
Créeme que fue raro. Entrar al opulento edificio de la Legislatura Porteña, pisar ese suelo de mármol impoluto, contemplar las costosísimas arañas que iluminan el recinto desde sus techos para luego subir la gigantesca escalera que nos llevaba a los presentes hasta el salón donde se iba a homenajear a Michel Peyronel con los sones y las estrofas de “Pantalla Del Mundo Nuevo” de fondo, era un claro ejemplo de cómo puede cambiar la imagen y el rol social de una figura pública.

Es que Riff, -y particularmente ese tema que exudaba nihilismo y un futurismo apocalíptico en igual medida, siendo quizás la canción más revulsiva de la banda -, era visto por los medios y buena parte de la sociedad como un grupo conformado por cuatro enemigos públicos. Y ahí estaba ahora el blondo baterista recibiendo el reconocimiento de una institución gubernamental, algo que 40 años atrás hubiese sido impensado. Y que eso hoy haya sido posible, tiene que ver con los paulatinos cambios de contexto, pero también con que el hombre hizo sobrados méritos para hacerlo realidad. Recorrer su trayectoria y sus logros fue el ingrediente principal del evento del martes pasado.
Con puntualidad, la encargada de ceremonial de la Legislatura hizo una breve introducción del personaje agasajado (de puro formalismo, ya que Peyronel no necesita a esta altura demasiada presentación), para luego cederle el micrófono a la Diputada de la Ciudad Patricia Glize, quien fuera la encargada de presentar la moción para el galardón que le fue otorgado al baterista.

Lo cierto es que la diputada pecó de un exceso de protagonismo, no dejando nunca hasta el final de la ceremonia de ocupar el centro de la escena. ¿No hubiese sido más atinado que la charla frente al público, Michel la tuviese con algún colega, lo que le habría aportado mayor riqueza a la misma?. Pero en fin, con la dipu/conductora a cargo de las preguntas Don Peyronel repasó las distintas etapas de su quehacer artístico.

Obviamente, todo empezó con su paso por Riff, aunque antes el protagonista de la jornada dedicó algunas reflexiones a su etapa formativa. “Recuerdo en mi adolescencia pasar tardes enteras estudiando piano clásico. Mis amigos saliendo a divertirse y yo ahí tomando lecciones. A veces la gente se queda con el costado glamoroso que rodea a los artistas, pero se olvidan que detrás de cada artista hay horas y horas de esfuerzo y dedicación”, fueron las palabras del propio Michel. No podía faltar tampoco una mirada sobre su otra faceta musical, que es la de ser un importante productor artístico. Virus, Los Violadores, Attaque 77, son algunos de los nombres importantes que pasaron por sus manos. Desde la pantalla (del mundo nuevo) ubicada al fondo, se pudieron ver los mensajes grabados de gente como Stuka, Raúl Lavié, Luciano Scaglione y Marcelo Moura, entre otros, que fueron desfilando en las imágenes en las que distintos colegas le agradecen la importancia que había tenido su trabajo en los álbumes que habían grabado con él. Para el final quedó quizás el tramo de la carrera de Peyronel más vinculado a difundir productos culturales argentinos. Se mencionó que fue programador del célebre festival Les Allumées en Nantes, Francia, con más de 60 artistas de tango y hasta la propia FM Tango en versión francesa en la frecuencia de Radio France Loire Océan durante las dos semanas del festival dedicado a la cultura de Buenos Aires.

Recordemos que Peyronel también produjo y programó un gran espectáculo de tango en el Festival de Estambul, Turquía. Pero su mayor aporte fue sin dudas ser el mentor de FM Tango, saldando la asignatura pendiente que constituía que Buenos Aires, su cuna, no tuviese una emisora dedicada al género. Con ella ganó 2 premios Martín Fierro a la mejor FM argentina y la Cadena SER de España la premió con el Ondas 91 a la mejor radio iberoamericana. Durante los 4 años que estuvo la radio en el aire produjo múltiples espectáculos de tango en un ciclo permanente en el Teatro Alvear, festivales de tango joven y hasta una cumbre del tango con el show “Tango Argentino”, un ícono de Broadway que nunca había estado en Buenos Aires, con 15 funciones en el Gran Rex a sala llena. ¿Qué más? No mucho, después de tanto. Michel derrocha simpatía y verborragia y esta no fue la excepción. Sólo resta decir que por haber contribuido con expresiones culturales tan disímiles como el tango y el heavy metal argentino, el hombre de esa tarde en la Legislatura se ganó un merecido “¡salud Peyronel, gracias por todo!
Fotos: Huberto Andrada

Porteño, cincuentón, melómano, cinéfilo, amante del whisky y la cocina. Licenciado en comunicación, fue agente de prensa en organismos públicos, se desempeñó como productor e investigador periodístico en Arte Canal y participó como redactor de los suplementos “No” y “Turismo 12” de Página/12 y de la versión impresa de Madhouse. Como Do Carmo, baterista frustrado, padre de dos rubias y hombre librepensador.