Hoy 2/5 se cumple el 91º aniversario del nacimiento de Link Wray. Hasta 2019 este legendario guitarrista (¿vale decir «de culto»?) o fue admitido en el Salón de la Fama del Rock and Roll, pero aun cuando eso no hubiera sucedido, su contribución al lenguaje universal de la guitarra rockera seguiría siendo importante, incluso si nunca hubiera entrado en otro estudio después de grabar su memorable instrumental «Rumble», el único que jamás se haya prohibido en la historia de la radio… si esta historia te interesa, ya mismo le levantamos la prohibición a los detalles.

¿Por qué tanta historia con Link Wray, un guitarrista nacido a principios del -para muchos incomprensible- siglo XX? En pocas palabras, porque Wray inventó el power chord, el acorde de potencia, el principal modus operandi de los guitarristas de rock moderno. Escuchá cualquiera de las canciones que grabó entre ese instrumental histórico en 1958 hasta sus grabaciones de Swan a principios de los 60 y escucharás los planos de construcción del heavy metal, thrash, rockabilly, punk, lo que sea. Aunque a los historiadores del rock siempre les gusta trazar una línea clara y definida entre la distorsión de la guitarra eléctrica que alimenta los primeros discos de blues y la runfla de Hendrix-Clapton-Beck-Page-Townshend de finales de los 60, sin paradas intermedias, un veloz giro de cualquiera de los singles que Wray registró durante su década dorada torpedeará rápidamente esa teoría. Si se puede trazar una línea directa desde los músicos de blues negros que suben el volumen de sus amplificadores y tocan con un montón de violencia y agresión hasta los jóvenes blancos que hacen una mutación de lo mismo, la línea apuntará directamente a Link Wray, sin discusiones. Pete Townshend de The Who alguna vez lo resumió de un modo clarísimo: «Él es el rey; si no hubiera sido por Link Wray y ‘Rumble’, yo nunca hubiera agarrado una guitarra».

Link en los 90, todavía dando shows en vivo

«Rumble», grabada como dijimos hace 63 años, continúa siendo el vampiro de blues instrumental con el sonido más peligroso que jamás se haya grabado, incomparable en su frescura cruda y furtiva hasta, tal vez, «Endless Boogie» de John Lee Hooker o «White Light / White Heat» de Velvet Underground. Pero a diferencia de Lou Reed, Wray no dependía de letras sobre la adicción a la heroína y el sadomasoquismo para asustar a los padres y despertar a los chicos; todo lo que necesitaba era su guitarra difusa, empapada de reverberación y trémolo, y una sección rítmica con los instintos minimalistas de la banda de Bo Diddley, que estaba haciendo un tipo de sonido similar al mismo tiempo que «Rumble» llegaba al aire. Pero mientras las canciones de Diddley invitaban a los oyentes a bailar, los «acordes desiguales y ominosos, sobrecargados y arrastrados», de «Rumble», según describió la revista Rolling Stone, «sonaban como una invitación a una pelea con navajas».

El aviso del histórico evento donde nació «Rumble», casi sin quererlo

El título de la canción capitalizó el pánico reinante en los EE.UU. de los años 50 por la delincuencia juvenil y la violencia de las pandillas, ansiedades responsables de la popularidad de películas hoy clásicas como «The Wild One», «West Side Story» y «Blackboard Jungle». Amenazadora y seductora al mismo tiempo, la creación con música y sin letra de Wray hizo que los adolescentes cincuenteros se «volvieran locos» la primera vez que la tocó, según contó el mismo guitarrista, improvisando en un baile que tuvo lugar el 12 de julio 1957 en Fredericksburg, Virginia, después de que la banda recibiera el pedido de tocar una canción de moda que no sabían cómo tocar. En cambio, nació “Rumble”.

Link y sus Wraymen: ni una palabra, pero todo el rock

Hijo de una india shawnee, Fred Lincoln «Link» Wray era un guitarrista de jazz y blues. Con su grupo se presentó en el mencionado baile, organizado por uno de los programas televisivos más atrevidos de la época pues daba cabida al novísimo ritmo conocido como rock & roll; era el «Milt Grant Show». El presentador del programa les pidió que tocasen un rock con cadencia más lenta, lo que se llamaba «melodía de paseo» “Pero yo no conocía nada de eso, así que me inventé algo en el acto”, recordaba Wray. El baterista dio ritmo y Link se sumó con tres acordes, mientras la banda iba añadiendo instrumentos. Ya había instrumentales, pero la cosa se hizo única cuando el hermano de Link puso el micro delante del amplificador de la guitarra, creando así un sonido totalmente nuevo, rasposo y muy potente. El guitarrista explicaba: “Los altavoces vibraban, traqueteaban, porque no podían con ese sonido tan pesado; además, toqué muy fuerte, muy duro, con ‘power chord’ (acorde de potencia). En ese momento todos los pibes, todo el público se arremolinó ante el escenario. Mi hermano Doug se levantó de la batería y riéndose me dijo que había estado tocando todo el rato sin que la gente me prestara gran atención, y ahora que metía ese ruido parecían haberse vuelto locos”. A los pocos minutos Milt Grant (que tenía visión comercial) se acercó y les dijo: “Tenemos que encontrar un estudio de grabación rápidamente”.

Hubo reacción inmediata. Un crítico musical dijo que se había quedado de piedra al escuchar “ese acorde grande y poderoso, sobrecargado, distorsionado, malvado…”. Sin duda, ese nuevo sonido causó sensación. Link y sus muchachos se pusieron a buscar estudio para grabar ese engendro titulado «Rumble». Apenas encontraron una habitación y una mesa Grundig de una única pista… no podían aspirar a mucho más con sólo 57 dólares de presupuesto. Pusieron manos a la obra, pero la cosa no funcionaba igual que en vivo: el sonido era limpio, sin distorsión. “En el concierto los equipos vibraban, parecían saltar, y eso no aparecía”. Entonces, el guitarrista arrancó la tapa del amplificador y perforó los parlantes con un lápiz afilado, hasta que a la tercera toma apareció, “ahí estaba ese sonido, como por arte de magia”, explicó Wray. Había convertido su amplificador en el primer fuzzbox. El tema se lanzó en marzo de 1958, y el «invento» de Link se llamó «fuzztone». Desde entonces ha sido utilizado infinitas veces y por todos los nombres importantes de la historia del rock (Hendrix, Stones, Beatles, además de todo el heavy y casi todo el punk), por lo que puede afirmarse que aquel instrumental prohibido fue imprescindible en la historia de este negocio, ya que sigue siendo un recurso muy utilizado 63 años después.

Según el crítico y curador de la Biblioteca del Congreso, Cary O’Dell, «Rumble» representa nada menos que «la fuerza de conexión entre los primeros guitarristas de blues y los dioses de la guitarra posteriores de la década de 1960 (Hendrix, Clapton, Page)». Wray era «el padre de la distorsión y el fuzz, el creador del power chord y el padrino del metal. Parece ser también la razón por la que se inventó la palabra ‘thrash’ (N. azote) o al menos se aplicó a la música»... De hecho, estas son afirmaciones importantes, pero la guitarra filosa de Wray suena como nada de lo que había antes, y un presagio de muchísimo de lo que estaba por venir. Jimmy Page alguna vez describió el acto de escuchar «Rumble» por primera vez como un momento crucial en su vida de guitarrista. El mismísimo Iggy Pop lo acredita como la razón por la que se convirtió en músico.

Como todo el mejor rock and roll, la breve obra maestra de Wray tuvo el poder de conmocionar y trastornar a los conservadores y pacatos de turno. La canción fue prohibida en las estaciones de radio de Nueva York y Boston por temor a que incitara a la violencia de las pandillas (!), convirtiéndose así en la primera y única canción instrumental que se prohibió en el aire. Grandes cadenas de radio, sobre todo del este, se negaron a difundir el team e incluso hubo algunas que la emitieron pero sin presentarlo ni mencionar el título «Rumble»(atronar, retumbar) por parecer amenazante. Además, un sello como Columbia también rehusó grabar cualquier tema de rock «si no estaba dentro de las normas»… ¡y estamos hablando de un instrumental! “Rumble” adquirió su nombre de la hijastra de Archie Bleyer, quien lo publicó en su sello Cadence Records. La canción le recordó, dijo, las peleas de pandillas de «West Side Story», retratadas en la memorable escena de baile del Acto I llamada, justamente, «Rumble». Ninguna otra pieza musical estuvo a la altura de la descripción que la cadena radial Mutual Broadcasting System hizo en 1958 de la «música distorsionada, monótona y ruidosa» de la que querían deshacerse. La cadena usó estas palabras como términos despectivos, pero fueron, son y serán grandes virtudes para toda gran obra rock and roll… y pocas canciones los han incorporado mejor que el mayor éxito de Wray.

La tumba de Link: una pérdida dolorosa

El guitarrista fallecería en 2005, sin llegar a ver que su legendario instrumental finalmente ingresaría al Rock And Roll Hall Of Fame en 2019 en el primer año que esta distinción se le otorgó a los singles -los otros nominados fueron “Rocket 88” de Jackie Brenston and his Delta Cats (1951), “The Twist” de Chubby Checker (1960), “Louie Louie” de The Kingsmen (1963), “A Whiter Shade of Pale” de Procol Harum (1967) y “Born to Be Wild” (1968) de Steppenwolf- pero esa es otra historia. La de hoy culmina con la promesa del título: escuchen «Rumble», déjense llevar por su ritmo hipnótico, cautivante, transgresor… y comprueben por ustedes mismos si la misma los arrastra al infierno del crimen o al infierno del rock and roll.

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