ONE LOVE, ONE SONG. Corría octubre de 1974 y los Wailers avanzaban paso a paso firmemente en el terreno que, tras atravesar una década completa portando el estandarte de su distintivo estilo artístico, los llevaría a convertirse en embajadores mundiales del género musical más representativo y popular de su tierra de origen. Por entonces Jamaica estaba gobernada por el primer ministro Michael Norman Manley, un social-demócrata que seguiría al frente de la administración del país hasta 1980 y que también enarbolaba otra bandera, la de los asuntos relativos a la de los países del Tercer Mundo, los comprendidos por las colonias asiáticas y latinoamericanas, aquellos que no formaban parte del Primero (los desarrollados y mayormente capitalistas, con los Estados Unidos a la cabeza), ni tampoco los del llamado Segundo Mundo, o las naciones comunistas capitaneadas por la vieja Unión Soviética.
LOS WAILERS CON BOB AL FRENTE. Fue en ese contexto que el combo jamaiquino, por entonces ya rebautizado Bob Marley And The Wailers (luego de varios cambios de nombre registrados anteriormente desde The Teenagers, The Wailing Rudeboys o The Wailing Wailers, y dejando en claro quién terminaría siendo su líder definitivo), lanzó al mercado su álbum “Natty Dread”, el séptimo en su carrera y el primero sin los miembros originales Peter Tosh y Bunny Wailer. Aquel disco incluía una de las más bellas canciones alguna vez compuestas, que bajo el título de “No Woman, No Cry” no lograría obtener su mayor éxito o difusión con la versión original de estudio sino gracias a la toma en vivo incluida en “Live!”, el álbum en vivo de 1975 registrado en el Lyceum de Londres (el concierto tuvo lugar el 17 de julio de ese año), y cuyo reconocimiento público (desde su edición, y hasta estos días) parece haber dejado atrás a la original para siempre. Aquel show se realizó en una calurosa noche de julio y tuvo gran repercusión, algo alentador para el grupo tras el fracaso de su gira previa, donde el público fuera de Jamaica no apreció su reggae puro. Para este tour Marley pulió y ajustó su sonido con el fin de competir con los grupos populares en ese momento, y obtuvo una gran respuesta. Las excelentes críticas dieron lugar a shows agotados en los EE.UU., y para cuando la gira llegó a Londres, fueron un gran éxito.
Marley desarrolló una poderosa presencia escénica en esta gira y agregó músicos como Family Man Barrett y Al Anderson para endulzar un poco el sonido. Las audiencias de esta gira donde se grabó la versión en vivo incluyeron gente blanca y negra en proporciones similares: de hecho, Marley fue uno de los pocos artistas que tuvo un atractivo masivo que trascendió a la cuestión racial. Volviendo a “No Woman…”, la canción se convirtió casi enseguida en un punto culminante de los conciertos de Marley, ya que la multitud invariablemente se unía al coro.
LÁGRIMAS Y SIGNIFICADOS. Contrariamente a la suposición habitual que indicaba que la letra de la canción aludía a la superación de la pérdida de una mujer, lo que Marley quiso retratar, en rigor, son los sentimientos de alguien al momento de decirle a esa chica que pare de llorar, asegurándole su propio regreso. De hecho, en su versión básica, la cantó de manera diferente a le que luego formó parte de “Live!”, usando la frase “no woman, nuh cry”, lo que en lenguaje patois (o el dialecto insigne más usado en Jamaica), “nuh” significa “don’t”, por lo que en su traducción directa “nuh cry” alude a “no llores”, un mensaje que habría estado dirigido a su esposa Rita. Una segunda interpretación de los hechos alude a un mensaje a todas las madres, esposas y hermanas que sufren las penas que en los hombres les generan.
En cuanto a la versión de este tema incluida en “Natty Dread”, no tiene mucho en común con la que se grabó en el Lyceum londinense; originalmente era más breve y acelerada, sin reflejar la energía que Marley le sumaba al tocarla en vivo. Los coros estuvieron a cargo del grupo femenino I-Threes, compuesto por Judy Mowatt, Marcia Griffiths (que luego cantó el tema “Electric Boogie”, futuro hit disco en EE.UU.) y la esposa de Bob, es decir Rita Marley.
CON UNA PEQUEÑA AYUDITA PARA MIS AMIGOS. Si bien fue Marley quien se encargó de la melodía, los créditos del disco citan a Vincent “Tartar” Ford como su autor inicial, situación que ha originado más de un debate sobre su origen. Ford fue uno de los más grandes amigos de Marley desde sus días de infancia en el ghetto de Trench Town de la ciudad de Kingston (fase mencionada en la letra de la canción) donde el músico vivió a fines de la década del 50, y con cinco años más de edad, lo llevó a dar sus primeros pasos en la guitarra, asimismo permitiéndole al futuro profeta del reggae y a sus músicos practicar dentro de la tienda de sopas de la cual estaba a cargo. “Vincent y yo acostumbrábamos a cantar juntos hace mucho tiempo”, señalaría Marley posteriormente. “Prácticamente vivíamos en esa cocina”.
Al darle crédito compositivo a Ford (quien falleciera a los 68 años en 2009, a causa de su diabetes), Marley ayudó a un viejo amigo al cederle parte de las regalías, para que pudiera mantenerse y mantener abierto al salón de sopas. Esta fue una práctica común en la producción posterior de Marley, ya que anotaba a varios amigos y miembros de la banda como compositores, debido a que los contratos poco claros le habrían dificultado cobrar sus propias regalías. Consecutivamente, Ford también sería incorporado a los créditos como compositor de tres de las canciones de “Rastaman Vibration”, el disco de 1976 que sucedió a “Natty…”, y junto a quien Marley forjó en letra y música a la más aclamada y, posiblemente, la más gloriosa de las canciones de reggae alguna vez grabadas.
No, woman, no cry
No, woman, no cry
No, woman, no cry
No, woman, no cry
Said, said, said, I remember when we used to sit
In the government yard in Trenchtown
Oba-obaserving the hypocrites
As they would mingle with the good people we meet
Good friends we have, oh, good friends we’ve lost
Along the way
In this great future, you can’t forget your past
So dry your tears, I seh
No, woman, no cry
No, woman, no cry
‘Ere, little darlin’, don’t shed no tears
No, woman, no cry
Said, said, said, I remember when-a we used to sit
In the government yard in Trenchtown
And then Georgie would make the fire lights
As it was logwood burnin’ through the nights
Then we would cook cornmeal porridge
Of which I’ll share with you
My feet is my only carriage
So I’ve got to push on through
But while I’m gone, I mean
Everything’s gonna be all right!
Everything’s gonna be all right!
Everything’s gonna be all right!
Everything’s gonna be all right!
So, woman, no cry
No, no, woman, no woman, no cry
Woman, little sister, don’t shed no tears
No, woman, no cry
I remember when we used to sit
In the government yard in Trenchtown
And then Georgie would make the fire lights
As it was logwood burnin’ through the nights
Then we would cook cornmeal porridge
Of which I’ll share with you
My feet is my only carriage
So I’ve got to push on through
But while I’m gone
No, woman, no cry
No, woman, no cry
Woman, little darlin’, say don’t shed no tears
No, woman, no cry
Eh, Little darlin’, don’t shed no tears
No, woman, no cry
Little sister, don’t shed no tears
No, woman, no cry
Periodista especializado en música y artes desde 1986. Escribió en medios gráficos como La Nación, Página 12, La Maga, Pelo, Metal, Expreso Imaginario, Chicas, 13/20, Pan y Circo, Diario Sur, Revista Rock & Pop, Gente, Rock en Blanco y Negro, Rock N’Shows Magazine y Evaristo Cultural, entre otros. También colaboró en medios radiales y de TV locales, como así también en publicaciones y libros de Brasil, EE.UU. y Europa.