TV SMITH – STRUMMER BAR – 16/03/2025
Punks con guitarras acústicas debe haber varios en la historia, pero que un tipo como Tim Smith salga SOLO con su guitarra a tocar temas de todas sus épocas (desde el imperecedero “Crossing the Red Sea” de The Adverts hasta su último “Handwritting”) es de destacar. Y si no habíamos tenido suficiente con su show previo a The Damned en Flores, nos sacamos todas las ganas con un set más extenso en un lugar que le quedó de perillas y un público muy pasional que lo cobijó y le festejó cada tema con pasión. Qué embole esto de explicarte acá lo que vas a leer abajo, ¿no? Mejor pasá y lee, que no hay tiempo para tener 21 (?)

¿Por qué al punk le cuesta tanto crecer y asumir su edad? Sobre todo al nacional, que se siguen vistiendo como si tuvieran 20 años y teniendo actitudes de nenes caprichosos… Qué lindo es ver a tipos como los Damned, los Fingers, o el mismo T.V. Smith que se visten como señores y actúan como tal, en vez de andar de bermudas tomando cerveza como descosidos. Pero bueno, son muchos pensamientos para una sola cosa, decía Norberto Napolitano.
Y qué ternura genera verlo al protagonista de la noche, alejado de toda pretensión de estrella de rock, atendiendo su propio puesto de venta de discos y remeras. Aquí, cualquier bocazas pega un hit veraniego y ya se cree Mick Jagger. Porque parte del encanto del punk es ese “hazlo tú mismo” que tanto bien hizo a la generación del 77, y que hoy en día parece ser que ha caído en desuso, remplazado por un consumismo caníbal que nos quiere cocinar.

Más ternura y emoción causa ver a tanta gente atiborrando el Strummer Bar, amigos de todas las épocas, sommeliers del punk rock (paladar negro, diría mi amigo Osky Levis). Personas que uno tiene la suerte de cruzarse hace años en shows de este estilo, que siempre hacen acto de presencia cuando se activa la llamada del punk 77. Entonces, el show cobra un cariz más íntimo, más de buena onda. Cervezas, amigos y punk rock. Suena a título de disco, pero es la pura verdad.

¿Y por qué nos gusta tanto T.V. Smith? Bueno, ahí entramos en el campo de la subjetividad. A cada quién le pega como le pega: imagino que hay muchos que lo siguen por ser “el amigo/colaborador de Die Toten Hosen”. Por cierto, qué gran aporte a la cultura que fue el “Learning English Lesson 1” de los alemanes, cuántas grandes bandas conocimos ahí, ¿no? Un día habrá que analizar en profundidad la importancia vital del grupo de Campino y compañía en la renovación del ADN punk argentino. Pero volviendo al señor Smith, en mi caso individual lo que me gusta son sus letras, mucho análisis social sin caer en lo panfletario, canciones que te hacen parar las antenas y pensar “este tipo realmente tiene algo para decir” y no solamente “oh nena oh quiero ser un Ramone” (no te ofendas, amigo ramonero: sólo puse un ejemplo, todos amamos a The Ramones). Y una cosa que me cautiva es la voz de Tim, tiene una impronta que la hace reconocible desde el primer momento. Un acento british inconfundible, y una convicción al cantar que te dan ganas de abrazarlo. Encima, verlo ahí con su guitarra cantando sus canciones (cosa que en un primer momento le dio pánico, tal cual nos contó en esta entrevista exclusiva) me retrotrae inequívocamente a la época en la que Renato Russo (perate que me pongo de pie) era El Trovador Solitario, interpretando a pura voz y viola canciones que después integrarían el repertorio de Legião Urbana.
¿Un Renato Russo británico? ¿Un Bob Dylan punk? ¿Un León Gieco meets Woody Guthrie meets Joe Strummer? Todo puede ser, amigo mío. Lo que importa es que delante de nuestros ojos teníamos a un verdadero hacedor de la historia de la música. Esos tipos que construyeron los cimientos del punk, que inventaron algo que no existía. Sí claro, MC5, NY Dolls, Stooges y todo eso ya lo sabemos, pero eso no era una escena sino salvajes forajidos en estado de gracia. ¿Qué te puedo decir? Lo veo a T.V. Smith ahí en Palermo y me retrotrae a mi copia TDK del “Crossing the Red Sea” que tanto gasté, ese punk extraño y oscuro, un disco tan perfecto que es imposible pasar por alto. Esa clase de bandas que no tuvieron una carrera como The Clash o Ramones, quizás porque después del primer álbum, Tim dijo “bueno, ya hicimos el disco de punk, ahora hagamos algo distinto” produciendo el “Cast of thousands” que fue rechazado por los fans. Se sabe que, en el fondo, toda movida genera un status quo que le cuesta salirse de sus propios márgenes (“Terror al cambio”, decían los TTM en su época más nihilista).
Si, ya sé que queres saber cómo estuvo el show en el Strummer y todo eso. Pero si no te doy contexto, no está bueno. Ahora, vayamos al grano. Tim sube al escenario y abre con ese hitazo que grabó con sus amigos los Toten Hosen (“Toten Ousen”, decía el viejo Pil cuando vinieron por primera vez a Halley en septiembre del 92) llamado “Only One Flavour” y la monada hosenera (“La 12 Hosen” le dice otro amigo) está de parabienes. Claro, T.V. Smith debe ser el único artista al cual los de Dusseldorf le oficiaron de backing band, ¡tremendo orgullo para ambos!

Tim saluda en castellano, se explaya acerca del poco tiempo que tuvo para aprender nuestro idioma (achtung, también habla perfectamente en alemán, ¡wunderbar!) y sigue con el primer tema de The Adverts de la noche: “No time to be 21”, análisis de la realidad que le tocaba vivir a un pibe de 21 años en el U.K. convulsionado de fines de los 70s. Cuando Tim toca una inspiradísima versión de “Expensive being poor” (la letra, por favor, ¡LA LETRA!), todos acompañan con palmas y él baila haciendo percusión con sus pies. Antes de “Inmortal Rich”, dedica unas palabras a Pil, con quien grabó una versión de ese tema para el primer y único disco de Pil y los Violadores de la Ley.
¿Hubo invitados? Lucho, por supuesto, viejo. Alex Musatov, violinista que ya lo había acompañado en Flores, aportó su instrumento para embellecer la noche. Y Ernesto “Cumpa” Candal (guitarrista de Vejez Prematura y Pilsen) también dio cátedra con el violín en “The Drink”. Punks con acústicas y violines, ¡que nos los vea Johnny Rotten! “My String Will Snap” es una canción tan hermosa que es imposible soslayar su interpretación, aplaudida por el respetable. Pasada la mitad del show, arrancaron los platos fuertes: “Pushed Again” de los Hosen (quizás la letra más concretamente política del grupo), compuesta por Campino en aquellas alocadas noches de la 3ra visita de los alemanes a nuestro país (1997) cuando tocaron en ese antro de Caballito llamado La Rosa (que también sirvió de escenario cuando tocó La Polla Records ese mismo año y los punkis cabeza de tacho hicieron gala de su fascismo rompiendo todo alrededor).

Luego, para mí el mejor momento de la noche: “Daydreaming” de DTH, viejo tema del “Auswärtsspiel” compuesto por T.V. junto a ellos. Qué fuerte es decir “viejo tema” cuando uno presenció la salida del ese disco, y era “el nuevo trabajo de Die Toten Hosen”… ay, que dolor el paso del tiempo, ¿no? Ya lo dijo Campino hace más de 4 décadas, “Der Gegner ist die Zeit” (“El enemigo es el tiempo”, en el idioma de Goethe). ¿Y por qué resalto este tema? Porque cuando lo escuché hace más de 20 años, pensé “fua, qué hitazo, escuchate esos coros. Este tema los Hosen lo van tocar cada vez que vengan”. Y no, no lo tocaron nunca, al menos acá. Así que el bueno de T.V. dijo “si no lo tocan ellos, lo toco yo”.
El punk rock tal como lo conocimos surgió en gran medida por el aburrimiento de la juventud de mediados de los 70s. Ya siendo chicos aburridos, ¿qué tema representa mejor esa coyuntura que el clásico de The Adverts “Bored Teenagers”? Y si no había sido suficiente con eso, ahora el señor Smith invitaba a Juan Papponetti y Juan Espíndola (guitarra y batería de Katarro Vandaliko) junto a Alex Musatov en violín para un cierre infernal que incluyó ni más ni menos que “Lord’s Prayer” de su efímero proyecto T.V. Smith’s Cheap (aunque en verdad la escribió a mediados de los 80s para los Lords of the New Church),“Gary Gilmore’s Eyes” (infaltable en toda enciclopedia punk que se precie de tal, y versionada no una sino DOS veces con DTH) y “One Chord Wonders” (tema que abre el “Crossing…”, como para que te des una idea).

¿Quedó alguien vivo después de eso? Algunos quedamos en pie, y pidiendo una más. ¿Te esperabas “Runaway Train Driver”? Tema viejísimo, de aquél “March of the Giants” de 1992. Aunque, es justo decirlo, en una versión más parecida a la que tocaba con Tom Robinson o la que grabó con los Toten Hosen (¿cuántos temas grabó con los alemanes?) que a la original. Cierre apoteósico con esos tres grosos que lo acompañaron para el final, y a juntar los pedazos de cerebro que nos quedaron esparcidos por el Strummer.
¿Somos conscientes de que tuvimos al cantante de The Adverts tocando himnos para nosotros solos en un pequeño bar de Palermo? A veces, por no decir casi siempre en este último tiempo, el rock n roll se vuelve un rejunte de clichés, de poses, de vestimentas, de artistas emperifollados que bombardean con maquinaria pirotécnica al escucha. Y tipos como T.V. Smith, a sus 60 y largos años, nos demuestran que el rock n roll tiene más que ver con una actitud que con banderas, bengalas y aguante. No se necesita un circo para hacer rock n roll, a veces sólo basta con subir a un escenario despojado de todo y cantar tus verdades. Con una guitarra como toda arma, y el corazón como argumento.
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Fotografías: Nat Sbert
Reseña: Rodrigo Cardozo

Cosecha 1977, como el buen punk rock. Nacido y criado en zona sur. Periodista desde 2011, enfermo de la música desde los 90. Eterno buscador de respuestas y amaneceres. Dog friendly, beer friendly. No me busquen en las barricadas, aún creo en el poder de las palabras.