Un 11 de julio como este pero de 2014, Tommy Ramone (también conocido como Tommy Erderlyi o por su nombre de nacimiento, Tamás Erdélyi) falleció en su hogar neoyorquino de Ridgewood, Queens a los 65 años, víctima de un cáncer en las vías biliares. Su papel como baterista y manager de la que quizás fuera (y siga siendo) la banda más emblemática del punk de todos los tiempos fue decisivo, al igual que su rol de catalizador para lograr que muchas cosas se unieran y funcionaran. Once años antes de su desaparición, el periodista Legs McNeil (uno de los tres fundadores del célebre fanzine Punk!, que le dio al movimiento su nombre), lo entrevistó para conocer su historia, que a su vez la publicó en la prensa norteamericana, y aquí la reproducimos a modo de homenaje.

Legs McNeil: En 2003, Tommy se sentó para una entrevista conmigo para la investigación que estaba haciendo sobre el libro de Mickey Leigh, «I Slept With Joey Ramone» (Mickey, cuyo verdadero nombre es Mitchel Lee Hyman, era el hermano de Joey). Sabía que iba a ser una entrevista difícil debido a todo el drama, la locura y el odio que los Ramones alimentaron en los 22 años de existencia de la banda. Los Ramones nunca se tomaron un descanso, por lo que volcaban sus frustraciones y ansiedades hacia adentro y entre ellos. Era una situación desagradable, y Tommy, el miembro más racional de la banda, parecía sufrir muchas consecuencias emocionales de su experiencia. Tommy, quien murió a la edad de 65 años siendo el último miembro original de los Ramones, habló abierta y honestamente acerca de la formación de la banda y de escribir esas primeras e increíbles canciones de Ramones.

Aquí, en las propias palabras de Tommy, está su historia:

Los Ramones con Tommy y Legs McNeil, de camiseta negra. El muchacho con cerveza en la mano es John Holmstrom, tambien de Punk!

Nunca fue divertido estar en los Ramones, que es lo más triste de todo, porque debería haber sido divertido. Probablemente fue divertido cuando tocamos en el Performance Studio, y tal vez algunos de los primeros conciertos en el CBGB’s. Pero los Ramones eran el tipo de grupo que tenía una mentalidad extraña. Estar en la banda era estar muy alejado de la realidad. Estuve con ellos todo el tiempo, y fue muy perturbador.

Nací en Budapest, Hungría, y me mudé a los Estados Unidos en 1956. Fue durante la Revolución Húngara cuando los tanques rusos llegaron a Budapest, y con mi familia, mi hermano y mis padres, escapamos por la frontera hacia Austria. Solo tomamos lo que pudimos llevar. Fue muy peligroso, pero logramos cruzar. Fue un poco difícil para mis padres, pero fue genial para mí.

Primero nos mudamos al sur del Bronx, luego a Brooklyn y, finalmente, a Forest Hills. He sido un solitario toda mi vida, así que no me molestó que el húngaro fuera mi primer idioma y que tuviera que aprender inglés. Tenía un acento bastante fuerte en la escuela secundaria y decía cosas como «control de wolumen» en lugar de «control de volumen».

En la secundaria, me metí en la música folk y aprendí yo mismo a tocar la guitarra. Y cuando salieron The Beatles, conseguí una guitarra eléctrica.

Tommy en el anuario de la secundaria: los Ramones todavía estaban lejos

Conocí a John Cummings -Johnny Ramone- en 1966 en la cafetería de la Forest Hills High School. Bob Roland, que estaba con John en una banda llamada Tangerine Puppets, me llevó a la mesa y me presentó. John puede ser increíblemente encantador cuando te lo presentan por primera vez. Fue divertido estar con él, pero siempre tuvo la necesidad psicológica de tomar el control o sentirse superior. Incluso golpeaba a la gente y esas cosas, pero a mí nunca me golpeó porque yo era muy pequeño.

John tenía buena presencia en el escenario. Cuando tocaban los Tangerine Puppets, John sostenía su bajo muy alto como una ametralladora y lo movía para todos lados. Fue un artista muy entretenido.

Me uní a los Tangerine Puppets, pero nos separamos cuando John se graduó. Y así comenzaron los Ramones. John había renunciado a la música, pero yo le decía: «Sabés, ¡deberías volver porque sos genial!» Le dije: «Mirá, intentá cantar, tal vez seas un cantante principal. Si no podés cantar, entonces tocá la guitarra. Pero deberías armar una banda».

Finalmente, lo hicimos.

Conocí a Dee Dee (Douglas Glenn Colvin) al mismo tiempo que conocí a John. Acababa de mudarse al vecindario y nos contaba todo el equipo que tenía, y pronto descubrimos que era un macaneador. Pero Dee Dee era realmente interesante, era diferente a todos los demás, y John se encariñó con él de inmediato.

Tommy, pensativo junto a los demás, escucha una de las grabaciones del grupo

La primera vez que vi a Joey, estaba sentado en su cama, en la casa que tenían antes de mudarse a Birchwood Towers, con su tambor entre las piernas. No nos dijimos una palabra el uno al otro.

En ese momento, los New York Dolls me fascinaban. Me fascinó el hecho de que estos muchachos apenas podían tocar y atraían grandes audiencias. Al estudiarlos, me di cuenta de que la gente estaba harta de tipos zapando interminablemente con sus guitarras. Querían entretenimiento y los Dolls se los estaban dando.

Pensé que si podía unir a Johnny, Joey y Dee Dee, serían una banda muy colorida. Yo iba a ser el manager, Richie Stern estaba en el bajo, Dee Dee sería la guitarra líder, John estaba en la otra guitarra y Joey sería el baterista.

Nos reunimos en el apartamento de Johnny, y vimos que Richie Stern no iba a funcionar, así que se fue. Eso significaba que Dee Dee tenía que tocar el bajo, de mala gana, porque quería tocar la guitarra. Joey seguía tocando la batería, pero tenía que reajustar el kit todo el tiempo. También tenía que usar vendajes al tocar porque tenía callos en las manos. Pero el problema principal era que Dee Dee se quedaba ronco después de cantar tres canciones. Entonces le dábamos el micrófono a Joey para que cantara «I Don’t Care».

Joey era un buen cantante, pero no era tan bueno con la batería, por lo que tenía sentido pasarlo al puesto de vocalista. Se ajustaba perfectamente a mi concepción de la imagen de la banda como única en su género. Entonces, eso nos llevó a audicionar bateristas. Me sentaba e intentaba mostrarles qué tocar, pero no pudieron entenderlo. Y los chicos me dijeron: «¿Por qué no tocás vos la batería?». Fue entonces cuando pasé de manager a baterista.

El nombre de la banda llegó bastante rápido. Hicimos una lista de unos cuarenta nombres. Y elegimos el que sugirió Dee Dee; creo que Dee Dee lo obtuvo de Paul McCartney porque Paul se se hacía llamar «Paul Ramon» cuando no quería ser reconocido. Pensé que el nombre -los Ramones- era ridículo… No me volvía loco, pero era el mejor nombre de toda la lista. Y, por cierto, comenzamos a llamarnos por el apellido Ramone, de inmediato. Sacamos esa idea del álbum de los Walker Brothers.

Nos reuníamos para trabajar las canciones, y recuerdo que Joey y Dee Dee estaban trabajando en «Judy is a Punk» en la galería de arte que la madre de Joey tenía en Queens, el Art Garden. La primera vez que escuché esa canción, supe que teníamos algo increíble. Sabía que éramos buenos antes de eso, y cuando escuché «Judy Is A Punk» pensé, esta banda realmente podría cambiar las cosas.

Yo también quería contribuir, pero el resto de la banda no era realmente receptivo a mi aporte. En realidad, esto se debió principalmente a Dee Dee porque era muy competitivo. No sé cómo se sintió Joey, porque Joey era muy callado. Solo se sentaba y no decía nada.

Entonces, escribí «Blitzkrieg Bop», solo que lo llamé «Animal Hop», y fue demasiado bueno para ser rechazado. Pero no se trataba de nazis. No se trataba de gasear a los judíos, se trataba de pibes que iban a un show y lo pasaban bien. Decía: ‘They’re forming in a straight line, they’re going though a tight wind, the kids are losing their mind, the Animal Hop» («Se están formando en línea recta, se dan mucha manija, los pibes están perdiendo la cabeza, el Animal Hop». También tenía una línea que decía: «Hey Ho, Let’s Go, they’re shouting in the back now.”( «Hey Ho, vamos, están gritando en la parte de atrás ahora»)

Pero Dee Dee dijo: «‘¿ Animal Hop’? ¡Vamos a llamarlo ‘Blitzkrieg Bop’!» Él ya saboteaba la canción. Me dijo: «No me gusta esa línea, ‘están gritando en la parte de atrás ahora’. Digamos, «“Shoot them in the back now» («Dispárales por la espalda ahora»). Quería meter la cosa nazi, para que nunca se reprodujera en la radio. Pero ahora es un comercial de televisión. ¿Quién lo hubiera dicho?

También se me ocurrió el riff de «Pinhead». En ese momento, el resto de la banda dijo: «Nah, nah, nah…» Luego, un mes después, Dee Dee dice: «Escribí esta nueva canción». La tocó y le dije: «¡Esa es la canción que escribí hace un mes!» Pero esta vez, la banda dijo: «Está bien».

Escribimos la letra de «Pinhead» juntos. Acabábamos de ver la película «Freaks» en Cleveland, y Dee Dee dijo algo como «¿Goobo Gaboo, Googo Goboo?», Yo dije: «Bueno, ¿por qué no decís ‘Gabba Gabba?» Yo me refería al final de la película cuando todos los monstruos están sentados alrededor de la mesa diciendo «Gobble, gobble». Luego agregué una palabra más: «Gabba Gabba Hey! Gabba Gabba Hey!»

Estuvimos trabajando muy duro todos esos años, y los Sex Pistols vinieron con todo este dinero y publicidad y un gran management detrás de ellos. De repente, sentimos que nos estaban dejando atrás. Mucha gente también estaba abandonando a los Ramones por The Clash porque The Clash políticamente eran de izquierda. Los Ramones no eran políticos, y si lo eran, no eran de izquierda. Entonces, después de crear este género completamente nuevo, nos quedamos fuera… A nadie le importaban los Ramones. A nadie le importaba la escena de Nueva York. A los ingleses les importaba, pero en lo que respecta a los estadounidenses, el punk comenzó en Inglaterra. Los historiadores pusieron al día a todos sobre lo que realmente sucedió. Pero eso llevó veinticinco, treinta años.

En 1977 o en el 78, tuve una conversación con John por teléfono y me dijo: «Joey está en el hospital. Es su pie o lo que sea. Tenemos que deshacernos de Joey». Le dije: «¿Qué querés decir con que tenemos que deshacernos de Joey?»

Me dijo: «No lo quiero. Consigamos a Lux Interior [cantante principal de The Cramps]». Tuvimos una gran discusión por teléfono y Claudia, mi esposa, casi fue asesinada porque [cuando yo todavía estaba hablando por teléfono] me dijo: ‘¿Por qué no te deshacés de John?’… En el siguiente ensayo, él fue directo hacia Claudia y la golpeó. Me volví loco y comencé a llorar. Le dije: «John, no pienses en hacer algo así. ¡Andate al carajo!»

Tommy, ya mayor y más cerca del final

Joey no supo nada de esto.

Poco después, en 1978, abandoné la banda. Me di cuenta de que simplemente no podía ganar. Me estaba volviendo loco. Estaba bajo mucho estrés. Me doy cuenta de que probablemente sufría de depresión clínica, pero no lo sabía en ese momento. A esa altura, les dije: «Escuchen, esto no es bueno. ¿Por qué no traemos un baterista [a la gira] y yo trabajo en el estudio? Puedo ayudarlos a escribir las canciones. Si sigo en las giras, me volveré loco».

Tomé la decisión correcta de irme. Si me hubiera quedado, probablemente habría sido mucho más volátil. Si hubiera tenido una piel más gruesa y mi ego fuera más parecido al de los demás miembros de la banda, los Ramones hubieran hecho combustión espontánea. El hecho de que me fui probablemente salvó a la banda. Quiero decir, se odiaban, pero necesitaban el trabajo.

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