Si decimos que Elvis Presley es quizás la estrella de rock más icónica de todos los tiempos, quizá no haya mucho que oponer o refutar a esta afirmación. Más allá de discusiones sobre quién o qué ha sido lo más grande de la historia, la historia misma cuenta que un 26 de junio como este pero de 1977, The King subió al escenario por última vez frente a 18.000 fans en el Market Square Arena de Indianápolis.
Presley moriría trágicamente un mes y medio después de su concierto final y el año previo al show del Market Square Arena fue traumático, por decirlo suavemente: The King, luchando contra problemas personales, terminaría permitiendo que dichos problemas se reflejaran e influyeran, de un modo u otro, en sus actuaciones en vivo. ¿A qué nos referimos? Elvis se había separado de Linda Thompson en agosto de 1976 e inmediatamente pasó a Ginger Alden, con quien le propuso casarse solo dos meses después de conocerla. El periodista estadounidense Tony Scherman explicó que, a principios de 1977, Elvis era “una grotesca caricatura de su antiguo yo elegante y enérgico. Con un sobrepeso enorme, su mente embotada por los fármacos que ingiere a diario, apenas pudo salir adelante en sus conciertos abreviados”. Más claro, imposible. Scherman relató además haber visto uno de sus últimos conciertos en Alexandria, Louisiana, donde Elvis permaneció en el escenario menos de una hora (!) y “era imposible de entender”.
La constante atención de los medios en torno a su peso y las preguntas sobre los demonios personales con los que evidentemente estaba luchando no ayudaron para nada a Elvis y, a medida que su vida entraba en una espiral descendente, su situación empeoró cuando poco más de quince días antes de su prematura muerte, tres de sus ex guardaespaldas publicaron el libro «Elvis: What Happened?» (Elvis: ¿qué pasó?) en un intento por detallar su abuso de drogas (y obtener unos siempre bienvenidos dólares en el proceso, deducimos).
Con todo, apelando a la mística de gran profesional que siempre tuvo, Elvis se las arregló para dejar de lado sus problemas para su última actuación y se retiró de manera eufórica. Aunque, cabe destacar, al la manera de una estrella de rock, no llegó al escenario hasta las 10 PM a pesar de que su entrada a escena estaba prevista una hora y media antes (!); fue así que una banda de vientos, cantantes de soul y un comediante llenaron el tiempo y entretuvieron al respetable público antes de que The King llegara para ocupar su trono. La que iba a ser su actuación final tuvo una gran atención de la prensa. Un artículo en el diario Indianapolis News del 25 de junio calificó a este concierto como un evento obligatorio para los fans de la música. El Indianapolis Star, por su parte, señaló en broma: «Si también admiran la espalda de Elvis Presley, aún pueden comprar asientos de $ 15 detrás del escenario para su concierto en el Market Square Arena mañana por la noche»… Si bien quince dólares no parece mucho, es el equivalente a casi sesenta de hoy.
Su presentación duró alrededor de 80 minutos y vio a Elvis interpretar sus clásicos inoxidables como «Jailhouse Rock» y «Hound Dog», así como sus temas más sombríos -«Hurt», por ejemplo- y una conmovedora versión de «Bridge Over Troubled Water» de Simon & Garfunkel antes de cerrar el concierto de manera brillante con «Can’t Help Falling In Love With You». Según las crónicas de hace 44 años, le dijo a la audiencia: “We’ll meet you again, God bless, adios” (Nos veremos de nuevo, Dios los bendiga, adiós), cuando abandonó el escenario.
El audio de este concierto se grabó y se publicó en CD, aunque más allá de su clara importancia histórica no es un registro particularmente digno de mención. De todos modos, un detalle interesante de este show fue que Elvis reconoció y agradeció públicamente a muchas personas tanto de su vida profesional como personal, entre canciones y en un pequeño segmento antes de los dos últimos temas. Aunque algunos creen que esto sugiere que Elvis sabía que sus días estaban contados, era más probable que estuviera tratando de adelantarse a la inminente publicación del libro de sus ex guardaespaldas, que iba a hacer referencia pública a su abuso de drogas e impactar su imagen.
Por lo que se aprecia en el escaso metraje filmado de aquella presentación, la multitud presente parecía entusiasmada con la performance de Elvis; la prensa local, sin embargo, se mostró un poco escéptica y dividida sobre la calidad del concierto. La crítica publicada por Rita Rose en el Indianapolis Star brindó una visión positiva del show, a pesar de criticar la apariencia del ídolo: «La gran pregunta era, por supuesto, ¿había adelgazado? Su último concierto aquí, hace casi dos años, encontró a Elvis con sobrepeso, enfermo y propenso a dar una actuación letárgica. Cuando las luces del estadio finalmente se apagaron, se podía sentir una súplica silenciosa entre el público: Por favor, Elvis, no estés gordo»… la crítica tranquilizó a sus lectores en el siguiente párrafo: «A los 42 años, Elvis todavía carga exceso de equipaje en su abdomen, pero eso no le impidió dar una actuación al más puro estilo Presley», destacando luego con entusiasmo lo bien que cantó algunas canciones como «It’s Now Or Never» y «This Time You Gave Me A Mountain». El artículo de Rose enfatizó los mejores elementos del concierto y la emoción de la multitud.
Por el contrario, la crítica de Zach Dunkin del Indianapolis News fue lo que se dice un hachazo: «Elvis Presley llevó a otra multitud de gritones a Bananalandia anoche (N: slang yanqui para decir que «se volvieron locos») durante su concierto en el Market Square Area y la pregunta es por qué», escribió al comienzo de su artículo, para luego añadir: “Obviamente, no necesita el dinero. Aparentemente, tampoco le importa la forma en que presenta sus conciertos». Sin escatimar palos, Dunkin consideró que los teloneros fueron un «espectáculo secundario», escribiendo: «Es como esperar entre el tragaespadas y el tragafuegos antes de ver la atracción VERDADERA en la trastienda». También criticó duramente la “venta ambulante” de souvenirs por parte de los vendedores, de quienes dijo que “aparecieron tres veces en los altavoces e instaban a la multitud a visitar el puesto de souvenirs. Incluso enumerando los precios».
Sin embargo, la crítica más fuerte de Dunkin fue hacia el propio Rey, de quien dijo que podía «cantar cuando lo intentaba». En su opinión, los mejores momentos fueron las interpretaciones de «Hurt» y «Bridge…», a pesar de que Elvis «por alguna razón tuvo que leer la letra de un papel» (!). Todo termina con otra frase lapidaria: “Es hora de que los fans fervientes de Presley dejen de proteger a su ídolo y comiencen a exigir más. Saben que ‘The King’ puede hacerlo mejor». Lamentablemente, Presley nunca tuvo la oportunidad de mejorar, ya que su show en Indianápolis fue el último. Después del concierto en Market Square Arena, Elvis se tomó un descanso de la gira y regresó a Graceland. Casi seis semanas después de aquel concierto en Indianápolis, Elvis murió en su casa el 16 de agosto de 1977 debido a una insuficiencia cardíaca, probablemente causada tras años de abuso de medicamentos recetados (y de los otros).
Meses después de su artículo, Dunkin seguía recibiendo decenas de cartas enojadas de los fans de Elvis por su crítica desfavorable. En una entrevista posterior, Dunkin habló sobre el hate mail que recibió, en particular los ataques contra su personalidad y su supuesta «envidia» de Elvis. Sin embargo, otras cartas (en su estimación alrededor del «20 por ciento») eran comprensivas, y una de ellas incluso decía que el rey «debería haberse quedado en casa». Al día de la fecha, el artículo de Dunkin todavía recibe la atención de los fans de Elvis y los estudiantes de historia de la música.
Por su parte, el Market Square Arena fue demolido en 2001 y ahora es un estacionamiento. Una placa que indica el lugar donde quedaba el estadio hoy conmemora su historia e importancia como sede del concierto final de Elvis Presley.
Tras su muerte, el por entonces presidente Jimmy Carter compartió esta conmovedora declaración que resume perfectamente lo que Elvis logró hacer en su revolucionaria carrera: “Su música y su personalidad, fusionando los estilos del country blanco y el rhythm and blues negro, cambiaron permanentemente el rostro de la cultura popular estadounidense. Su número de seguidores fue inmenso y fue un símbolo para la gente de todo el mundo de la vitalidad, rebeldía y buen humor de su país».
A modo de recuerdo de y homenaje para uno de los pioneros de la música que más nos gusta, les dejamos este conmovedor video de la última vez que The King subió al escenario, seguido de la lista de temas. Cuenten one for the money, two for the show, véanlo… y disfrútenlo.
01. Also sprach Zarathustra
02. See see rider
03. I got a woman / Amen
04. Love me
05. Fairytale
06. You gave me a mountain
07. Jailhouse rock
08. O sole mio (cantada por Sherrill Nielsen) / It’s now or never
09. Little sister
10. Teddy bear / Don’t be cruel
11. Please release me
12. I can’t stop loving you
13. Bridge over troubled water
14. Introductions
15. Early morning rain
16. What´d I say
17. Johnny B Goode
18. Introductions continued
19. I really don’t want to know
20. Introductions concluded
21. Hurt
22. Hound dog
23. Agradecimiento especial de Elvis
24. Can’t help falling In love with you
25. Closing vamp
Periodista especializado en artes, espectáculos, gastronomía y cultura pop. Co-fundador de las revistas argentinas Riff Raff (entre 1985-86) y Madhouse desde 1989 hasta 2001. Director del primer fanzine de habla hispana dedicado a Kiss y autor junto a Carlos Parise del libro «Heavy Metal Argentino» (1993).