
Editado un 28 de junio de 1975, el que hoy nos ocupa es considerado el último gran disco de la primera etapa de la banda (y no digo el último de la formación original porque considero que “13” entra dentro de esa categoría). El sexto álbum de la agrupaciòn de Birmingham salió en un contexto difícil y no exento de bronca y amargura. Medio siglo después, la placa no sólo mantiene su calidad vigente, sino que además aporta una serie de curiosidades dentro de la extensa y gloriosa trayectoria de Sabbath y que a continuación te proponemos repasar

#1 UN MANAGER MÁS MALO QUE EL DEMONIO. Cuando llego la hora de registrar «Sabotage» Iommi, Osbourne, Butler y Ward enfilaron para los estudios Morgan a las afueras de Londres, el grupo se encontraba en pleno litigio con Patrick Meehan, quien hasta ese momento había sido su manager. Al parecer, el buen hombre tenía la “sana costumbre”, muy habitual por esos tiempos en la industria discográfica, de esquilmar a sus representados.”La situación se estaba volviendo insostenible«, – declaró Tony Iommi al respecto. “Incluso los dueños de los clubes donde tocábamos nos decían que deberíamos estar tocando en otros recintos y por más guita”. Lo mismo sucedía con las regalías derivadas de la producción discográfica del cuarteto. Black Sabbath venía de sacar un disco mejor que el otro. “Master Of Reality”, “Volume 4” y “Sabbath Bloody Sabbath” habían entrado en el top 10 en UK y en el 20 en USA, todo un logro. Como banda no paraban de crecer en popularidad, pero eso no se veía reflejado en sus ganancias. Una vez que pudieron abstraerse de ese micromundo de adulacion, fama, mujeres y autos último modelo, descubrieron que en realidad no tenían un mango. ¿Cómo se resolvió el asunto? Pues demandando a Meehan en los tribunales correspondientes.

#2 LOS ABOGADOS DEL DIABLO. La cuestión mencionada en el punto anterior iba a atravesar a la realización de “Sabotage” por completo. La banda se vió rodeada de abogados durante la grabación del mismo. El propio título de la placa hace referencia a todos los años transcurridos junto a su manager, quien se había encargado de “sabotear” la carrera del grupo dejándolos prácticamente en bancarrota. Sin embargo, a Sabbath no le bastó con bautizar al álbum con ese nombre: se encargaron también de dedicarle a Meehan el tema “The Writ” ( en castellano, algo asì como «El Oficio» que libra un juez). En la letra del mismo, escrita no como era habitual por la diestra pluma de Geezer Butler, sino a cargo de John Michael Osbourne, se puede leer linduras como “Rob the dead/they don’t feel a thing/leave the living for another day” (Robale a los muertos/ que no sienten nada/ dejá a los vivos para otro día), vociferadas por un Ozzy enojado como pocas veces.

#3 A TONY LE PUSIERON LA TAPA. “Recuerdo perfectamente cuando nos sacamos esa foto. No sabíamos que en realidad se trataba de una sesión para lo que sería la portada. Fuimos muy mal vestidos y la verdad que quedó horrible”, señaló en su momento con uno de sus dedos sanos, supongo.”Como será que Bill (Ward), llevó puestos unas pantis que le pidió prestadas a su mujer. ¡Un verdadero desastre!”. Y hay que decir que en esa instantánea, el Amo Del Riff es el único que está vestido con sobriedad. Butler, en cambio, aparece con un atuendo digno de un Charles Chaplin pasado de ácido, mientras Ozzy luce un extraño kimono y botas de plataforma. La estrafalaria idea para la tapa surgió de las mentes de Bill Ward y su técnico de batería quienes se inspiraron en el cuadro del pintor surrealista Rene Magritte, «La Reproduccion Prohibida», también conocido como «El Retrato Del Sr. James»

#4 ¡UN, DOS, TRES, CUA….! En la etapa dorada del Sabbath original, Iommi acostumbraba a meter alguna breve pieza instrumental acústica, como es el caso de “Laguna Sunrise” en “Volume 4”, “Orchid” en “Master Of Reality” o “Fluff” en “Sabbath Bloody Sabbath”. “Sabotage” no iba a ser la excepción. Esta vez El Antonio se iba a despachar con “Don´t Start (Too Late”), un brevísimo instrumental que bien podría considerarse como una intro de la poderosísima “Sympton Of The Universe”, tal vez la canción más pesada de aquel Sabbath primigenio. Tan breve era el instrumental, que la primera vez que escuchabas el disco pensabas que ambos eran un único tema. Detrás del nombre hay una anécdota jocosa. Al parecer, a Dave Harris uno de los técnicos de grabación del estudio lo puteaban porque empezaba a grabar siempre unos segundos después de que la banda comenzara a tocar. Dave le decía a la banda “no empiecen”, y los cuatro de Birmingham respondían “demasiado tarde, Dave”.
#5 HARRIS, EL SABOTEADOR. En este punto nos vamos a tener que ocupar de nuevo del ya mencionado operador de cinta dado que el bueno de Harris aparentemente no daba pie con bola. La cara B de “Sabotage” (recuerden queridos millenials y centennials que en tiempos pre CD, los discos tenían dos caras), abría con “Thrill Of It All”, tal vez el tema más rockero y libre de las influencias proggies que surcan el álbum, influencia que el grupo arrastraba de su placa anterior, “Sabbath Bloody Sabbath”. Lo cierto es que tras haber completado la toma de la canción y habiendo la banda quedado muy conforme con la misma, Harris extravió la cinta. Consecuencia: los cuatro de Birmingham volvieron al estudio para grabarlo otra vez. De todas maneras, los Sabbath se tomaron el incidente con humor. En los créditos que figuran en la contratapa del disco, Harris figura como “tape operator and saboteur” (operador de cinta y saboteador)

#6 LA ZAPADA DEL ZEPPELIN NEGRO, QUE CASI TERMINA EN TRAGEDIA. Black Sabbath y Led Zeppelin no sólo compartieron haber sido parte de la gestación del heavy metal embrionario en los albores de la década de los ’70. Antes de qué los alcance la fama eran amigotes, en parte porque John Bonham y Robert Plant también eran oriundos de Birmingham y conocían a los miembros de Sabbath por frecuentar el under local antes de volverse auténticos rock stars. Siempre se habló de una jam en conjunto pero que nunca fue registrada magnetofónicamente. Con respecto al encuentro, hay versiones encontradas de cuándo el mismo se produjo. Una de ellas afirma que fue durante la grabación de “Sabotage”, cuando Bonham y Plant se cruzaron por casualidad con Butler y Ward mientras estos se dirigían desde Staffordshire, donde se encontraba el estudio de grabación, hasta Londres por la autopista 40. Una vez que se saludaron, Bonham, siempre cultor de las picadas, retó a una carrera a sus colegas. El que perdía pagaba la ronda de tragos en algún pub. Cuenta la leyenda que al ver que los Sabbath llevaban la delantera, Bonzo pisó el pedal a fondo hasta que terminó dando un impresionante trompo del cual salió milagrosamente ileso. Después de las rondas de escabio, llamaron a John Paul Jones y volvieron a los Morgan Studios para zapar toda la noche.

#7 UN SABBATH OSCURO Y… SINFÓNICO. Como ya fue dicho, “Sabotage” continuaba llevando adelante el refinamiento sonoro que la banda había encarado en su álbum anterior, con la incorporación de teclados, temas más extensos (“Megalomanìa” con sus más de nueve minutos de duración es la composición más larga en la carrera del grupo), todos elementos que eran influencia directa del prog rock, género que vivía su apogeo por esos años. Embebido en ese espíritu de época, Tony Iommi se encerró en su residencia de campo munido de su guitarra y un melotrón, más el aporte del arpa ejecutado por su esposa de entonces, para componer “Supertzar”, instrumental que se convertiría en la intro de los shows de Sabbath por muchos años. El tema además cuenta con un coro sinfónico, el English Chamber Choir (el mismo que participó de discos como “Tommy” de The Who y “Journey To The Center Of The Earth” de Rick Wakeman), el cual fue convocado al estudio por el mismo Iommi para hacer su aporte coral. Cuando estos estaban grabando sus partes, Ozzy, quien no estaba al tanto de la participación del coro, abandonó el recinto al verlos en acción. “Entre a los Morgan Studios y pensé que me había equivocado de sala” -cuenta The Madman-.”Había ahí cuarenta tipos tocando y cantando. Sonaban como si Dios estuviera dirigiendo la banda de sonido del fin del mundo. No se cómo a Tony pudo ocurrírsele semejante idea” (y, las drogas, Ozzy, las drogas)

#8 SABBATH, PIONEROS DEL HIDDEN TRACK. Precursores de tantas cosas, el cuarteto oriundo de The Midlands, también lo fue con respecto a una modalidad que se impondría en los 90s. Nos referimos a los temas ocultos al final de los discos, los cuales no figuraban en los créditos de los álbumes que los incluían y en la mayorìa de los casos tampoco estaban trackeados. En las primeras copias prensadas de “Sabotage” y en ediciones aniversario posteriores (la versión subida a Spotify lo tiene), figura “Blow Of The Judge”, que vendría a ser la típica “joda que quedó”. El chiste se le ocurrió a Mike Butcher, el coproductor del disco junto a Tony Iommi. Butcher voló a New York para masterizar y mezclar “Sabotage”. Una vez all decidió colocar ese souvenir de apenas 31 segundos de duración justo al final del álbum pegado al tema “The Writ”. Butcher había grabado ese fragmento con Ward y Osbourne boludeando en el estudio sin que estos lo supiera. Se ve que a la banda la jodita no le cayó bien. En el grueso de la tirada del disco, ese fragmento final fue eliminado
#9- SABOTEANDO LA PANTALLA CHICA. El “Don Kirshner’s Rock Concerts”, fue un show de TV norteamericano que se emitió desde 1973 a 1981 en la cadena NBC. Durante el tramo americano del “Sabotage Tour”, Black Sabbath fue invitado a participar del mismo, siendo una de las pocas y mejores apariciones televisivas de la banda por esos tiempos, con su formación original. El grupo interpretó un set de cinco temas con clásicos como “War Pigs”, “Snowblind”, “Killing Yourself To Live”, “Paranoid” y “Sympton Of The Universe” como única canción incluída en “Sabotage”. Cuatro años más tarde, Kirshner volvería a invitar a la banda para promover “Never Say Die”, disco que iba a marcar el fin de la etapa dorada del conjunto
#10 LOCO NO ES QUIEN QUIERE, SINO EL QUE PUEDE. Es sabido que El Príncipe De Las Tinieblas no compone las canciones ni las letras que canta, aportando sí las melodías vocales del material que interpreta. “Am I Going Insane? (Radio)” parecía a priori un título ideal para que el querido gordo pudiera desplegar el histriónico personaje que lo llevó a la fama. Sin embargo, Mr. Osbourne no quedó para nada conforme con la canción dado que según él no tenía nada que ver con el estilo que la banda tan bien había patentado. Ni siquiera el hecho de que se lo eligiera como uno de los simples del disco (el otro fue “Hole In The Sky”) calmaron la desazón del vocalista.

Porteño, cincuentón, melómano, cinéfilo, amante del whisky y la cocina. Licenciado en comunicación, fue agente de prensa en organismos públicos, se desempeñó como productor e investigador periodístico en Arte Canal y participó como redactor de los suplementos “No” y “Turismo 12” de Página/12 y de la versión impresa de Madhouse. Como Do Carmo, baterista frustrado, padre de dos rubias y hombre librepensador.