IGGY POP, MOVISTAR ARENA, 12/09/2025

«Desde que se murió Bowie, se fue todo a la mierda» dijo con infinita sabiduría Gary Oldman hace unos días. Y acompañando en el sentimiento al camaleónico actor inglés, las innumerables pérdidas rockeras de la última década -que tuvieron a Ozzy como eslabón final- replantearon de manera definitiva la presencia del público a shows de artistas clásicos: cada presentación puede llegar a ser la última, y por ende la cita se convierte en obligada. Y en esa especie de carpe diem de leyendas rockeras, la nueva visita de Iggy Pop a 10 años de su última presentación, no solo se hacía imperdible, sino que a la vez, nos planteaba varios interrogantes que de a poco se iban a ir resolviendo en esa cálida noche pre primaveral en el Movistar Arena.

LA IGUANA SOLA BIEN SE LAME

«Que fácil era mantenerse joven y vivo en 1970» comentó exultante Iggy al presentar precisamente ese clásico del disco «Funhouse» de los Stooges. Es que lo dificil es ponerle un cuerpo de 78 años a un legado que abarca más de medio siglo de performances históricas. Y para evaluar esta septima visita de la Iguana (quinta en plan solista sin los Stooges) tenemos que basarnos en tres ejes: el repertorio elegido, la banda que lo interpreta, y el desempeño del mismo Iggy.

Y ya desde el inicio con la corrosiva «TV Eye» quedó en claro, como en toda la gira, que el material de los tres discos clásicos de los Stooges iba a ser protagonista. Y aunque varios de esos temas (como «I Wanna Be Your Dog», «Raw Power» y «Search And Destroy») son clásicos inoxidables de la carrera del propio Iggy y de la historia del rock, que el cantante haya completado el set con solo algunas pocas gemas de su carrera solista de los ’70 (sonaron «Some Weird Sin», «The Passenger» y el tema título de «Lust For Life», más «Funtime», «I’m Bored» y un par de su último trabajo «Every Loser«) ignorando olimpicamente el material de discos que sonaron mucho localmente («Blah Blah Blah», «Instinct» y sobre todo «Brick By Brick«) y que reimpulsaron la carrera de Iggy después de un periodo de oscuridad. Es que una visita solista de Mr Osterberg, sin el aura de los Stooges, bien ameritaba un repaso por algunas gemas de su catálogo.

Otro punto -no menor- a mencionar es a Los Tropicanos, la banda que lo viene acompañando en la gira. Liderada por el guitarrista Nick Zinner de los Yeah Yeah Yeahs, y con la inclusión de la argentina Ale Campos, la banda aporta groove y el detalle de una sección de vientos que a veces apoya los riffs, y otras intenta encontrar su lugar, de manera… algo forzada,.teniendo en cuenta que son canciones pensadas para otro formato, amén de un sonido que nunca logró definirse del todo. Y es así como la orquesta de la Iguana se muestra diversa e incluye aires lounge en «Some Weird Sin», ambiente avant garde en L.A Blues y síncopa funky en «Modern Day Rip Off», además de la necesaria (pero medida) adrenalina rockera stoogeana de los clásicos.

Y por último tenemos la performance de la vieja y querida Iguana. Más rengo que nunca y con ese abdomen que parece una ilustración de HR Giger, los 78 abriles no le impiden seguir moviéndose eléctricamente sobre el escenario (con un merecido momento de relax cantando algunas canciones sentado en una banqueta) frotándose el ganso contra el micrófono, arengando al público con la camiseta de la selección incluida y siendo también consciente del paso del tiempo diciéndonos antes de la despedida con «Loose»: «soy un viejito, no quiero aburrir… todavía» Y cuando ese día finalmente llegue, todo se terminará de ir definitivamente a la mierda. Asi que: ¡te tomamos la palabra, Iguana!

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