No es un arma, sino una isla la que le da nombre a la nueva aventura del Pato Strunz. El experimentado baterista -de pasado en Hermética, Malón, Simbiosis y un largo etc.- formó Ithaca junto al guitarrista y cantante Chino Gorosito y el bajista Marcelo Bracalente. Ni siquiera haberse mudado a miles de kilómetros le impidió a Claudio Marcelo Zurita formar este power trío metalero. Desde su casa de Florida (EE.UU.), pero a pocos días de volver a las tablas y a La Tablada, el músico habló con MADHOUSE sobre su nueva banda, el disco que tienen terminado, su vida en el extranjero y varias cosas más en esta nota que ya empieza.
¿Cuándo se formó Ithaca?
En 2020, a mediados de la pandemia nos juntamos a tocar, cuando ya se pudo hacerlo. Empezamos para divertirnos y ensayar, pero la pasamos tan bien que decidimos armar algo y ahí nos metimos a soñar con el proyecto. Después un poco cambió todo porque me tuve que venir a Estados Unidos por la situación del país, yo había estado un año y medio sin trabajar allá en Argentina. Antes de irme grabamos las bases del disco «El Peso Que No Pesa» en (el estudio) La Nave de Oseberg, con el amigo Martín Toledo. Dejé las bases grabadas y el resto del proceso fue online.
¿Cómo les resultó trabajar a distancia?
Se hizo todo un proceso de grabación de guitarras y bajos de manera remota, pero por ahí un poco más complicado fue el tema de las voces, ya que las letras son mías, casi en su mayoría, y las melodías también, entonces era un trabajo más específico y fue un desafío. Gracias a Toledo, todas las sesiones de voces se grabaron con un programa que te permite verte y escucharte sin perder calidad de audio. Entonces era como que si yo estuviera en el estudio, estábamos todo el tiempo trabajando así.
¿Quedaron conformes con el resultado?
Estamos muy conformes, hace dos años que estábamos con este proceso, muy relajadamente, y ahora empezamos a sacar canciones porque el 20 de agosto vuelvo para Argentina. Estoy en Estados Unidos desde hace dos años porque estaba haciendo mi residencia y hasta que no saliera no podía salir del país. Tengo la felicidad de que ya me ha salido, así que estoy volviendo para presentar Ithaca a todos los que lo quieran escuchar.
¿El disco está completamente terminado?
Está totalmente grabado, mezclado, y estamos presentando una canción por mes, ya salió el 20 de junio «El Peso Que No Pesa» y el 20 de julio salió la segunda canción, «El Sol Sin Ser». Ahora el 20 de agosto se lanzará «Susurrando En Tu Mañana» y poco después va a salir todo el disco entero.
VENITE AL VEINTE
Entiendo que eligieron a conciencia que cada tema salga un día 20, ¿verdad?
Sí, sí, soy muy bilardista (Risas) y quería ir presentando una canción por mes, por lo menos las tres primeras. El 20 de agosto voy a llegar allá, así que el tercer tema se va a presentar conmigo pisando el suelo argentino nuevamente.
¿Hay alguna fecha tentativa para la salida del disco? ¿20 de septiembre u octubre?
Sí, creo que más bien en septiembre, porque estamos revisando algunas cositas todavía. También estoy diagramando algunas fechas para tocar, porque me voy a quedar hasta el fin de año en el país. Quiero aprovechar porque extraño muchísimo Argentina; si bien yo estoy tocando acá, extraño tocar en Argentina, extraño el público, tengo diez mil mensajes preguntándome cuándo voy a tocar, cuándo vuelvo… Y bueno, entérense que Pato Strunz está volviendo el 20 de agosto y se queda hasta el fin de año. Estamos arreglando algunos shows en Mendoza, Comodoro, Neuquén, Mar del Plata y también en Buenos Aires, así que nada, contentísimo de volver otra vez a las tablas.
TODO PASA Y EL PESO NO PESA
Volviendo al disco, ¿qué otros detalles nos podés adelantar?
El título del disco es «El Peso Que No Pesa», como la primera canción que presentamos. Tenemos además una participación muy especial del Tano Marciello. Yo lo conozco de pequeño, somos del mismo barrio y hemos zapado mucho cuando éramos chicos.
¿Cómo surgió esa colaboración?
El Chino Gorosito también toca el piano y tiene uno en el estudio de su casa. Un día se puso a tocar una de las canciones con el piano y estaba buenísimo. Le dije loco, esto hay que hacerlo… A mí me gustan mucho las canciones de Black Label Society que tienen piano, son mucho más tranquilas y tienen un mensaje contundente. Entonces cuando empezamos a desarrollar esa canción en versión acústica me dije, «acá un solo del Tano Marciello sería increíble». Yo ya estaba acá, me comuniqué con él y me dijo, «Loco, contá conmigo, pasame la canción y vamos para adelante». Se la pasé y a los diez minutos me llamó y ya tenía listo el solo, Marciello es increíble. El Tano grabó en La Nave y me pasaron las cosas a mí, y quiero decir que sigo teniendo un problema con eso, porque este tipo ha grabado como ocho o diez solos y no me decido cuál poner, ¡porque está uno mejor que el otro!
¿Todas las canciones de «El Peso Que No Pesa» fueron compuestas para este álbum?
Hay algunas canciones que ya estaban hechas y no las habíamos grabado. Por ejemplo, hay una banda que nunca salió, que se llamaba Puño Negro, ahí tocaba tambén el Chino Gorosito, estaba Pablito, un bajista y amigo extraordinario y cantaba Walter Meza. Esto debe haber sido en 2013 o 2014, hicimos como tres o cuatro canciones y las demeamos, pero nunca salimos a tocar porque yo estaba en Malón y no teníamos tiempo. En un momento pensé en grabar un par de esas canciones, hablé con Walter y me dijo que le dé para adelante… La verdad que hubiera estado bueno que él también participara, pero también entiendo los tiempos de cada uno.
ENTRE ISLAS Y ESCOPETAS
¿Por qué eligieron el nombre Ithaca para la banda?
Eso es algo que muchos me preguntan. No es por el arma; Ithaca es una isla griega, es donde nació Ulises. A mí me gusta mucho leer y la historia de Ulises me parece fascinante, él estuvo diez años peleando en la guerra de Troya y después le tomó diez años volver a su ciudad de origen. Todas esas peripecias la verdad que son increíbles, a mí me gusta mucho la historia y me atrapó todo eso. Después me terminó de cerrar cuando descubrí un poema de Constantino Cavafis, que se llama «Ítaca» y habla precisamente de ese viaje, básicamente lo que dice es “pide que el camino sea largo”. O sea, disfrutá todas las partes del camino, no estés apurado en llegar al final, porque lo interesante es disfrutar cada momento, y cuando llegues tu alma va a estar realmente llena de un montón de experiencias. Eso es una de las cosas más importantes, poder disfrutar y que la experiencia te llene como humano.
En relación a esto que decís sobre disfrutar, quizás me equivoque, pero imagino que a esta altura de tu carrera y de tu vida no buscarás un éxito masivo, como ya lo has tenido…
Somos tres músicos que tienen mucho recorrido, todos tenemos el fin de poder disfrutar de lo que hacemos sin pensar en lo demás, porque la realidad es que así es como hacemos las cosas, para disfrutarlas. Armónicamente hay dos músicos increíbles y nosotros sentimos que cada uno está respaldado por el otro, entonces acá estamos, esto somos y esto es lo que queremos hacer. Después, lo que vaya a venir o no, ya es otra cuestión. Estamos disfrutando de lo que hacemos y nuestra riqueza es esa. El que lo quiera compartir, bienvenido sea, y va a estar dentro de nuestro núcleo con el mayor amor, el mayor respeto y la mayor convicción de poder agarrar y disfrutar de las cosas. La realidad es que yo nunca busqué hacer las cosas para agradar a alguien. La música que hice, la hice porque yo quería hacerla, si te gusta, te gusta y si no te gusta, todo bien.
ITHACA AL PIE DE LA LETRA
Me dijiste que la mayoría de las letras son tuyas, ¿te hiciste cargo de las letras en otras bandas o esta es la primera?
En mi primera banda, que se llamaba Heinkel, las letras las hacíamos con Carlos Périgo, que fue el cantante en ESE momento. En Hermética obviamente todas las letras eran de Ricardo, salvo «Atravesando Todo límite», de Ana Mourin, que es impresionante. Ya en Malón cambió la cosa, tanto en «Espíritu Combativo» (1995) como en «Justicia y Resistencia» (1996), las letras las compartimos con Claudio O’Connor, hacíamos mitad y mitad, y ya en «Nuevo Orden Mundial» (2015) el 90% de las letras son mías.
¿En qué te inspirás para las letras de Ithaca?
«El Peso Que No Pesa» habla de la maldita relación de que tenemos un peso que no vale una mierda, obviamente es una combinación de palabras. En ese sentido, las cuestiones sociales y las de cómo uno vive son las que trato de desarrollar en mis letras. «El Sol Sin Ser» habla un poco de lo que pasó en la pandemia, teníamos algo que no nos dábamos cuenta y de un día para el otro lo perdimos, de eso se trata «El Sol…», digamos, de que el sol brille siempre conmigo, de tener siempre la esperanza para poder continuar y un horizonte. «Susurrando En Tu Mañana» tiene otro mensaje, también hay una canción que había hecho y ya habíamos tocado con Malón y que ahora la terminamos de desarrollar con el Chino Gorosito, se llama «Sin Mirar Ni Contemplar» y ya la van a escuchar, tiene un mensaje interesante.
Recién me nombraste Heinkel, en YouTube hay un video de la presentación en ATC, donde tocan la canción «Te Esperaré». No sé si nunca te lo han dicho, pero el arpegio del tema es muy parecido al de «Olvídalo y Volverá Por Más»… ¿Hubo alguna influencia ahí?
Nunca le presté atención; ahora que me lo decís, la verdad es que suena para ese lado, tenés razón… Eso fue en el año ’86 o por ahí. Fue la primera banda que tuve, con Niko Takara y Beto Ceriotti, somos todos del mismo barrio, de veinte cuadras a la redonda y todos tocamos juntos. Esa rivalidad que se arma es al pedo, nos conocemos y está todo bien. Esa presentación fue por un concurso que se hizo, yo recién empezaba a tocar y de repente nos anotamos, era para un programa que conducía Tom Lupo. Se tocaba en Cemento, nosotros nos anotamos, tocamos ahí, quedamos seleccionados y entonces nos dijeron que la semana siguiente íbamos a tocar en la televisión… ¡¿Qué?! (Risas) Esa fue la primera vez que toqué en vivo y ya fui a Cemento directamente, o sea, imaginate lo que era para mí.
Me hacés acordar a esa frase futbolera que dice «grande se nace»…
Bueno, no sé si es eso (Risas), pero imaginate lo que era arrancar en Cemento y que a la semana te digan, «listo, están seleccionados». Yo estaba nervioso, no podía creer lo que pasaba. Y bueno, finalmente en la televisión perdimos. La verdad que siempre fue mi vida así, como para adelante, viste. Es un muy lindo recuerdo, obviamente con Niko, que es un amigo entrañable y se lo extraña muchísimo. Pero pasamos muy buenos momentos en nuestra juventud y el inicio del poder tocar. Ensayábamos en Tablada, en la casa de mi vieja. Sigo teniendo esa casa y ahora vuelvo ahí después de unos años. Esa casa para mí es todo.
ESTAMOS UNIDOS
¿Cómo vivís desde EE.UU. la actualidad argentina? ¿Te informás? ¿Te afecta? ¿Te duele?
Yo sigo siendo el pibe de La Tablada, ¿qué se le va’cer? Soy muy argento y no voy a poder cambiar nunca eso. Respeto mucho todas las cuestiones de acá, algunas cosas las comparto y otras no. Lo que más me atrae de este lugar es la cuestión de la música, porque es una de las cunas musicales e ir a ver conciertos es fascinante. Después está la parte espirituosa, encuentro todas las cervezas del mundo (Risas). Después hay otras cosas que no comparto y me cuestan muchísimo. Uno no critica porque es otra idiosincrasia y ellos están creados de otra manera, vivieron y nacieron de otra manera y uno tiene que tener en cuenta que el visitante es uno, entonces se adapta o se vuelve, es así. Extraño muchísimo a la Argentina por las costumbres que tenemos, el argentino es muy amiguero, muy de compartir. Eso acá no se ve, se hace con los que uno agarra y comparte, que en general son argentinos, también tengo amigos uruguayos y venezolanos. Estoy tocando con un uruguayo que es un cantante extraordinario, se llama Nico y está haciendo un tributo a La Renga. Con él estamos haciendo también una banda nueva, hacemos un par de temas de Los Antiguos, que es una banda que yo admiro mucho, en particular lo que era, es y seguirá siendo el Pato Larralde. Me parece extraordinario lo que escribía, el mensaje, su sapiencia. Hay dos canciones que yo amo mucho de Los Antiguos y vamos a grabarlas para nosotros.
SI NO LA GANO, LA EN PATO
Te voy a hacer la última, es una pregunta recontra boluda, pero buen, como para cerrar bien arriba (?). En las letras de Ithaca estás acreditado con tu nombre real, Claudio Marcelo Zurita, así que quería preguntarte, ¿por qué te decimos Pato Strunz?
Eso es increíble, boludo (risas). Sobre eso, primero te voy a contar algo así como un pequeño chascarrillo dentro de los comentarios de YouTube. Siempre había como un ida y vuelta sobre esta idea de que si el músico no tiene nada para decir se empieza a morir y qué se yo, y vi un comentario de alguien que puso, “al final este está criticando a los demás y le hace las letras otro”; no, boludo, ¡soy yo! (Risas). Obviamente, todo el mundo lo sabe, vos ponés en Wikipedia Claudio Marcelo Zurita y soy yo. Ahora, yo después me puse un seudónimo, y aclaro que lo tengo antes de Hermética. ¿Por qué? Porque en la época cuando empecé a tocar, primero veía que otros músicos también se ponían seudónimos, más que nada cambiaban los apellidos y a mí eso me gustaba, pero después hay otra parte personal, yo me quería cambiar el apellido, al menos artísticamente, por una cuestión que yo tenía con mi papá, a quien no vi durante veinte años. Después me reencontré con él y pasamos los mejores años. Entonces decidí cambiarme el apellido artístico y es increíble porque todos me preguntan siempre «¿de dónde sale Strunz?» En esa época yo escuchaba, entre otras cosas, a Vinnie Vincent Invasion, que era el grupo del violero de Kiss, que ya se había ido del grupo y tenía otra banda. Uno de los bajistas que tuvo se llamaba Dana Strum y a mí me gustaba como sonaba, porque aparte sonaba para el lado de la batería: strum-drum-strum. Entonces empecé a buscar una alternativa que suene para ese lado hasta que encontré Strunz y lo adopté ahí mismo. Ahí quedó Claudio Strunz.
¿Y lo de Pato?
Lo de Pato es otra cosa y eso es increíble, hay gente que no me conoce y me dice, “hola Patricio”. No me llamo Patricio, me llamo Claudio, «Pero, ¿y por qué te pusieron Pato?», insisten. Obviamente, siempre sale aquello de “a cada paso una cagada”… (N. Se refiere al famoso dicho popular sobre el pato criollo). En este caso no es por eso, y no es porque no haga cagadas. Ese fue el gran Nico Takara. Con él nos conocíamos de chiquitos, un humor súper ácido el de Nico, un campeón total, él fue el que me puso Pato y al principio no sabíamos por qué. Yo le decía, “Hijo de puta, decime por qué me estás diciendo Pato, no podés ser tan ácido”. Y se reía él solo, hasta que un día me lo dijo: “por el Pato Lucas”. ¿Qué? Le dije yo, ¿por qué el Pato Lucas? “Claro, boludo, negro y bocón” (Risas). Y dije, no, extraordinario, extraordinario… Niko Takara fue quien me bautizó Pato.
Respirando desde 1988. A veces tocando, a veces escribiendo. Ocasionalmente columnista del Diario La Tercera, Plan B Fotorock y Revista The13th. Toqué en Sarcástico, Tiempo y Forma, Cultura Pájaro, TrueScope, y otros grupos. Fanático del mate y de los gatos. Arquero. Cuervo.