THE DAMNED EN THE WATERSIDE THEATRE – AYLESBURY, UK, 8/8/24
El show de The Damned el pasado jueves 8 de agosto en el Waterside Theatre fue «impressive», palabra que en castellano sería «admirable», «impresionante», «sorprendente” o «imponente». Ese fue el mismo exacto término que el cantante Dave Vanian utilizó para describir el tatuaje de su rostro circa 1985 plasmado en tinta negra sobre el brazo de una fan argentina que se acercó al backstage a conocerlo. Su hija, Emily, presente en los pasillos del camarín, asintió a lo que dice su padre: quien hizo semejante tatuaje, es muy habilidoso con las agujas.
TE AGRADEZCO SEÑOR. Ante todo las gracias al intrépido productor y colaborador de este sitio, Mariano Asch, que se puso la 10 de Ricardo Bochini cuando al Rojo de Avellaneda lo auspiciaba una marca de fotocopiadoras e hizo que cinco fans que viajaron desde Buenos Aires al show pudieran juntarse con toda la banda tras bambalinas y lograr fotos con el grupo. Todos los músicos se acercaron a saludar a los argentinos.
Asch es además, junto con otro Mariano (Azqueta, dueño del sello ATMC Records, ya fallecido) el responsable de la única visita de The Damned a la Argentina, un show único e histórico que tuvo lugar el 15 de abril de 2012 en Groove (esperemos que sea repetible pronto). En esa ocasión, el actual guitarrista de la banda aprovechó para pasar música en una radio local, y si tienen nostalgia o ganas de escuchar cosas interesantes, ese programa lo pueden escuchar en este link.
THE DAMNED DE HOY, DE AYER Y DE SIEMPRE. La banda la integran hoy una formación histórica del grupo, con el 75% de sus miembros originales (El mencionado Vanian en voz, Captain Sensible en guitarra, Rat Scabies en batería y Paul Gray en bajo) y es la misma que grabó en 1980 quizás su disco más ambicioso, «The Black Album», además del magnífico «Strawberries» (1982). Seguramente por este motivo The Damned hoy se concentra mucho en el material de esta etapa de los primeros 80s a la hora de tocar en vivo y así lo demostraron arrancando el show con la poderosa «Ignite», del disco de las frutillas, para lanzarse sobre «Wait For The Blackout», «History Of The World», «Generals», el inesperado «Gun Fury» y dejar un momento de melancolía y reflexión con «Life Goes On», cantado por el Capitán Sensato.
EL LUGAR DE LOS HECHOS. El Waterside Theatre, conocido anteriormente como Friars Aylesbury, es un sitio de shows legendario que lleva ya su cuarta fase de historia desde su fundación en 1969 y que a lo largo de los años y las décadas ha albergado a lo mas representativo del rock internacional, de Bowie a The Police, de Ramones a Genesis, de Blondie a Queen, de Madness a The Clash… The Damned había tocado por última vez ahí en 1979 y estaban felices -tanto ellos como sus fans- de volver a pisar su escenario, 45 años más tarde.
Ni al grupo ni a sus fans ni a los dueños les importó que la capacidad de 1700 personas que tiene el lugar estuviera colmada en su totalidad. Todo el mundo estaba feliz de pasar un jueves por la noche en el que otrora fuera el Friars. Enfrente hay un pub lleno de gente que bebía cerveza Carlsberg a £ 2.77 la pinta (unos $4800 argentinos al cambio actual). The Damned armó una fiesta para punks, gente que fue punk en su momento de esplendor, fans del goth rock y gente con buen gusto. Para este show, el grupo pidió a sus seguidores que hicieran diseños especiales de posters publicitarios para el concierto y se los enviaran, y entre los que participaron, se sortearon entradas.
RUIDO RUIDO RUIDO. Volviendo al show propiamente dicho, Vanian es un frontman único. Su voz suena a Elvis, a un cantante punk y a un crooner melódico, dependiendo si se trata de «Eloise», «Second Time Around» o «Melody Lee». Tiene un manejo original del Shure 55 con ambas manos, sabe cuándo girar sobre el escenario y darle pie a Captain en los momentos adecuados para que tome el control del show con su locura, disparando solos de guitarra y riffs originales con su Gibson SG. Rat Scabies lo mira tras sus gafas de aumento para comenzar y finalizar los temas correctamente; es un baterista con estilo propio y mucha influencia de Keith Moon; los fills sobre los tones son su especialidad. Mientras tanto, Paul Gray, de dedos finos y precisos en cada octava, sostiene todo con su Rickenbaker. El tipo tiene experiencia de sobra, tocó en los 70s con Eddie and The Hot Rods y en los 80s pasó por los metaleros UFO.
LA PERFECCIÓN DE LO IMPERFECTO. El show sigue y hay pifias, algunos se pierden en las estructuras y hay algunos problemas de sonido o la voz del Vampiro Vanian no se escucha muy alta… ¡Claro! Es una banda punk, no todo puede salir perfecto y por eso, después de los clásicos «New Rose» y «Neat Neat Neat», del primer disco del ’77, cierran con la inoxidable «Smash It Up»… ¡Ellos no quieren ser unos tontos como todos los demás!
(Fotos y videos: © Mariano Miramontes)
Voz y guitarra de Raise My Kilt, productor y periodista, Mariano ha sido a través de su carrera colaborador del Buenos Aires Herald y de varios medios deportivos y musicales. Fue parte del staff en la primera época de MADHOUSE y ahora está de vuelta, con las mismas ganas y la misma pasión de siempre.
