que los músicos vivían de eso.

Un poco es lo que dice en el documental Melero, que quizás en cuanto al rock en español, lo que nos diferencia de otros países de Latinoamérica, es que acá hubo un Omar Chabán.

Sissi: Sí, no se conoce ese Omar Chabán. 

También es como dijo recién Leandro, cambiaron las generaciones, pero dentro del mundo del rock Chabán sigue siendo muy querido y respetado.

Sissi: Sí, pero yo pienso que aunque cambien las generaciones, también tenemos que leer, porque vos vas al colegio y te dicen quién fue Belgrano o quién fue Pugliese. Tenemos que saber algo… Ahora los chicos no saben ni quién fue Spinetta.

Omar Chabán

GRANDES VALORES DEL ROCK, DE AYER, DE HOY Y DE SIEMPRE

¿Creés que el rock sigue siendo un medio de expresión válido para las generaciones actuales?

Sissi: Ya cambió el mundo… Tal como los viejos de antes nos hablaban del tango cuando no se aceptaba el rock, a nosotros quizás nos pasa un poco lo mismo, en el sentido de que el rock existe por pasión ahora, más que por funcionar en el business como antes, porque las discográficas obviamente murieron, ya estamos todos en las redes. Cualquiera puede ser artista en las redes. Hay como también una locura con la fama, como que todo tiene que ser rápido, tenés que ser famoso mañana y todo el mundo te tiene que conocer… En nuestra época no pasaba eso, porque no había redes ni nada, tenías que llenar un lugar y todo se hacía más por pasión.

En un momento del documental, Melero dice que en aquella época se hacían las cosas sin esperar llegar a mucho o a nada.

Sissi: Te voy a decir exactamente lo que decía Melero, porque me encanta escucharlo, mirá (agarra una hoja y lee): “El espectáculo son como olimpiadas”, como el baile, lo espectacular, es como decirte Jennifer López, no es Celine Dion, pero Jennifer baila y es espectacular. Esto es lo que dice Melero, que es como gimnástico el espectáculo, o las chicas, por ejemplo, que ahora están regias, divinas y algunas cantan muy bien, también descubrimos el autotune. Pero el arte… Me gusta mucho lo que dijo (lee de nuevo): “El arte puede ser pequeño. La belleza tiene pliegues. No es una exposición, es sensible. Se te oculta si la maltratás”.

Otra de los 80s: Sissi y Alejandro Seoane junto a Los Violadores.

¿Eso lo escribió Melero y te lo dejó ahí?

Sissi: No, lo escuché en su reportaje último, él diferencia lo que es el espectáculo y el arte, el artista. El artista es sensible. Entonces podés ir en busca de sensaciones distintas: lo oscuro, lo negativo, la luz, lo brillante. Nosotros podemos escarbar en nuestra cabeza, tenemos muchas sensaciones. Pero el espectáculo de ahora es otra cosa, es gimnástico. Entonces canta un poquito y se le pega el estribillo de las canciones a los chicos. Y yo no lo veo mal, está bien, porque la novedad de ahora es lo que escuchan. A mí, por ejemplo, algunas bandas de rock no me gustan, pero las aprecio porque han hecho una carrera espectacular. Y el reggaetón no te puedo decir que me guste, pero te puedo decir que L-gante es una persona inteligente, no me disgusta.

¿Por qué te parece una persona inteligente?

Sissi: Porque es un chico que viene de un lugar muy pobre que salió adelante. No se quedó con el revólver afanando en las calles. Y ahora veo como él está descubriendo otras músicas, como la salsa u otras cosas dentro de lo que es el rubro de él. Además, las contestaciones que tiene, porque si te sentás en la mesa de Mirtha Legrand, algo tenés que hablar, él habla a su manera y es así como es. Es transparente. Y está en el momento que los chicos escuchan esto. Nosotros somos gente pasada de 60 años, la mayoría nos fuimos ya de este planeta… Acabo de perder a mi gran amigo Pil, lo que para mí fue terrible. 

Sissi y su amigo Alvaro Villagra, ingeniero de grabación y dueño del sello Monsterland Discos, otro de los entrevistados para «Noches de Café»

Es como que uno se va yendo un poco con los suyos cuando se van, y en el documental aparecen varios que ya no están.

Sí, Gamexane también se nos fue, Palo Pandolfo, Willy Crook, mucha gente. El cuerpo te va avisando que ya no sos aquel chico que va a bailar, pero tampoco está bien tener odio con la nueva juventud.

QUÉ LINDO QUE ES TOCAR EN MAR DEL PLATA

En el documental te presentás como «una cantante de los 80s», pero no es que te quedaste ahí, aún seguís cantando.

Sissi: Sí, uno se queda con todos esos recuerdos y cosas lindas que pasaron. Yo no fui solista: en realidad, fue Mundy Epifanio (N. conocido manager de varias bandas) le puso Sissi al disco «Mi Religión» (1986) y quedó Sissi. Él me puso el sello y gracias a él me conocieron. Mundy era el manager también de Los Violadores y yo hacía bandas, pero yo no compongo, ni toco instrumentos, ni sé música, él sí sabe música (señala a Leandro). Yo me meto dentro del sonido de una banda que me gusta, por ejemplo, en una sala de ensayo digo, “toquen algo, a ver si yo me entusiasmo para hacer una melodía o algo”. Si eso me entusiasma, me vuela la cabeza. El único disco que realmente me voló la cabeza fue «Santa» (N. se refiere a “Adrenalina”, segundo disco de su banda Santa). Es un disco que yo quiero mucho, de 1997, están Arnaldo Taurel, Gustavo Jamardo y Alejandro Seoane.

¿Ese lo grabaste antes de irte a Miami?

Sissi: Claro, ese disco lo tomó Rudy Sarzo, lo editó en Estados Unidos e hicimos la gira allá. Cuando vi esa banda, dije “¡wow!”, porque esa era la base de una banda que se llamaba Porco y venían tocando hacía cinco años. Como vivíamos enfrente, ensayábamos todos los días. Hicimos un disco muy, muy bueno. Entonces yo me meto dentro del sonido de la gente, si me fascina la banda, me sale enseguida la melodía. Ahora tengo dos bandas, una en Mar del Plata, que incluye a Gabriel Parín en guitarra, Diego Iturria en batería y George Landon en bajo. Ellos tienen unas influencias muy parecidas a las mías: Bowie, Pretenders, Blondie. Entonces nos llevamos muy bien.

¿Cómo fue que formaste un grupo con gente de Mar del Plata?

Sissi: Es que yo a veces voy por allá y me meto en la sala con ellos, ya zapo algo y queda grabado. Últimamente me mandaron todo eso y lo estamos grabando, como siempre en el estudio de Álvaro Villagra, ya tengo más o menos 45 años de amistad con Alvarito, que graba todo el rock nacional y es una maravillosa persona. 

Leandro: En la película se muestra también la actualidad, porque en un momento hablas de The Construction (N. banda que tenía Sissi mientras producían la película). La idea de esa parte era mostrar cómo quedó marcada a fuego la época para todos los que la transitaron y también mostrar hoy cómo nos influenció en la actualidad.

Sissi y su formación de los 80s: Néstor Vetere, Alejandro Lacasa, Alejandro Soto y Alejandro Seoane.

Sissi: Yo tengo muchas bandas, como que no me quedo cantando lo mismo, pero tampoco tuve éxito. Tuve éxito en Perú y nunca llegué a Perú, porque la canción que pegó la cantó otra chica allá, el hit en Perú fue «El Sueño No Se Terminó». Yo, por ejemplo, me voy a Strummer y hay 50 personas…

Claro, no es que tocás en Obras. 

Sissi: No, porque tenés que tocar mucho, tener una banda que toque mucho, muy seguido, y que eso sea como una familia. Lo más difícil es mantener una banda en los años. No pueden ser cuatro o cinco, mínimo tienen que ser diez. Ahí está la tolerancia, es como una pareja. La tolerancia en una pareja es lo mismo, porque todo es muy lindo: la flor, que te llevo al restaurante, que te compro un pantalón, «te amo», todo divino. En la banda pasa lo mismo, se enamoran de mi voz, pero después hay que trabajar, y cuando viene la palabra trabajo… (Risas) 

Sissi & The Rebels

¡Por ahí viene el asunto!

Sissi: Y la banda que tengo acá se llama Sissi Hansen and The Rebels: Leandro Grela en guitarra, Lautaro Artilles en batería, que tiene 20 años, divino y (piensa) … es muy largo, yo tengo mis machetes (lee): Ezequiel José Ayas en bajo, que le decimos Kelo porque tiene tres nombres, y después de invitado llamamos a Gonzalo Córdoba, que es una persona divina que toca con Coleman, tocó con Cerati y también con Suarez. Eso es lo que estoy haciendo ahora.

¿Tienen temas propios o repasan los de «Mi Religión»?

Hacemos «Mi Religión» por el momento, porque estamos proyectando temas nuevos y ahora en mayo también vamos a tocar en Strummer.

¿Qué día de mayo tocan? 

Sissi: No tengo fecha todavía, pero en mayo, porque el 15 me voy a ver a The Pretenders, el 15 de mayo viene la diosa Chrissie Hynde y me invitaron y la amo.

Ese día que no te toquen el timbre porque no vas a estar…

Sissi: ¡Ese día es para Chrissie! (Risas). 

¿Y con la banda de Mar de Plata tenés conciertos previstos? 

Sissi: Estamos terminando el álbum, seguramente vamos a tocar allá. 

La de acá es Sissi Hansen and The Rebels, ¿y la de allá? 

Sissi: Solamente Sissi, ellos quieren que le ponga Sissi, unos amorosos porque hay mucha gente que le molestaba mucho el “Sissi”. No me voy a poner a hablar de músicos porque vamos a hacer un libro (Risas), pero molestaba mucho a mucha gente el ”Sissi”. Yo no puedo hacer nada con eso porque le tendríamos que echar la culpa a mi mamá, a Mundy… (Risas)

Y a la película. 

Sissi: Claro, y a la película. Pero alguien tiene que cantar porque yo no toco ni el triángulo. O sea que alguien tiene que cantar, pero viste que a veces los cantantes a veces somos muy amados y odiados. 

PONÉ SEGUNDA

Leandro Dimarco

Leandro, redondeando toda esta historia del documental que empezó con otro propósito y terminó siendo un documental ¿Qué sensación te dejó el trabajo en esto? ¿Qué conclusiones sacás? ¿Qué te gustó?

Leandro: Cuando se acercó Sissi con el material este y me empezó a hablar de quienes estaban, para mí fue una oportunidad de acercarme a todo ese mundo. Mi sueño era tocar en Cemento, por una cuestión generacional no llegué, pero iba a ver bandas. Entonces fue un modo de contribuir a esa historia y conocer más esa época; creo que se logró parte de eso, mostrar un poco cómo vivieron esos personajes. También en esta época que está más esa cuestión con el éxito cambió mucho. Antes era un sótano tal vez y ahora está TikTok, las redes sociales…

¿Te quedaste con ganas de más? ¿Harías otro documental? 

Leandro: La verdad que quedó mucho material para hacer una segunda parte. Quedaron algunas escenas aparte de Chabán, material inédito filmado de cuando estaba en prisión domiciliaria y hablaba un poco de la pulsión que mencionaban muchos que lo conocían, que hablaban de un destino trágico, de que se sabía que podía terminar mal.

Sissi: Sí, a mí me comentó Omar que (la noche de la tragedia) casi pone a tocar a Todos Tus Muertos, hubiese sido otra película. Pero el documental está, yo digo lamentablemente, filmado por mí. La cámara se mueve tanto que a veces me da vergüenza. No tenía ni idea, pero no había otra forma de hacerlo.

Leandro: Hay influencias también de Jonas Mekas, que es un director norteamericano que filmaba mucho la escena de allá, incluso a figuras como John Lennon, Yoko Ono o Patti Smith. Él salía borracho por la noche y los filmaba a todos. Así que también la idea es mostrarlo como si fuera una charla.

¿Vos te sumaste al proyecto para la edición o siguieron filmando un poco más? 

Leandro: Filmamos algunas escenas de exteriores. En la escena del auto fuimos a buscar el Café, pero ya la mayoría del material estaba filmado, así que hicimos la edición, el guión y el montaje.

LOS CAZADORES DEL EINSTEIN PERDIDO

¿Qué hay ahora donde estaba el Café Einstein? ¿Un supermercado, un banco, qué pusieron? 

Leandro: Había un gimnasio y arriba una casa…

Una casa que después tiraron abajo.

Sissi: Quedó la ventanita. Lo ubiqué por la ventanita, porque hay una foto de Sergio Aisenstein y Katja Aleman haciendo una performance y está tapada la ventana. Estaba cerrada y tapada con papel porque no nos podían ver. Era muy loco, porque nosotros ahí adentro vivíamos como si estuviéramos en un cabaret en Alemania en la guerra, entonces tapábamos toda la ventana y así encontré el lugar, por la ventanita.

Sergio Aisenstein y Omar Chabán

¿Cómo llegaste al Einstein? ¿Recordás tu primera vez en el Café? 

Sissi: Es muy loca esta historia. (Piensa) Yo vivía en Caballito; ahí vivían muchos músicos, como Javier Martínez, León Gieco… Yo fui al colegio con Pedro Aznar. Al colegio que yo iba fueron Charly (García) y Nito (Mestre), que era el Dámaso Centeno. O sea que Caballito tenía una historia, el Parque Rivadavia… y yo vivía ahí. Un día apareció Sergio Aisenstein, que había regresado de Europa junto con Diana Nylon, una mujer muy talentosa que tenía una banda espectacular y era su novia. Yo era fanática en ese entonces de Pescado Rabioso y me peleaba en el colegio porque cantaban todo el día la canción (canta) “Cortándome el pelo una vez por mes” (N.: frase de la canción “Aprendizaje”, de Sui Generis), porque lo hicieron por el colegio, mi colegio era de huérfanos de militares. A mí no me gustaba Sui Generis, todos iban a verlos y yo iba a ver Pescado Rabioso. Arriba de mi casa vivía Liliana, la hermana de Sergio, casada con Sixto Caldano, hijastro de Pérez Celis, que era pintor, como ella. Yo no sabía que vivían ahí, yo tenía mis amistades, mi novio, y lo veo parado a Sergio, muy flaquito en la puerta de casa y charlamos, pero me empezó a seguir. Hasta que un día lo vi en la puerta a Luis (N.: Spinetta), porque le estaban haciendo una tapa. Me quedé shockeada, me preguntaba, ¿quién está viviendo arriba de mi casa? Y él me invita a subir y me encuentro con Nylon, Sergio Aisenstein, Liliana y Sixto Caldano y en un momento (llora) -me emociono y están todos muertos ahora- y entonces me quedo ahí… en un momento le dije a Sergio, “Yo me quiero ir”, porque en serio, creo que me asusté. Me asusté porque yo era una chica común, era muy viva, claro, escuchaba los Rolling Stones y los Beatles, pero no sabía nada de todo este asunto. Y después ahí me empieza a contar Sergio que quiere poner un bar con Omar Chaban y ahí conozco a Omar y a Katja, o sea que Sergio me lleva al Café y por él conozco un montón de música: Bowie, Lou Reed, Elvis Costello… ellos escuchaban toda esa música. Por otro lado, Omar había ido a Alemania y había visto esas clases de bares. Ellos se reunieron y alquilaron el lugar este en Pueyrredón y Córdoba. O sea que yo fui a parar ahí por Sergio, pero fue muy loca la película de cómo todo apareció en mi casa (Risas).

Leandro: Y había muchos personajes que también parecen de mundos diferentes. Ahí estaban Los Violadores, Luca, Calamaro también, después hicieron caminos distintos.

Sissi: En el Café tocaban Los Twist, Los Laxantes, que era la banda de Gamexane (N. luego guitarrista de Todos Tus Muertos), creo que también tocó Soda Stereo y como Leandro dijo, Los Violadores, Sumo todas las noches..

¿Luca vivió un tiempo ahí? 

Sissi: Sí, Luca vivía acá, porque yo hacía la barra. Yo estaba en la barra y atendía a la gente, le hacía los clericós (Risas) como podía y Luca venía y me decía (N: imita el acento italiano)), “Rubia, dame una ginebra” Era así todas las noches y qué sé yo, uno no se da cuenta cuando uno está en un lugar donde algo fuerte está pasando. Porque vos estás ahí y te parece normal, llegó una banda extranjera y están tocando, tocan los Twist, tocaba Fontova… 

Una noche como cualquier otra en el Einstein. 

Sissi: Claro, en esa época a mí me parecía natural. Venían Calamaro, Melingo… Todos eran chiquitos. Se formaba como una cosa de división de pandillas: los punks y los que seguían a Charly, pero igual todos se querían. Y a veces subía Charly.

¿Lo dejaban entrar o no?

Sissi: No, lo tiraban. Porque cuando tocaban los punks, Charly por ahí venía con campera de cuero y lo tiraban por las escaleras, porque la escalera era muy larga, era un lugar pequeño. Entonces lo tiraban por la escalera y él volvía a subir (Risas). Pero bueno, estaba la gente que seguía a Charly y después yo me tiré más para el lado de la música británica, me llamaron mucho la atención Los Violadores y Riff.

DEL BOWERY AL ONCE

Así como estamos hablando de los chicos hoy, que L-gante es más relevante para ellos de lo que pueden ser los Rolling Stones, por decir algo, en ese momento toda la movida punk y new wave era lo que a la generación de los tempranos 80s llegaba más. ¿No te sentís como si hubieras estado en el CBGB’s argentino?

Claro, incluso a mí a veces me decían la Blondie, siempre te ponían algún nombre (Risas), pero es verdad, era como un CBGB’s. Por un lado me encanta haber pasado por esa historia, por otro lado, no me gusta tener la edad que tengo… Rrisas) Me gustaría haberme quedado en los 25. El tiempo pasa rapidísimo, pero no me gusta hablar de lo nuevo desde el lado del odio. Hay chicas que hacen muy buenos espectáculos… yo fui bailarina, también bailé e hice espectáculos de baile en una discoteca que se llamaba Platino, abríamos un musical, o sea que también me vestían de vedette. Hice cinco años de baile y puedo decir que y las chicas lo hacen bien, algunas lo hacen muy bien. Le dan con un caño a Lali, le dan con un caño a otros, pero en definitiva son artistas que están haciendo un espectáculo. A mí me gustan otras cosas, pero es así la vida. 

Los Violadores en el Einstein

¿Encontrás en alguna banda o en algún estilo actual la parte rebelde que tenía el rock o el lugar de expresión que tenía el rock para los jóvenes en los 80s? ¿Alguien que lleve esa antorcha? Porque muchas veces todo parece muy funcional al espectáculo, onda “divirtámonos hoy porque mañana…

Sissi: …es el fin del mundo”. Yo creo que hay una cosa así ahora en la juventud. También puede ser, estamos en una tercera guerra mundial, aunque no lo queramos ver, seguimos en la burbuja pero está el asunto ahí, y se va el Papa también. Así que hay muchas cosas. 

Leandro: Tal vez los chicos de hoy ya no buscan la rebeldía, tal vez su modo de expresión es ese, divertirse… 

Sissi: Puede ser, porque están en esa cosa que todo tiene que ser rápido y tiene que ser ya. Fijate que en las relaciones eso también pasa, es como que todo me importa un huevo, hay una onda así; los veo a los pibes onda “me gusta esta minita, pero tiene un grano, me junto con la otra”, y es así. Y bueno, no sé, yo soy de una época más… ¡romántica! (Risas)

Entrevista por Frank Blumetti y Emiliano Herrera

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