Un 16 de abril como este pero de 1996, Rage Against The Machine lanzaba «Evil Empire», su segundo (y triple platino) álbum de estudio, casi cuatro años después de su debut autotitulado en 1991. El título (Imperio del Mal, en inglés) fue un calificativo usado durante el gobierno del entonces presidente de los EE.UU., Ronald Reagan, para describir a la Unión Soviética… claro que la banda veía a su propio país como el auténtico “Evil Empire”. Hoy, 35 años después, les contamos la historia del arte de tapa, cuyo protagonista no se originó en la imaginación de un artista… al menos no del todo.
La tapa capturó la imagen de un muchachito cuyos ojos entrecerrados y su pequeña sonrisa arrogante lo hacían ver como una encarnación de los Estados Unidos contra los que RATM se enfrentaba: altanero, blanco y jugando a ser un superhéroe, al tiempo que albergaba sus propias y muy oscuras intenciones. Bueno, ese muchachito existe en la vida real y se llama Ari Meisel, cuyo look actual pueden ver en la foto de abajo, 22 años después (!).
Meisel es autor y empresario, y dirige en la actualidad la web lessdoing.com, que ayuda a los empresarios y hombres de negocios a reducir sus operaciones y a delegar tareas para que no tengan que ejecutar cada pequeño aspecto de su operación (!!). Tal vez el tipo de persona que los RATM imaginaban, o tal vez no, pero ahí lo tienen. La idea de ayudar a los emprendedores a reducir / reorganizar sus negocios “Comenzó como una forma de lidiar con la debilitante enfermedad de Crohn que sufrí cuando tenía 20 años. Los médicos me dijeron que solo podía trabajar una hora al día, así que tuve que hackear mi vida y buscar formas de optimizar ese tiempo mediante la automatización y la subcontratación. Pensé que si podía funcionar para mí, probablemente podría funcionar para cualquiera».
El concepto anterior y otros fueron vertidos por Meissel en una charla con la revista británica Kerrang!, tocando temas como su roce indirecto con la fama a través de la tapa de RATM. Cuando se le preguntó si él personalmente fue el modelo de la ilustración o si realmente conoció a la banda, dijo: «En realidad, ni una cosa ni la otra. Mi padre era y es un comerciante de arte y representaba al pintor, Mel Ramos. Mel pintó el cuadro original con mi imagen, titulado ‘CrimeBuster’, como un regalo de cumpleaños para mí cuando cumplí 11 años. El grupo vio la pintura en un libro de Mel y le gustó, luego la adaptó para la portada de su álbum». Y la espuma de la ola de la fama llegó a tocar sus pies: «Cuando tenía pelo, me reconocían mucho por todos lados. Había gente usando camisetas con esa tapa, había un enorme cartel en Times Square (NY). Era algo surrealista». Cabe destacar que la pintura de Ramos a su vez se basó en el personaje Crimebuster, héroe de historieta de las décadas de 1940-1950 (que aparecía en la revista Boy Comics), con la «C» de su emblema cambiada a una «e» minúscula.
Al preguntársele si él es fan de la música de la banda, su respuesta fue sincera: «Lamentablemente, nunca fui realmente un fan. Cuando el álbum se lanzó, y todas estas personas hicieron la conexión, fue como esa escena en ‘Office Space’ cuando los dos chicos descubren que el tipo que están entrevistando se llama Michael Bolton, y ellos dicen: ‘Oh, Dios mío, debes ser tan fan de su trabajo’… Sí, se sintió así». Antes de irse, Meisser tiene un consejo para que los emprendedores de la industria musical (o cualquier otro ramo) mejoren su vida laboral: “Pongan restricciones artificiales en sus decisiones y eliminen los cuellos de botella. Desarrollen sistemas y procesos que lo hagan más reemplazable, para que puedan volver a impulsar su negocio, en lugar de quedarse atascados en el día a día». Y la última: consultado sobre qué música escucha todos los días, la respuesta de algún modo sorprende: «Bueno, el soundtrack de ‘Moana’ suena todos los días en mi cabeza. Y, tengo cuatro pibes. Pero me gusta mucho escuchar BrainFM cuando trabajo en proyectos complicados, me ayuda a entrar a un estado donde fluyen las cosas, donde estoy super concentrado y las horas pasan como si fueran minutos»… Y los años parece que también, claro Bonus: por supuesto, les dejamos el álbum entero para que escuchen mientras releen la nota… o en cualquier otro momento.
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