Los Instigators la recontrarockeaban en los 80s: tranquis que la siguen rockeando en los 20s

Después de más de tres décadas en silencio, los Instigators vuelven a pisar los escenarios para demostrar que la furia punk de los 80S sigue viva y pateando fuerte. Con reediciones en vinilo de dos discos clave y fechas confirmadas en el Rebellion Festival y Europa, la banda de Yorkshire se prepara para ajustar cuentas con su propia historia y con toda una generación nueva que está lista para descubrirlos. Si ese es tu caso, o si ya los conocías y querés saber en qué andan y cómo es el operativo retorno, ¡seguí leyendo y subí el volumen!

La edición 2025 de «Shockgun»: si no la tienen, ¡a conseguirla!

Formados en 1980 en Dewsbury, un pueblo de West Yorkshire, Inglaterra, The Instigators fueron una de las bandas clave del movimiento anarco-punk británico de los ’80, compartiendo espíritu y escenarios con grupos como Crass, Conflict y Subhumans. Con una mezcla furiosa de punk político, energía incendiaria y guitarras melódicas (herencia directa de The Mob o Zounds), dejaron su huella en una escena que no sólo gritaba fuerte, sino que también pensaba. Originalmente liderados por el vocalista Paul “Hammy” Halmshaw (quien luego fundaría el sello Peaceville Records) y el guitarrista Simon Mooney, los Instigators comenzaron haciendo ruido en el circuito de fanzines y casetes DIY, hasta debutar discográficamente con el EP «The Blood Is on Your Hands» (1984, editado por el sello Bluurg de Dick Lucas de la banda Subhumans), ya con Andy “Tez” Turner como frontman, dueño de una voz rasposa y combativa que sería clave para definir el sonido de la banda. Al mencionado EP le seguirían trabajos como los LPs «Nobody Listens Anymore» (1985) y «Phoenix» (1986), donde el grupo afinó su propuesta incorporando elementos del hardcore melódico estadounidense, pero siempre con la actitud combativa del punk político como bandera.

Greenhead Park, Huddersfield, agosto de 1987: Andy al fondo, Mooney al frente

A lo largo de los años, la banda sufrió cambios de formación, giras por Europa y Estados Unidos, y un inevitable desgaste que los llevó a separarse hacia fines de los 80s. Sin embargo, la chispa nunca se extinguió del todo. Y en este 2025, con el Rebellion Festival como excusa perfecta (las fechas son en agosto, ojo), The Instigators volverán al ruedo con una formación renovada pero fiel al espíritu original: Dan Le-Billon en batería, Gary Jackson en bajo y los historicos Turner en voz y Mooney en guitarra. Estos dos últimos miembros de la banda, en esta charla exclusiva con MADHOUSE, repasan su historia, hablan del presente y se preparan para encender nuevamente la mecha del punk contestatario… Porque en tiempos oscuros, la resistencia siempre vuelve.

Después de más de 30 años separados, ¿qué fue lo que finalmente les dio el empujón para volver a juntarse y subirse al escenario de nuevo en 2025? ¿Qué los motivó?

Andy: Y… se dio el momento justo. Ya nos habían ofrecido tocar en el Rebellion un par de veces antes, pero por una cosa u otra, no se daba. Y esta vez fue como «si no lo hacemos ahora, capaz que ya fue, no lo hacemos nunca». Así que…

Mooney (riéndose): ¡Sí, capaz que ni nos vuelven a invitar! Dijimos: «bueno, veamos a quién podemos juntar de las distintas formaciones, quién se copa… y vemos qué onda»

Andy: Podríamos haber hecho una fecha previa, un par de shows para calentar motores, viste. Pero tal y como venían saliendo los ensayos, dijimos: «ya fue, vamos directo». Armamos todo como si estuviéramos tocando en vivo, filmamos unos videos, grabamos todo… hoy en día ya ni existen esos shows “secretos”, ¿viste?

Mooney: Así que dijimos: «¡Que el Rebellion sea la prueba de fuego!» Bueno, no exactamente la prueba… más bien el primer recital desde Milán en 1993.

INSTIGATORS DE AYER, INSTIGATORS DE HOY

Para la nueva generación de punks que los va a ver en el Rebellion Festival y más allá, ¿qué quisieran que se lleven de un show de Instigators en 2025?

Mooney: Bueno, la verdad es que hay mucha expectativa. Todo gira en torno a la música, porque armamos el set con bastante cuidado. Nos preguntamos qué podíamos tocar realmente, porque el tiempo que tenemos en el Rebellion es limitado. Así que eso fue puliéndose bastante. Uno espera que a la gente le gusten los temas, porque en eso estuvimos laburando un montón. Y también está eso de ver si todavía nos queda un poco de energía, ¿no? Porque ya andamos por los 60… y cuando lo dejé, estaba en mis veintipico. Así que la forma de encarar todo cambió bastante… y también te preguntás qué dignidad hay en esto ahora. No sé… ya veremos.

Andy: Lo que decías vos, Cristian, sobre el público más joven… habrá un montón de gente ahí que ni siquiera había nacido la última vez que tocamos. Así que esperemos que lo capten, que les llegue… y que valga la pena hacerlo.

Mooney: También te preguntás si este tipo de música puede seguir teniendo sentido después de treinta y pico de años, con lo mucho que cambió todo… pero lo loco es que este estilo se sigue escuchando. Así que bueno, supongo que vale la pena volver a meter mano en esos temas viejos. Y creo que sí, que valió la pena.

Andy: Además… (suspira) las letras siguen siendo tan actuales como siempre. Lamentablemente.

Mooney: Bastante deprimente, en realidad. Es ridículo cómo no cambiaron tantas cosas que uno pensaba que a esta altura ya iban a estar superadas. Hoy seguimos con los mismos quilombos de antes.

Los Instigators en los 80s: sí, las fotos en color se habían inventado, pero no tenían tanta onda como esta

EL REGRESO DEL PHOENIX

La reedición de «Phoenix» (1986) y «Shockgun» (1988) terminó convirtiéndose en material de culto con el paso del tiempo —¿cómo fue volver a escuchar esos discos tantos años después? ¿Hubo algo que los sorprendiera al repasarlos?

Andy: Mirá, los temas que en ese momento pensábamos que eran los mejores -o que yo pensaba que eran los mejores- no necesariamente son los que hoy me siguen pareciendo los más fuertes. ¡Fue re-loco!Phoenix volvió a salir en 2016, y ahí fue cuando hablé con Aston Stephens, del sello Boss Tuneage, para ver si podíamos hacer una reedición. Pero «Shockgun», que volvió a salir este año, no se editaba en vinilo desde el ‘88… y para eso tuvimos que hacer una remasterización infernal. El que lo trabajó fue Andy Pierce, se metió a fondo. Hay cosas en esas grabaciones que ahora aparecen y yo ni me acordaba de que estaban.

Mooney: Sí, la verdad es que no era un disco que sonara muy bien. Para mí tiene las mejores canciones, pero en cuanto a producción, no era gran cosa. ¡Ahora mejoró muchísimo!

Andy: Y bueno, sacarlos de nuevo le da otra vida a todo eso. Como decía, «Phoenix» volvió a salir en 2016… ¡ya pasaron casi 10 años! Pero Aston se copó y dijo que sí, que iba a sacar una edición limitada de los dos. Así que sí… ahí estamos.

US VS. UK X US + UK = PUNK

El sonido de la banda en «Phoenix» mostró una influencia cada vez más marcada del punk norteamericano en su música. ¿Qué bandas de Estados Unidos les estaban entrando en ese momento? ¿Eso generó alguna roce con la escena del Reino Unido?

Andy: Uy, tema complicado. Porque sí, yo estaba metido en el hardcore yanqui desde hace rato. Me acuerdo de Bad Brains, Poison, los Kennedys de antes… toda esa movida. Simon, ¿querías decir algo?

Mooney: Sí, lo hablamos bastante porque muchos críticos dicen que nuestro primer disco, que ya casi nadie escucha, era muy distinto a «Phoenix» porque este último tenía más influencia americana. Pero la verdad es que yo escribí la mayoría de las canciones y nunca le presté mucha atención al punk yanqui, salvo los Ramones, especialmente su disco «It’s Alive». Lo escuchaba mucho para agarrar ideas en la guitarra. Pero en general, yo venía más del lado de Sex Pistols, del Iron Maiden más oscuro, UK Subs, Stiff Little Fingers… todo eso de los 80s. Andy estaba más interesado en lo yanqui, capaz que era más en las letras.

Andy: Sí, todo eso se mezcló al final. Cada uno estaba metido en cosas distintas y eso nos dio ventaja porque teníamos cuatro cabezas aportando cosas diferentes. Por eso nunca sonamos planos o aburridos, como algunos grupos ingleses de esa época. Capaz que el hardcore yanqui sí era más monótono, pero nosotros lo fuimos mezclando y salió solo. No teníamos ningún plan: había que hacer un segundo disco y esas eran las canciones. Después para el tercero, lo mismo: agarramos lo mejor y listo.

¿Qué hay entonces acerca del nuevo setlist? ¿Ya tienen decididos los temas?

Andy: Tanto para el Rebellion como para el festival en Polonia y los dos shows en clubes que estamos haciendo, ya tenemos casi dos horas de material. Lo clavamos en los ensayos desde que arrancaron los chicos a finales de diciembre. Voy cada dos semanas, y cada vez que voy, ya hay tres temas más para aprender. Estamos cubriendo todo desde… qué sé yo (piensa)… bueno, seguro desde el ’85 en adelante.

Mooney: Primero los tres discos, después «Full Circle / Sleeper» (EP, 1987). No tocamos nada del demo que hicimos en el ’93. Esos temas por ahora no.

INSTIGADORES DE LAS REDES

Mirando para atrás, la onda DIY estaba en todo lo que hacía Instigators. En estos tiempos de algoritmos de streaming y cultura influencer, ¿creen que ese espíritu sigue vivo?

Mooney (sin dudar): Sí, totalmente.

Andy: Sí, porque nosotros nos manejamos como banda. Es verdad que todo cambió un poco con las plataformas, y hoy cualquiera puede subir algo a Spotify o YouTube. Pero nuestro material siempre estuvo en todos lados, así que intentamos manejar todo internamente, volver a ese estilo.

Mooney: Tenemos presencia online, aunque sea medio irregular en Facebook. Hicimos videos cortos para promocionar las fechas y las reediciones, y preparar el merch. No siento que haya habido mucha pausa desde que decidimos hacer esto.

Andy: Desde el día uno dijimos que si alguno no creía que estaba bueno cuando arrancamos los ensayos, nos bajábamos. Pero acá seguimos. Todo está yendo de maravilla. Como dije, grabamos todo; el lugar donde ensayamos está armado como un mini estudio. Me mandan los archivos WAV cada vez que graban algo. Incluso hicimos un par de temas nuevos para la reedición del 12” de «Full Circle». Lo grabamos casi de una, con una guitarra extra y un poco más de voz, nada de complicaciones. Así que es mucho más fácil que antes, cuando estábamos en un sótano helado donde no te escuchabas ni a vos mismo. Y como dijo Simon, con las redes podés llegar a la gente al toque, sacar un video y listo.

Los Instigators en la remota Berlín, allá por el remoto 1987: casi se nos quedan allá

BERLIN INSTIGATORSPLATZ

A través de los años tocaron en todos lados, desde sótanos diminutos hasta salas legendarias… ¿Cuál fue ese show gloriosamente desastroso que todavía hoy les saca una risa?

Andy: Uf, hubo un montón. Y no siempre era el show más grande, ¿eh? A veces llegabas, había 30 personas… así que aprovechabas para practicar temas nuevos, a medio terminar, y los hacías al subir. Algunas fechas grandes también fueron… digamos… interesantes. En Los Ángeles, por ejemplo, pasaban cosas muy raras en el lugar donde tocamos estaba lleno de movida, y “gangs” y esas cosas que pasan en la noche…

Mooney (riendo): Sí, esa vez había como dos mil personas. Tocábamos con los Circle Jerks, creo que ellos cerraban la noche. Igual no nos pagaron ni cerca de lo que esperábamos, me acuerdo clarito de eso. También me acuerdo de los primeros tiempos, allá por el ‘85, tocando en el noreste de Inglaterra, en lugares como Gateshead Station o The Bunker en Sunderland, con bandas como DOA… ¿quién más estaba por ahí? ¿Subhumans, tal vez? Esos shows eran buenísimos, porque eran lugares muy especiales para estar en ese momento. También tocamos en conciertos a beneficio de los mineros, en plena huelga. Fue una parte muy fuerte de la historia británica, y nos tocó vivir un pedacito de eso.

Andy: Berlín también fue siempre de lo mejorcito. Después de la primera gira, siempre armábamos dos fechas seguidas ahí para quedarnos todo el finde. Me acuerdo de una vez que íbamos manejando desde Praga hasta Berlín, cruzando Alemania del Este, y Simon decidió que era buena idea salir de la autopista. Lo que no sabíamos era que cuando te sellaban el pasaporte en un lado, te ponían una hora límite. Cuando llegamos a Berlín, estábamos en flor de quilombo (Risas). Y ni hablar de cruzar de Berlín Oeste a Berlín Este por unas horas… fue todo un viaje, literal y mental.

Mooney: Todo ese mundo ya no existe más, ¿no? También me acuerdo de tocar en el 100 Club de Londres, donde los Sex Pistols tocaron en el ‘76. En ese momento parecía que había pasado una vida entera… pero en realidad habían pasado solo ocho años. Tocamos ahí en el ‘84, ¡y ahora ya pasaron 32 años desde que tocamos nosotros! Pone en perspectiva esos ocho años, ¿no?

Andy: Pero quedate tranqui. Volvimos para salvar la pasión… la verdadera.

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