PACIENTE: SLASH – «Orgy Of The Damned» (Gibson Records 2024)

HISTORIA CLÍNICA: En las epocas pre internet, donde la información circulaba a través de las revistas especializadas que podíamos conseguir,, allá por 1995 corría la noticia de que el Slash post Guns tenía nuevo proyecto blusero: el Slash’s Blues Ball; el cual finalmente quedaría postergado y mutaria en Snakepit,  la banda con la que el Peluca piloteó la tormenta tras su salida de Guns N’ Roses. Y 30 años después y con mucha agua bajo el puente (Saul de nuevo en GN’R y paralelamente manteniendo su banda solista junto a Myles Kennedy And The Conspirators) finalmente ese viejo sueño blusero del guitarrista se materializa.

En rigor de verdad, «Orgy Of The Damned» es el segundo trabajo solista de Slash, y tal como su autotitulado debut de 2010, la clave pasa por el repertorio y sobre todo por los invitados: en esta ocasión tenemos 11 clásicos del rock y el blues con varios amigos celebres compartiendo los créditos (de ahi la idea de «Orgía de los Malditos» del título), además de reclutar a dos antiguos músicos del frustrado proyecto Blues Ball: el bajista Johnny Griparic (ex Snakepit) y el tecladista Teddy Andreadis (músico invitado durante la gira de los «Use Your Illusion») junto con el cantante y guitarrista Tash Neal y el batero Michael Jerome.

Vamos entonces a las canciones, y abre el juego bien arriba Chris Robinson de los reformados Black Crowes con «The Pusher» de la icónica pelicula «Easy Rider», seguido por una electrizante «Crossroads» de Robert Johnson a puro vértigo guitarrero con Gary Clark Jr. quizás el mejor exponente contemporáneo del género. Y las cosas continúan bien clásicas con tres standards del género: «Hoochie Coochie Man» y la cavernosa voz de Billy Gibbons de ZZ Top; «Oh Well» del viejo Fleetwood Mac de la mano de Chris Stapleton y «Key To The Highway» con la voz de Dorothy Martin.

Y ya para esta mitad del disco las cosas están claras, marcando las influencias clásicas del Galera, aun a riesgo de desilusionar a algunos fans que esperaban un sonido gunner y sus solosmarca registrada.Y quizás presagiando esto, la segunda parte queda reservada para los nombres más rockeros: Iggy Pop con su tonos graves para «Awful Dream», el gran Paul Rodgers para otro clásico «Born Under A Bad Sign» y Brian Johnson haciéndose cargo de «Killing Floor». El resto de las canciones es privilegio de las damas: la siempre interesante Beth Hart con «Stormy Monday» y la estrella pop Demi Lovato, quizás la única que se salga del molde, con un interesante desempeño en la funky «Papa Was A Rolling Stone»; amén de la versión de «Living for the City» de Stevie Wonder, con el soulero prácticamente desconocido en Argentina Tash Neal y el final instrumental de «Metal Chestnut»


DIAGNÓSTICO: Si algo queda claro en «Orgy Of…» es que Slash no es de esos músicos que se quedan con proyectos inconclusos, además de saber que todo lo que emprenda va a tener repercusión, sobre todo en un estilo que mamó de chico y maneja de taquito. Y si quizas en la idea de conformar a sus seguidores más rockeros por un lado y atraer nuevos seguidores de estampa más purista por otro, se quede a mitad de camino -el disco puede resultar muy rockero para los bluseros y muy blusero para los rockeros-, esta orgia maldita entretiene y es apta tanto para santos como para pecadores.

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