El rock ‘n’ roll, en su mejor expresión, da un poco de miedo, y nadie lo entendió mejor que los Cramps. Cuando Lux Interior y Poison Ivy (sus nombres originales fueron Erick Lee Purkhiser y Kristy Marlana Wallace) fundaron la banda en 1976, tenían claro que querían rendir homenaje al lado oscuro de la cultura estadounidense de mediados de siglo: más precisamente, a las toscas películas de clase B, los comics de terror y los íconos de la contracultura que tanto apreciaban. Condimentaron las letras de éxitos como «Human Fly», «I Was a Teenage Werewolf», «Bikini Girls With Machine Guns» y «What’s Inside a Girl» con insinuaciones tontas y alusiones inteligentes a películas rodadas en los años 50. Usaban látex y botas altas, siempre o casi siempre negras; aullaban y hacían de todo menos realizar acrobacias circenses en el escenario. Considerados los pioneros y progenitores indiscutibles del Psychobilly, cuando llevaron su show dentro y fuera de EE.UU., se ganaron los corazones de innumerables inadaptados que estaban tan locos por la estética retro y la autoexpresión como ellos…
¿Ellos? Por la banda pasaron muchos músicos de ambos sexos y variados talentos, pero la columna vertebral, el alma y la fuerza de los Cramps eran Lux y Poison, dos almas que se enamoraron a primera vista: vean cualquier vídeo de Cramps y notarán la química entre ambos. No sólo eran colaboradores creativos, sino que eran una auténtica pareja de rock ‘n’ roll. Los dos se conocieron en 1972 y siguieron profundamente enamorados desde ese año hasta el fallecimiento de Lux en 2009; hoy, en el día de San Valentín, rescatamos estas declaraciones que la rockerísima pareja dejó al diario The Independent en 1998, contando en su particularísimo estilo -y con un afecto y respeto mutuo que resulta conmovedor- cómo se conocieron y cómo se desarrolló su historia. Que, más allá de la locura, el delirio, los monstruos, el humor negro, el rock and roll guitarrero y la estética macabra, fue, es y seguirá siendo lo que realmente es: una historia de amor.
POISON IVY
1. Ambos estudiábamos arte en la Universidad Estatal de Sacramento a principios de los años setenta. También era un departamento de arte muy extraño en Sacramento en ese momento, porque toda la población estudiantil estaba compuesta por hippies, y estaban interesados en la brujería, la metafísica y todo lo demás. Nos reunimos en una clase llamada Arte y Chamanismo. El libro de texto para esa clase se llamaba «El Hongo Sagrado y la Cruz», y el tema de ese libro es cómo el tema real de la Biblia es el hongo Amanita muscaria y que Cristo es una metáfora de este hongo mágico. El tipo de instructores que tendríamos dirían: «Hace tiempo que no te veo en clase, ¿qué nota querés?». Y decíamos: «Bueno, supongo que una ‘A'», y ellos decían: «Está bien»… Eran tiempos locos entonces. Era simplemente una situación muy relajada y única, y nos conocimos en ese entorno. Nos conocimos de forma muy libre y nos enamoramos muy rápidamente.
2. Recién había comenzado la universidad y un día estaba haciendo dedo de regreso del campus a mi departamento, cuando Lux y un amigo suyo aparecieron y me llevaron. Lo había visto por el campus y pensé que era extremadamente exótico. Él tenía unos pantalones con cada pierna de un color diferente. Ese tipo de cosas me fascinaban. Como era el comienzo del nuevo trimestre, teníamos catálogos para ver qué clases íbamos a tomar, así que estábamos comparando para ver si estaríamos juntos en alguna clase. Resultó que sí, y ahí empezó nuestro verdadero encuentro.
3. Estaba sentada en la clase de Arte y Chamanismo cuando vi entrar a Lux. Era una clase muy concurrida, en particular porque todos sabían que el maestro se drogaba; yo le estaba enviando ondas cerebrales psíquicas a Lux diciendo: «¡Sentate a mi lado! ¡Sentate a mi lado!» Y él lo hizo. Vino directamente hacia mí y se sentó a mi lado. Estábamos conversando y le dije: «Es mi cumpleaños», y él sacó un dibujo de su portafolio y me lo dio como regalo de cumpleaños en ese momento. Era una figura femenina, de un expresionismo muy abstracto. Tenía mucha energía física que no puedo describir con palabras.
4. No sé si fueron vidas pasadas o qué, pero sentí que lo conocía de toda la vida. No era como si nos acabáramos de conocer. Estábamos juntos constantemente y, para ser honesta, estábamos prácticamente locos constantemente. No salimos a la superficie durante bastante tiempo.
5. En cierta astrología, tanto en la regular como en la china, hay algunas cosas que dicen que Lux y yo no deberíamos estar juntos. Y la razón es que la función primordial de la astrología es mantener el orden social. Tenía que ver con matrimonios arreglados y cómo cierto hombre pertenecería a cierta mujer porque encajaría con el orden social y no causarían problemas. Y las combinaciones que decían que eran malas, no significaba que no se llevarían bien o no disfrutarían de la compañía del otro; lo que podría significar es que iniciarían una revolución o que causarían problemas o que prenderían fuego por ahí. Creo que definitivamente somos el tipo de pareja que en esa época habrían tratado de mantener separados, porque juntos causamos mucha agitación. Desde nuestro punto de vista, lo nuestro es creación. Estamos creando cosas.
6. No estamos casados. No sé cómo llamar a lo que somos. Estamos profundamente enamorados y sentimos que hemos estado juntos durante más de esta vida, pero no somos conscientes de ningún ritual en particular que lo consagre de una manera que tenga sentido para nosotros. Es seguro que no necesitamos convertirlo en ningún tipo de situación institucionalizada. La naturaleza sostiene nuestro vínculo.
7. No hay nada que nos neguemos el uno al otro. Siempre escucho a alguien decir: «Oh, me gustaría comprar eso pero mi esposa me mataría», o viceversa, y yo digo: «Dios, ¿qué es eso?». No sentimos que ninguno de nosotros tenga derecho a decir nada sobre las necesidades del otro. Sólo tenemos que confiar en esa persona y en lo que esa persona tiene derecho. Afortunadamente, nos gustan muchas de las mismas cosas, pero incluso si no nos gustaran, eso no debería importar. Ambos somos verdaderos librepensadores. Somos amables el uno con el otro. Existen todas esas razones por las que estamos juntos, pero creo que también es el karma. Estamos entrelazados kármicamente.
8. Lux es fácil de amar. Es alguien con quien puedo volverme loca, lo supe de inmediato. Pensé: «Dios mío, ¿qué va a pasar ahora? ¡Algo emocionante!». Todavía está sucediendo.
LUX INTERIOR
1. La primera vez que la vi ella andaba por la calle, haciendo dedo. Y llevaba una camiseta sin mangas y unos shorts cortitos con un gran agujero en el culo y una bombacha roja a la vista. Estaba con otro chico, un amigo mío, y ambos simplemente dijimos: «¡Who-o-o-oh!» Nos detuvimos y creo que tuve una erección unos tres segundos después de verla.
2. Era 1972 y estábamos en la Universidad Estatal de Sacramento, aunque decir que era una universidad es exagerar un poco. Te daban crédito por ir allí y todo eso, pero solo eran un montón de bichos raros. Era muy loco. La mitad de los profesores simplemente se acostaban con los estudiantes y les pagaban por ello. Fue realmente un gran momento esos días. Realmente un ambiente creativo.
3. Tuvimos que registrarnos para nuestras clases y teníamos este folleto en el auto que te decía qué clases podías tomar, y una se llamaba Arte y Chamanismo. Recuerdo que dije: «¿Qué es el chamanismo?» Ella me lo explicó y pensé, pibe, eso suena muy interesante, creo que lo aceptaré. Y luego, cuando me presenté a esa clase, ella estaba allí.
4. Recuerdo el primer día de esa clase, el profesor nos hizo sentar a todos en círculo en el suelo, tomados de la mano. Era una especie de ejercicio extraño, una especie de culto loco y absurdo en el que se suponía que había energía que volaría en el sentido de las agujas del reloj, y luego él la haría girar en el sentido contrario a las agujas del reloj. Fue genial, realmente funcionó, pero con solo tomar a Poison de la mano sentí mil veces la energía que estaba recibiendo de él.
5. Ella es increíblemente hermosa, eso fue lo primero que noté. Y luego, cuando hablamos, ella también resultó increíblemente inteligente. Simplemente teníamos un vínculo. Una semana y media, tal vez dos semanas después, empezamos a vivir juntos. Simplemente no podíamos soportar estar separados el uno del otro. La gente nos decía: «Eso no está bien, no es saludable, ustedes no deberían pasar todo el tiempo juntos». Y nos lo dicen hasta el día de hoy.
6. Pasó un tiempo antes de que el grupo realmente surgiera. Toda mi vida había ido a ver bandas de rock’n’roll, pero nunca había estado en una hasta que la conocí. Recuerdo que ella decía: «OK, deberíamos hacerlo», y yo decía: «Bueno, sí, supongo que podríamos», y ella decía: «¡Por supuesto que podemos!». Creo que simplemente nos convencimos entre nosotros. A veces tenés amigos que te disuaden de hacer cosas. Te dicen: «¿Vos? Oh, sí, claro». Pero también puede suceder lo contrario: conocés a alguien que te convencerá de hacer cosas. Si no hubiera conocido a Ivy, tal vez todavía seguiría yendo a shows de rock’n’roll.
7. Ella es muy valiente y muy inteligente. Al principio, cuando empezamos, solo queríamos divertirnos y no queríamos tener nada que ver con la parte comercial de la banda, pero cada vez que intentamos que alguien nos administrara, fue de alguna manera una mala experiencia, así que se hizo cargo del management y realmente lo hace muy bien. Es por eso que los Cramps siguen ahí después de todo este tiempo, porque a ella le importa y es capaz de realizar actos increíbles.
8. Este es el hijo de nuestros sueños o algo así, esto es algo que hicimos y hacemos juntos, y lo protegemos mucho. Apreciamos el hecho de que inventamos esta cosa llamada The Cramps, y que de ahí haya surgido una subcultura de personas en todo el mundo, y nos sentimos representativos de ellos. Nos lo tomamos muy en serio. Hemos pensado en tener hijos antes, pero siempre hemos estado muy ocupados haciendo esto y nos parece más importante. Tenemos tres gatos y ni siquiera soportamos dejarlos para irnos de gira. Entonces no sé cómo lidiaríamos con un niño.
9. Somos diferentes en muchos sentidos. Tiendo a perder el control, volverme loco y empezar a gritar, y ella tiende a ser un poco más sabia, más tranquila y más paciente que yo, antes de que ella también empiece a los gritos. Creo que ella tiene mucha más clase que yo, pero creo que he adquirido mucha clase de ella. Es difícil entender en qué somos diferentes porque estamos juntos todo el tiempo y siempre hacemos todo juntos. En cierto modo somos una unidad, ella y yo, pero ella también es muy individual y muy fuerte. Ella crece como un árbol. Tiene facetas como un diamante. Ivy tiene millones de facetas y me encantan todas.
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