Madre Noche toca hace casi 20 años y es de esas bandas que vinieron a renovar la escena punk, con un combo de letras que te dejan pensando y música ardorosa para gente revoltosa. Acaban de sacar un single nuevo, con una carga crítica hacia los poderes hegemónicos que dominan el mundo. Claro, eso nos sirvió de excusa para comunicarnos con su bajista y cantante Gastón Fucile, que nos habló acerca del single y de otras cuestiones. Ya saben cómo es esto, ¡pasen y lean!

Están presentando su nuevo single, titulado “Sincretismo”. Si tenemos en cuenta la etimología del término, ¿qué representa para ustedes esa palabra y por qué la eligieron para titular así al tema?

«Sincretismo» es la mezcla de ideas, de creencias, de teorías… y nos pareció un buen juego para representar este momento de la banda. Hay algo de lo viejo en lo nuevo: la esencia original de Madre Noche que se fusiona con esta formación, que ya lleva seis años, pero con pandemia en el medio, lo que hace que en realidad hayamos podido tocar en serio tres años y medio, cuatro. En ese tiempo sacamos un EP, pero sentimos que este tema marca una verdadera fusión de etapas, un punto de maduración. Y, por otro lado, el nombre también conecta con la temática de la canción: habla de religión, de doble discurso, de cómo las iglesias y el poder político combinan símbolos e ideas para dominar. Así como el sincretismo religioso mezcla creencias para sostener estructuras de poder, nosotros hicimos nuestra propia mezcla.

La letra de “Sincretismo” apunta hacia la iglesia y el poder político. ¿Qué opinión tienen acerca de la realidad política actual?

Es difícil hablar de poder sin hablar de política, religión, guerras y negocios. Y hoy más que nunca todo eso está mezclado. A nivel mundial, vemos que los países que marcan el rumbo son potencias como Estados Unidos y China. China está avanzando fuerte en tecnología, en mercados, en presencia global. Pero más allá de lo comercial, lo más grave es lo humano. Estamos en 2025 y hay dos guerras activas —en Gaza y en Ucrania—, con organismos internacionales como la ONU que siguen mirando desde la platea, Hay pibes que deberían estar jugando a la pelota y están esquivando bombas o pateando una granada. Y ahí es donde entra la crítica que hacemos en “Sincretismo”, a ese doble discurso que viene desde las cumbres internacionales.

Si bien la tapa del single es bastante explícita, nos gustaría que nos expliquen un poco qué idea quisieron plasmar con esas imágenes.

La tapa es una extensión del tema. Está la pregunta “¿Dónde está la paz?”, y lo que mostramos es justamente la contradicción: una iglesia católica —pero la crítica va más allá, es contra toda institución religiosa— que está rodeada por aviones de guerra, ciudades al borde del bombardeo. Es decir: donde debería haber paz, hay amenaza.  Y en ese paisaje aparecen los punks. No como un adorno, sino como el grito incómodo. El punk para nosotros tiene que estar ahí, diciendo verdades, incomodando, diciendo lo que muchos saben, pero pocos dicen. La tapa es eso: una denuncia visual cruda y concreta.

La banda surgió ya hace casi 20 años, ¿qué balance hacen de estas casi 2 décadas tocando?

Son casi 20 años, es verdad, el tiempo pasa más rápido de lo que creemos, hubo muchos cambios, tanto de formaciones como de experiencias vividas. Hemos pasado por distintos momentos personales y colectivos, y todo eso fue moldeando lo que hoy es Madre Noche. El balance es positivo, porque seguimos tocando, seguimos diciendo cosas, y seguimos creyendo en lo que hacemos. Resistir también es parte del legado punk.

¿Se consideran una banda punk? ¿Qué tipo de ideología los representa?

Sí, nos consideramos parte del género punk, tanto en lo musical como en la actitud. El punk es directo, crudo, sin filtro. Y eso es lo que buscamos transmitir en nuestras canciones: guitarras con filo y letras directas. En cuanto a la ideología, si bien cada integrante tiene su mirada, como banda tratamos de ser claros: hay canciones donde hablamos de situaciones de la vida, hay otras que apuntamos directamente contra ciertas estructuras de poder, contra hipocresías que todos ven, pero pocos denuncian. No nos interesa hacer ruido vacío: el grito tiene que tener contenido. Si algo nos molesta, lo decimos. Por ejemplo, ahora estamos haciendo letras sobre el amor virtual, es increíble, hoy podes tenes una novia virtual, jaja, y también tratando de armar una de un nene que llevaba a su hermano upa en Gaza…El punk tiene que señalar, incomodar, romper con lo pactado.

¿Cómo ven la escena punk hoy en día?

La escena está viva, aunque resistiendo. Ya no es masiva como en los 90, que fue el auge, pero sigue presente. A nivel internacional, tenés a bandas como Green Day llenando estadios, Die Toten Hosen, bandas con una gran trayectoria y antigüedad y eso es impresionante. Acá en Argentina, lamentablemente ya no están los Violadores, que fueron pioneros, pero siguen en pie bandas como Cadena Perpetua o 2 Minutos, que mantienen la llama. El punk, como el rock en general, está peleando su espacio que, si bien encontramos muchas bandas en el under, hoy el movimiento musical va por otro lado. Pero lo que estamos seguro es que el punk siempre va a estar firme gritando.

¿Qué planes tienen para lo que resta de 2025?

El objetivo principal es tocar en vivo. Estamos cerrando el año con cuatro fechas que nos tienen muy motivados. Sentimos que el vivo es donde realmente se entiende lo que es Madre Noche. Y de cara a 2026, la idea es empezar a trabajar en un EP. Igual hoy en día los formatos cambiaron: ya no se trata de esperar un álbum entero después de un año de silencio. La realidad actual de la música te exige ser más directo, más dinámico. Antes comprabas un disco, lo escuchabas veinte veces. Hoy, si una canción no engancha en los primeros diez segundos, la pasan de largo. Entonces nuestra estrategia va a ser ir sacando temas de forma constante, mantener presencia, abrir el juego y ofrecer contenido real dentro de la escena. Siempre con el mensaje claro y el ruido encendido.

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