Referentes de la movida glam metal argenta (o soft metal como se lo denominaba entonces) Bravo conquistó las radios y programas de TV (y los corazones de miles de señoritas) en los albores de los ’90 a caballo de una imagen impactante y una música que privilegiaba las nunca bien ponderadas power ballads que, por un lado los hicieron famosos, pero también los anclaron a una etapa. Con la banda de regreso en este 2025, nos pusimos en contacto via Zoom con Alex Einstein, tecladista y único miembro original en pie, para enterarnos los detalles de la vuelta en esta nota que (despacio, pero no en silencio) ya arranca.

Contanos como surge este regreso

La banda original dejó de girar en el ’97 y unos años después nace mi hija, justo en el momento en el que me había venido a buscar CAE para rearmar el Bravo original. En ese momento decidí dedicarme a mi familia, pero hoy mi hija está grande, tiene 23 años, es cantante y actriz, así que en 2015 empecé a cranear toda esta movida del regreso. En todo este tiempo hubo algunos intentos, pero a veces encontrar el grupo humano es muy difícil. Con Sebastián Arnaldo que es el baterista y Nicolás Arancibia en bajo vengo laburando hace 10 años, hasta que llegó Pol en la guitarra que es un genio y Jones en la voz, además de mí en los teclados y los coros, como siempre. Uno se tiene que rodear de gente que sea humanamente copada y con la que puedas compartir la música que te gusta. Y ellos están identificados con esta movida.

¿Por qué no hay ningún otro miembro original?

Cuando la banda se separa en el ’97 Ely De Ross (N: el guitarrista y co fundador) se radicó en México y nuestro bajista se fue a Estados Unidos. Con Monroe (N: el bajista original) tuvimos un intento de reformar la banda… pero no resultó, él se dedicó a otros proyectos que tenía y uno respeta los proyectos de cada uno. Y CAE obviamente a partir del ’94 hizo su carrera solista y sigue con ese camino. Cada uno busca su destino, y me parece fantástico. Pero nosotros seguimos siendo una banda de rock. Esa es la diferencia.

Está bueno que aclares eso, porque en un momento el público que empezó a seguirlos no se emparentaba con el rock…

A mí me para gente todo el tiempo en la calle y me dice: «gracias a vos conocí a mi mujer.» Porque mayormente tenemos un público más femenino, entonces el varón que iba a ver a Bravo, era muy astuto y sabía que iban a haber chicas y que iba a haber levante (risas) Pero nosotros nunca dejamos de ser una banda de rock. Lo que pasa es que existe el rock barrial, ese estilo de rock argento; y por otro lado está el rock americano, en este caso cantado en español, que es lo que hacemos nosotros. Hacemos un estilo de rock americano como bandas con las que siempre nos comparaban: Bon Jovi, Europe, Journey, Foreigner… son todas bandas que a nosotros nos representan musicalmente. Nuestros orígenes parten de ahí. Lo que pasa es que las compañías siempre nos dieron a conocer por nuestras baladas, pero no solamente hacemos baladas, tenemos temas rockeros también.

¿Podríamos decir que fueron pioneros del glam en Argentina?
Yo insisto en que la buena música no muere nunca. Quizás en esta parte del planeta no se escuchaba tanto en una época, pero sí en la parte norte del continente y obviamente en toda Europa. Y nosotros fuimos parte de los que inyectaron el glam metal acá en América Latina.

Y ya desde los inicios apuntaron a ese sonido y esa imagen…

Lo que pasa que el glam hace referencia a todo lo que sea glamoroso, y si vos ves un video de bandas norteamericanas de los ’80, más allá de los pelos largos, la ropa y el look, era todo glamoroso. Algunos se pintaban las cejas o las pestañas, otros la cara, como KISS que también formó parte de esa movida glam en la época del disco «Animalize» por ejemplo, donde ya no se pintaban la cara, pero tenían una ropa muy glamorosa. Y nosotros somos parte de eso. Yo ya en el año ’84/´85 ya estaba tocando en el viejo Halley con una banda llamada Mr. Magoo y con otros grupos de hard rock, hasta que en el ’89 armé Bravo con Ariel (N: Elías, baterista y hermano de CAE), Monroe, Ely DeRoss y después lo fuimos a buscar a CAE que cantaba en Escocia. Esa es la historia.

¿Siempre tocaste el teclado?

A mis 7 años tenía mi pianito y a los 12 ya escuchaba The Doors, Beatles… después inspeccionando descubrí a Led Zeppelin, Deep Purple, Rush y toda la música norteamericana también. Si bien lo tengo a Jon Lord ahí arriba, mi segundo tecladista favorito es David Bryan de Bon Jovi, con el que me siento muy identificado. Incluso averigué como conectaba las cosas, qué tipo de teclados usaba…

Una particularidad es que eran todos pibes de barrio con esa estética glam, no venían del Sunset Boulevard de Los Angeles…

Exactamente, éramos todos pibes de barrio, de Saenz Peña, de Villa Del Parque, que nos gustaba hacer esa música y salíamos a tocar por todos lados, no es que aparecimos en la tele de la noche a la mañana. Me acuerdo de tocar todas las noches en un cabaret en el centro donde nos pagaban dos pesos con 50. Y las canciones las grabamos en una portaestudio de cuatro canales. Era todo a pulmón…

UNA LARGA HISTORIA. Alex junto a CAE y la formación original de Bravo

Y AHORA NUESTROS TEMAS, SONANDO EN LA RADIO

¿Y cómo fue para esos pibes de barrio empezar a sonar en todos lados, estar en los programas más exitosos y que las chicas los empiecen a seguir y a parar por la calle?

Fue fuerte, pero era un deseo que teníamos todos. Y la verdad es que lo tomamos muy bien, porque ya éramos-si bien yo era el mayor de todos- todos muy profesionales. Que tanta gente quiera escuchar tus canciones, y aparecer en la tele y en las radios fue muy chocante, pero personalmente no me afectó. A mis 65 años sigo siendo el mismo pibe de barrio. Así hayan 100.000 personas o dos, voy a tocar igual, porque para mí lo importante es hacer música. Subirme al escenario, tocar y cantar es lo que me hace feliz.

¿Hubo en ese momento cierta idea de dejarlos afuera de la movida rockera y hacerlos más accesibles?

No fue tan así. Nosotros habíamos firmado con BMG que tenían a Leon Gieco, a los Cadillacs, y si bien nosotros éramos de otro género, nos vendían de la misma manera que al resto de los artistas. Éramos una banda más, no había conflicto musical en eso. Somos de la misma época del furor de Rata Blanca, y en ese momento las bailantas compraban todos nuestros shows y los de ellos, nos cruzábamos todo el tiempo. Cada uno hace la música que quiere y me parece valido, yo no soy quién para cuestionar la música de nadie. La gente escucha una canción y la hace propia, las canciones ya son de la gente.

UNA NUEVA ETAPA. La formación post CAE, con Mony López

Y después entran en otra etapa cuando se va CAE…

Después hicimos dos discos con Mony Lopez como cantante: «No Es Como Ayer» y «Un Instante De Magia» que lo grabamos en mi estudio en casa. Pero cuando las compañías te dejan congelado, quedas a la buena de Dios. El músico no puede hacer todo, para eso está en las compañías.

¿Cómo eligieron a Mony?

En realidad, en cuanto se enteró que no estábamos más con CAE, nos llamó por teléfono, lo probamos y quedó en la banda. Y si bien no tenía la impronta de CAE, porque todos somos absolutamente distintos y cada uno tiene su personalidad, tenía una gran voz, muy en el estilo AOR. El cuarto disco «No Es Como Ayer» es un discazo, a la gente le encantó. Tuvo difusión, pero no la que merecíamos, sino hubiésemos vendido muchos más discos. Y el siguiente «Un Instante de Magia», tenía un sonido AOR, pero incluso más rockero. Después Mony se dedicó al tango, es un gran cantante, uno de los mejores que hay acá y seguimos siendo amigos.

¿En que etapa están con esta nueva formación?

Estamos grabando el séptimo disco de Bravo que va a ser muy glamoroso, con muchas baladas que las vas a escuchar y vas a decir: «Esto es Bravo», porque el espíritu está tal cual. Jones tiene una voz maravillosa, un color de voz muy lindo, muy parecido al de CAE que empasta justo con la mía, cuando cantamos al mismo tiempo. Tenemos cinco cortes nuevos grabados, de los cuales uno ya lo presentamos en vivo en un acústico que hicimos en Lucille. Vamos a estar tocando el 13 de septiembre en formato intimo en Bar Congo, y después el 12 de noviembre en Café Berlín. Esto es Bravo hoy. Muchas bandas cambian sus integrantes, pero el espíritu se mantiene. Por eso estamos preparando la gira porque nos están llamando de todos lados, nos quieren ver y eso es muy gratificante.

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