Tras 40 años de oficio, por su lente pasaron grupos como Sumo, Metallica, Los Violadores, Hermética, Pantera, Todos Tus Muertos, Biohazard, y cientos más. El experimentado fotógrafo, viejo conocido, colega y amigo de MADHOUSE comenzó a ejercer la fotografía a la tierna edad de 14 años; «Estoy haciendo esto hace un par de vidas», dice hoy, a sus 54, mientras presenta la muestra «Fotografías de Trinchera», en la que celebra sus cuatro décadas de recorrido como fotógrafo de conciertos. La exhibición, inaugurada el 24 de abril, se lleva a cabo en la Galería de los Atlantes, ubicada en el primer piso de la Legislatura de la Ciudad (Perú 160, CABA) y podrá visitarse hasta el jueves 9 de mayo. En conversación con MADHOUSE, Violante recuerda viejos tiempos, reflexiona sobre el oficio y nos cuenta sus proyectos futuros en una ida y vuelta que ya comienza.
¿Cómo se hace la curación de una muestra que reúne 40 años de trabajo?
Es complicado, yo tengo copiada y montada una muestra grande de casi 200 obras, de acuerdo a cada lugar llevo la cantidad que se pueda colgar. En este caso, para la Legislatura, no te voy a llevar metal extremo… Así que hay fotos de Jerry Lee Lewis, Kiss, BB King, Charly García, Sumo, Metallica, AC/DC… por ahí lo más conocido y popular.
La muestra se llama «Fotografías de Trinchera», ¿qué significa ese concepto de trinchera?
«Fotografías de Trinchera» es un nombre que uso desde hace 30 años más o menos. La trinchera es el vallado. Nosotros estamos entre dos fuegos: el escenario y el público, y a veces con los seguridades que están en el mismo vallado, que pueden estar a favor y o en contra nuestro. Así que estamos ahí, entre dos fuegos y a veces entre tres, esa es la idea.
Desde hace un tiempo venís exponiendo bastante seguido.
Hace un año también hice una muestra en la Casa de la Cultura de Adrogué, colgamos 120 fotos y había además en una pantalla, el día de la inauguración, donde pasamos 2500 más. También tengo la obra «Redonda», que es sobre Los Redondos, obviamente, y la llevo a determinados lugares. Además hicimos cosas específicas de artistas como Pappo, Ramones, Kiss, Metallica Rolling Stones. Depende lo que pide cada lugar, llevo.
ARTES Y OFICIOS: ENTRE PECERAS Y TRINCHERAS
¿Recordás cuál fue la primera muestra qué hiciste?
La primera que hice fue en el ‘91 en la galería Bond Street, en un lugar que se llamaba Zona Expuesta. Yo en esa época tenía un acuario con Claudio O’Connor, Ricardo Iorio tenía una casa de instrumentos -no tenía instrumentos para vender ni plata para comprar pero era compra y venta de instrumentos-, también estaba Jorge Iacobellis con una casa de baterías muy grande, y además tenían locales el «Conejo» (Gabriel) Jolivet, que era guitarrista de Los Redondos, Walter Sidoti, Patra, de la banda Exeroica y Ruth Infarinato, así que fue un semillero ese lugar esos meses.
¿Un acuario?
Claudio y yo somos acuaristas, él tenía peceras en su casa y yo también. En una noche de cervezas se nos dio por poner un acuario y nuestro amigo Joaquín Amat, que había alquilado un montón de locales en esa galería nos preguntó si queríamos uno, así que lo pusimos.
TIEMPOS DE FANZINES, JUVENTUD Y DIVINOS TESOROS
¿Qué recuerdos tenés de tus comienzos en la fotografía?
Empecé a hacer fotos a los 14 años, y ahora tengo 54, estoy haciendo esto hace un par de vidas. Las primeras fotografías las hice en Lomas, a bandas amigas del barrio, y lo loco es que algunos de esos músicos después terminaron tocando en bandas como Los Brujos o Curly. Lo primero “oficial” digamos, con credencial, fue el (festival) «Lomas Rock 85», donde tocaron Sumo, Los Violadores, La Torre, Ariel Rot y Mark I, que era la banda que tenían Claudio O’Connor y Fabian Spataro antes de Hermética.
¿Cuál fue el primer medio en el que trabajaste?
En 1984 conseguí el libro «Punk, La Muerte Joven» (N. de Juan Carlos Kreimer, publicado en 1978) en una librería de usados y ahí -lo cuento siempre- leí una frase que decía que cualquier idiota podía hacer un fanzine y dije ‘listo, esto es lo mío’ (risas). De ahí empecé a hacer un fanzine llamado Zote y a contactar con bandas, los primeros números calculo que serían cosas que habré levantado de otros lados, y después empecé a contactar con bandas como Todos Tus Muertos, Hermética y Los Redondos. La primera entrevista que se publicó de Hermética antes del debut la hice yo en abril del 88, y un año antes había entrevistado a Los Redondos cuando no daban notas a nadie, no sé cómo conseguimos hacerles una entrevista y les resultamos simpáticos y hasta al día de hoy con Poli y con Skai nos seguimos escribiendo, hablando y trabajé con ellos también.
Hablás en plural sobre el fanzine, ¿con quién lo hacías?
Con mí hermano, igual yo siempre hablo en plural, tendría que hablarlo con un psicólogo, pero no tengo (risas).
¿Nunca pensaste en armar un archivo sobre con el material de Zote?
No, dejalo ahí, es una etapa pasada. El fanzine salió desde 1984 hasta 1990. Sacamos, creo que, 25 números y era bastante ecléctico; hablábamos de anarquismo -de autores como Proudhon y Malatesta-, Heavy Metal, algo de literatura fantástica… cosas bastante mezcladas.
TE SIGO DESDE MADHOUSE
¿Te acordás de tu llegada a MADHOUSE?
Sí, claro, el ruso (Marcelo) KaplAn, que era el fotógrafo en ese momento de la revista, me dijo que iba a abandonar y que vaya a ver a Frank (Blumetti) de parte suya. Creo que lo llamé y me dijo que le lleve una carpeta con fotos, le llevé una con fotos de Sumo, Hermética, Violadores, Redondos, le dio alguna ojeada y me dijo: “Mañana tenemos una nota”. Creo que el primer show que hice para MADHOUSE fue el de Ian Gillan en Obras, en el 91 o 92, por ahí.
¿Qué recuerdos tenés de tu época en la revista?
La mejor, fue con lo que crecimos un montón de gente. Cuando entré en MADHOUSE se dio la primera avalancha de bandas internacionales, que hasta el momento venía una cada tanto, y a partir de ahí había notas todas las semanas y por ahí hasta varias en la misma semana. Estábamos de hotel en hotel y era una cosa buenísima… Me divierte mucho cuando me dicen “Te sigo desde Madhouse”, porque yo era chico y éramos todos chicos. Después, hablando con Miguel Mora, redactor de la revista de esa época, me contaba lo mismo y decíamos que nosotros también éramos chicos, o sea que eso de “te veo desde chico” corre también por nosotros.
«SIEMPRE ESPERO QUE EL MEJOR MOMENTO SEA EL QUE ESTÁ POR VENIR»
¿Cómo trabajás con las bandas? ¿Qué buscás en cada fotografía?
En un show lo que se busca, esto es muy trillado, es captar esa milésima de segundo: que en una foto que está hecha en un 0,250 de segundo, pueda verse un show de dos horas. Que esa foto represente dos o tres horas de show es lo ideal, a veces se consigue y a veces no, teniendo en cuenta que solo tenemos dos o tres canciones para trabajar, después se sacan fotos desde afuera o a veces, dependiendo del lugar, te sacan a la calle directamente. Cuando uno trabaja con una banda es mucho más fácil porque ya tenés las pautas de laburo, la lista de temas, sabés que va a pasar, si va a haber invitados y sabés dónde tenés que estar en cada canción. Pero básicamente se busca eso, que vos en una foto puedas revivir el show o que recuerdes después de mucho tiempo ese show, que esa imagen te transporte a ese lugar.
¿Cuáles considerás que fueron tus mejores momentos o los que más satisfacción te dieron en todos estos años de trayectoria?
Por ahí si tuviera que elegir alguna foto sería una del Indio que es una de las más vistas, es de un show del 94 en Huracán en el que hubo todo un quilombo en el público, de esa foto hay pósters, remeras, tatuajes, llaveros de goma… Después una foto de Ramones en una cobertura para MADHOUSE: me colgué de una baranda y el cronista me sostenía de los pies, no me caí arriba de Joey de casualidad… Y también elegiría alguna de las de Hermética, por ahí serían esas. Y el mejor momento siempre espero que sea el que está por venir, después cuando me muera dirán cuál fue el mejor momento, por ahora ahora espero que sea el próximo, pero no puedo quejarme: hacerle fotos a Sumo y ver eso a la distancia se ve raro también.
En cuanto al oficio, ¿qué diferencias podés notar en la actualidad respecto a tiempos anteriores?
Te doy un ejemplo: pasado mañana tocan Sebastian Bach y Mr Big en Obras y me piden el último monotributo pago, la inscripción a AFIP y sacar un seguro con cláusulas de no repetición a todas las productoras que intervienen y al estadio, y algunos lugares te piden en el seguro poner como beneficiario al dueño del estadio. Ese es un cambio, es todo más burocrático, o corporativo, si se quiere. Antes era mucho más informal, y otra cosa es que por ejemplo en los 90s venían los Ramones y te daban una credencial que valía para todos los shows, entonces yo iba a todos, ahora si tocan dos días te acreditan para uno solo. Está bien, éramos menos también los que hacíamos esto, pero había más revistas que tenían que ver con el ambiente de la música; ahora revistas físicas no hay, está la Rolling Stone que no sé hasta qué punto es una revista musical, creo que tiene menos del 10% de música. Después el resto es online, por una cuestión de que la gráfica está cada vez más complicada también.
¿Qué pensás del celular como herramienta para fotografiar? ¿Es una especie de enemigo?
No, ninguna herramienta es enemiga del trabajo, depende cómo se usa. Si en el vallado hay uno levantando el celular, fastidiando o poniéndome el celular adelante la cámara, le corro el brazo. Pero no, yo empecé con una camarita de mierda también, y me acuerdo que me miraban mal en Obras en el 85/86 cuando le hacía fotos a Sumo con una cámara pocket marca Konica. Era una camarita familiar y me miraban como diciendo, “¿y a este quién lo acreditó?”, y es lo mismo que ahora cualquiera pueda decir: “¿Quién acreditó a este con el celular?”. El problema no es la herramienta: el problema es como la usás. Siempre hay que ser respetuoso con el que está trabajando al lado tuyo, si vas a levantar la cámara que sea atrás de un colega y no adelante. Lo que pasa es que ahora muchos están acostumbrados a ver no desde el visor sino desde la pantalla, hay cámaras actuales que tienen solo pantalla y no visor, pero no te pongas adelante con la cámara porque te la voy a bajar. Amistosamente, ¿no? (Risas).
¿Qué mirada tenés sobre la consideración del oficio en la actualidad?
El mayor problema es la gente que trabaja gratis, que va a un show y le manda un paquete de 100 fotos a la banda, porque esa banda te pide un presupuesto y le parece caro porque gratis es más barato siempre. Yo siempre en los talleres que doy siempre digo que nunca trabajen gratis, porque en realidad están pagando por trabajar: el equipo es caro, tenés que tener conexión a internet, una computadora, disco rígido y tenés que pagar un transporte o la nafta o lo que sea, estás pagando por trabajar. Y los mismos que te dicen que es caro, o que no lo pueden pagar, después vos ves que están en El Teatro Flores tomando un fernet que vale seis lucas, pero no pueden pagar un fotógrafo. Y lo que queda siempre de un show son las fotos, son el recuerdo que vas a ver. El sonido puede ser malo, las luces pésimas y puede que no haya nadie o que a nadie le haya gustado, pero después de un tiempo vos mostrás las fotos, que estuviste ahí y quizás la cuestión cambia, cambia hasta históricamente.
«LA FOTOGRAFÍA DE ROCK ESTÁ VISTA COMO ALGO MENOR»
¿Cuáles son tus referentes en la fotografía?
Mí principal referente es Ross Halfin, fotógrafo histórico de Maiden y Metallica, de chico veía su nombre en todos los posters, las revistas y los discos… Otro gran referente para mí es Bob Gruen.
¿Cómo creés que es vista la fotografía de rock?
La fotografía de rock está vista como algo menor, no está muy considerada por la cuestión académica, digamos, pero sí por el público.
¿Te referís al ámbito de la fotografía en sí?
Dentro del ámbito de los fotógrafos superestrella, digamos. Eso está cambiando un poquito ahora, porque ya los que estamos trabajando hace mucho tiempo y el público que veía las fotos cuando eran chicos, ahora son más grandes y están en otras posiciones, entonces empieza a cambiar un poco, pero en el ámbito de reporteros gráficos, a un fotógrafo que se dedica solamente al rock es como que lo miran de costado, porque no hace fotos de marchas ni de, supuestamente, nada importante. Qué es importante o qué no depende de cada uno.
¿A qué te referís con ese cambio de posiciones?
Una vuelta, cuando presenté el libro de Hermética en la Biblioteca Nacional, me preguntaron por qué estaban saliendo tantos libros de rock, y es porque ahora los que decidimos lo que se edita somos nosotros, viene por ahí el tema. Y en cuanto a las galerías, yo prefiero que mis fotos estén colgadas en la pieza de alguien y que haya marcado un tiempo, que otra cosa. Y eso es lo que pasa: todos tuvieron posters de Madhouse pegados en la pared. La importancia la da el público, creo yo, más que la academia.
Sin embargo, en esta ocasión, con la muestra en la Legislatura Porteña, estás teniendo un reconocimiento, digamos, oficial. Y no es el primero.
Acá en Lomas hice durante 2022 unas ocho o diez muestras, también en la escuela de fotografía de Avellaneda y Paseo La Plaza el año pasado, ahora estamos en la Legislatura Porteña. Y sí, eso sí es un reconocimiento, pero justamente por eso que te digo, la gente que está manejando ciertas cosas o que está en ciertos lugares, ya es de nuestra edad y empieza a valorar otros aspectos. Yo creo que se da por eso también y por ser cabeza dura y estar en esto 40 años.
Más allá de esta muestra, ¿qué proyectos tenés de cara al futuro?
Estoy preparando un libro por los 40 años de laburo que se cumplen este año pero oficialmente el año que viene, así que voy a festejar los 40 dos veces. También va a haber un libro nuevo de Hermética, porque el anterior que publiqué está totalmente agotado. También hay material para hacer libros individuales tanto de Motörhead o de Metallica o de cualquiera de las bandas que vinieron que tengo material de prácticamente todas las visitas.
¿Hay algo más que quieras decirle a los lectores de MADHOUSE? Me imagino que quizás se sienta raro para vos ser entrevistado para este medio.
Para mí es un orgullo haber pertenecido a MADHOUSE y que se hayan forjado amistades, a pesar de que no nos veamos todo el tiempo, con Lala, Frank, Gustavo y Miguel, por no nombrar a todos… tampoco con todos (Risas). Pero es un orgullo haber pertenecido y a cada lugar que voy no dejan de recordármelo: “Te sigo desde Madhouse” (Risas) es una frase que me dicen. Estaría buena para una remera, ¿no?
ANDRÉS VIOLANTE: «FOTOGRAFÍAS DE TRINCHERA» – LEGISLATURA CABA (PERÚ 160) – LUNES A VIERNES DE 9 A 19 hs (HASTA EL 9 DE MAYO) – ENTRADA LIBRE Y GRATUITA (LLEVAR DNI)
Respirando desde 1988. A veces tocando, a veces escribiendo. Ocasionalmente columnista del Diario La Tercera, Plan B Fotorock y Revista The13th. Toqué en Sarcástico, Tiempo y Forma, Cultura Pájaro, TrueScope, y otros grupos. Fanático del mate y de los gatos. Arquero. Cuervo.