Te gusta una banda, te hacés fan e inevitablemente vas a los conciertos y te hacés coleccionista de sus álbumes y material. Te gusta una banda, sos escritor y periodista, trabajás en el mundo del rock e inevitablemente vas a los conciertos, te hacés coleccionista… y escribís un libro para compartir tus experiencias. Tal ha sido el destino de Diego Perri, periodista y escritor banfileño que además de ser fan de los Stones y hacer todo lo arriba mencionado, recientemente lanzó «Stones Fuera De Los Stones», un libro de edición limitada en cuyas 558 páginas se pueden encontrar todas -pero todas lo que se dice todas- las aventuras solistas de Jagger, Richards y compañía, además de las producciones y participaciones en discos de otras bandas y artistas a través de los 60 años de historia de la banda inglesa. Entrevistado por MADHOUSE, este autor nos contó todo lo que hay detrás, en el medio y por delante de un libro realmente imperdible… que seguramente tendrá descendencia.
¿Cómo nace tu pasión por los Stones?
Fue amor a primera vista. Los descubrí en el año 78 o 79, no tengo el registro exacto, a través del programa “Música Prohibida Para Mayores” que se emitía por el viejo Canal 7, creo que fue pionero en emitir vídeos musicales en la televisión argentina. Ahí me sorprenden con el vídeo de “Miss You”. A partir de ver la imagen y la música de estos tipos, dije, “¿¡quiénes son!?”, y con las pocas herramientas que había en ese momento empecé a investigar. Colaboró mucho Gustavo, mi hermano dos años mayor, que empezó a traer algunos cassettes, y a partir de ahí como siempre fui muy curioso empecé a comprar cassettes yo también. En una galería sobre la calle Boedo, pleno centro de Lomas de Zamora, había una disquería que se llamaba “La Magia”, que tenía algunos discos importados y yo me quedaba embelesado viendo las tapas y también con fastidio al encontrar un cartelito odioso que decía: “Solo para grabar”. Así que iba con el casetito y me llevaba el disco grabado. De esa manera empecé a empaparme un poco más acerca de los Stones; a fines de los 80 también el sello Polygram editó muchos discos en Argentina en vinilo, eran bastante berretas pero muchos venían con las tapas originales y ahí me adentré más. Entrados los 90s tuve ocasión de hacer algún viaje, o le encargaba discos a gente que viajaba, y también ya había disquerías de acá que vendían importados. Ahí fui completando la colección, una cosa que es un autoengaño del coleccionista porque nunca se completa la colección, el álbum no se completa nunca y esto también tiene su parte buena, porque siempre vas detrás de algo nuevo.
Reíte de Indiana Jones…
Bueno, si vos me preguntás si tengo todo lo que sale en este libro, la respuesta es no, pero tengo un 97% o 98%, y por supuesto estoy detrás de lo que me falta, hago una búsqueda diaria en Ebay y en distintos buscadores para ver si aparecen ahí las piezas faltantes. En los 90s, también coincidió con que yo estudié periodismo y empecé a trabajar en la revistas Pelo y Metal, y ahí obviamente estaba muy en contacto con bibliografía de músicos, de música, y empecé a tratar de saber más sobre los Stones y sobre música en general y rock and roll en particular.
Antes de este libro del cual vamos a hablar en instantes, vos ya habías editado otro,…
Sí, en enero de 2013 saqué “República Stone”, que es una suerte de diario de viaje en el cual narro ciertas aventuras tras los pasos de los Stones en distintas latitudes, viendo shows y con algunos finales felices tras poder lograr ese soñado encuentro con los héroes musicales y la banda de sonido de mi vida. Tiene un 50% de eso del fan llevado por la pasión a verlos en distintos lugares y otro 50% más objetivo, en el que brindo la discografía nacional con los discos. los singles, y la mirada de la prensa local, con todas las tapas… bueno, no todas, después descubrí que hubo otras que ya estarán en la reedición, para la cual estoy trabajando hace rato, porque de ese libro ya pasaron 11 años, así que mi idea es reeditarlo este año con diez u once capítulos nuevos y con un par de gratas sorpresas, como fotos ahora autorizadas que en la edición anterior no pude incluir.
ES SOLO ROCK AND ROLL (PERO ME GUSTA)
¿Recordás la primera vez que viste a los Stones?
Sí, inolvidable: fue el 1º de agosto del ’94 en Washington DC, en el inicio del “Voodoo Lounge Tour”.
¿Cómo fue la experiencia?
Durante los primeros siete temas lloré, no podía creer estar viendo a los Stones. Si bien en noviembre del ’92 había venido a la Argentina (Keith) Richards y fui a verlo, y dos años antes de su visita había venido Mick Taylor, el 5 de octubre del ’90 a tocar en River como invitado de Eric Clapton, show que de hecho vi desde el escenario porque en ese entonces yo trabajaba con JAF y él había abierto el show y yo me quedé en el escenario… No sé si ayudó que era, y sigo siendo, chiquito (Risas) y me quedé a un costadito sin ocupar mucho espacio ni hacerme notar. Y bueno, todo eso fue un poco el vermouth para la primera visita de los Stones al país en 1995, aunque en el 94 está toda esa gira maratónica que hicimos con Marcelo Sonaglioni en Estados Unidos, Canadá… Es decir, llegamos acá a ver el primer show de los Stones con treinta shows encima, porque vimos veinticinco en Estados Unidos más uno en Canadá más otros cuatro en Brasil, un total de treinta. Así que para la primera fecha de acá, de ese mismo tour ya habíamos visto 30 shows.
¿Quién fue el primer Stone con el que hablaste?
Bueno, en realidad yo entrevisté en el 90 a Taylor acá cuando vino para abrir el show de Clapton. En el 92 pude verlo a Richards, no solamente en vivo sino en el hotel Sheraton, en la conferencia de prensa, lo tuve a unos metros. En el 94 hubo un suceso medio divertido; en Cincinnati, en el Hotel, vi a Richards y Ron Wood que estaban como peleándose en joda, jugando a ver quién entraba o salía primero del ascensor, y ahí me quedé mirándolos, contemplándolos. La misma situación se dio en Memphis, ese mismo año. Y luego en San Francisco, los Stones hicieron tres conciertos para Halloween en Auckland, y allí en el hotel Four Seasons tuve una charla, primero con Ron Wood y la mujer y luego con Charlie Watts y su mujer. Fueron los primeros mano a mano con ellos y, obviamente, con la foto de rigor incluida. En esas mismas jornadas inesperadamente pasó (Mick) Jagger caminando y me quedé sin palabras, solo se tomó el ascensor. Podría haberlo interceptado, muchas veces tuve chances de poder pararlos y saludarlos, pero no me pareció correcto y los dejé pasar. Y yo creo que por esas cosas también me gané la confianza de los de seguridad y los managers, y por eso después sí se dieron encuentros pactados para saludarlos o para entregarles mi libro anterior.
EN EL PRINCIPIO FUE WYMAN
“Stones Fuera De Stones”, tiene un pequeño prólogo de Bill Wyman nada menos, ¿cómo se dio?
Tiene unas líneas muy, muy cálidas de Bill, que era el único Stone -a excepción de Brian Jones, por supuesto, que murió a los 2 meses de mi nacimiento en el ’69- que me faltaba conocer. Nunca había tenido la suerte y me daba mucha bronca, primero. porque lo admiro desde el vamos, y por otro lado, porque siempre se habló de Bill y de Charlie como los Stones más accesibles, nunca tuvieron un operativo de seguridad como pueden tener Jagger o, en menor medida, Richards. Y me daba bronca que nunca podía coincidir con él. Lo había intentado varias veces a través de una manager que nunca brindó una mano ni me dio una buena noticia a pesar de varios intentos, de hecho cada vez que tuve la chance de ir a Londres también lo intentaba, hasta que en 2023 un amigo me informó que Bill iba a volver a presentar un libro de fotografías. Bill también es fotógrafo y aficionado a la arqueología: tiene un libro de arqueología, varios de fotografía, ahora sacó otro sobre el coqueto barrio londinense de Chelsea, y también uno titulado “Billy En La Guerra”, que es sobre sus experiencias como músico nacido mientras caían las bombas de la Segunda Guerra Mundial. Cuando me avisaron que Bill volvía a presentar su libro de fotografías me moví muy rápidamente y el día del cumpleaños de mi madre, 22 de abril, tuve la chance de acceder a esa presentación, que era una presentación con preguntas y respuestas. Estuve en la primera fila, éramos 18 o 20 personas y le mostré a Bill que tenía muchas preguntas para hacerle, de hecho sin ser desubicado, le hice varias.
¿Y cómo lo abordaste?
Al término de la conferencia había firma de ejemplares, yo le había llevado unos presentes, unos alfajores infaltables, un buen vino y le llevé un borrador, una muestra preliminar de lo que hoy es “Stone Fuera De Stones”. Yo ya sabía muy bien que Bill es el archivista y coleccionista de los Stones más cuidadoso: siempre se habló de que mientras Charlie Watts por ahí le regalaba sus discos de oro al chofer, Bill en cambio guardaba todo. Entonces se mostró interesado, me felicitó y yo le pregunté directamente si veía alguna chance de poder mandarme unas líneas a modo de prólogo, me dijo que lo maneje con su asistente para ver qué posibilidades habría, pero muy cordialmente, ¿viste cuando alguien dice algo y le creés? No es que me respondió para sacarme de encima. Quedé en contacto con Clementine, su asistente, súper cordial y atenta, por vía mail, y en junio, a los dos meses, me mandó unas palabras súper cálidas y alentadoras. En pocas palabras, dice que todo fan de los Stones tiene que apreciar la obra en cuestión y que será muy bien recibida por los fans en todo el mundo… ¡Gracias Bill! ¿Qué puedo agregar a eso? Agradecimiento y nada más. Como el libro tiene una presentación, una introducción y un plan de obra, son unas palabras breves, pero al corazón, entonces lo titulé: “Preludio del Stone Alone”, porque ni más ni menos que para una obra así que sea Bill el primer Rolling Stone solista, me pareció como la frutilla en el postre.
RESCATE INFORMATIVO
Este libro trata de la obra solista de los Stones. Es bastante impresionante por el tamaño, por la calidad de la edición, por la pasmosa cantidad de data que tiene y por la cantidad de páginas… Es una obra monumental para este momento y este lugar, tratándose de Argentina. ¿Cómo nace y cómo se llega a esta realidad?
Son 558 páginas A4 a todo color en papel ilustración. El diseñador tiene mucho que ver, humildemente lo digo, con haber logrado un diseño que me parece muy agradable a la vista, muy generoso y amable para leer. La idea de la obra es esta cronología que comienza en el 61/62, que es el germen del nacimiento de los Stones. Va desde 1963, cuando aparece la primera colaboración de Keith Richards, tocando claves, que son esos bastoncitos de madera de percusión, en un single de George Bean (N. «la canción se llama Secret Love»), un artista inglés, hasta la última del 2023. Cada año es un capítulo y tiene una apertura con ilustraciones hechas por un joven artista llamado Joaquín Mondini. El diseño de todo el libro es de Ariel Rivas, que es un experimentado diseñador que trabaja hace muchos años para la industria discográfica, en tapas de álbumes y demás, él fue el primero que me dijo que iba a funcionar este diseño, que es una suerte de catálogo. Año tras año voy reseñando los álbumes en solitario de cada miembro de los Stones y sus colaboraciones, producciones, participaciones y autorías o coautorías en discos de terceros, de eso consta la obra…
¿Cómo la organizaste?
Al término de cada capítulo/año hay dos secciones fijas: una que es la cronología en la vida de los Stones en la cual reseño lanzamientos de discos, singles, VHS, DVDs o Blu-rays de sus giras, tanto con los Stones como de manera solista, y la última sección es “Los Vivos de los Stones”, que fue un título que sugerí para el suplemento Sí de Clarín a mediados de los 90, creo que para el lanzamiento de “No Security” o alguno de esos discos. “Los Vivos…” es un juego de palabras, porque ellos nunca fueron grandes vendedores de discos, pero sí facturaron mucho a través de sus giras maratónicas, y ahí doy cuenta de la cantidad de shows que hicieron año tras año, tanto en condición solista como con la banda. Cada década tiene un color propio para diferenciarla en el libro, y al término de cada una hay un balance de todos esos números, y al final del libro hay un balance final de todo: de la cantidad de colaboraciones, shows, etc. Esto también es algo inédito; por ejemplo, Bill Wyman en su biblia “Stone Alone”, o “Solo Rolling”, como se lo tituló aquí, da cuenta de la cantidad de shows de la década del 60, pero hay ciertas dudas y diferencias entre algunos biógrafos y otros, porque los Stones en esa época, sobre todo en 1962, 1963 y 1964 en algunos shows tocaban sets cortos de entre 20 minutos y media hora, entonces hubo noches de dos o de tres shows y hay diferencias entre algunos libros y otros, así que puede haber ciertas cosas que no son absolutamente certeras en esos números de esos primeros años, después no hay ninguna duda respecto a lo posterior.
LOS STONS SOLOS SON GROSSOS
En cuanto a la producción solista de los Stones, ¿qué te genera? ¿Qué representa? ¿Tiene altibajos? ¿Qué impresión general te dan estos discos?
Mirá… (piensa) En una carrera tan extensa obviamente que hay altibajos, pero más allá de eso, hay obras que realmente no tienen desperdicio.
¿Cuáles serían tus discos preferidos de cada aventura solista?
“Monkey grip” de Bill Wyman me parece un disco hermoso, y el homónimo de Wyman de 1982 es otro disco fantástico que tuvo varios hits. Si seguimos con Wyman, Willie and The Poor Boys, que es una súper banda que formó en los 80s, combina boogie y rockabilly en un muy lindo disco, después la misma banda tiene uno en vivo con ese mismo repertorio prácticamente. Hay muchos discos de The Rhythm Kings que tienen cosas muy interesantes con músicos de primera línea, colaboraciones de Mark Knopfler, Eric Clapton, George Harrison… Ahí coquetea con el jazz, el blues, el rhythm n’ blues, el boogie, el soul… es muy elegante todo ese repertorio. Y si hablamos de elegancia, hablamos de Charlie Watts, todos sus discos de jazz son hermosos, como sus tributos a Charlie Parker; ahí ya nos metemos en otro mundo pero realmente atractivo, son varios sus discos de jazz, tiene discos en vivo y discos en estudio y todos tuvieron muy buenas críticas, ninguno vendió tanto porque el género de por sí no es tan popular, es más bien de culto, pero realmente tiene discos muy interesantes.
¿Creés que los solistas reflejan cabalmente la personalidad de cada uno o apuntan más a lo seguro?
Hay un poco de ambas cosas, porque miralo a Jagger por ejemplo, sus discos son más pop; con los Stones por supuesto hay algunos temas más pop, pero en general es más rockero. Ahora, como solista, se da el gusto de hacer baladas hermosas, creo que “She’s The Boss” (1985), su primer disco, tiene muy lindos temas, muy logrados, creo que una de las baladas emblemáticas de los 80s es “Hard Woman”, es un tema que lo escuchás hoy y tiene una gran producción, la voz está grabada de un modo que te da la impresión de que tuvieras a Mick a tu lado. “Primitive Cool” (1987) es un disco que capaz tuvo algunas críticas por “Let’s Work”, un tema que no está a la altura de Mick, que es un poco histérico: tiene ese videoclip aeróbico que la verdad que no me cierra por ningún lado, pero solo es ese tema, después es un buen disco y tiene buenas canciones.
MICK & KEITH, SOLOS & ACOMPAÑADOS
En la serie animada «Family Guy», en un episodio muestran el vídeo de Mick Jagger y David Bowie, bailando como bailan, y el protagonista dice: “Esto pasó y todos dejamos que pasara” (Risas). ¿Qué opinás de esas facetas de la producción solista de Mick?
“Dancing In The Street” me parece una muy buena versión. El video es muy 80s, muy de la época, pero al tema lo re-defiendo, me parece una gran versión de Martha And The Vandellas, que de hecho la hicieron en vivo en Live 8. Creo que igual la cumbre de la carrera solista de Mick es “Wandering Spirit” (1993), que es un disco con soul, funk y con hermosas baladas. “Goddessinthedoorway” (2001) ya no es un disco que me guste demasiado, si bien tiene también algunos temas interesantes, después (la banda) SuperHeavy tiene cosas ya más… (Piensa) no diría que tiradas de los pelos, pero de asimilación más difícil, por lo menos para mí. Y Richards es Richards: Richards es rock and roll.
“Crosseyed Hearts” (2015) sin dudas es un discazo…
Es un discazo que no tuvo difusión ni tanta repercusión, pero igualmente tuvo buenas críticas. Aún así, “Talk Is Cheap” (1988) y “Main Offender” (1994) me parecen dos indispensables. Richards también tiene su tributo “Hail! Hail! Rock And Roll” a su gran héroe Chuck Berry. Y Ronnie Wood tiene una carrera de las más extensas, porque recordemos Creation, Birds o Faces, esas dos primeras bandas son bastante de culto, bandas de garage, Creations muy freak beat, Birds muy en la onda mod, si bien no fueron populares como los Who, tienen temas muy emblemáticos para el género. Los Faces tienen cosas maravillosas hechas con Ron al igual que él también fuera de los Faces: si bien tiene altibajos, tiene una discografía muy interesante. Y Mick Taylor es el más colaborador junto con Ronnie, colaboró con todo el mundo, tiene una carrera solista más corta pero creo que los dos discos de estudio y uno en vivo que sacó tienen tienen lo suyo y siempre muestra lo que es: mucho blues, rhythm n’ blues y algún que otro rock más acelerado, pero sobre todo con los pies empapados en el charco del blues eléctrico de Chicago, mucho slide… en fin, su marca registrada.
¿Y en cuanto a los que ya no están?
Me olvido de Jones, Brian Jones tiene un disco póstumo con su locura de ir a Marruecos, mucha percusión, mucha flauta. Y también está Ian Stewart, el sexto Stone. Vale aclarar para esta obra a quiénes considero los Stones: a los seis músicos originales, aunque (el manager) Andrew Loog Oldham lo haya dejado de lado inmediatamente por su imagen, ya que era más grande que ellos y más gordito y entonces consideró que no coincidía. Pero bueno, Ian es un Stone original, fue siempre el sexto Stone y de hecho acompañó a la banda tanto en estudio como en vivo hasta su muerte, a mediados de los 80s. Así que se lo incluye con sus discos de boogie-woogie y su piano tan característico que dejó su sello y muchas producciones. Entonces son los seis originales más Mick Taylor y Ronnie Wood, esos son los 8 Stones. Bobby Keys tiene un disco solista que está reseñado como una licencia de autor, porque no hay ningún Rolling Stone involucrado, pero tras el fallecimiento de Ian Stewart, si me preguntás quién era el quinto o el sexto Stone ese era Keys, que estuvo tantos años con ellos. Y después están algunos proyectos conjuntos, por ejemplo el de Ron y Keith, los New Barbarians. Estas y otras misceláneas que andan dando vueltas por allí año tras año construyeron este trabajo.
BOOK AND BLUE
Volvamos al libro, esta vez en su edición en papel. ¿Dónde se lo encuentra?
Se está trabajando en la distribución del libro, hoy por hoy está en las disquerías RSG, en Corrientes y Scalabrini Ortiz, y Brujas, en Rodríguez Peña y Corrientes. Después hay distintos puntos, está en el 40×5, que es el bar tributo a los Stones donde presenté el libro, el lugar del amigo Juan Ignacio Muñoz y de Romina ubicado en Cuenca 3602, Villa Devoto, hay otro punto de venta en Villa Urquiza, otro en San Fernando, una disquería de La Plata, y también está ubicado en varias disquerías y librerías de Rosario. Además se está distribuyendo online a través de la página de la editorial: www.zornrecords.com
¿Hay planes de editarlo fuera de Argentina?
Estuve hablando con un amigo de Barcelona, que además es fan, a quien le pude enviar un libro y se va a mover por la posibilidad de una editorial allí. También estuve en contacto con la editorial Blume y hay cierto interés, no puedo decir que estoy en tratativas pero sí estoy intercambiando mails. El sueño es que tenga una traducción y pueda llegar al mercado anglo, creo que va a tener una repercusión ahí, porque -y lo digo con con humildad- no hay otro libro así, no hay un libro siquiera de las carreras solistas, ni aún menos con las contribuciones, producciones, autorías y bla bla bla… Al libro ya lo recibió Keith Richards, aproveché dos viajes, una pareja amiga viajaba para Estados Unidos y les pregunté si les molestaba cargar con unos tres kilitos de más y me llevaron dos ejemplares para Jane Rose, la manager histórica y otro para Keith, y ya me hizo una devolución que aún no pude leer, pero luce maravillosa.
Acá metiste diez años de tu vida, nada menos...
Mirá, cuando salió “República Stone”, en enero de 2013, sentí la felicidad inmensa de tener mi primer libro en librerías, pero por momentos estaba fastidioso, histérico, no estaba bien, tenía un vacío. Había perdido a mi compañero de noches y trasnoches de confesarle cosas, más en un libro más íntimo, un diario de viaje, de corregirlo, de agregarle, de quitarle, de editarlo, y la única manera de ocupar ese vacío era meterme en otra aventura de estas. Así nació un poco este libro, viendo la bibliografía de los Stones y descubriendo que no había un libro sobre la actividad solista de ellos, surgió la necesidad de embarcarme en otra aventura literaria.
¿Habrá más en el futuro?
Como dije antes, estoy bastante avanzado con la idea de reeditar “República Stone”, ya pasaron 11 años de su edición original. Va a tener mínimamente diez capítulos nuevos, porque salió en enero de 2013, y salvo el 2020 que no hubo gira, y 2023 que tampoco hubo, todos los años fui a ver algún tramo de las giras de los Stones. Hubo nuevos encuentros, cosas divertidas para contar, así que va a tener capítulos nuevos. Está además el aditivo del encuentro con Bill Wyman y de ir a visitar un par de lugares históricos que no conocía, por ejemplo, la casa donde Brian Jones vivió los últimos 8 meses de su vida, Cotchford Farm, que fue también la del autor de Winnie the Pooh… Así que hay bastante para contar y será condensado en estos capítulos nuevos.
Desde 1984 es periodista especializado en música, artes, gastronomía y cultura pop. Co-fundo la revista argentina Riff Raff (una de las publicaciones metaleras más influyentes de los 80s), co-escribió el libro «Heavy Metal Argentino» (1993) y fue colaborador de diversos medios (La Nación, Página/12, Cerdos & Peces, etc.). Fan de la buena mesa, el cine, el té, los libros e Independiente, hoy dirige la versión digital de MADHOUSE, revista de la que fue secretario de redacción entre 1989 y 2001.