Agosto trajo como plato fuerte en materia de escalofríos en forma de celuloide a “MaXXXine”, última parte de la trilogía que tantos elogios cosechó con sus dos realizaciones anteriores, estamos hablando de «X» y «Pearl». En esta última entrega, aunque su realizador despliega su reconocido talento para el género, la misma pierde en la comparación con sus trabajos precedentes

Goth-West, una delantera que juega de memoria

Si bien previamente a la trilogía que hoy nos ocupa, Ti West ya era para los fans acérrimos del cine de terror un nombre destacado dentro del estilo debido a títulos como “The House Of TheDevil”(2009) o “The Sacrament” (2013), es gracias al éxito que cosechó su trilogía iniciada por “X” y seguida por su precuela “Pearl”, que alcanzó  el reconocimiento general. El anuncio del estreno para este 2024 de la última parte de la trilogía  generó una gran expectativa, la cual encontró su cauce este mes con el arribo del esperado cierre a las salas de todo el mundo. En “MaXXXine”, como lo dice el mismo nombre del film, regresa Maxine Minx, la heroína (o la “final girl”, para los entendidos en el slasher), que sobrevive a la masacre de “X”. Si «Pearl» fue la precuela de «X», en la que se narra el origen de la anciana sanguinaria que llena de sangre la pantalla, «MaXXXine» es la secuela de «X», mostrándonos que fue de la vida de Minx cinco años después de los fatídicos episodios acontecidos en una solitaria casa de campo texana. Ahora radicada en Los Angeles y ya convertida en una porn star consumada, el personaje interpretado por Mía Goth (el alma de la trilogía), ahora tiene un único propósito: dejar atrás el mundillo porno y pegarla en Hollywood. La acción transcurre en 1985, seis años después de los incidentes de “X”, en plena “era Reagan”, una etapa de la historia de EE.UU que fue una reacción a el auge contracultural y cuestionador del “american way of life” que dominó los últimos 60s y primeros 70s en la casa del Tío Sam. West, con acierto, nos la resume al comienzo con casi un mini documental con noticieros de entonces, lo cual se justifica porque el drama que se desarrolla está atravesado por ese espíritu de época, poniendo al espectador en contexto.

La reivindicación de la hegemonía imperialista norteamericana, el  fanatismo religioso, las cruzadas moralizantes de Tipper Gore y el PMRC contra el rock y la industria cinematográfica (aparecen incluso imágenes de Dee Snider declarando contra la censura en el Senado), pero por sobre todo la idea de que en el capitalismo, para “ser hay que tener” y  la cuestión es “llegar” sin que importe mucho el cómo ( la película arranca con la frase de Bette Davies, “para triunfar en Hollywood tenés que convertirte en un monstruo”), constituyen la «bajada de línea» de «MaXXXine». Y en eso está su protagonista, obteniendo su primer protagónico en un film de clase B, cuando paralelamente un asesino serial apodado “The Night Stalker”, comienza a dejar un reguero de víctimas. Pronto esas víctimas van a ser personas del círculo cercano de la protagonista, indicando que es ella el objetivo central del maniático en cuestión. Si existen películas que realizan un ejercicio de autoconciencia, haciendo un cine que habla del cine, “MaXXXine” es un ejemplo contundente. Referencias hay por todas partes, y son tantas que algunas terminan perdiéndose si no se es un espectador atento. Entre ellas, hay para todos los gustos, tanto para obras maestras como “Psycho” de Hitchcock o para clásicos porno como “Behind The Green Door”.

Kevin Bacon, uno de los puntos altos del episodio final de la trilogía

La nariz rota del investigador John Labat ( fantástica interpretación de Kevin Bacon) alude  al detective J.J. Gittes, interpretado por Jack Nicholson en “Chinatown”. Encontraremos también secuencias a pantalla dividida a lo Brian De Palma y a Frankie Goes To Hollywood, sonando de fondo, lo que remite directamente a títulos del director italo-americano como «Doble De Cuerpo». El violador que es cruelmente castigado por Maxine en un callejón (una escena de un grado de pregnancia que se recordará por años), es un émulo de Buster Keaton. Theda Bara, Jamie Lee Curtis, Brooke Shields, son otras de las muchas menciones que habitan la cinta. En relación con esto es justo decir que los homenajes cinéfilos ya estaban presentes en las dos partes anteriores de la trilogía, pero no en forma de menciones explícitas, sino en abrazar un subgénero determinado dentro del horror. Repasando “X”, podemos encontrar la mayoría de los clichés del slasher. En “Pearl”, pese a que se suele decir erróneamente que también constituye una alusión al mismo, en realidad lo que se nos está contando es una historia de terror psicológico. En el slasher los asesinos como Michael Myers o Jason son personajes abstractos. Nada se sabe de ellos, siendo sólo máquinas de matar cuyos actos están impulsados por motivos que son casi anecdóticos. West en “Pearl” articula el relato en torno a desarrollar la psicología del personaje de la asesina. Pearl y su crianza y entorno familiar aparecen como determinantes de sus acciones. En “MaXXXine”, también se alude a un género aunque no de un modo tan rotundo como en las otras dos. Acá la cosa va más por el lado del giallo, con un asesino serial enfundado en impermeable y guantes de cuero a la manera de los killers de los trabajos más recordados de dos maestros del estilo como son Mario Bava y Dario Argento (en “MaXXXine”, el final y ciertos datos filiatorios que tienen que ver con la identidad del asesino son una especie de final a lo “Rojo Profundo” pero a la inversa).

«X», «Pearl», «MaXXXine», las tres caras del horror

Dentro de ese homenaje, West elige recostarse más en la estructura de la trama, antes que en el preciosismo visual y la violencia estilizada del giallo. Una decisión llamativa, dado que el narrativo es tal vez el costado más débil dentro de ese subgénero italiano, el cual por momentos despreciaba de manera adrede cierta coherencia del guion, volviéndolo casi una excusa para que los asesinatos más sofisticados y estéticamente bellos ( si eso es posible) inundaran la pantalla. Pocos de esos momentos nos vamos a encontrar en este cierre de la trilogía. Sí en cambio estamos ante una historia algo forzada y medio tirada de los pelos, lo que da como resultado que “MaXXXine” pierda en comparación con las anteriores entregas de la trilogía, siendo estás mucho más redondas y dueñas de una coherencia interna que “MaXXXine” definitivamente no tiene. Dicho esto, aún así la película lejos está de ser un bochorno. Mia Goth vuelve a demostrar su versatilidad interpretativa mostrándose tanto sensual, como frágil o combativa cuando la situación dramática se lo exige. Y el amigo West por su parte, aporta el pulso cinematográfico que le conocemos y que le permite ubicarse como una de las cabezas que lideran una etapa en la cual el terror en pantalla grande vive un momento de saludable renovación.

FICHA TÉCNICA:

Título original: «MaXXXine»

Director: Ti West

Género: Terror

Protagonistas: Mia Goth, Elizabeth Debicki, Kevin Bacon, Bobby Cannavale, Giancarlo Esposito, Simon Prast, Michelle Monaghan, Tabby Martin, Lily Collins

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