Hoy 6 de septiembre se celebra el 38º aniversario del lanzamiento del tema que catapultó a la fama mundial al grupo pop británico Culture Club y que se convirtió en un auténtico icono de los dorados 80: hablamos de “Do You Really Want To Hurt Me”, que de ser calificado como “reggae de cuarta categoría” por la prensa inglesa no tardó en escalar posiciones en el ranking y llegó a ser Nº 1 en 23 países, nada menos. Ocasión no menos dorada para recordar un episodio poco conocido en la vida de Boy George, célebre cantante de aquella banda… y también de la serie “Brigada A”, otro clásico de la década.
Quienes hayan sido niños y/o adolescentes en los cada vez más lejanos 80 habrán seguramente visto y hasta disfrutado la serie yanqui “The A-Team”, más conocida en Argentina, Latinoamérica y el mundo hispanoparlante todo como “Brigada A” o «Los Magníficos»: básicamente eran un grupo de ex comandos del ejército quienes, encarcelados por un delito “que no habían cometido”, se fugan e ingresan en la clandestinidad, no como montoneros sino como mercenarios al servicio de las más diversas y estrafalarias causas… Y si además fueron adolescentes y niños (en ese orden) en los cada vez más lejanos 80, seguramente habrán escuchado -y por qué no, disfrutado incluso- la música de Culture Club y el carisma de su cantante, Boy George, sin olvidar sus célebre hits “Karma Chameleon” y el cumpleañero “Do Your Really Want To Hurt Me”, que sonaban hasta en los velorios… Hasta aquí todo más o menos bien: lo que pocos conocen es la conexión entre la serie y el cantante, que culminó con una aparición de este último como estrella invitada, tornándose uno de los cameos más inexplicables de la historia de la tele. ¡Aunque ud. no lo crea!
NO SÉ CÓMO BOY, NO SÉ CÓMO VENGO. ¿Cómo se inició esta historia? La serie ya iba por la cuarta temporada, el éxito no era el mismo del comienzo y para colmo, la habían puesto a competir con otra que era la sensación del momento (“Webster”, una sitcom de enredos) y necesitaba desesperantemente algún golpe de efecto para recuperar audiencia: por ejemplo, incluir como estrella invitada al inesperadísimo Boy George, aún popular por aquel entonces (1986). En la trama, el teniente Faceman (Dirk Benedict) tiene un plan para ganar mucho dinero como promotor, organizando un concierto para un tal “Cowboy George” (sic) en un bar de temibles rednecks. Faceman convence engañosamente a Boy George a tocar no en el prometido “Arizona Forum”, sino en el club “Floor ‘Em” (juego de palabras que significa “derríbenlos”, en obvia alusión a los músicos que allí tocan)
Los rednecks en cuestión no son lo que se dice los mayores fans de Boy George, demostrándolo en particular cuando señalan a los gritos que “no quieren ningún principito inglés con lentejuelas”. Boy George tampoco se siente emocionado por tocar en el lugar, que describe como “un baño público certificado”. En eso aparece el temible y musculoso Mario Baracus (Mr. T), hombre de acción del grupo, y queda deslumbrado por Boy George, de quien resulta que es fanático irredento (!!!). No, tranquis que no hay connotaciones románticas de ninguna clase; eran los 80, seguro, ma non esageriamo, como dicen en Italia.
A LA HORA SEÑALADA. En fin: la trama se complica como era de esperarse. Boy George se ve obligado a entretener al público atorrante y criminal del club, mientras la valiente muchachada de la Brigada investiga los negocios turbios de los propietarios. Por supuesto y gracias a la magia de la TV, Culture Club cautiva con éxito a la multitud ruidosa, machista y racista del tugurio. Mientras la banda toca, la Brigada A frustra un robo al banco local en su particular estilo: bocha de explosiones, tiros, líos, destrozos, caos, etc., pero sin que nadie vuele por los aires ni reciba un disparo jamás de los jamases. Cuando el equipo es arrestado al confundírselo con los autores del robo, le toca a Murdock (Dwight Schultz) y a Boy George liberarlos y capturar a los malos. Como dice el refrán, bien está lo que bien acaba, en este caso con una versión cautivante de “Karma Chameleon” en el Floor ’em ante una audiencia loca (es un decir) de entusiasmo… Como fuere, aquí les dejamos algunos temas y escenas -con la presentación y diálogos en inglés, castellano latino y de España- para descubrirlo, recordarlo, asombrarse, reírse, bailar o volver a asombrarse: uds. eligen ?
Periodista especializado en artes, espectáculos, gastronomía y cultura pop. Co-fundador de las revistas argentinas Riff Raff (entre 1985-86) y Madhouse desde 1989 hasta 2001. Director del primer fanzine de habla hispana dedicado a Kiss y autor junto a Carlos Parise del libro «Heavy Metal Argentino» (1993).