Die Toten Hosen, la banda alemana más argentina siempre dio que hablar por sus vestimentas, su postura política y sus shows infartantes. Pero a principios de los 90, estaban en medio de una espiral ascendente que se veía reflejada en composiciones inolvidables que depararon en discos que marcarían un antes y un después en su carrera. Hoy en MADHOUSE nos toca ocuparnos de su primer álbum de la última década del siglo, así que pidan un deseo ¡y adéntrense a leer las aventuras del comando catástrofe!
UN POCO DE HISTORIA. Para 1992, los Toten Hosen venían en un ascenso vertiginoso que había empezado en “Damenwhal” (1986), tercer disco del grupo. Cada trabajo superaba con creces al anterior, y así fueron desfilando el casi conceptual “Ein Kleines Bisschen Horrorschau” (cuando hicieron la banda de sonido de la obra de teatro “A Clockwork Orange”), el disco doble “Auf Dem Kreuzzug Ins Glück” (con temas nuevos, rarezas, singles, covers, reversiones, etc), y ese homenaje al punk 77 que fue el “Learning English Lesson 1” (donde se dieron el lujo de grabar junto a eminencias como Joey Ramone, Johnny Thunders, Charlie Harper de U.K. Subs, Jimmy Pursey de Sham 69, Captain Sensible de los Damned, entre otros y hasta viajaron a Brasil para grabar con el inefable Ronald Biggs).
Pero el mundo empezaba a cambiar, los 90s no eran ni de cerca los 80s y aquella simpática y bufonesca banda que de a poco fue siendo punta de lanza de una conciencia social y política, enfrentaba la última década del siglo como un desafío. El 10 de mayo de aquel año, sale a la calle “Kauf MICH!”, con una tapa negra sólo alumbrada por el nombre de la banda y el título del disco.
CONSUMACIÒN Y CONSUMO. En este trabajo, el sonido del grupo se torna más oscuro, y la lírica se vuelve irónica como nunca antes. De hecho, todo el disco hace referencia al consumismo desmedido que veían a su alrededor, pero desde un costado sarcástico ya que la banda se convierte en un producto listo para ser consumido. El título, tal como dijimos, habla por sí mismo: “Kauf MICH!” significa “Cómprame!”.
Producido nuevamente por el británico Jon Caffery (con quienes venían haciendo dupla desde 10 años antes), el álbum alcanzó el primer puesto en las listas alemanas, siendo el segundo trabajo de los Hosen en conseguirlo. Todas las canciones fueron grabadas y mezclados entre febrero y abril de 1993 bajo la dirección de Caffery en el estudio de Dieter Dierks en Stommeln.
CON LAS IDEAS BIEN FIRMES. Hanns Christian Müller, asesor y amigo de la banda desde 1986, rodó en 1992 la comedia “Langer Samstag” (“Sábado Largo”) con Campino en uno de los papeles principales. A cambio, Müller produjo en el disco algunos irónicos comerciales (“Erotim-Super-3-feucht” y “Die Homolka Kettensäge”) que fueron grabados en su estudio en Gallenbach, Baviera. La canción “Sascha … ein stander Deutscher” (“Sascha… un alemán ejemplar”), en cuya creación también participó Müller, fue editada como single para la Navidad de 1992 y cuya letra contra el nazismo les provocó problemas debido a su fuerte contenido irónico.
Entre las canciones más destacables, encontramos a “Niemals Einer Meinung” (“Nunca de Acuerdo”), casi un infaltable en sus set list desde entonces, en la cual analizan las relaciones personales de las sociedades modernas; “Willkommen in Deutschland” («Bienvenido a Alemania»), sin duda uno de los temas más serios de la banda donde se parapetan directamente contra toda forma de racismo y xenofobia de parte de la sociedad alemana; la bella y trágica “Alles aus Liebe” («Todo por amor»), también un himno de sus presentaciones, cuyos protagonistas se ven envueltos en una vorágine de celos que los termina matando; la incandescente “Wünsch DIR was” («Pide un deseo»), que posee una Introducción cantada por el coro infantil «Mosquito» de la escuela de música de Meerbusch y es uno de los grandes clásicos del grupo (curiosamente, ya la habían tocado aquí como adelanto en su primera visita en septiembre del 92 cuando fueron parte del debut de Pilsen en Halley), y la festiva “Katastrophen-Kommando” («Comando Catástrofe»), un llamado de unidad a todos aquellos que quieran irse de juerga con ellos (canción que solían enganchar en vivo con la clásica “Rock n Roll” de Gary Glitter).
LOS QUE QUEDARON AFUERA. Destacamos también dos canciones que, si bien no son parte del repertorio de DTH (e incluso quizás ni siquiera han sido tocadas en vivo), llaman la atención por su musicalidad: hablamos de “Gute Reise” (“Buen Viaje»), oscura y pesada en partes iguales; y “Mein größter Feind” («Mi Mayor Enemigo»), una triste confrontación de Campino ante el espejo, autocrítica mediante, con un hermoso acompañamiento de guitarras de fondo.
Cabe aclarar que, para esa época, los alemanes relegaron a caras B de sus singles canciones que a nuestro entender ameritaban ser parte del disco, como por ejemplo “Krieg und Frieden” («Guerra y Paz»), “Im Namen des Herrn» («En Nombre del Señor»), “Fünf Minuten («5 Minutos»), “Wahre Liebe” (“Amor Verdadero») o “Hilfe” («Ayuda»).
En resumen, los Hosen arrancaban la década con su primer trabajo de estudio con canciones propias que iban del compromiso social a la ironía hacia sus propios congéneres, pero sin perder un ápice de la claridad que los terminaría catapultando un par de años después a grabar su obra maestra: “Opium Fürs Volk”. Pero esa, claro, ya es otra historia.
Cosecha 1977, como el buen punk rock. Nacido y criado en zona sur. Periodista desde 2011, enfermo de la música desde los 90. Eterno buscador de respuestas y amaneceres. Dog friendly, beer friendly. No me busquen en las barricadas, aún creo en el poder de las palabras.