Una noche como hoy, pero de 1987, Robert Smith le decía «¡Hola!» a Sudamérica por primera vez en el estadio del Club Ferro Carril Oeste. Hablar de la visita de The Cure a la Argentina en 1987 implica contar dos historias: por un lado, la de dos conciertos míticos del que era uno de los grupos del momento en ese entonces; y por otro, la historia sobre dos noches de desmanes que tuvieron como protagonistas a la mítica banda inglesa y el público argentino. Durante muchos años, los fans locales temieron que la banda no regrese al país por lo ocurrido en esas noches, tras las cuales se corría el rumor de que Robert Smith había prometido no volver. A 37 años y con la inmejorable excusa de una nueva efeméride, MADHOUSE recuerda los memorables conciertos y también los desconciertos.
EL RESABIO DE LA IRA
“Por fin: The Cure en Argentina”, “The Cure enfermó a los argentinos”, “Las noches negras de The Cure” y “The Cure hizo temblar Caballito”, fueron algunos de los títulos que se publicaron en la prensa local en las vísperas de los recitales de la banda de Robert Smith en el estadio de Ferro.
El momento de la llegada del grupo contrasta fuertemente con el que atravesaba la Argentina. The Cure llegó a Buenos Aires en su pico de popularidad en el país, la magnitud de su fama sorprendió al propio Smith, que en una entrevista diría, “francamente, no imaginaba que fuéramos tan populares acá”, mientras miraba con perplejidad un artículo del suplemento Sí! de Clarín en el que aparecían fotos de cuando era un niño, días después de aterrizar en Buenos Aires y encontrarse -además de un calor sofocante- una multitud que no esperaban.
En la Argentina la primavera alfonsinista estaba llegando a su fin, el país atravesaba una grave crisis económica y aún estaba en proceso de reestructuración tras solo cuatro años de la dictadura más sangrienta de su historia. También es importante mencionar que The Cure fue una de las primeras bandas inglesas en visitar el país después de la Guerra de Malvinas, previamente habían tocado Siouxsie & The Banshees en Obras (1986) y Yes en el estadio de Velez Sarfield (1985). Un hombre que en ese entonces estaba haciendo el Servicio Militar Obligatorio, contó que cuando su suboficial se enteró de que estuvo en el recital de The Cure, tuvo que pasar dos días arrestado por haber estado en un concierto de «música en inglés».
Lol Tolhurst, miembro fundador de la banda y tecladista en aquella época, recuerda en su libro «Cured»: “Nada más llegar a Buenos Aires, nos condujeron por las melancólicas calles de la capital. Fuimos escoltados hasta el hotel por algunos coches llenos de “guardaespaldas”. Nos dijeron que seguramente la mayoría de ellos habían sido matones de la junta militar. Temblamos con solo pensar en lo que podían haber hecho en su función anterior. Conducían dejando los revólveres a la vista, en el tablero. Así la gente sabía quién conducía y quién tenía el control.”
ENTRE LOS DÍAS: CURIOSIDADES
Los días previos al show habían sido tranquilos, según recuerda Fabian Couto, encargado de estar con The Cure durante su estadía en Buenos Aires, quién además era un fanático de la banda, en una entrevista del año 2013 para el diario La Nación. Couto destacó que los integrantes de la banda eran muy agradables, “no tenían pose de estrellas, me parecieron tipos muy educados y tímidos”. También contó que ellos estaban abiertos a las propuestas que él tenía para hacerles, como ir a determinados restaurantes y probar distintos vinos argentinos, y en este sentido remarcó que Robert Smith estaba muy interesado en el tema.
El día previo al show tuvo lugar una conferencia de prensa en la que la mayoría de las preguntas sobraron; algunas sobre su estadía en Buenos Aires, otras sobre salud mental u otras tan extrañas como, “¿de qué manera entran los gatos a tu vida?”, a la que Smith respondió: “Muy silenciosamente”.
Después de la conferencia fueron a hacer la primera prueba de sonido al estadio de Ferro. Hay fotos y videos divertidos de esos días; los Cure protegiéndose las cabezas del sol con toallas blancas, Robert en el hotel Sheraton tomando cerveza y mascando chicle, la banda asomándose a la terraza del hotel y algunos fans tirándoles una pelota de fútbol que ellos firmaron y devolvieron a la gente (¿dónde estará esa pelota?).
PRIMERA FUNCIÓN: MARTES 17 DE MARZO DE 1987
Con la llegada de aquella noche tan esperada comienza el mito, una historia que en la prensa salió repartida entre los suplementos culturales y las secciones de policiales. El 17 de marzo hubo una «guerra» entre parte del público y el personal de seguridad cuando una parte del público que estaba en la popular derribó el alambrado para bajar al campo de juego. Esto en realidad sucedió antes del show de la banda. Couto contó que los integrantes de The Cure se encontraban muy nerviosos antes de subir a tocar porque escuchaban ruidos y empezaron a ver gente corriendo hacia todos lados. Había muy poco personal de seguridad para mucha gente y la multitud lo notó y tomó partido.
El mismo Robert escribió en su diario sobre aquella noche: “Al parecer ha habido una confusión, nos dijeron que hubo reventa de entradas, 19000 entradas para un campo que soporta 17000 personas. Como lógica consecuencia, apareció un grupo de “punteros” tratando de llegar al área de juego por otros métodos: un disturbio a gran escala se sucede, con numerosos autos policiales tumbados, varios perros asesinados y un vendedor de panchos muerto de un paro cardíaco.”
Lo cierto es que el desorden comenzó a manifestarse desde la entrada al concierto. Lol Tolhurst recuerda en su autobiografía cómo volaban trozos de diarios prendidos fuego y como la multitud se abalanzaba hacia delante para vencer una barrera que la distanciaba mucho del escenario. En sus memorias, el músico admite haber sentido miedo por su integridad física. Sin embargo, la banda tuvo la determinación de seguir tocando.
El set fue el mismo de “The Cure In Orange” (1987), el VHS que se editaría meses más tarde, que registra un show en Francia del año anterior. La lista de temas se centró en la presentación de “The Head on The Door” (1985), y de su compilado consagratorio “Standing On A Beach” (1986), que reúne los singles de los primeros años del grupo. Del que entonces era su último LP de estudio no faltaron los hits “In Between Days”, “Close To Me” ni “A Night Like This”, como tampoco las gemas “Kyoto Song”, “Six Different Ways”, “Sinking” y “Push”. En cuanto al sonido, el volumen de la primera noche fue deficiente como para un estadio. El bajista Simon Gallup manifestaría que ellos no estaban acostumbrados a tocar en estadios, y que preferían los teatros. Cabe destacar que este fue el primer concierto de The Cure, sin ser parte de un festival, en un estadio de tal capacidad.
Antes del concierto de The Cure hubo un momento un tanto bizarro, cuando el productor del evento, Daniel Grinbank, subió al escenario a instar al público a “mostrar madurez para no alimentar a las páginas de la prensa amarilla y para que pudieran seguir viniendo grupos extranjeros”.
Entre quienes estuvieron hay opiniones mezcladas, hay quienes dicen que el caos no fue tal sino un mito que fue creciendo, pero también muchos cuentan que fue realmente caótico, y que había grupos organizados que robaban a gente del público y cada tanto se oía el grito de una persona que era atacada por diez; le robaban lo que tenía y los dejaban desnudos en la multitud.
SEGUNDA FUNCIÓN: MIÉRCOLES 18 DE MARZO DE 1987
Para la segunda fecha, la organización reforzó el operativo de seguridad con más policías. Esa noche, además de los disturbios previos al recital, hubo un sector de público que le tiraba a la banda con botellas, monedas o incluso mampostería del escenario. Al igual que la noche anterior, dentro y fuera del estadio había patotas que robaban a personas solas o parejas. En sus diarios, Smith hace mención de, “varios uniformados con fuego en su cuerpo, con la mayoría de sus camaradas refugiándose bajo el escenario de la incesante y despiadada lluvia de monedas, piedras, butacas y vasos”. También menciona la lamentable puntería del público, que tuvo como primera víctima a Porl Thompson, el guitarrista de la banda fue impactado por un pedazo de madera contundente con una cruz de metal y tuvo que dejar de tocar para ser atendido por médicos. Tolhurst en su libro recuerda que Robert dejó de tocar por un instante y encaró al sector del público que estaba tirándoles objetos. El set, que en principio iba a ser el mismo de la noche anterior, fue acortado a causa de las condiciones en las que la banda tocaba. Entonces quitaron de los bises los temas “Six Different Ways”, “Three Imaginary Boys”, “Faith” y “Give Me It”. El límite fue cuando una botella de Coca Cola le dió a Robert Smith en la cara, entonces dejó de cantar para volver a encarar a la gente: «¡Es jodidamente entretenido ser el blanco de sus tiros! pero de cualquier modo…” y cerró el show con una versión rabiosa de “Killing An Arab”, la última canción que The Cure tocaría en la Argentina por más de dos décadas, hasta el 12 de abril de 2013.
Lo que según la prensa no faltó el 18 de marzo, a diferencia de la noche anterior, fue volumen. El diario La Razón del jueves 19 de marzo remarcó, “las vibraciones ocasionadas por los muy potentes equipos de sonidos provocaron la rotura de vidrios de ventanas, especialmente edificios altos”.
EL RESTO ES HISTORIA
El productor Daniel Grinbank evitó en numerosas oportunidades hablar sobre lo sucedido con The Cure en Ferro. Hay una curiosa entrevista que Clarín hizo con Mick Kluczynky, manager de gira de The Cure, que con el diario del lunes puede resultar graciosa. A Kluczynky se le preguntó qué hubiera hecho si al llegar a la Argentina encontraba que la organización era insuficiente, y él responió: “Si al llegar a la Argentina no encuentro nada preparado, entonces este hombre que ven delante de ustedes (señala a Grinbank), ¡moriría en el acto!«
Al margen del contexto sociocultural del país, las causas de los incidentes aún dan que hablar. Una de las sospechas es que se trató de una guerra entre distintos medios y productoras, lo cual parece tener sentido por la competencia que existe en el ambiente. Lo que sí es cierto es que la audiencia que fue parte de esos conciertos quedó marcada a fuego.
Luego de 37 años, esas noches son un mito que se extiende en el tiempo; la primera visita de The Cure a la Argentina, la banda del momento en uno de sus mejores momentos, “la-banda-que-todos-queríamos-ver”, diría después el periodista Sergio Marchi. Para los fans de la banda sigue siendo inevitable pensar en Smith, Gallup, Tolhurst, Thompson y Williams al pasar por el estadio ubicado en la Avenida Avellaneda.
Respirando desde 1988. A veces tocando, a veces escribiendo. Ocasionalmente columnista del Diario La Tercera, Plan B Fotorock y Revista The13th. Toqué en Sarcástico, Tiempo y Forma, Cultura Pájaro, TrueScope, y otros grupos. Fanático del mate y de los gatos. Arquero. Cuervo.