A principios de 1998 la escena pesada local recibía una noticia inesperada: en su pico de popularidad Malón anunciaba un parate por tiempo indefinido, ya que su vocalista Claudio O’Connor estaba por encarar su faceta solista… La noticia cayó como un balde de agua fría, no solo para sus seguidores sino también para el resto de la banda que tan solo unos años antes se había repuesto de la traumática ruptura de Hermética. ¿Cómo siguió esta historia y por qué la estamos trayendo de nuevo al tapete? Ya mismo llegan los detalles.
Inmediatamente Antonio «Tano» Romano, Karlos Cuadrado y Pato Strunz pusieron en marcha nuevos proyectos. Los primeros formaron Visceral, una banda más arraigada a su pasado musical, mientras que Strunz fue quien definitivamente pegó el volantazo más notorio: junto a Titi Lapolla (A.N.I.M.A.L/ Raptor) y el recordado Nico Takara (El Reloj/ Parraleños) formaron Simbiosis, una banda que no tenía nada que lo ligara a su pasado musical, con una propuesta que combinaba una faceta rockera con el groove metal. Lógicamente al ser los más osados se les hizo muy difícil poder establecerse en una escena que por aquellos años era demasiado sectaria y no aceptaba escuchar a sus ídolos tocando otro estilo que no fuese el que les dio el reconocimiento. Tras algunos años tocando, la escasa repercusión que tuvieron su disco de estudio llamado “Riesgo Y Reacción” (muy acertado título) y el EP «Neo Adicción», sumada al poco reconocimiento, hicieron que la banda se disolviera.
Dos décadas después, en el último trimestre del pasado 2020 aparecieron algunas fotos en el Instagram del baterista de Malón/ La H no murió que anunciaban el regreso de Simbiosis y una reedición inédita de «Riesgo Y Reacción» con Lapolla en voces (recordemos que el disco se editó con David Urrutia como cantante). Claro que esta vuelta está marcada por algunos cambios: además de Strunz en la batería y Lapolla en el bajo, se sumó en guitarra y voz Emiliano Rojas (Kumshot/ Pr3ssión/ Desierto Gris) ocupando el lugar de Takara, fallecido en 2012. El 13 de diciembre debutaron con un show vía streaming que dejó buenas impresiones y finalmente el pasado 9 de enero volvieron a pisar un escenario pero esta vez ante un público más reducido debido a los protocolos sanitarios por el COVID-19. MADHOUSE no perdió la oportunidad de acercarse a Zadar Club para vivir el show y por supuesto, charlar con el baterista sobre este regreso y otros temas. Los resultados, a continuación.
Pato, lo primero que quiero preguntarte es acerca del regreso. ¿Cómo se gestó esta vuelta de Simbiosis después de tanto tiempo?
Esta vuelta está armada por parte de Titi; comenzamos hablar para hacer una clínica de batería y bajo, y me dijo «¿Por qué no tocamos unos temas?«… Se sumó Emiliano que es un amigo de muchos años y además trabaja con Malón y bueno, sacamos algunos temas, comenzamos a tocar y entonces dijimos “Volvamos”. Además, con las ganas que hay de tocar después de este año de mierda que pasamos con la cuarentena, lo estamos disfrutando mucho. Hoy es un momento especial y a la vez raro. Yo venía en al auto desde mi casa y pensaba: «Qué hijo de puta, desde marzo que no voy a un lugar a tocar en vivo» y tengo una sensación rara… Este (N. Se refiere a Zadar Club) es un lugar chiquito con una capacidad limitada y todos los cuidados correspondientes, pero se disfruta porque el vivo es el vivo, no hay vuelta que darle; hicimos un streaming pero es algo muy frío, yo me siento bien tocando en vivo.
Me imagino que esta etapa de Simbiosis es muy distinta a cuando gestaste la banda por primera vez. Por aquellos años recuerdo que estabas muy dolido con la separación de Malón y con este proyecto decidiste dar vuelta la página y arrancar de cero, hoy me imagino que lo vivís distinto…
Sí, es muy distinto porque es otra etapa, otra etapa de la vida con más edad, más asentados y obviamente es distinta por las cuestiones que vos acabás de nombrar. Era una separación muy complicada que a mí personalmente me jugaba en contra porque Malón es mi vida. Siempre que uno gesta un proyecto nuevo, al menos por mi parte trato de que toda la gente que está involucrada componga, opine, piense y así sacar de cada uno lo mejor y eso es Simbiosis. Obviamente que esto salió disparado para otro lado, y está buenísimo. ¿De qué me serviría hacer un proyecto igual al que tenía? No soy partidario de eso. Mirá como son las cosas que después de 20 años volvimos a escuchar estas canciones y nosotros mismos nos sorprendemos de las cosas que habíamos hecho. (Enfatiza) ¡Ni hablar de lo que tocaba Nico Takara, que para mí era un tipo de otro planeta! Una persona increíble de esas que cuando vos pensás, ¿quién quiero que sea mi amigo? Sin duda Nico, una excelencia para todo, ya sea tocar rock and roll, heavy metal, música moderna, lo que sea… La verdad lo extrañamos mucho, lo amamos mucho, yo comencé a tocar por él, por eso siempre que nos reunimos Nico está con nosotros, yo lo llevo en mi corazón.
Justamente mi pregunta tiene que ver un poco con esto que me estás contando ¿Fue un desafío hacer este regreso sin él?
Totalmente, es difícil (se detiene y piensa) yo sabía que para Emiliano era una posición complicada la que le tocaba ocupar, pero también supe que lo podía hacer porque tiene otra onda y eso es lo bueno, que pueda meter su estilo, su impronta y su onda. Hoy Simbiosis está tocando todas las canciones que fueron compuestas con Niko, pero Emiliano le da una onda un poco más moderna y está buenísimo, a mí hoy me suena más cercano al grunge.
LOS IDUS DE TITI
Cuando Titi dejó la banda (para ir a tocar a A.N.I.M.A.L) vos estabas bastante enojado al respecto… ¿estos años que pasaron sirvieron para sanar diferencias?
(Se ríe) si, esas son cuestiones del momento, uno cuando ama y tiene esa pasión por un proyecto, es jodido y es duro, pero al toque todo bien, siempre hablamos con Titi, me divierto mucho con él porque tiene mucha personalidad y bueno, es un músico de puta madre que toca increíble y que le aporta al proyecto otras facetas… (En ese momento entra Titi a buscar sus cosas gritando: «Faceta, faceta, ¿estás hablando del faso?») ¡Llegó Titi! (Risas generales) Pero volviendo al tema, hay mucha gente que está acostumbrada a escucharme tocar de una manera en Hermética y Malón… (Piensa) pero ahí también hubo cambios grandes que con Simbiosis se acentúan mucho más y ahí está la riqueza del músico, el poder tocar otros estilos.
¿Por qué no convocaron a David Urrutia?
David es un amigo, lo seguimos viendo, pero la verdad es que no pensamos inmediatamente en volver con Simbiosis: esto arrancó como una clínica de bajo y batería, probando temas y viendo cómo explicar esto que estábamos tocando y cuando lo escuchamos sonaba bárbaro así como trio y pasó algo muy particular. Titi me dice, «¿Vos no tenés un CD con las canciones? Porque en youtube suena horrible«… ¡este croto no tenía ni un disco! (Risas) y buscando encuentro un master de «Riesgo…» cantado enteramente por Titi. Ninguno de los dos nos acordábamos de que habíamos grabado todo el disco con su voz.
Yo recuerdo por aquellos años el parto que había sido para ustedes buscar un cantante…
Claro, en un principio había salido un master de tres o cuatro temas que estaban cantados por Titi pero como te conté no recordábamos que habíamos grabado el disco con él, después apareció David y volvimos a grabar las voces y finalmente el disco que después salió fue con David en voces. Pero ahora que descubrimos esto, está buenísimo y es en formato trío, o sea: Lapolla, Takara y yo, palo y a la bolsa. Hablé con Carlos Zárate del sello Icarus y en seguida me dijo “Lo saco yo”, ya está en fabricación así que vamos para adelante.
LUCHANDO POR/ CONTRA EL METAL
En su momento que se te hizo muy difícil llevar adelante este proyecto, al metalero promedio le costaba verte tocando otro estilo que no fuese Malón o la H. Recuerdo críticas muy boludas como que usabas un solo bombo, o que el chico de la portada del álbum era de origen yanqui por ser rubio… (Risas) 20 años después, ¿creés que hoy el público está más abierto, y que estas canciones puedan tener un mejor reconocimiento?
Seguramente tendrán un mejor reconocimiento, durante todos estos años nos vivieron diciendo “Qué bueno que estaba Simbiosis, ¿por qué no vuelven?”… entonces cuando pasan 20 años y la gente se sigue acordando, eso tiene peso propio y te da esa sensación de decir:«¡qué bueno que hicimos esto!». En su momento cuando yo Salí con esto, parecía que estaban viendo un plato volador, no lo entendieron. Después tenemos anécdotas personales con esto, te cuento. Titi es amigo de Marcos Curiel de P.O.D y está encantado con Simbiosis y ahí es donde uno piensa, qué bueno que lo nuestro le guste a un tipo como este que toca tanto, que grabó tantos discos, nosotros escuchamos mucho P.O.D. y eso te reconforta el corazón y el espíritu, lo que me lleva a pensar: bueno, yo no estaba tan equivocado. César Andino de Cabezones también es recontra fan de Simbiosis y eso está buenísimo, para nosotros es amor y mucho esfuerzo. La otra vez cuando vine a conocer el lugar en la fecha que tocaba Against, los pibes me decían: «No puedo creer que estés acá, vos que tocas en Obras»… ¿y cómo no voy a venir? Está bien, es un lugar chico, para poca gente, pero igual está buenísimo, más por el año que pasamos, es una luz al final del túnel. Entonces cuidémoslo, hagamos las cosas bien para que todo no se vaya a la mierda, yo hoy estoy feliz, estoy contento: levantar la mirada, ver a la gente aplaudiendo y coreando me reconforta el corazón.
Te hago la última. ¿Hay planes de continuar con esto, grabar un disco nuevo? Te pregunto porque si todo se reactiva vas a volver con Malón, la H y por ende las agendas se achican.
Seguramente, yo creo que esto va a volver muy de a poco, hoy es el momento de tocar en lugares chicos y es bueno para la actualidad de Simbiosis, de hecho el 13 de febrero vamos a tocar en XLR en San Miguel y cuando se habiliten los lugares más grandes tocaremos con Malón, con la H. Pero repito, incursionar en estas fechas en lugares chicos es algo positivo, somos gente de barrio, siempre lo vamos a ser, nos gusta seguir caminando por donde naciste y te criaste, pero se vienen muchas más cosas para Simbiosis; es más, Titi me presentó un par de temas nuevos que están buenísimos y ya los estamos ensayando, son canciones de él que compuso hace varios años y sin pensar en que sean para Simbiosis, hoy las escuchamos son perfectas. Yo también compuse un par de temas que ya están adentro para el nuevo disco, así que hay mucho Simbiosis por delante.
Encuentro que la escena pesada recupera una banda que en su momento no fue tan reconocida y hoy para mí tiene una segunda oportunidad…
Seguro, yo creo que es una banda que no suena a otra y eso está bueno, yo siempre le digo a mis compañeros, ¿de qué sirve hacer una banda igual a la que tenes o tenías? Acá en la escena argentina no hay una banda como Simbiosis, eso no significa que sea bueno o malo, sino algo muy diferente: a eso apuntamos y ahí está el secreto y la cuestión de todo esto que es disfrutarlo.
¿Algunas palabras para la gente que lee MADHOUSE?
Muchos saludos para toda la gente que lee Madhouse, nos vemos como siempre en la ruta – ¡cuídense para que sigamos en la ruta!
EL SHOW: EMERGENT METAL FEST – SIMBIOSIS Y OTROS EN ZADAR CLUB, WILDE (GBA) 9/1/2021
Luego de casi un año sin shows presenciales, la nueva normalidad para asistir a una fecha está notoriamente marcada por varios cambios. Horario matinée, mesas separadas, el lugar a la mitad de su capacidad, barbijo obligatorio y mucho alcohol en gel. Sinceramente y a título personal el marco resultó ideal: cómodamente sentado, sin amontonamientos, pisotones y alejado del chivo y la transpiración ajena pude disfrutar de todo el evento casi como si estuviese en el living de mi casa (sin dudas me pegó el viejazo). Ante una modesta concurrencia, las bandas Infierno, Victory or death y Ranterío desplegaron sus respectivos sets ante un público atento que aplaudió con entusiasmo mientras se comía una hamburguesa o se tomaba una cerveza. Finalmente cerca de las 21:30 Simbiosis hizo su regreso a los escenarios y mis expectativas estaban bien arriba. Acompañados de un sonido un poco más bajo pero más claro que el del resto de las bandas, este presente de Simbiosis es muy distinto al del comienzo: ya no hay heridas abiertas y mucho menos la necesidad de demostrar nada, acá estamos hablando de tres tipos que están pisando las cinco décadas con ganas de reflotar por gusto personal un proyecto que alguna vez los tuvo corriendo detrás del mismo para no perder vigencia. Tengamos en cuenta que Simbiosis es una banda pesada con una propuesta que está apoyada en el sonido del latoso bajo de LaPolla, y principalmente sobre los mecánicos golpes de Strunz y sus poderosos bombos, pero que aun así, produce un sonido bien rockero gracias al sello que le imprimió la guitarra de Takara en su gestación y que en esta nueva encarnación tratan de respetar al momento de interpretar su repertorio. Hoy a la distancia se puede entender un poco la confusión del público metalero de aquellos años ante la propuesta del grupo: quizás en la actualidad con otro bagaje musical y los oídos un poco más curtidos puedan disfrutarlos sin comparaciones con esto o aquello, tal como lo hicimos el pasado 9 de enero. Desde el comienzo con “Burlar”, seguida de “Mentir», el show transcurrió de manera descontracturada y sin ningún tipo de presiones. Sonaron así algunos verdaderos bombazos como “Esclavos Del Silencio”, las veloces “Tu Origen”, “Rencor”, y «Ojos Que No Ven”, esta última con muy buenas intervenciones de Rojas aportando las voces más graves. A lo largo del corto set, no pude despojarme de esa sensación de estar escuchando una banda que como dije en el comienzo asoma todo el tiempo ese costado mucho más rockero que groovemetalero y al no contar con el vozarrón de Urrutia se hace muy evidente aún en sus temas más pesados. La sorpresiva interpretación de “Rain When I Die” de Alice In Chains (banda de la cual Takara era muy fan, según palabras de Titi) terminó de confirmar mis sospechas. Ahora solo resta saber hacia dónde apuntarán en un futuro nuevo disco y lo más importante, con otro guitarrista. El final del show llegó nuevamente de la mano de Cantrell y cía. con la versión en español de «Man In The Box» (incluido en aquel primer EP de la banda). Mientras bajaba el telón y la banda agradecía a la concurrencia, la sensación era la de tarea cumplida: dejaron el crédito abierto y las expectativas despiertas sobre cómo será a partir de aquí el futuro de la banda, con un hiato de 20 años encima. El tiempo tiene la respuesta, como siempre.
Agradecemos a: Horacio Climatic del Emergent Metal Fest
Fotos: cortesía de Gabriel Liberji Cuneo
N. es en realidad Nicolás Arroyo (a) Sr. Derrape. Muletea la escena desde tiempos inmemorables. Melómano, ama hacer entrevistas,
reviews de shows, discos, etc. Ocupa un lugar en el mundo desde 1979.