The Plasmatics ganaron una notoriedad única a finales de los 70 en Nueva York, no necesariamente por su híbrido musical mezcla de metal y punk, sino por sus shows en vivo extremos, excéntricos, exagerados… y explosivos. Hoy, en el día en que hubiera cumplido 75 años su famosa y controvertida frontwoman Wendy O. Williams (QEPD), recordamos a modo de sencillo homenaje uno de sus momentos en vivo más memorables. De modo que tomemos un fósforo, encendamos la mecha y dejemos que las palabras estallen reviviendo esta historia llena de chispa, pólvora, humo y por supuesto, rock and roll.
SHOWXPLOITATION. Como ya dijimos, los conciertos en vivo de Plasmatics se caracterizaban no solo por la intensidad de su música y de sus intérpretes, sino también por las cosas que sucedían sobre el escenario. Los shows del grupo presentaban regularmente pollos vivos y la muerte de sus propias guitarras y artículos simbólicos de la sociedad de consumo (como televisores, p.ej.) mediante explosiones, llamas o el uso de motosierras e incluso escopetas, pero se centraban principalmente en la sexualidad explícita y la actitud agresiva de la cantante Wendy O. Williams, conocida por actuar prácticamente desnuda salvo por una tanga y un “top” hecho de crema de afeitar (!) o dos tiritas de cinta aislante negra (!!) estratégicamente colocadas.
SE VIENE EL ESTALLIDO. Así las cosas, cuando un grupo se hace más conocido por sus locuras en vivo que por sus canciones, siempre es necesario seguir llevando las cosas más allá, así que cuando llegó el momento de publicitar su LP debut, el clásico «New Hope For The Wretched» (su versión demencial de «Dream Lover” de Bobby Darin vale, por sí sola, el precio del álbum) y de paso lanzar su gira por la Costa Oeste de los EE.UU., los Plasmatics idearon algo extraordinario: Wendy planeaba conducir a toda velocidad un Cadillac (sin frenos, ojo) hacia un escenario cargado de explosivos, saltando fuera del mismo momentos antes de que el auto llegara al escenario, para luego hacer estallar todo el equipo (!). Según la edición de septiembre de 1998 de la revista Spin, «El momento decisivo para la banda de punk-metal The Plasmatics fue en la ciudad de Nueva York en el otoño de 1980, cuando Wendy Williams saltó de un Cadillac en movimiento justo antes de que explotara y se catapultara desde el Muelle 62 al río Hudson. La víctima, un Cadillac Coupe DeVille del 72, había sido comprada a una pareja que inicialmente tenía dudas sobre venderle a la banda el auto que habían conducido durante toda su época de escuela secundaria… ‘¡No quiero que mi auto se muera!’, dijo la joven esposa. ‘Todo debe morir‘, dijo Wendy con sensatez, ‘pero tu coche será inmortal'».
HÁGALO (Y DESTRÚYALO) UD. MISMO. En 2016, el escritor Joel Gausten (autor del libro «From Satan to Sabbath:The METAL Interviews 2000-2009») publicó en su web una entrevista con Richie Stotts, el legendario guitarrista del grupo, donde recuerda y cuenta lo siguiente: “Conseguimos un permiso de la ciudad de Nueva York para filmar una película e íbamos a hacerlo en el muelle 62. Allí construimos un escenario al aire libre, un stage realmente jodido. Tenía poco más de metro y medio de alto y estaba hecho de plywood (N.: madera terciada o contrachapada), lo que costaba mucho dinero. Luego construimos todos los amplificadores de escenario falsos y esas cosas. Incluso las guitarras que tocamos no eran realmente verdaderas. Luego fuimos al estudio y grabamos las canciones que íbamos a tocar. Las registramos sin las voces, porque Wendy iba a cantar en vivo. Después tuvimos que instalar un sistema de megafonía para reproducir la música. Finalmente teníamos una rampa que salía del escenario y detrás del escenario estaba el final del muelle y el río Hudson».
SINFONÍA DE LA DESTRUCCIÓN. Stotts continúa su relato: «Mientras tanto, no le dijimos a la ciudad de Nueva York que pusimos carteles por todas partes diciendo que iba a haber un concierto gratuito de los Plasmatics. Luego invitamos a Chuck Scarborough y a esos personajes de ABC, NBC, CBS a venir. Hicimos un comunicado de prensa. Así que construimos el escenario un par de días antes. Construí yo mismo una parte, martillando esa maldita mierda. Hicimos un elevador de batería, conseguimos una batería barata y la metimos ahí. El plan era que nosotros tocáramos las canciones, y luego Wendy iría al frente del muelle, se subiría al Cadillac, pondría en marcha el auto y subiría la rampa. Luego saltábamos del escenario, todo explotaba y el coche chocaba contra una barrera en la parte trasera. Era un Cadillac auténtico y queríamos usarlo para nuestro próximo show. Solíamos comprar esos autos y luego los llevábamos al lugar del concierto y los hacíamos explotar».
AUTOS, MUELLES, POLICÍAS Y HELICÓPTEROS. Aún los mejores planes tienen sus matices… o sus fallas. Así lo demuestran los recuerdos de Stotts: «Tiempo después tuvimos un pirotécnico, un gran tipo llamado ‘Pyro Pete’, pero antes de él tuvimos otro llamado Rob. No sabíamos mucho sobre pirotecnia, pero Swenson (N. Rod, artista, productor y manager del grupo, además de pareja de Wendy) pensó que Rob se estaba ocupando del tema. Y todo lo que Rob hizo fue cortar a la mitad tanques de 10 galones debajo del escenario y simplemente vertió nafta en ellos. Esto no era lo que esperábamos. Si los bomberos hubieran visto eso, todo hubiera terminado antes de empezar. Incluso hubo una pelea antes del show porque todos estábamos nerviosos…» Los permisos fueron difíciles de conseguir y solo permitían el acceso a no más de 6000 personas. El 12/9/80, día fijado para la performance, más de 10.000 fans (junto a cien miembros de medios escritos, radiales y televisivos, sin olvidar policía, bomberos y escuadrón antibombas) se presentaron en el lugar, abarrotando las calles del centro y acomodándose incluso en los tejados vecinos. Stotts de nuevo: «Fue una locura, porque vino muchísima gente. ¡Hasta mis padres estuvieron! Alquilamos un helicóptero para ir al muelle, y cuando bajamos de él el lugar parecía Woodstock. Simplemente no cabía un alfiler. El departamento de policía estaba allí, el departamento de bomberos estaba allí… Fue realmente emocionante, sobre todo porque no teníamos que preocuparnos por tocar porque todo ya estaba grabado (Risas)«
El guitarrista culmina: «Así que estuvimos allí y tocamos las canciones y todo fue genial. Terminamos de tocar, salimos de escena, Wendy fue corriendo al auto, lo condujo en dirección al escenario, saltó fuera y todos estábamos bien. El auto subió la rampa, pero no lo hizo como como pensábamos. Todo el escenario explotó, los tanques de nafta funcionaron… pero el auto siguió adelante y se fue directo al río. ¡Todo salió genial! (Risas)”
COSAS NADA MÁS. Aunque este evento costó prácticamente todo el avance para el estreno en Estados Unidos de «New Hope…», un periodista de Associated Press citó a Wendy diciendo: “Valió la pena porque demostró que estas son solamente cosas (…) y la gente no debería adorarlas”, concepto que repetiría en más de una ocasión… Esta particular artista nació el 28 de mayo de 1949, y hoy 29 de mayo hubiera cumplido 75 años de no haber tomado la trágica decisión de quitarse la vida en 1998. En su búsqueda de lo extravagante, ella y su banda no hicieron nada a medias, y el show en el Muelle 62 fue solo el comienzo de una increíble, vertiginosa, explosiva y destructiva -tanto literal como simbólicamente- carrera. Ahora sí, pasen al video, hagan la cuenta regresiva, bajen la palanca del play… y nos cuentan.
BONUS CRASH: Hay un momento en el brillante DVD «The Tomorrow Show With Tom Snyder: Punk & New Wave» en el que te das cuenta de que incluso los conductores de programas nocturnos más geniales de la actualidad han heredado un formato de entrevistas aburrido y conservador que no se han molestado en actualizar o quizá -otorgándoles el beneficio de la duda- están completamente paralizados por sus directores. Eso se aprecia en la primera parte, donde el famoso conductor televisivo conversa sobre distintos temas con Wendy O., en el programa «Tomorrow Show» emitido el 21 de mayo de 1981. Pero el momento al que nos referimos llega en ese mismo programa (a partir de los 10’25»), cuando Wendy destroza un coche en el escenario del estudio, más precisamente un Chevy Nova de color naranja, durante el tema «Masterplan». Primero rompe el parabrisas y los faros con un mazo, luego enciende una mecha, arroja una especie de bomba al interior del coche y lo destroza: ese es el instante bisagra donde todo cambia y que, gracias a la magia de la telev… eh… de Youtube, pueden ver aquí debajo.
Periodista especializado en artes, espectáculos, gastronomía y cultura pop. Co-fundador de las revistas argentinas Riff Raff (entre 1985-86) y Madhouse desde 1989 hasta 2001. Director del primer fanzine de habla hispana dedicado a Kiss y autor junto a Carlos Parise del libro «Heavy Metal Argentino» (1993).