La hermandad entre la música pesada y el cine dedicado al espanto viene de larga data. Cámara en mano, Demián Rugna nos legó una gema como «Cuando Acecha La Maldad», pero además cuando está lejos de los sets de filmación también arremete las seis cuerdas con Pasco 637, su banda heavy. ¿Por qué no entonces conjugar ambas facetas en un evento atípico en la escena local? En eso consistió el experimento que tuvo lugar en Groove y ahí estuvo MADHOUSE para contártelo.
Primero fue una sorpresa. ¿Una película argentina de terror vencedora de un festival internacional del peso de Sitges? Así es, no sólo la Scaloneta es capaz de darnos alegrías internacionales. El hoy tan vilipendiado cine criollo, también puede serlo si se lo apoya como es debido, cosa que no estaría ocurriendo en tiempos en los que parece que “cultura” es una mala palabra. Después de la consagración vino el pulgar en alto de la crítica y la respuesta del público, el cual se replicó también en el exterior. Pero la historia no termina ahí. Hace un par de días, también llegó el galardón a Mejor Película en los Premios Sur, entregado por la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográfica. Ya a esa altura podría decirse que “Cuando Acecha La Maldad” pasó de ser sorpresa a ser fenómeno.
Después de lo visto el sábado pasado en Groove, me animaría a decir que el film de Demián Rugna está a las puertas de convertirse en una de esas rara avis que son las películas de culto. Alguna vez Godard señaló refiriéndose al cine de Hitchcock que pasado el tiempo probablemente dejaríamos de recordar de qué trataban las películas de Sir Alfred, pero de lo que sí no nos olvidaremos jamás es de determinadas escenas grabadas para siempre en la retina del espectador. La escena de la ducha en “Psycho”, el rodete espiralado de Kim Novak en “Vértigo”, el vaso de leche que porta Cary Grant mientras sube escaleras en “Notorius”, son algunos de los ejemplos que aportaba el extinto director galo. Parte de ese incipiente culto hacia el film de Rugna es la cantidad de escenas que a lo largo de la alegre y a la vez terrorífica velada, fueron recreadas en diferentes momentos en la noche palermitana, lo que marca su grado de pregnancia y una señal de que las mismas llegaron para quedarse en el imaginario de los fans del horror.
El Embichado ya se ha vuelto icónico, hay infinidad de memes basados en la película, e incluso circulan por las redes algunos muñequitos de sus personajes. Que un evento tan poco usual para nuestro medio que combinó función cinematográfica con performance en vivo y recital sea viable, tiene que ver con lo dicho anteriormente. La hora señalada para el arranque eran las 19, pero el comienzo de la proyección se demoró el tiempo suficiente para que los asistentes recorrieran los variopintos puestos que vendían desde afiches de películas de terror, remeras, accesorios, hasta el “Pochoclo De la Maldad”, el mejor acompañamiento posible para una hora y pico de espanto en forma de celuloide. En lo personal, esta era la tercera vez que veía “Cuando Acecha La Maldad”, y pese a haber perdido la sorpresa del primer visionado, logró engancharme nuevamente, algo que observando las reacciones del resto de los presentes, pareció darse en forma generalizada. Decir esto es decir que “Cuando Acecha…” es de esos títulos a lo “Rocky Picture Horror Show” o “The Song Remains The Same”, que permiten numerosos visionados, casi como un ritual que les confiere la condición de culto.
Luego de la secuencia final de títulos, tuvo lugar el momento jocoso de la noche. Casi la totalidad del elenco subió al escenario para protagonizar un hilarante paso de comedia que básicamente parodiaba situaciones de la película. Rugna ya lo había demostrado en la comedia negra “No Sabés Con Quién Estás Hablando” (2016), el sábado confirmó que están hábil para hacerte cagar de miedo como de risa, risa que vino bien para equilibrar tanta oscuridad que bajó de la pantalla. ¿Qué faltaba para que la celebración fuera completa? Un poco de puro metal y a eso vino Pasco 637 al tomar posesión del escenario. El quinteto formado por Jerónimo Deirós (voz), Ariel Simonetti (bajo) y Walter Sosa (batería) y el binomio de guitarras Rugna /Juan Manuel Delgado presentó un show no demasiado extenso, pero sonando muy compactos y ajustados. Hubo temas propios y varios covers que son para destacar, como por ejemplo una muy buena versión de un tema complejo de tocar como es “Tornado Of Souls” de Megadeth. Animarse a los solos de un monstruo como Marty Friedman no es un desafío menor y hay que señalar que Rugna salió bien parado con sus intervenciones.
Pero si de versiones hablamos, la más esperada de la noche era la del tema que da título a «Cuando Acecha La Maldad», la cual contó con su autor Miguel Róldán (ex V8 y Logos) como invitado y fue presentado por Demián como “un prócer del metal argentino”. También hubo tiempo para un cover veochista, nos referimos a “Lanzado Al Mundo Hoy”, del álbum “Un Paso Más En La Batalla”. Otro momento muy bien pensado del show fue cuando la banda homenajeó a un puñado de temas de clásicos films de espanto, mientras la pantalla al fondo del escenario proyectaba imágenes de las mismas.
Dentro de ese popurrí no podía faltar la reverencia al cineasta/compositor de BSOs por antonomasia como es John Carpenter, haciendo sonar al inquietante tema central de “Halloween” (“Phantasm” de Don Coscarelli, y si la memoria y los sentidos no me fallan, también sonó el de “Rojo Profundo”, del maestro del giallo, Dario Argento). En varios pasajes del concierto se produjeron escenas “alicecooperescas”, dignas de la mejor estirpe del rock teatral. Así pudimos ver a Virginia Garofalo, la actriz que encarna a Sabrina, la mujer de El Ruiz, recrear el fenomenal hachazo que ilustra el afiche de la peli. O a Desiree Salgueiro, la ex esposa de Pedro, el protagonista, devorándose los restos de su pequeña hija a quien su querido perrito mandó al más allá. Para el final, en una simbiosis definitiva entre banda y elenco, todos (muñeco de El Embichado incluido) subidos a las tablas cerraron la noche con una potente versión de “Ace Of Spades”, porque entre tanto demonio suelto, Dios Lemmy tenía que aparecer para balancear la cosa. Creo que todos los presentes volvimos a casa con una sonrisa. No podía ser de otra manera, así se regresa de las buenas fiestas, y más si el festejo tiene mucho cine y heavy metal.
Porteño, cincuentón, melómano, cinéfilo, amante del whisky y la cocina. Licenciado en comunicación, fue agente de prensa en organismos públicos, se desempeñó como productor e investigador periodístico en Arte Canal y participó como redactor de los suplementos “No” y “Turismo 12” de Página/12 y de la versión impresa de Madhouse. Como Do Carmo, baterista frustrado, padre de dos rubias y hombre librepensador.
