En el rock es usual celebrar aniversarios redondos. Los veinte años de una banda, los treinta de algún disco legendario. Pero Quebraditos celebra todos sus cumpleaños. Y razones para hacerlo no faltan. Luego de 27 años, la banda está más fuerte que nunca, a punto de grabar su nuevo disco y con un nuevo festejo este fin de semana. Desde hace un tiempo el grupo viene creciendo fuerte, con discos de temática profunda que calan hondo entre sus seguidores. Antes de su show el 5 de julio en El Teatrito, nos juntamos con su cantante y guitarrista, Nicolás Andreu, sobre la historia y presente del grupo.

MADHOUSE y Quebraditos cara a cara.

Van estar haciendo una fecha en El Teatrito por los 27 años. Ustedes suelen festejar cada año de la banda, por lo menos desde hace un tiempo para acá ¿Le dan una entidad especial a ese festejo?

Sí, se está dando en los últimos tiempos, que ha ido creciendo la convocatoria, entonces podemos hacer cosas especiales. Hicimos 25 años en Uniclub, 26 años en el Roxy. Y lo que notamos es que la gente se prendió en esa y viene mucha gente del interior para esas fechas. Se empezó a generar una especie de ritual que nos hace querer hacer una puesta linda en lugares grandes para festejar.

No sé si lo sienten así, pero creo que post pandemia hubo un quiebre muy fuerte con la banda

Creo que tiene que ver con una maduración en la composición y una maduración como personas, que se ve reflejado en la banda. La gente se sintió muy identificada con el último disco, “Necropsia De Un Infortunio”, que habla de la soledad y el suicidio y son temas que nos atraviesan a todos, en un mundo que sigue de largo, no para, y uno queda atrapado en el medio. Y mucha gente se acercó porque no es un mensaje desalentador. Es el mensaje de tratar de aguantar a pesar de lo que vivimos todos los días. Estamos todos bastantes rotos.

A medida que una banda crece, también te va exigiendo más. ¿Cómo esto de combinar las demandas de un grupo con las responsabilidades laborales, familiares, sociales?

Para mi toda la vida la prioridad fue la banda. Hoy, además, tengo una panadería, que obviamente es un laburo exigente como todos, pero me da la libertad de poner tiempo y energía en la banda. Y así vengo desde hace años, lográndolo de alguna manera. Pero la prioridad siempre estuvo en Quebraditos.

Pensaba en como describir a Quebraditos sin caer en algún cliché. Lo que me salía es explicarlo como un punk tanguero ¿Te sentís identificado de alguna forma con eso?

A mí me gusta identificarlo con canciones. Al principio era simplemente punk rock, después se transformó en rock y ahora creo que hay un sonido Quebraditos, porque tiene de todo. Y nos terminamos identificando con la gente que nos viene a ver, que no es solo del punk rock; hay rockeros, heavys, hay gente que solo escucha Quebraditos, en el estilo. Si creo que hay una línea musical, pero la banda fue mutando hasta llegar a un punto donde vos podés decir “Esto es Quebraditos”. Y eso está buenísimo.

Llevándote un poco por la historia del grupo ¿Qué seguís reconociendo de la banda que grabó “Nunca Fui Popular”?

Lo que sigo reconociendo son las ganas. Porque estar 27 años tocando ininterrumpidamente… Obviamente en ese momento es todo nuevo, es un nuevo empezar todo el tiempo, hay mil motivaciones. Entonces rescato seguir teniendo las mismas ganas; de transmitir algo, de hacer canciones. Porque millonarios no nos hicimos, entonces se trata de poner el corazón sobre la mesa. Eso es lo primordial desde el primer día y también es la razón por la que seguimos de pie.

¿Qué te pasa cuando volvés a esas primeras canciones cuando las tocan en vivo?

Me divierte. Por ahí ya no me identifican porque son canciones que escribí cuando tenía 20, y ahora tengo 43. Pero me parece que temporalmente están perfectas en el lugar donde están porque es lo que en ese momento queríamos hacer. Son cosas reales, que pasamos. No reniego de eso y hoy somos lo que somos gracias a todas las canciones que hemos hecho.

Después “México y Boedo” lo veo como el verdadero disco debut. Y creo que, de alguna forma, se transformó en el clásico de la banda. ¿Lo ves así también?

Si es un clásico y nos abrió puertas, nos instaló en un lugar. Durante mucho tiempo fue como el escudo de la banda, de hecho, festejamos el aniversario tocándolo en Salón Pueyrredón, pero hoy creo que los últimos dos discos se han impuesto con mucha fuerza también. Y está buenísimo como conviven todos también.

Con el homónimo se nota que quieren llevar la banda más allá y es una especie de transición entre lo que era la banda hasta ese momento y lo que vendría. No me parece casual que se llame igual que la banda…

Si, fue una transición. No te digo que empezamos a experimentar, pero si a soltarnos un poco más, porque veníamos en un plan muy Ramones. Es un disco que tiene muchas cosas. Pudimos laburarlo bastante tiempo y creo que se nota. Tiene mucho trabajo en los arreglos, tiene temas más largos. Es un disco crucial y decidimos ponerle “Quebraditos” como diciendo “Ahora somos esto”.

En esa búsqueda ¿Cómo fuiste cambiando o encontrándote como compositor?

A mí siempre me gustó escribir, pero siente que, a partir de ese momento, pude elegir como quería hacer una canción. Tampoco es que todos los días escribo algo; me siento cuando tengo ganas de hacer algo. Pero ahora puedo de antemano manejar mejor los sentimientos y transmitir lo que quiero decir. Puedo proponerme hacer una canción que transmita cierto sentimiento, mas allá de la letra. Y a partir de eso lo que trato es no repetirme, que eso sí tiene un laburo bastante fino. Quizás si hay idea que se repiten, sea amor o desesperanza, pero el tema es buscar la vuelta para hablarlo de diferentes formas. El laburo está en seguir hablando de lo mismo de formas diferentes.

Eso se puede ver en «Cardiomiopatía de Takotsubo», que inaugura esta cosa de discos conceptuales.

Ese fue un recurso en el momento de decir “¿Qué hago?”, “¿Por dónde empiezo?”. Con “Necropsia” fue eso, apareció el concepto primero. Y a partir de ahí vinieron las canciones. Lo cual fue loco porque nunca había laburado de esa forma y abrió un panorama terrible.

Claro. Si bien la banda siempre habló de experiencias personales, en estos dos últimos discos te abrís de una forma muy vulnerable. ¿Cómo te resulta esto? De revivir esas experiencias cada vez que te presentas en vivo…

Yo tengo un montón de sentimientos, sensaciones buenas y malas. Poder plasmarlo en una canción y encontrar una melodía para eso, es un montón. Podría escribir 500 páginas de cosas que no te dicen nada, pero una melodía te lleva. Yo nunca sentí vergüenza por lo que me pasa, me encanta poder decirlo y que la gente se acerque a decirme que le pasa lo mismo. Me parece loco que algo que me salió tocando la guitarra en mi casa a las dos de la mañana lo siento una persona que ni siquiera es de este país, o que tiene 10 años menos, o que nació en un contexto completamente diferente al mío. Entonces hay un común en la música que nos une a todos. A mí eso me termina de realizar como músico.

Ustedes suelen sacar singles y EP que, de alguna forma, dialogan con los discos también. Como una especie de transición a lo que vendrá. Me pregunto si un próximo disco podría formar parte de una especie de trilogía de condiciones…

Hay una realidad hoy y es que el EP es la forma más inmediata de casar algo. Hoy estar dos o tres años sin disco quizás es complicado. Siempre lo digo; el tema que abre el EP que sea que estemos haciendo, es el tema que quedó afuera del disco anterior. “Calle De Tierra”, por ejemplo, fue algo que grabamos a último momento y podría haber quedado en el “Necropsia”, pero ya estaba cerrado el concepto. Entonces lo tomamos como una continuidad, como una tabla en el mar para apoyarse y seguir.

Me decias que no eras de estar componiendo todos los días, pero cuando aparece el objetivo de un EP o un disco ¿Te ponés en modo escritura?

A mí las metas me ceban. Pasa también que, en el medio tocamos mucho. Y no se puede todo. Entonces o componemos, o ensayamos, o salimos de gira. Ahora por ejemplo para el aniversario tenemos un show con videos, con producción, y eso lleva un laburo también. Pero cuando nos ponemos la meta, empezamos a trabajar de a poco, a hacer canciones. Ahora queremos entrar a grabar y ya tenemos ocho temas, entonces eso me ceba, el movimiento. También fuimos aprendiendo a cómo administrar los tiempos. Para este show queremos hacer cuarenta temas, asique hay que meterse con eso. Pero, como te digo, tocamos bastante y solemos hacer muchos temas, entonces el vivo se transforma en un ensayo también. Esta semana, por ejemplo, el martes tocamos con The Casualties y el fin de semana nos fuimos al sur. Tocamos tanto que no es necesario ensayar tan seguido. Entonces, cuando ensayamos, es ver temas más puntuales, detalles. 

Es tremendo ver la expansión que ha tenido la banda estos últimos años. Y con México hace ya bastante que establecieron una relación.

Con México es tremendo lo que pasa. La primera vez fuimos en 2010. Ni recuerdo si existía Facebook, era como otra vida. Llegamos allá y nos fue a buscar gente al aeropuerto, con banderas. En ese momento, acá, llevábamos treinta personas. Dijimos “Ya fue, quedemos a vivir acá”. Y de ahí fuimos cuatro veces. Lo mismo en el sur. Fuimos a Rio Gallegos el otro día. Creo que ya fuimos seis o siete veces. Hace veintipico de años que vamos para el sur y se armó algo que no podés creer. La gente llena los lugares y se muestra muy agradecida, porque no es cosa de todos los días. Pudimos tocar en Ushuaia. Son cosas que vas normalizando, pero la primera vez que nos tomamos un avión fue para ir a tocar. Nos parece una locura tomarte un avión porque hay personas que están esperándote para ir a tocar unas canciones. Me parece lo mejor.

Quebraditos se presenta el sabado 5 de julio en El Teatrito, Sarmiento 1752 C.A.B.A.
Las entradas se consiguen por Passline

Fotos: Holy Smoke y redes de la banda

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here