Bon Jovi logró sobrevivir tanto a la furia grunge y la movida alternativa en los ’90, como a la escena hip hop y las boy bands de principios de 2000. Pero para mediados de la década, Jon y sus muchachos decidieron barajar y dar de nuevo, optando por un sonido diferente, a la vez que un nuevo rumbo artístico. Es que, en 2005 la industria estaba cambiando: los formatos digitales ganaban espacio y las nuevas estructuras del mercado (con eje en el comienzo de las descargas digitales, la preferencia de singles cortos para descargas en plataformas y la cada vez mayor segmentación de las radios online) presionaban a las bandas veteranas para adaptarse. Bon Jovi llegó a ese contexto con la intención explícita de sonar vigentes, pero sin perder esa esencia de rock de estadios que los caracterizaban. Fue en ese contexto que la banda de New Jersey editó su noveno disco “Have A Nice Day”, el cual repasamos a 20 años de su salida.

NUEVO DÍA, NUEVA ETAPA

Luego de dos renovados álbumes producidos por Luke Ebbin (el exitoso “Crush” de 2000 y el más crudo “Bounce” de 2002, en coproducción con Andreas Carlsson), la banda decidió cambiar de aires y sumó al barco a uno de los productores del momento: John Shanks, responsable del éxito de estrellas pop como Kelly Clarkson, Hilary Duff y Ashlee Simpson, entre otros. El claro enfoque mainstream del productor no fue lo único que lo distinguía, sino también su metodología de trabajo: directa y al punto, privilegiando las melodías y los arreglos.

La grabación de «Have a Nice Day» se realizó en dos etapas entre 2004 y 2005, en los estudios Sanctuary Sound II en New Jersey, y Ocean Way, Henson y Capitol en Hollywood. La etapa inicial produjo varias canciones y fluyó tan rápido, que sorprendió al mismísimo Jon (co productor del disco junto a Shanks y Richie Sambora) que comenzó a desconfiar del potencial del disco, acostumbrado a las sobregrabaciones y el trabajo al detalle de sus placas anteriores. Creyendo que al material todavía le faltaba cocción, la banda volvió al estudio a reescribir, añadir y regrabar material hasta la versión definitiva

CANCIONES PARA MANTENERSE EN PIE

Y fue en esas nuevas sesiones donde la identidad del disco comenzó a definirse, combinando el rock de guitarras con los estribillos de estadio y cierto filo contemporáneo, tal como lo demuestra el homónimo primer single: un himno irónico que juega con un mensaje de tolerancia y una sonrisa cortante. Al respecto Jon mencionaba: “Podés tomar el mensaje de la canción de manera literal… o también pensarlo como una forma de terminar una conversación: ¡Que tengas un buen día! Ese es el verdadero sentido de la canción… todos estamos juntos en este mundo y por eso deberíamos llevarnos bien”.

Este balance entre tolerancia y sarcasmo es clave para entender la estética del disco, ya desde su arte de tapa —esa carita sonriente con cejas enfadadas— que se convirtió en un símbolo simple y directo, y que marcaría el eje de la campaña de difusión y del videoclip del tema principal.

MIRAME LA CARITA. Jon sonríe pícaro en una de las sesiones de promoción del disco

El sonido Shanks también se hace presente en cortes como “I Want to Be Loved”, “Welcome to Wherever You Are”, la balada “Bells Of Freedom” y sobre todo en «Last Man Standing», una idea que venía flotando hacía tiempo en la cabeza de Jon y que funciona como una crítica al nuevo contexto de la industria musical con frases como: “Las canciones eran más que música/ eran imágenes del alma/ así que guardate tu basura pseudo-punk, hip-hop y pop-rock / y tus descargas digitales/porque acá está el último hombre en pie” que muestran como el rubio expresa su frustración al ver, ya en esa época, cómo el negocio prioriza el single inmediato frente a la visión de un álbum y al desarrollo artístico, idea que también atraviesa algunas otras letras del disco. Al respecto, el cantante le confesaba a la revista Billboard: «No sé cómo la industria va a descubrir a otro Bob Dylan cuando todo se reduce a un single y no se tiene en cuenta la visión y la inspiración que se necesitan para hacer un álbum. Parece que solo importa descargarse canciones por 99 centavos. Es deprimente”

LA CANCIÓN QUE LO CAMBIÓ TODO

Pero si hay algo que modificó el futuro de la banda fue la inclusión, en principio a modo de bonus track, de una relectura en clave country de “Who Says You Can’t Go Home” a dúo con Jennifer Nettles de la banda Sugarland que, una vez lanzado como tercer single del disco, se disparó directo al Nº1 en la lista Hot Country Songs del chart de Billboard y les valió a Bon Jovi su primer Grammy después de más de 20 años de carrera.

La canción, en un principio fue pensada como un duo entre Jon y el cantante Keith Urban, pero al notar el parecido de las voces, el líder decidió incluir una voz femenina, previa recomendación de un ejecutivo de Mercury Records. Nettles también apareció en el videoclip dirigido nada menos que por Anthony Bongiovi, el hermano menor de Jon. En el mismo, aparecen miembros del Philadelphia Soul, equipo de futbol americano del cual el blondo era dueño. Fue tal el reconocimiento que tuvo el single entre el público country que, como respuesta a ese suceso y buscando a la vez expandirse a nuevos horizontes, la banda empezaría a componer en ese estilo para su siguiente álbum “Lost Highway” que le agregó violines, mandolinas, banjos e instrumentación country y western al ya clásico sonido rockero del grupo.

UN LEGADO QUE SIGUE VIGENTE

«Have a Nice Day» (editado oficialmente el 20 de septiembre de 2005) fue tomado por la crítica y por los fans como la reafirmación de una postura: guitarras, melodías y cierta valoración desde una perspectiva madura sobre la industria y la política. El disco tuvo muy buena recepción comercial en muchos mercados (especialmente Europa y Japón) y la gira que le siguió consolidó ese pulso renovado.

El álbum debutó muy fuerte a nivel ventas (con el mejor desempeño en la primera semana de la banda hasta ese momento) y se colocó alto en las listas internacionales. La crítica fue mixta, pero muchos analistas valoraron la capacidad del grupo para sonar moderno sin traicionar su fórmula de himnos y coros gigantes. Con el paso del tiempo, la placa suele ubicarse como una etapa sólida de Bon Jovi en el siglo XXI: contemporánea, directa y con ambición comercial y artística al mismo tiempo. Para muchos, el último disco rockero de la banda, para otros, uno de los puntos más altos de la última etapa del grupo, al que te invitamos, si aún no lo hiciste, a escuchar nuevamente.

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